Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Entre Amig@s

Una mamada especial

Antes que nada, debo presentarme, después de todo es lo común en estos sitios, así como lo común es usar un alias o nombre distinto al verdadero, considerando todos los detalles próximos como verdaderos.

Soy un hombre de nacionalidad mexicana, 175 de altura, piel morena, complexión delgada musculosa, ojos color café oscuro, pelo negro, sobre mis proporciones pues no puedo decir estoy mal son 21cm y un grosor bastante decente.

Siendo un gran fan de esta página, pensé en cómo podría iniciar con los relatos de mi vida y todos los pormenores que quiero compartirles, desde la adolescencia mi mente se presentó muy promiscua y caliente. Supongo que estás líneas son para hacer un poco de catarsis, sacar un poco de lo que tengo dentro y las cosas que me han tocado vivir.  De profesión soy Ingeniero, de vocación puedo pensar que cocinero, me encanta perder mi tiempo leyendo cosas nuevas, hago un poco de deporte y formalmente vivo en Puebla.

Aun cuando no la siguiente historia no corresponde a mi primera vez, me siento con muchas ganas de contarles de uno de mis viejos amores de preparatoria y todo comienza de la siguiente forma:

En mi época de preparatoria, la verdad es que nunca me fue mal ni en los estudios o en el amor, lo cierto es que le dedique muy poco interés a mi formación académica, mi enfoque fue concreto en el equipo de basquetbol que es bastante respetado en la zona, aún con todo esto llegue a gozar de bastante libertad en esa época, esto se debía a que mi madre nos mandó a casa de mis abuelos por cuestiones de trabajo.

Desde mi tercer año en secundaría tenía una gran libertad para hacer y deshacer en muchas cuestiones, es en esa corta edad que la conocí Sandra… una chica de ojos hermosos, una piel blanca y tersa, cabellera larga y negra, unos pechos preciosos y de buen tamaño, una cadera perfecta y piernas que solo de recordar mi boca comienza a salivar…

Al conocernos aún y cuando no compartimos muchos gustos y yo teniendo una novia, nos hicimos amigos, curiosamente al iniciar preparatoria nos tocó compartir el mismo salón y la escuela nos obligaba a cubrir horas de actividades extraescolares, tiempo en biblioteca, laboratorios y deportes, nuestros días se fueron alineando cada vez más, los recorridos para llegar a la escuela desde mi casa siempre fueron largos tomando un autobús muy temprano y recorrer hasta 1 hora de trayecto.

Poco a poco en nuestras inofensivas interacciones comenzamos a apartar lugares para viajar juntos, platicar todo el camino y compartir horarios de extraescolares, biblioteca y regresar en el mismo trayecto a la ciudad en donde vivíamos. La zona en donde radicaba en esa época es bastante fría, los bancos de niebla soy densos y peligrosos, de tal forma que siempre los viajes en autobús son bastante friolentos y oscuros.

Un día por la mañana, nos sentamos como habitualmente, eran meses bastante fríos, yo suelo soportar muy bien el clima pero ella no, ese día llevaba consigo una frazada con la cual me ofreció cobijo y así poco a poco nos quedamos dormidos; no puedo recordar el sueño en específico pero si recuerdo que dormido o entre sueños la abrace y acaricie sus hermosos pechos (de forma inconsciente claro);  pero recuerdo que fue bastante excitante; cuando llegamos me despertó con un “despierta dormilón” muy cerca del oído, ya no tenia más las manos en sus pechos pero si una erección bastante grande, se que ella lo notó y solo hice tiempo para acomodar mi ropa y bajar detrás de ella.

Después de eso las cosas cambiaron, los viajes eran de arrumacos, hablarnos tierno al oído y jugar o bromear sobre los beneficios de llegar a ser pareja; no fue  hasta un día de noviembre en que recibí un mensaje pidiendo que la esperara, que se había quedado dormida y que por favor la esperará para tomar el siguiente bus; así lo hice y para mi sorpresa el autobús estaba casi vacío… nos colocamos casi al fondo y nos abrazamos, el viaje se tornó lento por problemas en la carretera, después de una tormenta la noche anterior el camino estaba lleno de ramas o troncos viejos era casi un hecho que llegaríamos tarde, durante el transcurso después de abrazarnos y aburrirnos viendo a la nada comencé a jugar con su vientre… usar mis dedos como pequeñas piernas que recorrían esa pequeña zona, ella me miraba atenta para identificar mi próximo movimiento, comencé a subir mis manos por su blusa, su rubor se presentó inmediato, aun cuando la iluminación en el autobús no era buena por la hora, la neblina y que la cabina no tenía luz encendida, podía notar ese rubor y una temperatura que aumentaba en ella…

Si, nuestra temperatura se elevó poco a poco. Nos besamos, un pequeño beso de forma tierna, nos miramos fijamente, ella realizo el siguiente movimiento, inclinando su cara poco a poco me ofreció sus labios nuevamente, esos dulces y frescos labios, nos besamos de forma apasionada, nuestras lenguas por fin se encontraron, se mezclaron con nuestra saliva, era excitante tener el sabor de su saliva en la boca, pude notar como sus pezones se ponían erectos, aproximaba su torso hacia mi cuerpo cada vez más.

No podía creerlo, era demasiado bueno para ser verdad, ella acariciaba mi rostro y tomaba mi cabeza de a poco, estuvimos un poco mas disfrutando de eso, fue en ese momento que subí mi mano a su pecho, una leve sorpresa la invadió, pero en ese lenguaje corporal del amante se entendió la aprobación.

Las caricias fueron leves en un inicio, conocer sus pezones de forma externa, los bordes en forma de botón que sobresalen por su blusa y sujetador por primera ocasión, firmes y calientes, sé que ella lo disfrutaba, sentía sus besos con grandes bocanadas, su aliento de excitación eran cada vez más evidentes, los besos se volvieron más apasionados y las peleas de nuestras lenguas por invadir bocas ajenas, mis manos estrujando sus pechos, comenzaba a tocar su piel por las pequeñas rendijas que marcaba su blusa.

Un botón fuera, dos, tres y mi mano dentro de su blusa, conocí finalmente sus pechos piel a piel, sus pezones, duros y calientes, recuerdo claramente notar el olor a un sudor un tanto frutal al abrir su blusa, un aroma dulce… nos miramos y comenzamos a sonreír; ella de forma sutil abrió sus piernas; no perdí un solo instante para comenzar a recorrer esos muslos, su piel tersa y cálida, avanzar poco a poco hasta llegar a su ropa interior, pude interpretar que se trataba de una panti con encaje, recorrí los pliegues de la prenda, se notaba un calor intenso, poco a poco se palpaba una humedad evidente… y sus expresiones fueron evidentes, ella solo podía morder sus labios.

Comencé a acariciar su entrepierna con un dedo, apenas mis uñas, noté más humedad y fue entonces que pude hundir un dedo y recorrer sus labios carnosos y calientes, un leve gemido y una arcada hacia atrás fue la respuesta, su panti quedo completamente metida en su entrepierna, la despegue para comenzar una exploración más profunda. “No… aquí no por favor, por favor… aquí no, paremos por favor”.

Como negarme con una expresión de calentura y ternura que me expresaba, me sentí un poco cabizbajo, un sentimiento de algo indebido me inundo aparte poco a poco mis manos, solo pude pedir disculpas, ella se acomodo la ropa y quedo muda, pasaron unos pocos minutos, el silenció fue insufrible… pero ella se acerco de nuevo para abrazarme y decirme “sabes aún tengo novio… me gustas mucho, te miraba desde secundaría y ahora que estamos tan cerca no puedo evitar querer que toques todo mi cuerpo”; ¿Cómo era posible que hasta ese momento nunca me dijera nada de un novio?, Cuándo interactuábamos éramos siempre más que amigos o buenos amigos... Una tristeza y sobre todo una ira me recorría en ese momento.

Se que lo notó, tomo mis manos, las acariciaba y buscaba entrelazar sus dedos con los míos, como lo hacen los Novios… no podría entenderlo, poco a poco me calme al pensar en el mensaje completo que me mando, fue entonces que comenzó a besar mi cuello, pude sentir su lengua en momentos, con ella exploro un poco mi oreja, acto que me excito demasiado, me susurro… “no me siento cómoda de hacer cosas así en un lugar público, si quiero y puedo ayudarte a estar más tranquilo, solo dime como…”.

No dije una sola palabra, solo baje la mirada a ese pene enorme como montaña, ella solo me beso y bajo sus manos, palpo mi pene encima de mi pantalón, se sentían palpitaciones, bajo y beso mi pantalón en esa zona, sin dudarlo se incorporo y bajo el cierre con sus manos, metió una y me acaricio un poco, era evidente que no quedaría satisfecho con eso, en la oscuridad termino de liberarlo de esa incomoda prisión, comenzó a palparlo con ambas manos, lo exploraba de arriba abajo, termino por desabrochar mi pantalón, le ayude para bajarlo y dejar expuesto todo mi miembro erecto, lo comenzó a masturbar, con una mano acariciaba mis testículos duros y con la otra inicio un vaivén con buen ritmo, me besaba y yo acariciaba cuanto podía.

Estaba tan excitada que no puso peros cuando pase un brazo para alcanzar su hermoso trasero, unas firmes nalgas me esperaban, mi dedo medio recorrió ese pequeño espacio desde su ano hasta la entrada de su vulva, su panti estaba completamente metida y mojada por mis movimientos.

  • “Lo sabes no… es bastante grande, me gusta, me impresiona, pero también me asusta, quisiera tenerla dentro pero no aquí”. Ella me beso en la boca, ahora usábamos la lengua para dialogar.
  • “¿Es cierto que duele si no se atiende?”, pregunto con un tono delicado.
  • Si, la verdad es que duele y sobre todo los testículos; En mi caso no era verdad ese comentario, pero no podía perder esa oportunidad de Oro.
  • “Puedo ayudarte a que termines solo guíame”.

Comencé a acariciar su cabeza con determinación, note una resistencia y una sorpresa, mire sus ojos grandes por la situación.

  • “Nunca he hecho algo así, nunca en mi vida, puedo masturbarte”. Mire como usaba ambas manos para recorrer el tronco y tomarlo con una presión mucho mayor.

Note como la lujuria la invadía poco a poco, presionaba sus pechos contra mí y sentía sus pezones duros. Regrese a mi trabajo de acariciar esas nalgas, podía sentir de primera mano lo húmeda que estaba, con mi otra mano acariciaba su pecho y seguíamos en un beso apasionado.

Hice a un lado su calzón, sentí su piel hirviendo y noté como al mismo tiempo mi pene comenzaba a lubricarse bastante, ella jugaba con la cabeza y el tronco, me masturbaba de forma delicada. Pellizque uno de sus pezones y un pequeño gemido surgió de sus labios. Comenzó a masturbarme de forma más ruda mientras que yo esperaba y rogaba por una mamada, sentir sus labios y su lengua.

Saque mi mano de sus pechos y mi pulgar fue directo a sus labios, recorrerlos lentamente, sutil y eróticamente; ella de inmediato lo succionó, sentía su lengua envolver mi dedo y una succión gentil pero continua… acerque su cabeza a mi miembro, pero ella se negó.

  • “No, nunca lo he hecho, no por favor, pide algo más…”
  • No te preocupes, será cuando tengas ganas y no antes, de momento quiero probar tus pechos y tu sexo, ¿me dejarás?
  • “Si… Nunca he hecho algo así, no sé qué pensarás después de mí…”

Me acerque a ella y la besé sutilmente, ella no dejo de masturbarme en ningún momento hasta que me hinque delante de ella, desabotoné su blusa nuevamente; abrí los botones restantes y baje su brasier un poco, sus pechos estaban delante de mí….

Dios eran enormes, no son los más grandes que he probado, pero en esa época fueron sublimes, pechos naturales y enormes, probé y mamé cada uno como su fuera un recién nacido, ella después lo comprendí era una mujer con pezones muy sensibles, escuchaba sus pequeños gemidos, notaba arcadas y al mismo tiempo que masajeaba sus pechos noté como una de sus manos de forma discreta y casi invisible con uno de sus pulgares tocaba mi mano, la llevo hasta su boca para chupar mi dedo índice…

Era tan excitante la escena, no pensamos nunca en los cuatro pasajeros extras al frente muy cerca del chofer.

Me despegue y la besé; de inmediato baje a sus piernas, las separe con firmeza y determinación; a esas alturas ella estaba más excitada por esos actos y su papel parecía de sumisión total, comencé a besar sus piernas y juro que era casi posible sentir la electricidad que recorría su cuerpo.

Así que comencé a lamer hasta llegar a sus ingles, recorrer la marca de su ropa interior, sentir con la lengua el encaje y el dulce olor de su empapado sexo, sus arcadas se volvieron más frecuentes, así como sus leves gemidos,

Me tomo de mi cabeza y me miro en la oscuridad, el brillo de sus ojos resalto y lo supe; hice a un lado su ropa interior y comencé a lamer su sexo, probaba cada parte de su vagina de una forma perversa y deliciosa.

Escuchaba sus gemidos, se habían intensificado aún con la necesidad de intentar introducir alguno de mis dedos respeté el acuerdo, recorrí cada centímetro de sus labios, subía y bajaba con la lengua, los succione, marque círculos en la entrada de su vagina y subí hasta su clítoris (para ese momento ya tenía experiencia y tuve lecciones casi profesionales de una chica mucho mayor a mi) ella se mojaba a chorros  con cada segundo que pasaba, me coloque sus piernas en mis hombros y con las manos acaricie sus pechos. Mi siguiente jugada maestra fue introducir levemente mi lengua… ella solo pudo contraer sus caderas y con sus manos apretar mi cabeza, me jalaba del cabello con fuerza, mientras que yo lamí cada centímetro disponible dentro de ella y noté como llegó a un orgasmo casi de inmediato. Dios esa explosión fue magia pura…

Me reincorpore mientras la veía, su silueta oscura y una sonrisa, me beso el cuello y al oído me dijo “aún no termino contigo”.

Ahora ella fue quien se acomodó en cuclillas delante de mí, libero nuevamente mi pene con determinación y comenzó a chupar torpemente mi pene… Note sus dientes y solo le pedí que intentara solo succionar, ella lo comprendió y solo dedico a pasar su lengua por mi glande, succionarlo y masturbarme el tronco con una mano.

Su saliva comenzó a inundar mis testículos y recorrer en canal hasta llegar a mi trasero, era excitante por sentir un líquido que se enfrió muy rápido por la temperatura del ambiente. Se que lo noto y con una de sus manos intento juntar esa saliva para repartirla en el tronco y los testículos; me comenzó a masturbar de forma frenética; me besaba el cuello y me decía al oído cosas como “estoy tan mojada por ti, no sabes lo maravilloso que fue lo que me hiciste, ojalá nos dejen fuera para poder terminar esto”.

Acariciaba su cabeza, la dirigía en un ritmo de succión torpe, pero con gran énfasis... Sorpresa, uno de los pasajeros de delante se incorporó y comenzó a caminar a la parte trasera.

Una chica menciono “¿A dónde vas?”; la chica de pie en el pasillo replico, “Al baño a donde más he de ir”; en un tono más bajo se escuchó “Lleva papel”; la chica regreso a su asiento lo que nos dio tiempo a acomodarnos y fingir estar dormidos abrazados.

La chica que entro a la cabina del baño se quedó quizá una milésima de segundo mirándonos, parada, atenta, abrí mis ojos y solo note una sonrisa tenue, picara y entro al baño, supe que podíamos fingir dormir, pero el olor a sexo no es fácil de ocultar.

 

Al tener a Sandra recargada en mi pecho, alargue mi mano y acaricie nuevamente sus nalgas, ahora sin ningún recato metí mis dedos debajo de su panti, acariciaba su sexo de forma directa, jugaba con sus jugos, e introduje un dedo.

  •  “No, espera la chica entro”, lo decía con un tono de excitación mortal.
  • Estoy por terminar, no me dejes así; no era mentira, estaba a nada de terminar.
  • “Por favor no manches mi uniforme”.

 

Bajo el cierre de mi pantalón, libero mi pene mojado y se inclino a mamarlo con dulzura, estábamos muy excitados, no duramos más de 5 minutos en esa posición, mi dedo medio en su vagina y mi dedo pulgar acariciando su ano, que hermoso fue sentir que mis caricias eran bienvenidas y paraba de a poco su hermoso trasero.

En poco tiempo se escuchaba como en la cabina del WC alguien parecía acomodarse la ropa, pensar que nos podían ver me excito mucho y no pude más, los chorros de semen caliente brotaron a montones, ella intento separarse, pero no lo logro, solo abrió la boca grande, se que trago una buena cantidad.

Bajaron la cadena de agua, ella con el semen que tenia en la boca no pudo ocultarlo y de forma inconsciente lo trago, volteo a la ventana donde ya se veía cada vez más luz, yo alcancé a cubrirme; cuando salió la chica la reconocí, una compañera de mi primo, Karen recordé se llamaba, solo me dedico una risa coqueta y se fue.

Cuando se sentó en su lugar, ella me miro, nos quedamos atónitos y callados por la situación, saco un poco de papel y me ayudo a limpiarme, nos acomodamos la ropa, se reclino en mi pecho nuevamente.

Faltaba muy poco para llegar a nuestro destino y solo podía esperar que por alguna razón nos impidieran el acceso.

Cuando llego nuestro tiempo de descender noté como mi pantalón estaba húmedo y una evidente marca mi zona genital, ambos muy sudados y con grandes sonrisas; el conductor parece que nunca se enteró de nada, la amiga de mi primo y su compañera bajaron del autobús y fuimos los últimos en descender

 

Caminamos a la preparatoria desde la parada del autobús, no podía ni imaginar que por la hora en que llegamos no nos permitirían el acceso, esta aventura no terminó en una sola mamana; la suerte estaba de mi parte.

 

 

---Gracias por llegar hasta aquí, es mi primer relato, creo que es bastante largo, lo escribí como me sentía en el momento y espero que sea de su interés, espero seguir contando muchas de mis experiencias más adelante----.

Datos del Relato
  • Autor: Alexandro
  • Código: 63104
  • Fecha: 19-07-2021
  • Categoría: Entre Amig@s
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1469
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.222.200.143

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.835
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.826
»Total Votos: 511.803
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.975.994