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Categoría: Confesiones

Cuñada...

Es tan confuso a veces como pasan las cosas, poco a poco se van acumulando acontecimientos, que si bien al principio no significan nada, su repetición, los momentos incomodos, pueden hacer que algo que no es, parezca como si fuese, e incluso al mas astuto de los seres humanos puede confundir. Me atrevo a decir que algunas personas solo miran al frente, sin importar lo que pasa a su alrededor, solo para proteger su mente de hacer cosas, producto de las acciones de su alrededor, que nunca pensaron que podian hacer. Quizás para algunos es común, muchos se acostumbran a seducir y luego seguir como si nada hubiese pasado, hombres y mujeres, inmersos en deseos reprimidos, hacen pero no hacen, solo avanzan hasta donde no puedan comprometerse y poder huir sin un rasguño, una multitud de cobardes haciendo rutinas diarias de deseos inconclusos. No es asi mi caso, no puedo mirar a una mujer y pensar en seducirla o hacerla sentir querida por el único capricho de llevarla a la cama, no es tan complicado, para mi es sencillo, simplemente no puedo ser asi, si la miro y me gusta, tiene que gustarme bien, tiene que haber algo mas allá de un fisico que me atraiga de forma fuerte como para atreverme a decirle algo tan común como un hola. Y no es que sea alguien exquisito ni que mire por encima de mi hombro, solo me refiero a ese momento donde uno dice, o piensa "wow, esa mujer me atrae". Es asi como me sucedió cuando la conocí a ella, una mujer prohibida, mayor que yo, pero con algo que me atraía fuertemente, ella casada y yo andaba conquistando a su hermana. Todo iba muy bien, aunque su hermana, no le agrade de entrada, al tiempo fui conquistandola, con pequeños detalles, con eso que llaman amor. En realidad de mi chica todo me gustaba, absolutamente, era un poco de extraña perfeccion en este mundo, pero que tortura para mi existencia, que precisamente aquella otra mujer fuese su hermana, que ahora es mi cuñada. Las cosas iban mejorando cada vez, ya proximo a casarme con mi chica, cada día que compartía con ella valía la pena. Pero cuando llegaba mi cuñada algo extraño pasaba en mi, no podía controlarlo en mi interior, aunque mi exterior se mostraba tranquilo y reservado, mi trato hacia ella cordial y educado, sin nada que hiciera pensar otra cosa, mas mi cerebro me jugaba malas pasadas, la traía a mis sueños, pensaba en ella a cada rato, llegaba a ser tan tangible que casi podía sentir que la tocaba en mis noches, en aquellas donde en mis sueños aparecía. Al punto que llegué a sentirme mal, ya mi chica era mi esposa y aun eso no se me quitaba, mas bien parecía aumentar, pero aun me dominaba y me controlaba. Un día no pude mas, supe que estaba en grave situacion cuando llegué a masturbarme pensandole, y para mas desesperación, no me sentía mal al acabar, me sentía como si ella, sin saberlo complementaba esa parte tan extraña de mi, me desconocía, no sabía que ya pensar de mi mismo. Fue entonces cuando decidí que debía contarle alguno de mis sueños, solo a manera de desahogo, pensando que quizas asi ya no me volvería a pasar. Temblaba de nervios al escribir en un papel todas esas locuras que estaba plasmando, interiormente era concreto en mi el sentimiento de que al ella leer eso sería el fin de nuestro buen trato. Y si que lo teniamos, veimaos pelis juntos, a veces incluso le hacia masajes, eran muchas cosas que solo colaboraban a que aumentara mi locura. Gracias doy que mi nivel de dominio propio era mas alto de lo habitual, creo que debido a lo mucho que me contuve durante mi vida a no desbocarme por ninguna mujer. Creo que de no haber sido por eso mucho antes habria cometido el error de insinuarle o meter la pata hasta el fondo dejandole ver lo que me hacia sentir. Hasta el dia que leyó mi sueño... recuerdo que me sentía ansioso de saber que pensaría, casi no dormí pensando en lo que había en su mente mientras leia todo eso, le conté detalles exactos, de todo, hasta de la forma como la penetraba, y de como se sentian sus besos y de como la besaba a escondidas en todas partes. Su reacción fue demasiada confusa para mi, no se molestó, no dijo que no volviera a escribirle ni a hablarle, mas bien al contrario, se mostró tan cariñosa que a veces me confundía a mil. Pasaron muchas cosas, que puede que no signifiquen nada, miradas, leves toques al caminar, comentarios de ella semejantes a: -"mi trasero feito, el que me lo quiera lo debe querer asi"- delante de mi, y yo pues como que pensando, -¿feito? nada que ver, no es feo es hermoso-. La historia es larga, porque todo se ha dado de una forma que sin querer se ha vuelto importante para mi, pero he comprobado que las mujeres pueden ser tan frías como un tempano de hielo, pueden hacer y no hacer y decir que ellas no sabian lo que hacian, sin importar los sentimientos de los demás. 



Veiamos una pelicula, ella llevaba una falda corta, y debajo una tanga que se escondía entre sus gluteos, lo se porque cada vez se agachaba a buscar cosas y llegue a verla, y mi esposa tuvo que regañarla, pero en mi mente siempre pensaba que eso era algo que hacia sin querer, que ella me veia como un hermano, un cuñado y punto. Pero mi parte carnal, confundida, excitada, batallaba conmigo en busqueda de descifrar que era lo que estaba pasando. Me senté a su lado, mientras mi esposa en la parte baja de la cama saco una silla y se sentó, mi cuñada es friolenta, y yo tambien, asi que nos cubrimos con un cubre cama de esos esponjosos, bajo las sabanas le acaricié sus pies, ella se dejaba y poco a poco fui subiendo acariciando sus batatas, sus muslos, mi esposa salió un momento de la habitacion y yo seguí acariciando, y mi cuñada callada solo recibía mas, yo cada vez iba mas arriba, incluso llegué a subir su falda, a sacarla de la presion que hacia con el colchon y subirsela hasta acariciar el borde de sus duras nalgas, ella permanecia allí, recibiendo mis caricias, hasta que mi esposa llegó y yo quité la mano por miedo a que se notara algo. Mi esposa nos trajo algo de comer y mi cuñada se sentó al igual que yo. Me sentía mal, me sentía excitado, estaba realmente confundido. ¿porque no me dijo nada? ... Al día siguiente fuimos de nuevo a ver peliculas, era tiempo de año nuevo, teniamos esos dias libres, algo parecido sucedió pero esta vez mi esposa salió del cuarto y quedé al lado de mi cuñada, en la cama, acaricié su muslo sobre la rodilla, iba subiendo poco a poco, casi llegue al borde de sun panty y ella se puso nerviosa, y dijo: -tengo hambre, voy a hacer algo de comer-, entonces le dije que no se fuera y la abracé y me puse a sus espaldas, ella me dijo que me quedara quieto que podía llegar mi esposa, pero yo parecía no entender, ella se resistía pero sin hacer tanta resistencia, se levantó y la abracé, alcancé a tocarle una nalga ya directamente y ella me evitó, rechazandome, diciendome que estaba loco que podian descubrirnos. Me sentí recontra fatal, apenado, desleal, hasta inmoral, mi corazón parecía desfallecer. Ella bajó y yo fui a conversar con ella, le pedí disculpas y me dijo que no debía repetirse eso. que teniamos que controlarnos... Ya va, ¿teníamos? al fin escuchaba algo que me dejaba claro que ella tambien sentía algo, aunque despues quiso decir otras cosas y solo le pregunté: -¿tu te dejarias acariciar asi como yo te acaricie por cualquier otro hombre? piensa en cualquiera que conozcas, ¿lo harias?- y me dijo que no, que lo partiria en dos a golpes, entonces le dije, yo tampoco puedo tocar asi a ninguna mujer. Y no hablamos mas, pero me siento muy mal... 


Datos del Relato
  • Autor: Aitor
  • Código: 47830
  • Fecha: 15-01-2018
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 9
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3289
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