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Categoría: Lésbicos

UN RICO SEXO LESBICO CON SELENE

En cuanto probé a las chicas no pude dejar de hacerlo y es que tener un buen cuerpo femenino encima mío, me excita muchísimo.



Luego de que Luis y yo llegamos a un acuerdo, donde podíamos gozar con quien quisiéramos, para mí fue como soltarme la rienda y con hombres y con mujeres por igual.



En mi oficina trabaja una chica de nombre Selene, ella, tiene 24 años y viene de Guadalajara, ¡obviamente tiene un cuerpo hermoso, nalgas grandes, tetas grandes, ojos verdes, un cuerazo de mujer!



¡Desde que la vi fantaseaba con tenerla conmigo o con otros, pero quería tenerla desnuda y darle una rica cogida!



A veces cuando menos planean las cosas pasan y así sucedió con ella, estábamos afinando una presentación en la oficina para un muy buen cliente y al final solo quedamos ella y yo, ella traía una licra negra que se transparentaba su rico cuerpo, su tanga, uf, la niña me había puesto cachonda, no podía dejar de verle su rico par de tetas, ella al percatarse solo me sonreía, no se s i no se daba cuenta o me daba entrada, así que yo hoce lo mismo, me abrí mie escote, me cruzaba de piernas, le permitía recargarse en mí, ambas estábamos de calientes!



L: Oye Selene, ¡vamos a cenar saliendo!



S: Lety, gracias, pero no puedo, ¡tengo que llegar a casa!



L: ¿Y eso?



S: No lo sabes, ¡pero estoy casada!



L: ¡Jajá, perdón, no sabía!



S: Descuida, no pasa nada, ¡mejor sigamos trabajando!



La idea de tenerla me invadía, me moría de ganas por manosearla y hacerle el amor, pero media mis intenciones, pero ella al parecer no, me seguía sonriendo, me acerba sus tetas a mi cara, me pegaba sus nalgas, ¡dios estaba excitadísima!



L: ¡Ay, Selene, que trasero jajá, casi me tiras!



S: Perdón hermosa, jajá, ¡tú no te quedas atrás!



L: ¡Que hermoso cuerpo tienes, yo a tu edad no estaba así!



S: ¡No! Si estas buenísima! ¡Con todo respeto y cuantos tienes 33 o 34 verdad!



L: ¡Gracias nena, si tengo 34, ya soy una abuela!



S: Para nada, ¡yo sé que despiertas bajos deseos en todos los de aquí y en algunas, jajá!



L: ¡Jajá, favor que me haces, pero no, la que despierta los deseos eres tú!



¡Nos lanzamos miradas coquetas, sabía que Selene me estaba dando entrada, con sus miradas y como me tocaba!



Fue cuando estábamos buscando unas carpetas en el archivo muerto cuando decidí lanzarme directo al ruedo, ella estaba de espaldas tratando de alcanzar una carpeta, su hermoso trasero se veía majestuoso, junto con ese tremendo par de piernas, no resistí más y la abrace por atrás, ella se quedó anonadada, no se movía, mi abrazo era fuerte, repuje mi concha a sus nalgas, sentí como se estremeció y un leve exclamo salió de ella.



S: ¿Que... haces Lety?



L: ¡Uhm, nena, solo te abrazo!



S: Si, pero más que abrazo, ¡parece otra cosa!



L: Así, ¿que parece?



S: ¡Como si me estuvieras encoxando!



L: En serio, ¡pues si tuviera pene ya te lo estaría metiendo!



S: ¡Lety, pero que dices, acuérdate que soy casada!



L: ¡Yo también, te guardare el secreto!



Inmediatamente ella volteo y empezamos besarnos, un beso tan rico, que me quedaba sin saliva, sus manos apretaban mi cintura, ¡mientras las mías apretaban sus duras y grandes nalgas!



S: ¡Lety, no sabes cuánto te deseo!



L: Y yo a ti hermosa, ¡me tienes loca!



S: ¡Me encanta tu cuerpo, quisiera ser tu amante!



L: Nena, que rico, ¡con gusto!



Me quite e saco que me cubría y me deje en mi blusa blanca entallada, Selene se despojó de blusa dejándome un par de enormes tetas listas para mi boca, no dude en empezar a recorrer ese par de montañas que tenían un sabor sin igual.



Su mano acariciaba mis muslos, nuestras lenguas se enredaban riquísimo, nos fuimos hacia la mesa que ocupábamos para los documentos, los cuales tiramos al piso, me senté en la mesa levantando mis piernas, Selene empezó a recorrerme con su lengua desde mi entrepierna hasta mis pies, me besaba lamía y mordía las piernas, ¡al parecer eso era lo que más le gustaba de mí!



S: Que rica, que hermosas piernas, ¡me encantan!



L: ¡Si mi amor, son tuyas!



S: Mmm! ¡Aunque también esto me gusta!



Con sus dedos acariciaba mis labios vaginales, su lengua lentamente se dirigía hacia mi vagina, que empezaba a humedecerse con lo que me hacía.



Finalmente empoza a hacerme un muy rico oral, su lengua y sus dedos me hacían gozar, esta nena sabía perfectamente donde tocar y como, enrollaba su lengua para simular una penetración, me subió la blusa y me apretaba las tetas, mi clítoris estaba infladísimo a causa del trabajo que me hacía Selene, fue entonces que yo también quise probar sus delicias, me despoje de mi blusa y levante a Selene, le baje su licra y su hermosa tanga de encaje, ¡y nos acomodamos para un delicioso 69!



L: Que rica, ¡sabes delicioso!



S: ¡Agh, que rico lo haces, uf!



L: Estas buenísimas amor, que cuerpo, ¡me enloquece!



S: ¡Cómeme, soy tuya, mmm!



Ambas nos tragamos nuestras pepas de una forma tan rica, el oral que me daba nunca antes un hombre me lo había hecho así, ni siquiera otras chicas, ¡se notaba que Selene era una buena come concha y vergas!



L: Que envidia, ¡tu marido ha de estar feliz!



S: No solo el, ¡me encantan las chicas!



L: Si, lo note, ¡mas ahora con lo que me haces!



S: ¡Desde que te vi, tuve ganas de hacértelo!



L: ¡Yo igual!



Me puse en cuatro empinadísima en la mesa, Selene lamia mis muslos y con sus manos me empoza a masturbar riquísimo, usaba dos dedos, después fueron cuatro, su movimiento era veloz, pero muy rico, me hacía gemir, sentía como si me estuvieran dando una buena verga, Selene me daba de nalgadas y me as mordía, me apretaba las tetas, ¡me sometía riquísimo!



L: ¡Ahg, así, Selene, que rico!



S: ¡Que hermoso coño, mojas magnifico!



L: ¡Uf, mas, mas!



S: Eso, así, ¿te gusta?



L: ¡Me encanta, sigue!



¡Ahora ya su mano estaba dentro de mí, su lengua lamia mi ano, el cual espesaba a dilatarse lentamente, ahora sentía como su lengua entraba y salía de mi culito y su mano de mi vagina!



Me tenía gozando de lo lindo, jamás una chica me había hecho sentir eso, un orgasmo llego a mi vientre, me moví como serpiente al ritmo del placer, ¡mojaba toda su mano y ella disfrutaba de lo que me hacía!



L. Que rico, uf, dios mío!



S: ¡Me encantan las mujeres como tú!



L: ¡Jajá, ahora me toca, ven chiquita!



La puse igual en cuatro, mi lengua empezó a lamer su ano y vagina al mismo tiempo, mis manos apretaban sus tetas grandes, ¡dándole masaje a sus pezones!



Le daba de nalgadas y le mordía muslos y nalgas, fue entonces que con mis dedos hice un tipo tijera y empecé a introducírselos en su ano y vagina respectivamente, lo hacía con suavidad, ella lanzaba suaves gemidos y yo como una buena macha, ¡disfrutaba al verla gozar!



S: ¡Ah, mami, si, así, agh!



L: Que rico culito, esta tan apretado y dios como mojas, ¡que sabrosa!



S: ¡Mas rápido, hazlo rápido por favor!



L: Eso me agrada, pídeme más, ¡soy tu ama!



S: ¡Mételos rápido, y doble, quiero gozar!



Ahora con dos dedos en cada orificio la penetraba, lo hacía rápido y brusco, le mordía las nalgas, le besaba las piernas, esa mujer me tenía loquita, sus fluidos empezaron a salir, su culito se abría riquísimo y fue cuando con mi otra mano también le metí dos dedos, ahora cuatro en su ano y dos en su vagina, ¡moviéndose rápido y haciéndola gemir de placer!



S: ¡Agh, si, dio que placer!



L: ¡Nena, que rico, uf!



S: Me matas, ¡mi culo!



L: ¡Ahora es de tu ama, muévete, muévete!



S: ¡Mami, agh, que rico!



Selene no contuvo más su placer y también tuvo un orgasmo, fluidos brotaban de su vagina salpicándome rico, yo seguía estimulando a la nena para hacerla gritar más, total solo estábamos ella y yo en el lugar!



En un lapso de beso y caricias reposamos del orgasmo obtenido y ahora ambas en la mesa, ¡nos entrelazamos para unir nuestras vaginas!



Ambas teníamos experiencia y se notaba ya que sabíamos como movernos, el sonido de nuestras vagina chocando era maravilloso, nos mirábamos con deseo carnal, a veces nos acercábamos para besarnos, nos apretábamos las tetas, gritábamos y gozábamos mucho!



L: ¡Agh, si, que rico!



S: ¡Lety, te mueves riquísimo dios!



L: ¡Tú también y tu cuerpo, uf!



S: ¡Quiero estar así contigo todo el tiempo que se pueda!



L: Claro nena, ¡ahora eres mi amante!



Nos venimos juntas una vez más, otro orgasmo maravilloso teníamos juntas, ¡besos mordías y apretones lo complementaban!



Al terminar de coger, recogimos las cosas tiradas y seguimos trabajando, aunque aprovechábamos para manosearnos y besarnos, finalmente a la 1:00 am terminamos el trabajo, al salir su marido estaba esperándola, ella me lo presento y al ver como se besaban me excito mucho, ya que recordé como unas horas atrás, ¡mi concha era la que estaba en su boca!



Selene y yo tuvimos sexo un par de ocasiones mas, hasta que se fue a Torreón, pero nunca olvido a esa rica nena bisexual!



¡Saludos, su amiga Lety!


Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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