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Categoría: Maduras

Patricia, mi alumna caliente

Esto que les voy a contar es una historia real, que me paso en el verano con una mujer a la que yo entrenaba todos los días desde hacia casi dos años.



Yo soy Matías, tengo 22 años y soy profe de educación Fisica. Tengo un cuerpo trabajado por la actividad, ya que soy jugador de voley de hace muchos años.



Ella se llama Patricia y tiene 34 años, es la madre de una amiga de mi hermana y vecina mia. Además de todo eso es casada, tiene un muy buen cuerpo, unas gomas tremendas, buena cola y una cara de perra monumental.



Ahora que ya se las presente les voy a contar la historia.



Resulta que yo iba 3 veces por semana a su casa por las clases de gimnasia, y ella siempre usaba unas calzas apretadísimas con una diminuta tanga encima y un top haciendo juego que le resaltaba esas enormes gomas. Yo siempre la miraba, la tocaba un poco con la excusa de corregirla, pero de ahí no pasaba, ya que apenas me acercaba me ponía al palo y así aguantaba toda la clase.



Pero un día tenia un dolor de huevos impresionante así que cuando termine le pedí pasar al baño y me hice una paja tremenda y acabe en una tanga de ella que estaba allí. Cuando salí y me estaba yendo me anime y le di un beso en la boca, yo pensé en ese momento que se venia el cachetazo, pero para mi sorpresa ella me siguió y me metió la lengua en la boca, bien hasta el fondo.



En ese mismo momento le apreté una teta, y ella me contesto con un tremendo apretón de huevos. Estábamos detrás de la puerta, y cuando sentimos ruido de llaves cortamos, nos despedimos y quedamos para la clase del día siguiente.



Cuando llegó el horario de la clase me abrió la puerta vestida igual que siempre pero me di cuenta de que debajo de la calza no tenia nada. Se me paro la pija al toque. Ella se dio cuenta, pero la clase empezó normal hasta que tuve corregirle un ejercicio y me acerque al mismo tiempo que apoyaba el paquete en el orto. Ella movió el culo como queriendo tragarse la pija con las calzas puestas, fue en ese instante que la di vuelta y comencé a besarla lujuriosamente y a desvestirla. Cuando estaba totalmente en bolas le chupe las tetas y fui bajando hasta su concha depilada que estaba totalmente mojada y comencé a chapársela. Gemía de placer, al tiempo que con las piernas me apretaba la cabeza.



Cambiamos y ella me bajo el short y la pija salio como un animal de se encierro, por lo que la empezó a chupar como un helado y a pasársela por las gomas. En seguida le acabe en la cara. Nos levantamos del suelo y nos fuimos a su habitación. Ni bien entramos me dijo al oído: "cogeme, haceme ver las estrellas en pleno día", yo acepte encantado, la tire en la cama y de tan mojada que estaba su argolla, mis 20cm entraron de un solo empujón.



Comencé a moverme como loco, al tiempo que ella movía en círculos sus caderas como queriendo exprimirme la pija, al toque tuve como 2 orgasmos seguidos, lo que me calentó aun mas. Después cambiamos de posición, la puse perrito, le metí dos dedos en el culo para dilatar y le apoye la cabeza en la entrada del agujero. Ella me dijo: "por ahí no que soy virgen", lo que me motivo aun mas por lo que empecé a empujar despacio. Ella se agarra del respaldo de la cama para no gritar, y algún lagrimón creo que se le escapo, pero enseguida me dijo "haceme tener otro orgasmo por el culo, pendejo", con lo cual me moví como loco y después de una serie de espasmos, llegamos a un violento orgasmo y le llene el orto de leche caliente.



Le dije que me iba a bañar, porque se me hacia tarde y tenia otra alumna. Entonces entro al baño me empiezo a bañar y de repente aparece ella, me empieza achurar la pija y así de parados bajo el agua nos echamos otro polvo fenomenal, nos enjabonamos mutuamente, nos secamos, me vestí y me dirigí a la puerta. Cuando me iba a abrir le doy un beso y se me pone la pija al palo otra vez entones le saco la bata y la cojo un poco por el culo, cambio a la concha y le lleno el nido del amor de leche. Le di un beso y me fui.



Después de ese día, aparte de que me regalo una tanga suya, todos los días en que teníamos clases nos echábamos 3 o 4 polvos, y los días en que su marido no estaba su hija iba a dormir a mi casa, yo ponía la excusa de que me iba a estudiar a la casa de una amigo y pasaba la noche cogiendo como loco en su casa.



Al cabo de tantos polvos sin forro, ella quedo embarazada y hoy ese hijo, su marido cree que es de el, ni se imagina como seguimos cojiendo todavía, y, espero que, cuantos hijos mas le vamos a encajar.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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