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Categoría: Confesiones

La primera cita con el ginecólogo por embarazo

Salió embarazada mi esposa, por edad el embarazo obviamente era de alto riesgo y acudimos a un especialista caro, obviamente los caros son en el hospital Ángeles y son menores de 45 años... semi jóvenes, de dinero y todo lo demás.



Horas antes de la cita mi esposa me pregunto ¿Me rasuraré? ¿Que será mejor? fue cuando me cayó el 20 de las cosas y me calenté un poco y fingiendo desinterés le dije "rasúrate toda mejor" para que el tipo no batalle nada.



Llegamos puntuales a la cita, mi esposa nunca había estado en el ginecólogo y yo mucho menos, le explicamos las generales de mi mujer al médico y nos explicó de entrada que había dos maneras de revisarla, una de la tradicional que era con el ultrasonido tradicional o con un transductor vaginal que captaba mayor detalle, él nos recomendaba la segunda opción debido a la naturaleza de las características del embarazo, pero que era más invasivo.



Por confianza optamos por la segunda opción desconociendo el tema, mi esposa fue a cambiarse a un pequeño cuarto que tenía el doctor dentro del propio consultorio y en eso mando llamar a una asistente que tenía toda la fachada de lesbiana, la recuerdo perfectamente, era jovencita, sin maquillaje y sin muchos pechos ni glúteos y con una ligera uniceja.



Salió mi esposa con una bata de papel abierta totalmente por detrás y la asistente la llevo hacia el rincón donde el doctor tenía sus aparatos y demás cosas para los exámenes, el pequeño rincón contaba con una luz más tenue.



Mi esposa se veía súper nerviosa y yo también, lo primero que note es que la asistente no le quito la vista al culo de mi esposa el cual ya tenía marcada celulitis, la acomodo en la mesilla de examen y le pidió que abriera las piernas, mi esposa tenía la cabeza en la mesilla recostada y la asistente le ayudo a separar las piernas para acomodarlas en el potrero o como se llame el porta piernas, yo en el medio a un lado de la mesilla pude ver como la desgraciada lesbiana se gozaba con la vista a mi esposa.



Llego el doctor y dijo que haría primero una revisión "de espejo" , puso un espejo y tenía una especie de cámara la cual mandaba video a un monitor donde mi esposa podía ver lo que ocurría en su vagina, el medico la reviso con los dedos, introdujo un pequeño objeto como un dedal que se expandía un poco, saco un palillo con un algodón y saco una muestra, después le pidió que se pusiera al revés y se hincara, la cara de mi esposa estaba pálida, yo estaba tan nervioso también que no tuve el temple para excitarme, quedo con las nalgas de perrito, nunca había visto sus nalgas, ano y vagina a tanto detalle, en sus glúteos se apreciaban algunos pequeños granitos.



Los segundos eran eternos, como gotas de agua cayendo lentamente, el médico luchaba con una caja nueva de guantes de látex para ponerse otro en la otra mano y la asistente parecía que estaba viendo oro en esa escena, volteaba uno a verla y parecía muy decente y despistada, pero para cuando tenía que voltear clavaba sus ojos en toda la humanidad sexual de mi pobre mujer y se veía que disfrutaba la vista.



El doctor se acomodó y le dijo a mi esposa "si hay molestia dígamelo por favor", se lubrico dos dedos y uno lo introdujo en el ano de mi esposa, lo empujo unas 4 o 5 veces y le dio vueltas y después introdujo otro en la vagina y empezó a contraerlos, yo estaba pasmado, nerviosísimo, cualquiera diría que era muy excitante pero estando ahí siendo nuestra primera vez eran puros nervios.



Cuando el doctor saco los dedos pude ver que el de la vagina salió rapidísimo y mojado, en cosa de segundos me dio un olor y me percate que mi esposa tenia los labios mojados, verga... fue el dedo en el culo, estaba yo apenadísimo.



Le dijo el médico a la asistente que ayudara a mi esposa a acomodarse y él fue a una especie de vitrina y no supe que hizo o a que exactamente, estaba petrificado, cuando mi esposa se puso de nueva cuenta boca arriba se veía que era más que obvio que estaba mojada su vagina, la asistente vio a mi esposa y asintió con la cabeza y una pequeña sonrisita de "es normal".



Llego el médico y saco un condón y se lo puso al mentado transductor vaginal que resultó ser una especie de consolador delgado largo conectado a un aparato de ultrasonido, una vez puesto el condón le puso unas cuantas gotas de un lubricante y le dijo a mi esposa "si molesta hágamelo saber y se lo introdujo... yo ya estaba apenadísimo porque mi esposa estaba mojadisima, tenía coraje de cierta forma por no saber controlarse... cuando el tipo le introdujo el aparato fue como ver mantequilla ser cortada con un cuchillo caliente... ese fue el examen más largo pero tranquilo afortunadamente.



Ni en el carro ni en la casa volvimos a tocar jamás los temas del ginecólogo ni de nada al respecto, pero después de esa cita en la noche recupere la compostura y me masturbe al menos 4 veces y esa experiencia a la fecha me ha dado mucho placer.



Después de esta cita vinieron muchas más, por suerte ya solamente fueron con el transductor y después del embarazo ya no volvimos, hace unos meses (con más maña) le sugerí al menos 3 veces para que se hiciera los chequeos de edad pero no me dijo nada.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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