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Categoría: Maduras

Vida diaria

Era la mañana del lunes, dormí placenteramente soñando la buena cogida que me había dado en la playa Freddy. Me levanto a prepararle el desayuno a mi marido, me pongo una bata con ropa interior, se marcha cerca de las siete de la mañana, quedo sola en mi casa, mis hijos no están, se fueron de paseo el fin de semana y llegan hasta en la noche.



Tocan al portón como a las ocho de la mañana, me asomo y es el jovencito que me llevó las tangas, las que le compraba a su mamá.



-Buenos días, doña Haydee.



-Buenos días. Como está?



-Bien, doña Haydee, pasé a saludarla antes de irme para la U. no me la puedo sacar de la cabeza. Usted es muy linda, es lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida. Mi primera mujer.



-No hable fuerte que lo pueden escuchar los vecinos, a esta hora siempre se comienzan a reunir ciertos hombres del barrio en la esquina del parquecito. Pase adelante.



Le abro el portón para que ingrese a mi casa. Estamos en la sala y de una vez me abraza y me lleva hasta la pared, me aprieta contra el, sintiendo su verga erecta. Me besa el cuello y se desliza hasta mis tetas.



-Tranquilo, mi niño, tranquilo. Después llega alguien y nos ve, ya sabe las consecuencias que me traería esto.



-Es que no puedo sacarla de mi mente, este cuerpo tan lindo, tan hermoso, con unas tetas preciosas.



Restriega su cara contra mis tetas, logra sacarme una y me la comienza a mamar. Intento retirarlo de ellas.



-Tranquilo, le dije, no se desespere.



-Es que con usted cerca de mi no me puedo estar tranquilo. Ayer me quedé con las ganas de estar cerca de usted, de tenerla conmigo en la playa.



-Ud. ayer estaba de necio, yo le dije que no lo podía atender y siguió insistiendo.



Intento quitar al joven de mis tetas y esto lo excita más, logrando sacármelas del brassier, me las mama ricamente.



-Uy, mi niño, que rico que me las mama.



-Me encantan sus tetas, doña Haydee.



Me aprieta con fuerza su verga contra mi vagina, me embiste como si estuviéramos en el acto, se me moja la vagina.



Tocan el portón y escucho la voz de Luis.



-Buenos días.



Trato de quitar al joven de mis tetas.



-Suelte ya por favor, alguien me busca.



Lo logro despegar de ellas y me acomodo la ropa.



-Siéntese y se pone los cuadernos en las piernas para que se tape la erección que tiene, por si tiene que entrar Luis.



Salgo a la puerta y contesto.



-Buenos días, Luis. Que lo trae por aquí a esta hora.



-Traigo el informe de las fiestas y necesito que usted lo firme.



Abro el portón para que ingrese Luis y antes de que diga o haga algo le digo,



-Estaba conversando con el hijo de María, estábamos sacando cuentas de lo que le debo a su mamá.



Entramos a la sala y el joven me dice.



-Bueno, me marcho, doña Haydee, tengo que ir a clases.



Se levanta y salgo con el al portón.



-Pase cuando regrese de clases, lo voy a estar esperando.



Cierro el portón y regreso a atender a Luis. Me está esperando con los documentos.



-Luis, vamos al comedor para firmarle los documentos.



Lo llevo hasta la mesa, la que me trae buenos recuerdos, ya que había culiado sobre ella.



Estoy poniendo los documentos sobre la mesa cuando siento a Luis detrás de mí, me hala de la cintura colocando su paquete sobre mis nalgas, me besa el cuello y sus manos las coloca sobre mis tetas. Me las masajea, me le da pequeños pellizcos a mis pezones. Hace movimientos de cadera apretando su verga en mi culo.



-Siempre rica, mi negra, preciosa, con unas tetas lindas.



Coloco mis manos sobre la mesa para apoyarme. Una de sus manos la baja hasta mis piernas y comienza a buscar subiéndome la bata. La lleva hasta en medio de mis piernas, me mete la mano sobre mi tanga y masajea el clítoris, sacándome gemidos.



-Uuuhhhhh, aaaaaaahhhhhhhh.



Mete su mano en mi tanga y un dedo me comienza a recorrer mi raja, la tengo bien mojada. Me mete el dedo en la vagina y hace que tenga espasmos mi cuerpo cuando me lleva al orgasmo. El joven me había dejado excitada y ahora Luis estaba haciendo que explotara. Me sube la falda hasta mi cintura, me baja la tanga dejando mi culo desnudo, pongo mis tetas sobre la mesa y el se inclina para comenzar a mamarme la vagina. Me la recorre con su lengua, me la hunde y la mete y saca como si fuera su verga. Hemos culiado tantas veces que el ya sabe mis gustos, es mi apaga fuegos.



Me succiona mis labios vaginales, se los mete todos en la boca, mi cuerpo se estremece al dedicarse a mamar mi clítoris, me tiene bien caliente, ya me ha sacado dos orgasmos con sus mamadas. Se pone de pie y se saca su verga. Me la apunta en la entrada de mi vagina y me la hunde poco a poco hasta llevarla al tope, logra metérmela toda aprovechando que la tenía bien lubricada.



-Oh, Luis, que rico que siento.



-Doña Haydee, usted es muy linda, hermosa. Yo no dejo pasar oportunidad para culiar con usted.



Comienza a bombearme con intensidad aprovechando que estoy apoyada sobre la mesa, mis nalgas rebotan en su cadera al hundir por completo su verga en mi ardiente vagina. Me viaja cerca de cinco minutos, me desconecta y me sienta al filo de la mesa y hace que me acueste y levante las piernas, me las abre y el se coloca en medio y me hunde de nuevo la verga. Me bombea de nuevo con fuerza y hace que mis tetas se bamboleen en cada embestida, me masajea las tetas y a los pezones me le da pellizcos.



Hace que me levante y me deja conectada a su verga y me mama las tetas.



-Luis, vamos a mi cama.



Lo llevo a mi habitación halado de su verga. Me empuja y me cae encima, se acomoda y me hunde la verga en la vagina, yo levanto mis piernas y las coloco sobre sus hombros.



-Rica, mi negra.



Comienza a penetrarme rápidamente, siento delicioso en cada penetrada al pegar por completo nuestros vellos púbicos, me introduce por completo su verga, estamos entretenidos que perdimos la noción del tiempo.



Luis había aguantado bastante, se está preparando para darme su descarga de semen, comienza a tensar su cuerpo y deja toda su verga dentro de mi vagina. Yo comienzo a accionar mis músculos vaginales y le aprieto la verga haciendo que apure su descarga, ya no aguanta. Su verga se mueve dentro de mi vagina, siento como va descargando su semen, siento que su leche me quema mis entrañas, es una sensación deliciosa. En mi excitación escuche un ruido lejano y no le presté mucha atención, Luis me está descargando su rica leche. Estamos sudorosos de la lucha cuerpo a cuerpo que tuvimos en la cama, jadeamos, nos besamos. Escucho que apagan una moto frente a mi casa, intentan abrir el portón. Mi corazón me palpita aceleradamente al escuchar a mi marido saludar a alguien en la calle. No se que hacer.



-Luis! Mi marido!!



-Ahora que hacemos doña Haydee.



-Corra y enciérrese en el cuarto del fondo, llévese la ropa.



Busco mi tanga y no la encuentro en la cama, la había dejado en el piso en el comedor.



Luis sale rápido y se encierra desnudo, yo salgo para el comedor y observo la tanga en el piso, la recojo en el momento que entra mi marido a la sala y me siento rápido prensándola en la silla, siento mis piernas llenas de semen.



-Haydee, porque esta sudando.



-Estaba haciendo ejercicios.



-Vengo a buscar unos papeles que deje en el cuarto del fondo.



Me levanto como un resorte. Le contesto:



-No, usted ahí no ha dejado nada. Todos sus papeles están en la habitación de nosotros.



Mi tanga cae al suelo, está llena de semen, logro disimular para que mi marido no la vea. Trato de esconderla debajo de la silla. Mi marido sale a buscar los papeles y yo salgo rápidamente al cuarto del fondo. Luis esta desnudo y le digo:



-Escóndase debajo de la cama. Voy a entretener a mi marido y buscarle los papeles.



Trato de limpiarme con una toalla mis piernas. Salgo con unos papeles que encontré y se los llevo a mi marido.



-Encontré estos en los archivos de la biblioteca.



Los coge, me toma de la cintura y me besa. Me mete mano debajo de la falda a tocarme mis labios vaginales y el clítoris.



-No trae nada por dentro. Esto se siente grandecito, Haydee, como si estuviera excitada.



Me mete un dedo en la vagina, lo saca y se lo pega a la nariz.



-Esto huele como a semen!



-Que le pasa, son ideas suyas. Ahora está de celoso conmigo. Paso sola en la casa. El que vino ahora fue Luis a dejarme los papeles para que los firme, los puede ver ahí en la mesa.



-Bueno, total, el que menos tiene que hablar soy yo. Casi no paso en la casa.



-Si. El que menos tiene que hablar es usted. Cuando tiene libre ahí se va a ver a esa otra mujer.



-Bueno, ya! Mejor me quedo callado.



Me hala y me levanta la falda dejando a la vista todo mi monte de Venus. Trata de sacarse su verga.



-No, ahora no, nos pueden ver de la calle.



Me hala al otro lado de la mesa. Se inclina y pega su nariz a mi vagina.



-Haydee, huele a semen. Ud estaba culiando, tiene esto mojado.



-No siga de necio. Ya le dije, son ideas suyas. Si estoy así es por que estaba haciendo ejercicios.



-Donde tiene escondido a ese hombre. Dónde? Dígame ya.



Me toma a la fuerza y me sacude. Grito desesperada, trato que no me descubra.



-No por favor, no me golpee. Yo no estoy con otro hombre.



Me pongo a llorar. Me hala con fuerza y me da vuelta pegando mi cara a la mesa, dejando mi culo al descubierto hacia el. Se saca su verga y me la coloca en la entrada del culo. La intenta hundir sin lubricarla bien, eso me duele y el lo sabe.



-Nooooooo, por favor, meeee dueeeleeee.



Se echa saliva en su verga y poco a poco la va metiendo.



-Yo no voy a meter mi verga para que se mezcle con otro semen. Por castigo le voy a dar por el culo.



Yo sintiéndome desmayar por el dolor de meterla sin lubricar no puedo decir nada, no me le puedo negar, si lo hago voy a tener graves problemas.



Comienza a sacar y meter con fuerza, logrando distender mi esfínter, me penetra velozmente.



-Este culo es mío ahora, si me doy cuenta que andas culiando con otro, te vas de la casa.



-No, yo soy suya, ud es el que cree que yo tengo otro.



Lo dejo que me penetre varias veces y se va aplacando.



-Sáquemela, me esta doliendo.



Me desconecta el culo y se limpia su verga, estoy rendida apoyada a la mesa, llega de nuevo por detrás pero esta vez me la hunde en mi vagina.



Me coge como loco, apurando las embestidas, al poco tiempo me llena de semen la vagina.



-Aaaaahhhhhhh, tome mi negra deliciosa. Discúlpeme por haberle echo daño.



Su leche caliente recorre mis entrañas. Me saca la verga dejándome apoyada sobre la mesa, se mojan mis piernas de semen, tenía bastante acumulado.



-Me voy, tengo que ir a la capital de la provincia a tramitar esto. Regreso tarde.



Se marcha y sale Luis de su escondite. Yo sigo apoyada en la mesa con mi culo al desnudo y adolorido.



-Doña Haydee, casi nos encuentra su marido en la cama. Por lo que vi y por sus gritos le dolió cuando se la metió por el culo.



-Si, Luis, me dolió mucho. Me la metió sin lubricarla, me la clavo a la fuerza. Estaba como loco porque me sintió olor a semen, me quería hacer sufrir para que no lo engañe.



-Pero vi que después se la ensartó en la vagina.



-Si, me la sacó del culo y me la clavó en mi raja. Quería sentir que soy solo suya y me culió rápido para llenarme de semen. Ahora pasarán varios días para que le den ganas de volver a cogerme.



-Bueno, doña Haydee, me voy. Tengo que ir a entregar esos papeles.



Se pone la ropa y se marcha para la escuela a entregar los documentos de la liquidación de la feria.



Me baño y me pongo a descansar, me duele el culo. Tocan nuevamente al portón. Me asomo y es la mujer de Mario, el amante que tuve para unas inundaciones.



-Buenos días, doña Haydee.



-Buenos días. Pase adelante. A que se debe esta visita?



-Doña Haydee, vengo a pedirle un favor. No por mi, sino por mis hijos.



-Si, hable.



La última vez que había visto a ese hombre fue cuando le pegó a Luis porque estaba culiando conmigo, se metió a la fuerza a la oficina de la escuela y me hizo un escándalo que llegaron las vecinas y me vieron desnuda.



-Mario tiene un hijo con otra mujer y le debe la manutención de varios meses, ella lo mando a llevar preso.



-En qué quiere que le ayude? Yo no tengo plata para ayudarle a sacarlo.



-Entonces sino tiene plata vaya a visitarlo, se va a poner contento.



-Ah no, si es eso no. El la última vez que me vió me agredió verbalmente y agredió a mi amigo Luis. Yo no voy a verlo.



-El me contó todo, está arrepentido. El quería ser su amante, que usted fuera nada más de el, pero la encontró culiando con otro, dice que la tenían bien penetrada y eso le dio cólera. El se soñaba penetrarla y ya otro lo estaba haciendo.



-Yo hablé muy claro con el. Yo no puedo ser exclusiva de un solo hombre. A mi me salen muchas oportunidades.



-Por favor, doña Haydee, vaya a verlo, yo no puedo ir. Yo le dije que iba a hablar con usted y se puso muy contento. Dice que usted es una mujer muy linda.



Me estaba mojando de pensar de que Mario me quería volver a coger, el tiene una hermosa verga que hace que tenga muchos orgasmos mientras lo hacemos.



-Lo voy a pensar. Tengo que inventarle algo a mi marido para ir a la capital de la provincia.



-Vaya, por favor, le dice que yo hablé con usted.



-Bueno, está bien, mañana voy a verlo.



-Yo no he podido ir a verlo. Ud. se identifica como la señora de el. Asi los pasan a la sección de visitas conyugales.



-Y cual es esa sección? No es peligrosa?



-No, doña Haydee. Son unos cuartos donde uno puede tener relaciones con el marido. Asi hablan tranquilos sin que nadie los moleste. En la otra sección solo los dejan hablar cinco minutos. En esta hay más tiempo. Sino llegan muchas esposas usted puede pasar más tiempo en la habitación.



Con los ojos llorosos se saca un billete de cinco mil y me lo da.



-Llévele esto a mi marido. Lo ocupaba para comprar unas cosas de los niños, pero el no tiene plata para comprar algo más para comer en las noches.



Se lo regreso.



-No, déjeselo usted. Yo consigo y le llevo. Por eso no se preocupe, yo me encargo de eso. Los niños lo necesitan.



Se marcha contenta, ya que por fin su marido iba a tener a alguien que lo visitara. Recordé que yo tenía un amigo abogado que me estaba debiendo un favor y lo llamé para que me ayudara a sacarlo. Lo conocí cuando su mujer estaba embarazada y lo ayudé a sobrellevar la cuarentena, se desahogaba conmigo. Cogimos en su oficina, en la casa de el cuando su mujer se tuvo que ir al hospital, después del parto de su mujer nos veíamos una vez por semana hasta que su hijo tuvo los seis meses, desde entonces no sabía nada de el, ya han pasado dos años de eso.



Lo contacté y se puso contento por ayudarme, ya que decía que me debía mucho, que lo apoyé cuando más necesitó de una mujer en tiempos difíciles.



Por la tarde me llamó y me dijo que Mario iba a salir en tres días, no iba a tener que seguir pagando porque la mujer se fue del país con otro hombre y se llevó al hijo, le retiraba los cargos con tal de que el firmara la salida del país, al enfrentarla, se retractó de todo.



Esto me puso contenta ya que le iba a llevar una buena noticia a Mario.



Me acosté temprano. Cerca de las ocho de la noche aparece el joven que venía de la universidad, venía todo ilusionado por estar conmigo. Lo reconozco al escuchar su voz.



-Buenas noches, doña Haydee.



Le contesto desde mi habitación.



-Un momento, ya lo atiendo.



Mi marido no ha regresado. Estoy desnuda, busco que ponerme y lo único que encuentro es una bata transparente, se me observa bien mi monte de Venus y mis pezones. Salgo y el joven se queda admirado al verme así en la puerta de mi casa.



-Que belleza de mujer, no me canso de decirlo. Que tetas más preciosas, ricas, que cuerpazo más lindo.



Siento que me palpita la vagina, se me moja. Abro rápidamente el portón y paso al joven a la sala, para que no lo escuchen de la calle, quiero que viva al máximo sus primeras experiencias sexuales y no sean un trauma en su vida, sino solo buenos recuerdos. Se va detrás mío acariciándome las nalgas, cuando estamos en medio de la sala me aprieta contra el, sintiendo su verga en lo máximo de su erección.



-Que culo más hermoso.



Me estruja mis hermosas tetas, su verga la tengo colocada en medio de mis nalgas, me besa el cuello y me le da pequeños mordiscos a mis orejas. Siento que se contraen mis músculos del culo. Me pone excitada a mil revoluciones.



-Usted es una linda y hermosa veterana, doña Haydee.



Me da vuelta y comienza a mamarme las tetas, está como niño recién nacido. Me da golpes con su verga dentro del pantalón sobre mi vagina. Esta se me pone bien mojada.



-Tranquilo, mi chiquito, yo quiero disfrutar esa verga.



Me suelta las tetas y se baja a mamar mis labios vaginales, me los succiona con fuerza. Me atrapa el clítoris. Pego un suspiro.



-Aaaaahhhhh. Delicioso. Carajito más bueno a mamarme.



Me saca un orgasmo y le mojo su cara de mis líquidos vaginales.



Lo siento en el sofá y le saco la verga del pantalón para mamársela. Está bien excitado, la tiene bien dura y grande, me excito mucho al pensar que pronto me la va a meter hasta el fondo de mis entrañas, me la introduzco un poco en la boca, le chupo la cabeza bien brillosa de sus líquidos preseminales, tiene un sabor delicioso.



-Doña Haydee, por favor móntese, ya no aguanto más.



-Si, mi niño precioso, vas a tener tu premio por haber esperado dos días.



Lo acuesto en el sofá y me le subo a cabalgarle la verga, la tiene bien parada apuntando al cielo, poco a poco voy bajando hasta poner mis labios vaginales sobre aquel gran animal que está listo para el ataque, restriego la entrada de mi vagina sobre la cabeza separando mis abultados labios, poco a poco dejo que me abra mi orificio vaginal y me dejo ir sobre la verga ensartándomela hasta el fondo.



-Uuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh, aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh, rico mi niño.



Se sacude mi cuerpo bien ensartado sobre aquel sabroso miembro. Comienzo a subir y bajar intensamente y se escucha el clap clap y mis jadeos de donde rebotan mis nalgas en sus piernas, siento excitante mi movimiento de caderas para devorar la verga, arriba abajo, aplico más velocidad, desaparezco por completo su gran verga dentro de mi ardiente vagina.



-Ah, ah, ah, uh, uh, uh.



Me hala hacia el para mamarme mis hermosas tetas. Me succiona bien rico mis pezones, me pone desorbitada, siento que me voy a desmayar de la buena cogida que nos estamos dando. Me siento cansada de subir y bajar y no he podido sacarle la leche.



-Cambiemos de posición, me siento cansada.



Me coloco en cuatro patas dejando mi culo hacia el, acomoda su verga en la entrada de mi vagina y me la hunde de un solo envión, estamos bien lubricados. Comienza a bombearme fuertemente. De nuevo se escucha el clap clap del golpe de mis nalgas en su cadera. Me saca gemidos fuertes que se escuchan por toda la casa, después de varios minutos de bombearme, me la saca y me coloca boca arriba en el sofá y se coloca en medio mío y me hunde la verga. Sus fuertes embestidas hacen que mis hermosas tetas se bamboleen y el excitado me las comienza a masajear. Ahora el es el que está un poco cansado y le pido que se vuelva a sentar para trabajarle la verga y deslecharlo. El se acuesta en el sofá y yo de nuevo me le subo, comienzo a trabajarle fuerte la verga, de nuevo mis gemidos. Estoy llegando al orgasmo. Yo sigo moviéndome sobre la verga, quiero sacarle todo.



-Por favor, no me la saque, yo quiero terminar bien esto.



Yo sigo cabalgando con fuerza y rapidez.



-Por favor, quiero leche, inúndeme toda. Para mi la buena cogida es con leche dentro de mi vagina, por favor.



El joven comienza a tensar el cuerpo.



-Tome doña Haydee, lo que usted tanto quería.



-Aaaaahhhhh, rica leche.



Comienzo a sentir en mis entrañas ese líquido caliente que me recorre como fuego mi vagina. La descarga es grande. Me pego al pecho del joven, estamos jadeantes. Los restos de semen se salen de mi vagina por los pequeños espacios que deja la verga.



-Que ruidos los que hicimos.



-Doña Haydee, usted estaba gritando y gimiendo fuerte.



-Con semejante verga como quería que me quedara callada. Vamos a la habitación de las visitas porque después llega mi marido y nos ve en la sala.



Lo llevo de la mano hasta la habitación, desnudo. El me va acariciando mis nalgas y se excita.



El joven se acuesta en la cama con su verga bien parada. Me le subo desesperada y no puede colocar la verga en la entrada de mi ardiente vagina.



-Tranquila, con calma para que lo disfrute.



Yo le agarro la verga al joven y me la coloco en la entrada de la vagina. La tengo bien mojada después de un buen rato de culiar en la sala.



-Baje despacio para que la moje toda, después suba y baje y verá como se resbala rico, disfrútela.



Me quedo sentada con ella bien metida en mi vagina. Comienzo a subir y bajar.



Estoy disfrutando la cogida. Se me pone palpitante mi vagina, comienzo a trabajarle la verga rápidamente para sacarle el semen, el joven tensa su cuerpo y siento el chorro caliente de su leche que de nuevo me inunda las entrañas, Una, dos, tres, cuatro veces le exprimo la verga utilizando mis músculos vaginales. Quedo exhausta, dejo al joven descansando, mi marido no se va a dar cuenta que el se encuentra ahí, de nuevo me limpio la vagina y me marcho a mi habitación. Me acuesto desnuda. Cerca de la media noche llega mi marido y el joven todavía no ha salido de la casa. Para no perder la costumbre llega borracho queriéndome coger, se desnuda y se acuesta a mi lado y se duerme. No me preocupo porque yo ya tuve mi ración. A la media hora escucho que se abre la puerta de la habitación de las visitas y tocan la mía.



Salgo sigilosamente y el joven está parado desnudo frente a mi puerta.



-Porque está así? No ve que puede salir mi marido y se arma el problema.



-Ya me voy, tengo que ir mañana de nuevo a clases.



Yo estoy desnuda y se me acerca y me abraza.



Busca como penetrarme ahí de pie. Coloca su verga y me la hunde poco a poco. Mientras tanto me mama las tetas, sus manos las coloca sobre mis nalgas para halarme hacia el.



-Tranquilo, tranquilo. No podemos seguir, ahí está mi marido.



-No puedo quedarme tranquilo. Usted es muy linda y bien hermosa. Ud me provoca al salirme desnuda.



Me está cogiendo ahí de pie, todavía tiene energía, está joven. Me recuesta a la pared.



-Ya vió la hora que es, termine rápido, necesito descansar. Tengo que ir a la ciudad a visitar a un amigo que le tengo que llevar unos documentos urgentes.



Trato de ayudarlo poniendo en acción mis músculos vaginales, apretando su verga, el apura las embestidas-



-Que rico doña Haydee.



Me la hunde fuerte haciéndome rebotar mis nalgas en la pared, cuando está a punto de dispararme el semen, me la deja metida, sintiendo su descarga dentro mio. No fue abundante como la primera de la noche, pero al fin de cuentas me dejó llena la vagina. Ya había terminado el día lleno de intensas cogidas.



El joven se limpia su verga y se pone la ropa.



-Gracias por esta noche tan intensa.



Me besa y se marcha para su casa. Yo quedo en la puerta de mi casa, desnuda, viéndolo partir.



Regreso a mi habitación a seguir descansando porque tengo pendiente el día siguiente la visita a Mario, la cual estaría llena de sorpresas…


Datos del Relato
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