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Categoría: Confesiones

Una nueva oportunidad de vida

Definitivamente ésta historia, no es un cuento...



Sino es parte de una confección que al tiempo no mucho de haber ocurrido el suceso me refirió en un bar de Almagro de la calle Quito donde paran muchos taxistas, medio intoxicado de alcohol Horacio.



Sorprendido narró (cuando en ese día por la mañana se separaba definitivamente de su mujer Julia) como se inició el peor juego de su vida.



Sin duda Gustavo, ello se debe a una travesura idiota que decidimos tomar parte y como resultado final Julia, partiría dejando todo.



Absolutamente todo, hasta la tenencia de dos sus hijas



Posiblemente se fue siguiendo el curso de una aventura.



Villa del Parque , Buenos Aires



Argentina.



Todo empezó como un juego y circunstancialmente una tarde de invierno, para cuando ya habían terminado de hacer el amor.



Julia y Horacio era un matrimonio de mas de diez años de convivencia en común, vivían en un departamento cerca de la calle Cuenca y las vías del ferrocarril en ese entonces San Martín.



Horacio desde hacia un tiempo notaba que Julia al terminar de amarla no se sentía bien sexualmente, como al inicio de las relaciones, en las que Julia pasaba media hora en recuperarme sin levantarse de la cama para higienizarse.



Entendía él que estaba cayendo en ese letargo de todo matrimonio que no dejaba de ser reconocido el tiempo y la continuidad de las relaciones sexuales.



Si bien Horacio nunca no fue un amante de aquellos ( los que te agotan en la cama) me confesó Julia, mas bien era práctico, sabia de mis tiempos a la perfección y ello lo beneficiaba en la técnica de provocarme una serie de orgasmos antes que él se corriera en su interior.



Siempre lo hacia por única vez, pero ello la satisfacía enormemente.



Pero ahora la situación de la economía hogareña mas algunos problemas de parte de la familia de Julia, habían cambiado el humor de Luis tanto en lo sexual y con ello la pareja empezaba a de a poco a decaer.



Horacio le dijo a Julia cuando hubo de empezarse a levantar de la cama una noche de fracaso en lo sexual:



¿ Y si, buscamos algo que nos caliente a los dos, como hace tiempo que no nos ocurre?.



¿Pero como y que? le respondió Julia asustada.



Julia espera a que te cuente, ayer mientras navegaba en la Internet vi un lugar, donde matrimonios hacían intercambios, los publicaban del modo y la forma que quisieran tener sexo, es decir dejar surgir sus fantasías.



¡Y si publicamos nosotros, Julia te parece!.



Además ayer por la tarde leí en una revista del tipo sexual cuando iba al trabajo



Dicen que esas cosas, motiva a la pareja como engendrando nuevas pasiones, así es como se consigue liberar tu interior sexual y tus mismas emociones escondidas, Julia.



¿Y como debe ser, me asustas Horacio?. Eso es simplemente meternos los cuernos entre los dos.



Pero por los dos consentido Julia, ninguno caerá en la sonsera que es un engaño en la pareja.



No Luis, mi conducta de mujer y madre de dos mujeres me cohíbe.



No definitivamente no, Horacio me cae mal y además como me vas a compartir entre uno que no conozco y verte ahí al lado mío disfrutando con otra mujer, me haría daño.



No entro en ese juego.



Pasaron los días, las semanas. Horacio parecía mas ausente que de costumbre, y siempre miraba como pidiéndome que cediera a Julia.



Y si hasta en varias oportunidades pretendió sacar el tema cuando las niñas salían a la casa de la abuela en su habitual visita de los sábados por la mañana.



Pero siempre la misma respuesta.



No eso no es para mi.



Una vez cuando Julia volvía del "super " después de haber comprado las cosas mas necesarias para la casa, a su lado caminaba acompañándola Patricia quien era su amiga desde que la menor de sus hijas iba al preescolar



A una respuesta a una observación de lo mal que me encontraba anímicamente Julia



Ésta a Patricia le mencionó,



" es que la pareja anda mal y es que entre otras cosas, por la abstinencia de sexo desde hace casi ya dos meses ". Horacio, ha cambiado tanto le terminó diciendo...



Y como al salir de contexto le menciona Julia a Patricia, suponiéndome que sería ello criticado:



La ocurrencia de su esposo.



Patricia se quedó mirándola un tiempo y le respondió algo temerosa a Julia.



Que santa eres, en tus relaciones con Horacio, Julia



Y hasta para vos misma.



Agregando casi al momento



Y a ti mucho, y a mi Nada .



Julia se quedó asombrada mirándola pero Patricia siguió diciéndole:



El mío si me lo pidiese, no tendría...



Que ir tan seguido de compras y cuidándome que no se de cuenta.



En realidad de compras con el sueldo de Juan lo único que puedo comprar es leche y pan.



En realidad salgo a que... algún hombre me ponga de espalda en la cama de un hotel o en su casa



Y me penetre de lo lindo.



Pero como, tu.. le haces los cuernos a Juan respondió Julia.



No me juzgues mal...Julia



Si mujer claro, desde ya hace un tiempo, casi un año pero claro no me animaba a comentártelo.



Sabes salir así de vez de putas me ayudó algo en mi matrimonio.



Al menos para que no se disolviera



Y descubrí que la rutina te achaca mujer, en lo sexual y eso.



Además sabes como la mueve dentro de ti otro hombre



Es otro hombre cuando lo hace, y no tu marido que le conoces de memoria



Ahí lo ves no te lo imaginas como en la tele o cuando te masturbas en a pieza, al menos en las tardes como lo hacia ante.



Te lo hace... te la mete de verdad, con ganas sin la obligación de cojerte y por eso de vaciarles los huevos a tu esposo.



Ese amante circunstancial te obliga a ponerte en línea, a seguirlo en todo aunque ello sea deliciosamente chancho.



A ponerte en cuatro o así, de acá, para allá, de arriba, de abajo, a lo misionero, a lo perrito.



Hasta algunos te acaban en las tetas, sobre el culo, en los labios.



Julia eso me excita el hacerlo sin rendir examen en la cama a mi marido, sin que él quede satisfecho, y a ti te deje por la mitad, fingiendo un orgasmos



Y después corriendo al baño a masturbarte.



Eso de obligarte, es lo que me emociona. Sabes hago como que no quiero y el se excita aun mas, yo me rió por dentro y el se inflama por su pene:



Me calientas como una puta de la calle, Patricia me dicen al oído



Y él siente que me domina.



Te piden mil cosas que te hacen hervir la sangre, al fin de cuentas el cuerpo de una mujer es elástico



Y tu ya lo sabes eres casada, y recuerda lo que podemos resistir,



Y si no morimos al tener un hijo...



¿Como no vamos a soportar, a un buen miembro que te parta en dos?.



No nos hagamos la virgencitas a ésta altura Julia...



Volvió mas que desconcertada a su casa cuando su amiga le terminó de decir que ella al menos, dos o tres veces en el mes, salía con un desconocido.



Una sola vez eso sí.



Para que él no se encariñase demasiado.



Sabes Julia, ese es el error de todas las mujeres.



Lo hacen con uno solo, y allí te pica



La vacuna del amor.



Pero al ser mas o menos desconocido, la relación se corta fácilmente.



No seas tonta, usa un forro,



Y se acabó la cosa.



Esa misma noche le aceptó la propuesta a Horacio.



Mas por curiosidad que por otra cosa.



Publicaron un aviso en esa página de Internet, pero a diferencia de los demás,.ella consistió en tener sexo con un "extraño" pero acotó la idea al menos al inicio que Horacio participase también y no hubiese ninguna mujer.



Aceptó Horacio con reproches, pero al menos ello los motivaría esa noche.



Horacio sería el encargado de seleccionar al visitante, y ella les proporcionó sus exigencias



Acudieron al jueves, los que a Horacio por las observaciones de Julia les parecía que cumplirían las exigencias, y al finalizar la tarde quedo Ismael seleccionado



Era un hombre simple, sin vueltas sabia lo que quería además había tenido varias experiencias en el tema, se lo veía culto y discreto.



El sábado a las ocho de la noche puntualmente llegó Ismael.



Traía un ramo de flores, para Julia y un vino de primera marca para la cena, la casa estaba ese fin de semana a disposición del matrimonio ya que Julia a sus hijas esa mañana los había llevado, a lo de su suegra



El barrio donde vivía el matrimonio, era típico así que nadie sospecharía que en esa casa esa noche Julia aprendería a gozar, como nunca se había imaginado.



Julia se había vestido muy elegante de negro, además de ponerse un juego de ropa interior nuevo y realmente diminuto, también se hubo de depilarse el sexo para que ningún vello saliese de su bombacha cavada.



El corpiño era delicadamente pequeño sostenido en la espalda pero muy liviano, así de esa manera al visitante le mostrase a través de la tela lo excitada que Julia se sentía, al marcárseles sus dos pezones.



Horacio estaba discreto pero al inicio de la conversación se sentía un poco incomodo, cosa que en la comida se fue distendiendo.



Pero nadie en la mesa abordaba el tema, aunque flotaba en el aire y las miradas provocadoras de Ismael le fueron incendiando la sangre a Julia, que ya empezaba a frotarse los muslos, con disimulo.



A los postres decidieron tomar el café en el living.



Horacio acalló el silencio con el compact, poniendo música de Luis Miguel, que cantaba en tono algo bajo, y que ya para esta altura, nadie le prestaba atención.



A una invitación de Ismael, Julia empezó a bailar y ambos al cabo de un tiempo se encontraron empezándose a acariciar, él le pasaba la mano por su cola en forma disimulada, y ella empezó a notar que el miembro de Ismael le prometía un buen momento



Y como dejándose llevar por las pasiones Ismael le dijo:



¿Donde queda el dormitorio?.



Julia con la mirada le indicó y él la condujo atrapándole la mano pero diciéndole a Horacio



Espera, un poco y prepara una copa



A un tiempo prudencial entra sin ruido, dejáremos entornada la puerta



Si, claro dijo, Horacio



Y en ese momento Julia observó algo de turbación en su esposo.



Se dejó llevar a la pieza, Julia



Ismael era eminentemente un hombre que sabía aprovechar el tiempo, que le daba Julia en su obnubilación, ya que en segundos le bajó el vestido quitándole también el corpiño.



Julia le dejó hacerlo casi sin oponer resistencia, la mínima como para vencer su pudor



Pero notó que sobre un seno encontró los labios de Ismael



Inconscientemente y a medida que aumentaba su excitación desprendió ella misma la bragueta del pantalón de Ismael para ir de a poco introduciendo la mano, primero sobre su calzoncillo buscándole el sexo, para luego bajarlo un poco y tomándolo al pene, con seguridad entre sus manos.



Descubrió asombrada, que a diferencia del de su esposo Ismael tenia buenas proporciones, pero no en lo largo ya que falsamente sería como la de su marido, sino en lo ancho.



Cuando Ismael sintió la mano de ella, le dijo al oído.



Cuidado mujer que estoy muy caliente, solo apréstamela con la mano, pero no me masturbes, que estoy por acabar.



A ella, esto le sonó nuevo y enérgico ya que al finalizar ese dialogo tuvo un intenso orgasmo.



Se corrió en su interior como nunca le había ocurrido lo que le obligó a arquearse y aflojarse sobre los brazos de Ismael.



Ismael le llevó a la cama, ella le acompañaba exhausta de gozo y depositándola sobre la misma, le empezó a desnudar



Cuando se observó desnuda, y como saliendo de su aletargo, Julia empezó contemplar el cuerpo desnudo de ese hombre



Era marcadamente atlético, ya que deportista y además de cuidado, era macizo pero lo que sin duda le llamó la atención fue su miembro.



No era como el de su marido, pero comprendía que Ismael estaba terriblemente excitado a su miembro le notaba como amenazante y erguido, inclinado levemente al costado mostraba un grande rojo, rojísimo y grande, como una ciruela



De esa cabeza alcazaba a ver unas pequeñinas gotas.



Era su semen que amenazaba con salir.



Sin que ella notara Ismael se agachó levemente y con ello le fue introduciendo su sexo



Fue allí que Julia recordó las palabras de Patricia:



" Descubrirás que no todos lo hacen igual "



El fue delicado al principio pero enérgico, cuando notó la dificultad producida por su estrecha dilatación inicial



Ahí le proporcionó una envestida seca y segura, lo que a Julia le obligó a cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás, por el dolor



No quería demostrarle a ese hombre que hacia tiempo que no la cogían verdaderamente, la estaba como de nuevo desvirgando



Y después de ser madre dos veces,



Y para cuando la obliga a tomar el ritmo, ya tenia prácticamente introducida todo su miembro



Y ahí fue cuando Ismael la levantó de sus caderas, justo cuando ingresaba Horacio



A la vista de su esposo Julia fue penetrada enérgicamente como descargando la deseo el de Ismael ante la mirada asombrada del esposo



Julia no pudiendo sopar tanto placer mezclado de dolor emitió desde el fondo de su garganta, un ronco y sentido grito de placer que partió el silencio de la habitación



Y encendió la lujuria de su esposo que fue a mirar de cerca como era penetrada por un extraño, su esposa.



Desnudo, Luis se empezó a masturbar con su cara enrojecida de tanto placer



Y su miembro ahora había recobrado la vitalidad de antes



Julia recuperándose le llamó y luego tomándole el miembro con su mano se lo introdujo en la boca



Horacio le hacia el amor en la boca e Ismael le había levantado las caderas en una suerte de arco en la cual a ella le obligaba a caer sobre la cama y luego subirla, lo mismo ocurría con su sexo se salía y metía constantemente lo que enloquecía de placer a Julia.



Ya había perdido la noción del tiempo Julia que era penetrada casi salvajemente cuando notó que su esposo se venia en su boca,



Y como adivinado la intención Ismael hizo lo mismo, pero dentro de su concha.



Julia los recibió a los dos por igual, desplomándose en la cama con la piernas abiertas mientras que Ismael caía rendido en el suelo apoyándose en la cama.



Esa noche Julia de desinhibió de pronto y para siempre y en el curso de esa noche hasta se atrevió ya muy sacada de si, a darle la cola tanto a su esposo como a Ismael.



No supieron cuantas veces ese matrimonio hizo el amor ya que al amanecer ella se encontraba en el medio de los dos hombre durmiendo, con el sexo de Ismael en la mano.



Las visitas se revivieron al otro sábado, luego fue en la semana,



Y un día ya Julia no durmió mas en la casa...



 



Gustavo Gabriel Camisasca



Buenos Aires.



Argentina.


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