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Categoría: Confesiones

Una noche en la discoteca

Antes de nada, comenzaré describiéndome. Digamos que me llamo Sofía (por decir algo), soy rubia, pelo largo, ojos azules y mido 1,68m.



Guapa (por lo que me dicen todos) y siempre me ha encantado el sexo sin tabúes.



Una noche, decidimos salir 3 amigas y yo a una discoteca que inauguraban en el pueblo donde vivía. La cosa prometía, era una discoteca inmensa que había estado mucho tiempo cerrada por temas de permisos pero habían conseguido volver a reabrirla.



Me puse un vestido rojo ceñido y muy corto, de esos que van pidiendo guerra, tanta que cuando mis amigas me vieron dijeron que era noche de chicas y que nada de ligar, que todas teníamos que volver juntas a casa.



Yo dije que sí, pero lo que me apetecía aquella noche era echar un buen polvo de esos que te recargan las pilas con el primero que se acercase y me hiciese tilín.



Sólo de pensarlo ya me ponía mala. Tanto que cuando estaba en la ducha preparándome para salir, tuve que masturbarme. Pero las ganas no se pasaron tan fácilmente.



Comenzamos la noche en un bar cercano a la discoteca, tomando copas y chupitos para ir entonando la cosa y de pronto vi entrar un grupo de 3 hombres.



Uno de ellos estaba como un tren, iba bastante normalito vestido pero se podía intuir que tenía un cuerpazo y que era bastante interesante.



Le estuve mirando bastante rato y llegamos a cruzar las miradas, pero no se acercó a mí. Como habíamos pactado no ligar esa noche, tampoco me pude acercar yo a él, así que escribí en una servilleta "te espero en la discoteca nueva dentro de un rato" y le dije a la camarera que se lo diese un rato después de salir nosotras especificando quién le había dado el recado.



Al llegar a la discoteca había bastante gente, ya que era la inauguración y la entrada era gratuita.



Seguimos tomando copas y bailando, varios se nos acercaron hasta que le vi a él buscando por la discoteca. Esperé a que me viese, le hice un gesto de que me siguiera al baño y una vez allí le dije que quedábamos en el parking en 10 minutos. No le di más explicaciones.



El simple hecho de pensar que me lo iba a tirar ya me hizo mojarme entera. Necesitaba esa polla ya.



Me hice la tonta y le dije a mis amigas que iba al coche, que me había dejado el teléfono allí. Insistieron en acompañarme pero les dije que no, que se quedasen cuidando las cosas y que enseguida volvía.



Cuando salí, estaba esperándome. Me cogió de la mano sin decir nada y me llevó al final del parking, donde había una especie de bosque y sin decirnos nada comenzó a comerme la boca de una manera increíble.



Noté que su polla estaba muy dura a través del pantalón y pensé que le iba a hacer una mamada como nunca se la habían hecho, ya que no quería que me durase 2 minutos después.



Sin decir nada, me puse de rodillas, le desabroche los pantalones y saqué su polla. Tenía muy buen tamaño y grosor y ya estaba llena de líquido preseminal, que empecé a chupar con la lengua mientras le miraba a los ojos.



Pude notar que le encantó, así que procedí a metérmela en la boca y a mamársela. Primero despacio y después mucho más rápido.



Cuando noté que se iba a correr pensé que si la sacaba podía llenarme el vestido con su esperma así que con una mano le agarré del culo para que no pudiese salir y con la otra me aferré a su miembro y seguí mamando con más fuerza.



Se corrió dentro de mi boca de una manera espectacular, tuve que tragármelo porque no me cabía en la boca y seguí chupando y chupando hasta dejarla completamente limpia y reluciente.



Por su cara pude ver que le encantó esa mamada y a mi me había puesto como una moto esa corrida tan abundante así que le solté y le dije al oído que ya podía compensármelo como era debido.



Sin decir nada, me giró bruscamente, me empotró contra un coche, me subió un poco el vestido y me arrancó el tanga. Casi me corro allí mismo.



Me agarró con fuerza del pelo y me la metió de golpe. Me estaba encantando aquello. Con una de sus manos en mi cintura y la otra tirándome de la melena comenzó a embestirme con una fuerza brutal que hizo que me corriese como una loca en menos de dos minutos.



Le dije que siguiera hasta el final y un par de minutos más tarde noté que estaba otra vez a punto.



Continuó follándome hasta que me agarró con mucha más fuerza del pelo y la cintura y gritando se corrió dentro de mi con unas últimas embestidas bestiales.



En ese momento aquella situación me superó y tuve uno de los orgasmos más fuertes de mi vida mientras notaba los chorros de su semen caliente rellenando mi coño. Casi me desmayo allí mismo.



Cuando salió, me besó en la boca y me preguntó mi nombre. Yo le di un papel con mi número de teléfono (falso, por supuesto) y no le dije nada más. Le devolví el beso y me fui de nuevo a la discoteca con mis amigas.



Cuando llegué, seguimos bailando y tomando copas como si nada hubiese pasado, y ellas desconocían por completo que la puta de su amiga volvió a casa con ellas como había prometido, pero con el estómago y el coño lleno de semen de un completo desconocido.



Al llegar a casa me di una ducha y volví a masturbarme recordando el momento. Ese polvo me ha valido para muchas veces y jamás lo olvidaré.



Tengo muchas más historias que os iré contando poco a poco.



Besos!


Datos del Relato
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