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Categoría: Confesiones

UN SUEÑO REALIZADO

"La historia de un matrimonio en donde la esposa tiene la fantasia de estar con otra mujer y como se realiza este final feliz para ella con el apoyo de su esposo"

Me llamo Alejandro, tengo 50 años y mi esposa Miranda 40, somos un matrimonio solo, es decir no tenemos hijos, mi esposa es Abogada y yo Ingeniero Civil, Miranda, así se llama que por cierto debo decir que es una espléndida mujer, tiene un hermoso cuerpo el cual cuida mucho con ejercicio y un rostro con un lindo color moreno cobrizo muy atractivo, cabello negro y a los hombros y por ende un bello cuerpo muy bien armonizado el cual trata de cuidar a base de mucho ejercicio en el GyM.

Esta historia comienza en septiembre de hace 3 años, en Colombia (precisamente el día de mi cumpleaños) y de regalo le he pedido a mi esposa una noche de pasión como obsequio.

Por ser ese día muy especial, mi esposa me invito a cenar, tomar unas copas y a bailar para celebrar mi cumpleaños, de tal forma que acudimos a un Restaurant-bar céntrico, escogimos una mesa alejada junto a un ventanal, ahí tomamos varias copas de vino y platicamos de nosotros de nuestra felicidad y lo bien que nos sentíamos uno al lado del otro.

Miranda me decía, -esto no es todo… en casa te tengo algo especial, te daré mi cuerpo y todo lo mejor de mí.

Cuando llegamos a casa, Miranda sirvió dos copas de vino tinto y acercándose con unos pasos seductores me extendió la mano con la copa para que la tomara mirándome de una forma muy sensual y coqueta, brindamos por nuestro amor y por nosotros, nos besamos apasionadamente y cuando comenzaba a acariciar ese esplendido cuerpo mi esposa se alejó tiernamente unos pasos y me dijo.

-Espera, quiero que está noche sea especial, quiero hacerte el amor apasionadamente.

-Te debo tu regalo, y ese regalo seré yo.

-Dime, que deseas que haga, te complaceré en todo esta noche -me decía Miranda.

-Mi amor -le dije- que te parece si le ponemos algo de sabor a esta noche y cuéntame alguna fantasía sexual, que quieras realizar o hayas imaginado tener, para hacer más estimulante el momento –ella movía los ojos de un lado a otro y hacia mohines con la boca poniéndose un dedo en la barbilla, como pensando que tipo de fantasía estimulante contarme, de repente abrió los ojos y se me quedo mirando coquetamente– ya sé cuál fantasía, así que prepárate mi amor.

-Sirve otra copa, en lo que me preparo, -me dijo y se metió al vestidor.

-Me dirigí rápido a la sala a preparar dos copas de vino y entre a la recamara, justo cuando ella casi salía del vestidor, me recosté en la cama con mi copa en la mano en espera de su aparición, apague las luces principales, dejando encendida únicamente la lámpara de noche, para crear una atmosfera más íntima y romántica,----- a los pocos minutos apareció Miranda en el umbral de la puerta, apenas la vi, me dejo sin palabras con la boca entreabierta..

-Apareció Miranda vestida con un negligé negro transparente que le llegaba a la mitad de las nalgas, traía puestas unas medias negras sin ligero, un minúsculo bikini que dejaba ver ese maravilloso triangulito del amor atado a los costados y zapatillas plateadas, con el pelo suelto y una mirada traviesa, rematada con una bella sonrisa sensual,  caminando sensualmente a mi encuentro, se situó al frente de la cama reclinándose sobre ella con las manos sobre la misma y comenzó a contonearse seductoramente sin dejar de verme con una sonrisa picaresca- el ver todo ese espectáculo tan sensual, comencé a excitarme y no dejaba de admirar esa belleza , se acercó a mí y me dio un leve beso en los labios y me dice

 -Con una voz muy sensual y acariciadora, ¿Te gusto? –me pregunta.

-Mi vida, te ves exquisita -.

Comencé a acariciar sus piernas, mientras ella quitaba mi ropa, yo toque su rajita y la sentí muy húmeda, ella al sentir mis manos en su cuerpo las hizo a un lado y cerró los ojos y se acariciaba los pechos, estrujándolos se alejó un poco de mi, comenzando a moverse seductoramente sin quitar sus ojos de los míos, la ropa comenzó a desaparecer poco a poco de su cuerpo hasta que se quedó con el bikini por única prenda, dejándome ver todas esas maravillas y besándome el cuerpo y sin abrir los ojos me decía

-Ahora si hare realidad mi sueño.

-te quiero hacer el amor esta noche –decía.

-Quiero chupar tus senos, acariciar tu cuerpo -esas palabras me sonaron extrañas, pero guarde silencio.

-Ella continúo diciendo- quiero pasar mi lengua por toda tu vagina, para sentir ese rico sabor.

-En ese momento caí en la cuenta que no se refería a mí, sino a otra mujer y que su fantasía había comenzado, así que preferí no hablar y seguirle el juego.

-Acaríciame los senos, me decía, ofreciéndomelos con ambas manos.

Y yo comencé a acariciarlos y a besarlos, deteniéndome en sus pezones que ya comenzaba a endurecerse.

-Así mi amor, así, que rico siento mi vida -me decía- Recorre mi cuerpo con tus bellas manos mi amor, hoy te pertenezco -decía- Bésame las piernas, pásame tu exquisita lengua por todo el cuerpo, y mientras ella decía estas palabras su cuerpo vibraba procurándose ellas caricias.

-Abrió las piernas, dejándome ver su vagina, que escurría bastante flujo y comenzaba a escurrirle por las nalgas

-Chúpala mi amor, quiero sentir tu lengua mamita. Chúpamela toda mi amor -decía ella, mientras con ambas manos se abría esa rajita y me dejaba ver toda su belleza.

-Comencé a pasar mi lengua por su rajita y ella se estremecía a cada pasada que le daba de arriba abajo a esa rica rajita que estaba inundada de excitación y deseo.

-que bien lo haces mamita, sigue así.

-La tomé de las nalgas y la subí un poco, arqueando su cuerpo y con la otra mano acariciaba sus nalgas rozando su bello culito.

-Méteme un dedo en el culo mamita hermosa, ¡¡¡hazme tuya!!!

-Comencé a meter un dedo en ese apretado orificio y ella se estremecía cada vez más, hasta que se perdió y comencé a moverlo en círculos en su interior, y chupando su clítoris.

-Me vengooo, me vengooo, muévelo más rápido mamacita, más rápido. ¡¡¡Me vengooo!!!

-Tuvo un orgasmo fenomenal, sentí sus piernas y su cuerpo estremecerse, y de repente su cuerpo se quedó inmóvil y sudoroso, abrió los ojos llenos de placer y de ternura diciéndome:

-¿Te gusto amor?

-Mi amor, fue estupendo, gracias mi cielo -le dije y comencé a besarla, acariciar su cuerpo, sus nalgas y la penetré, yo estaba a mil, la fantasía de  -Miranda me había excitado sobremanera y comencé a darle una cogida fenomenal, pues mientras eso hacía, imaginaba a Miranda amándose con esa supuesta mujer, y eso me enardeció más, que sentía que el pene me iba a explotar, me puse de espaldas y ella me monto en cuclillas poniendo ambos pies a mis costados y con una mano apoyada en mi pecho dirigió mi pene a su entrada, dejándose caer poco a poco y después en unos movimientos más rápidos moviendo las nalgas de un lado para otro, en círculos, de arriba hacia abajo.

-Cuando sentí que iba a llegar le dije que me venía y en un movimiento rápido se puso de rodillas tomando mi verga y chupándola, acariciándome los testículos esperando que mi orgasmo llegara, ella seguía en su faena cuando sentí que el mundo se oscurecía y comencé a arrojar chorros de semen que Miranda recibió en su boca degustando cada chorro succionando hasta la última gota, hasta dejarme sin alientos.

-Había sido una noche esplendida y había descubierto una faceta de Miranda desconocida hasta esos momentos para mí.

-Más tranquilos, platicamos sobre el suceso.

-Porque no has hecho realidad esa fantasía amor -le dije.

-Por miedo -me contestó.

-Mira amor -le dije- no debes tener miedo, además es un sueño o fantasía, como quieras llamarlo, y eso no afectara nuestro matrimonio y si algún día se te presenta la oportunidad debes realizarla, que no se quede en deseos únicamente, vive la vida plenamente si así lo deseas.

 -Entonces no te molestaría que lo hiciera con alguna chica? -Me pregunto.

-Si es con alguna chica no hay problema -le contesté.

-Pero vas a querer intervenir tú y eso no me gustaría en absoluto amor -me dijo.

-Para nada mi vida, es tu fantasía y debes vivirla plenamente yo no intervendré, si algún día te decides a realizarla –

  -Y añadí- aunque me gustaría, que me des la oportunidad de verte hacer amor con la chica que encuentres, solo verte.

Además, le comenté:

-esa podría ser una fantasía mía, de ver a mi esposa con otra chica amándose.

-¡¡¡de Verdad!!! -me dijo.

-Sí, solo ver y poder disfrutar de tu felicidad, y si eso se pudiera dar me harías el hombre más feliz del mundo -le dije.

Se quedó pensativa y diciéndome:

-Sabes yo puedo vivir sin ese sueño, mejor dejémoslo así y olvidemos todo, ¿te parece? Y si por alguna razón llegase a mi vida la oportunidad como bien dices de realizarla, ten por seguro que serás el primero en saberlo mi amor -me dijo.

-Como quieras amor, pero si lo deseas hacer… solo dímelo, yo te apoyo en todo, mi vida.

Yo me quedé por varios días con esa espinita clavada e imaginaba a Miranda haciendo el amor con alguna chica y sinceramente no me quedaría con las ganas de verla amándose con una mujer, así que yo tomé cartas en el asunto.

Por aquellos días tenía que trasladarme a la Capital ya que vivimos a dos Horas de distancia.

Llego el día viernes y procedí a viajar a la capital como lo tenía, planeado, pues tenía que ver que ver a unos proveedores y comprar materiales de construcción.

Por lo general siempre viajo solo, ya que el trabajo de Miranda le absorbe mucho tiempo, por lo que respetamos el trabajo de cada uno, en ocasiones me quedo a dormir en la capital si el tiempo no me alcanza o algo de lo planeado no resulta como uno piensa.

Llegue temprano a la Capital y afortunadamente logre resolver mis asuntos antes de lo pensado y me dirigí al estacionamiento para recoger mi camioneta y regresar a casa, pero antes de hacerlo pase por una Estética que no había visto en mis viajes pasados así que decidí cortarme el cabello, y es en este sitio en donde conozco a Mary, una chica de unos 40 años, mirada cautivadora, quien resultó ser la dueña de esa pequeña pero muy bien lograda Estética.

Una estética muy armoniosa en su mobiliario y el buen gusto se veía en el mínimo detalle, había dos Estilistas mas que estaban atendiendo a dos clientes mas y esta chica sola,

Apenas entre esta chica se aproximó a mí me pregunto con una bella sonrisa, si me arreglaría el pelo o las manos.

Yo le comenté que únicamente el cabello, le indique como lo quería y en vez de tomar una revista, me dedique a observarla y platicar con ella.

(Debo decir que soy Mexicano y mi tono de voz en cualquier lado lo identifican y eso me ha abierto muchas puertas en mi trabajo, es algo que yo tomo mucho en cuenta y eso es un tema ya dado, por esa razón le estoy muy agradecido a Colombia.)

Platicamos cosas triviales, como de donde es, el clima, la economía etc., cosas sin intranscendentales, de mi país y de Colombia.

Platicamos y hubo empatía por lo que, quede de regresar en dos días para que me arreglara las manos y me continuara platicando de las maravillas de su país..

A los dos días regrese nuevamente y me dirigí a la Estética, tuve que esperar a que ella se desocupara, y después de casi media hora, me tocó el turno.

-Qué pena que lo haya tenido ahí sentado, espero no se haya aburrido -me dijo.

-No, para nada, y aquí me tiene lo prometido es deuda, soy todo suyo para que me arregle las manos, ¿o ya se le olvido?

-Para nada, de hecho, estaba pensando en usted a la hora del almuerzo, pero sinceramente, no creí que regresara -me dijo.

-Pues lo pensé por la hora que es, ya casi cerramos y nada que aparecía, pero finalmente cumplió y aquí esta.

 -Ahora de castigo la invito a tomar un café a la salida -le dije, porque yo por lo general siempre cumplo mi palabra.

Ella aceptó, hizo espléndidamente su trabajo, sentí sus manos muy suaves y tibias, no sé qué me estaba pasando con esta mujer que me estaba cautivando con esos ojos que destellaban y tal parecía que hablaban y esa hermosa sonrisa, me atraían mucho.

Llegamos a la cafetería que no distaba más allá de una calle y nos presentamos, pues aun no sabíamos nuestros nombres ya que solo habíamos platicado superficialmente, ella se llama Isabel y me contó lo siguiente.

-Soy divorciada, no tengo hijos, tengo 41 años, no hace mucho me instalé aquí y puse con todos mis ahorros una Estética, ya que ese es mi trabajo, y aunque aún no me ha dado todo el resultado que esperaba, seguiré, pues es mi único proyecto de vida y debo dar más del 100 en ello, para mí no hay más,

Mientras esto me contaba veía su de rostro sumamente atractivo, cuerpo delgado, cabello rubio y ojos café claros, un cuerpo delgado, pero bien formado, senos pequeños, en una palabra, una mujer muy bonita, tenía un aire de elegancia y feminismo que me atraía.

Y me dije –esta niña es ideal para Miranda, así como le gustan.

En pláticas previas de sobremesa o descansando le había preguntado a Miranda, que tipo de mujeres imaginaba en sus sueños y me describió una mujer que se ajustaba a los requerimientos que tenía Isabel. (Cabe decir que hice varios intentos con otras chicas, pero todo en vano).

Como decía, comenzamos salir, Isabel y yo, la cortejé, hicimos el amor en varias ocasiones, en una de esas, en la que quedamos de vernos en cierto café para platicar, comencé a acariciar sus piernas bajo la mesa con mi mano, y por momentos acariciaba su vagina a lo que ella correspondía abriendo las piernas para que mis dedos llegaran a su destino, yo veía su rostro y veía como era su respiración agitada por lo que deje de hacer eso y la invite a un hotel cercano, llegamos a ese sitio, pague una habitación y una vez dentro comenzamos a besarnos, yo acariciaba sus pechos, besaba su cuello y de vez en vez me entretenía en el lóbulo de su oreja pues yo sabía que ahí se encendía fácilmente,

-¡Así papacito, así, que rico!

Ella me despojo de la ropa y se hincó para llevarse mi verga a su boca, dándome una buena mamada, veía como se perdía parte de mi verga en su boca, así siguió por varios minutos hasta que la tome por los hombros y la acosté boca arriba colocándome entre sus piernas y comencé a acariciar esa esplendidas piernas con mis labios y llegando a los borde de su vagina sin llegar a su clítoris, después de un minuto de recorrer esa área de su vagina y de vez en cuando chupando sus labios vaginales arremetí con mi lengua directo al clítoris, ella se revolcaba de gusto.

-¡Así mi amor, que rico lo haces papacito!

De repente sentí que llegaba su orgasmo y apure más chupándole el clítoris.

-¡Me vengo mi amor, me vengooo!

Y salió un chorro de su vagina el cual yo evite pero de inmediato comencé a chuparle más el clítoris y vino un segundo chorro que recibí en mi boca y lo tome todo mientras le temblaban las piernas de lo bien que se sentía con ese rico orgasmo acompañando de una rica eyaculación que tal parecía que se orinaba (esto siempre lo había buscado en una mujer, es decir una mujer que eyaculara), no la deje reponerse, de inmediato la puse de rodillas y la comencé a bombear por atrás agarrando sus caderas para hacerlo con fuerza, Isabel, gritaba de lo mucho que disfrutaba cada envestida diciéndome:

-métemela hasta el fondo, que ricooo, dame más duro, mas durooo, cojéeme toda, has de mi lo que quieras amor.

Posteriormente la puse en la orilla de la cama boca arriba y puse sus dos piernas sombre mis hombros y veía esa rajita que estaba súper mojada por su eyaculación y comencé a cogérmela en esa posición y era tanto el goce de Isabel que se vino por segunda vez pero esta vez fue más intensamente, mojándome todo el vientre y esto me excito tanto que me vine en un fuerte orgasmo.

Ya fuera del éxtasis del momento y platicando con Isabel me pregunto si mi esposa no se había dado cuenta de lo nuestro, a lo que respondí:

-Que no, pues ella trabajaba todo el día y no habría forma de que se diera cuenta.

Yo me había propuesto que dada nuestra confianza con Isabel y nuestro acercamiento intima tratar de indagar sobre el tema de la sexualidad y después de tanto darle vueltas al tema, llegue a la conclusión que haría lo mismo que hice con Miranda, es decir preguntarle si tenía alguna  fantasía y con esta idea, había quedado de verla ese día con el firme propósito de saber si ella estaría dispuesta a cumplir la fantasía de Miranda y la ocasión se presentó en ese momento, en la cual platicábamos, de que postura la hacía gozar más, ella me comento de dos o tres posiciones y le dije que las haríamos para su goce. Y, por cierto, le dije:

-alguna vez  se te ha ocurrido imaginar a alguien mientras te hago el amor?

-¿cómo? No entiendo -me dice Isabel.

-Me refiero a una fantasía sexual, todo mundo la tiene, yo la tengo, Miranda la tiene también, claro solo es eso… fantasías para hacer el momento más agradable, mas excitable.

-Pero porque me preguntas eso? ¿Es que tú tienes alguna fantasía que no hayas cumplido?

-No soy yo, es mi esposa quien un día me confeso su fantasía y simplemente te preguntaba por curiosidad, para saber si todas las mujeres tienen las mismas fantasías -le contesté.

-Y cuál es la fantasía de tu esposa? -me preguntó.

Le conté el suceso que había tenido con ella y la plática posterior en la que me manifestó su interés por las mujeres.

Isabel se quedó callada un momento, y de repente me dice:

-Mira Amor, lo mío no es fantasía, pero siempre he tenido la curiosidad de saber que se siente hacerlo con una mujer, pero no cualquier mujer, sino una que me atraiga, que haya cierta química, solo así lo haría yo -me dijo.

-Pero es curiosidad te repito, no es fantasía –remató.

La curiosidad de Isabel era mucha en ese momento y me preguntó.

-Cuéntame con detalles lo que te dijo tu esposa.

Una vez que le conté con detalle y un poco más que le agregué yo, me di cuenta que comenzaba a interesarse.

Contestándole todas las preguntas al respecto que me hizo sobre Miranda.

-Y como es tu Esposa… me refiero a su carácter, físicamente.

Le hice una descripción detallada de Miranda.

Las respuestas que recibió a sus preguntas le satisficieron, hubo un minuto de silencio en donde ella pensaba y viéndome a los ojos, me dice:

-¿Y dices, que posiblemente yo sea del agrado de tu esposa?

-Claro que si -le dije- Eres la mujer ideal -y añadí- eres una mujer muy femenina, cautivas desde la primera vez y sé con certeza que Miranda caerá a tus encantos, los cuales son muchos, amor.

-¡Adelante!, ¡si crees que yo soy de su gusto hagámoslo!, quiero ver que se siente.

-Y tú, ¿qué papel juegas en todo esto?  -me preguntó.

-Yo solo las miraré -le contesté- También tengo una fantasía, como te dije y que mejor que las mujeres que amo lo hagan para mí, ¿estás de acuerdo?

-¿Pero cómo le haremos para que ella y yo nos conozcamos? ¿Cómo vas a justificar mi presencia, si me dices que casi no tienen amistades?

-No sé, sinceramente, ya pensaré en algo para que Miranda pero eso si debes seducirla, enamorarla y ahí sí, no sé cómo hacen ustedes las mujeres.

-No te preocupes por eso, esa será mi tarea de enamorarla, ya lo veras, así que tu piensa como me presentaras con ella sin que se dé cuenta de lo que planeamos.

En días posteriores le mostré fotos de Miranda a Isabel, con bikini, con ropa interior, de frente, de perfil, en fin… Isabel vio el cuerpo de Miranda y yo, observaba como que se le quedaba mirando fijamente y me decía:

-Es bonita, tiene bonito cuerpo, me gusta tu mujer amor.

Pasados unos días, le lleve unas fotos en donde Miranda se encuentra desnuda y de perfil, más un video en pantis en donde se está maquillando y el verla así, término de convencerla.

Desde ese día comencé mi labor con Miranda sin hacer énfasis en Isabel para nada.

En alguna ocasión le había comentado a mi esposa de un matrimonio con el cual habíamos hecho una buena amistad que él se llamaba Andrés y su esposa Isabel y que Andrés me había llamado por teléfono para platicar de un negocio que tenía en mente, para ver si despertaba mi interés en participar, por lo que hice una cita con ellos para saber el tipo de negocio que tenía en mente. Así que el día fijado, le dije a Miranda que iría a Bogotá al encuentro de Andrés y su esposa y tener una plática previa para saber qué tipo de negocio y de que se trataba.

Me reuní con Isabel en un bar y tomando una copa le conté lo que se me había ocurrido para el encuentro entre ella y Miranda, le narre mi plan y acepto gustosa, entonces acordamos llamarla para hacer más verídica la situación, por lo que procedí a llamar por el celular y llame a Miranda diciéndole que estaba reunido con Andrés y su esposa y solo la llamaba para que supiera en donde estaba yo en esos momentos.

-y por cierto, te quiere saludar la esposa de Andrés, te la paso amor.

-Hola -dijo Isabel.

-¿cómo estás? -decía Miranda.

-Estamos aquí los 3 platicando sobre un negocio en donde yo seré una de las socias, y quería saber si tú también quieres participar, así seremos los dos matrimonios, ¿qué te parece?

Esto y más se platicaron, y acordaron ellas una reunión de los dos matrimonios en nuestra casa el fin de semana y aprovechar para conocernos todos  e incluir a Miranda en el negocio o que nos diese su punto de vista.

El domingo, le dije a Miranda que se vistiera muy bonita con unos shorts negros y ajustados que hacían resaltar su belleza, que se soltara el cabello y se pusiera una blusa negra ya que ese color hace resaltar su belleza y sus zapatillas plateadas con el cinto plateado, se veía muy sensual Miranda con ese atuendo... guaooooo.

Quiero comentarles que vivimos en una zona muy calurosa y es la ciudad de descanso para los capitalinos, ya que aquí hay cabañas y piscinas, por esa razón era muy común que las chicas aquí vistan más ligeras de ropa, hecha la aclaración continua.

Nos llamo Isabel para decirnos que no encontraba la casa, y yo le dije a Miranda que fuera por ellos para traerlos a la casa, ya que yo en esos momentos me encontraba en el baño vistiéndome para la ocasión.

Tomó el auto y se fue por el supuesto matrimonio.

Isabel, también iba despampanante, llevaba unos jeans ajustado blancos, con una blusa a tono de floreada, y zapatillas, y su pelo rubio suelto, se veía armoniosamente espléndida.

Platicaron ampliamente y simpatizaron, Isabel disculpó a Andrés diciendo que tenían algunos problemas clásicos de matrimonio y estaban enojados.

Yo veía a esas dos mujeres tan bellas, y de vez en ves miraba a mi esposa, dirigirle miradas a Isabel y está sintiendo esas miradas la provocaba más, en una palabra, le coqueteaba discretamente.

Lo mismo hacía Miranda, se levantaba a traer algo de la cocina por cualquier pretexto y se inclinaba mucho, para que Isabel viese su bello culo, buscando su aprobación discretamente, yo me hacía, el disimulado, pero como estaba alerta a toda la acción, todo lo fui asimilando, ambas mujeres se mostraban, para sentir la aprobación una de la otra.

Se me ocurrió en ese momento sacar fotos de esa reunión, y en un descuido de Miranda le susurre al oído a Isabel, tomare fotos y tú le ves las nalgas a Miranda, la barres de arriba abajo pasándote discretamente la lengua por los labios, eso me servirá para animar a Miranda cuando se las muestre, (y no solo fotos saque, hice algunas grabaciones de video con la cámara en donde Isabel con descaro le veía las piernas y el culo cuando Miranda estaba distraída).

Pasaron las horas y ellas platicaban animadamente y quedaron de verse la siguiente semana, para seguir platicando. Se dieron un beso de despedida e Isabel regreso a la Capital.

Una vez que Isabel se fue, me dice Miranda:

-Que simpática es Isabel, me cayó súper bien. Lástima que se haya ido el día tan rápido -me dijo.

Esto me alegró, todo iba saliendo a la perfección. Pensé para mis adentros

A mediados de semana Isabel llama a mi esposa por teléfono, comunicándole lo siguiente:

-Hola Miranda, hablo para disculparme, porque no podremos ir el fin de semana como habíamos acordado.

Mi esposa le preguntó:

-¿por qué?

-¿Recuerdas el disgusto que tuve con Andrés la semana pasada? -le decía- Pues ya estoy harta de que siempre me ponga el cuerno y le pedí el divorcio. Y como no vamos en pareja, es la razón por la que te llamo, para disculparme para que no nos esperen -le decía con voz triste.

-¡De ninguna manera Isabel!! Que vas a hacer solita ahí el fin de semana, mejor te vienes a casa y ya veremos que hacer, y te olvidas un poco de ese inconveniente, te parece amiga.

Isabel le contestó, que la invitación le caía de perlas pues se sentía un poco deprimida. Que eso ya se había acabado. Pues ya tenían años con el mismo problema y quería vivir tranquila.

Yo previamente, por mi parte desde que se marchó Isabel la semana anterior, hacia trabajo de convencimiento muy discreto sin agobiar a Miranda, preguntándole como veía a Isabel, y ella me contestaba que bien, que era simpática.

-¿Por cierto te fijaste como te observaba de arriba abajo viéndote las nalguitas a cada momento?, me da la impresión que le gustaste, corazón.

-Anda, como crees -ella es casada.

-Si no me crees, mira las fotos y esta película que tomé sin que se diera cuenta, misma que tomé mientras estabas de espaldas -le decía.

Y en ellas se veía la mirada de Isabel observándola de arriba abajo con una sonrisa de deseo, todo esto lo vio Miranda con un brillo en los ojos y una leve sonrisa de aceptación.

-pero no me dijo nada.

Y así me la pase toda la semana machacando y machacando. Hasta que el viernes le pregunté después de hacer el amor:

-¿quiero que con toda sinceridad me contestes amor? -le dije- ¿Te gusta Isabel?

-Sí, si me gusta, es bonita, tiene bonito cuerpo -me decía.

-¿Harían el amor, si ella aceptará? -le pregunté.

-Si -me dijo tajantemente sin titubear.

-Y porque no haces el intento y te animas a decírselo, tú has visto que le gustas y ella a ti, porque no te animas, no pierdes nada y puedes ganar mucho, y si lo haces con cautela y te rechaza no pasara nada, pero como te digo no te quedes con las ganas, siempre haz el intento, no pierdes nada y puedes ganar mucho -le dije.

Se quedó pensativa, y viéndome a los ojos me dice:

-¿Tienes razón, lo haré, pero cómo?

-Mira cuando ella llegue… tú estarás sola, yo saldré a dar una vuelta, inventas cualquier excusa y me llamas por el celular, diciéndome que vas a salir un rato con Isabel. Te la llevas a conocer un poco la ciudad, aquí hay lugares bonitos e íntimos y si ella te da la ocasión le comentas tu sentir -le dije.

Por lo que ella aceptó la idea y le pareció buena.

-Ok me parece una buena idea, eso haremos amor -me dijo.

Isabel por su parte, estaba que se moría por estar en la cama con mi esposa y le comenté por teléfono la plática que sostuve con Miranda y lo que planeamos, y le dije:

-si ella no se anima, debes hacerlo tú, ¿te parece? Miranda, va con la firme idea de decirte que le gustas, si ves que ella se apena o tiene miedo, dale valor o hazlo tú, ella ya está lista, solo es cuestión de dar este último paso -le comenté.

-Me parece bien -me dijo- ya veras, este fin de semana tendré novia, y escuchaba su emoción y su risa por el teléfono.

Llegó el sábado temprano y Miranda fue a la terminal a esperar a Isabel, lo cual apenas se vieron se dieron un fuerte abrazo y a las dos les brillaban los ojos, llegaron a la casa y saludé a Isabel muy cortésmente y le dije, que sentía mucho lo que pasaba en su matrimonio. Lo que paso allí, lo supe después por las dos.

Estuvimos platicando un rato y veía que Miranda me miraba sonriente, pero como diciéndome ¿qué paso con el plan? Esperé un momento y les pedí disculpas, pero tenía que salir un momento a ver a unas personas, que posiblemente tardara un poco, pero regresaría a tiempo para azar las carnes, y dicho esto, Salí, dándoles un beso a ambas en la mejilla.

Lo que a continuación narrare, me lo contaron ambas mujeres. Miranda le propuso a Isabel, que salieran en el auto a dar una vuelta, para que conociera la ciudad. Llegaron a un sitio alejado y pidieron una copa para platicar, las dos estaban nerviosas esperando la oportunidad de hablar, tomaron una copa y nada, Miranda no se animaba a decir ni media palabra, pidieron otra copa y nada aún, Isabel ya un poco mareada por las dos copas y en ayunas, intentaba hablar, pero las palabras no le salían, Isabel sentía que algo le quería decir Miranda, pero está, se ponía roja de inmediato cuando Isabel le decía, «quieres decirme algo, te noto extraña Miranda», y solo acertaba a mirar a Isabel, y le decía que nada especial, simplemente se sentía bien junto a ella en ese lugar. Isabel por su parte, esperaba las palabras de Miranda, pero viendo que por pena al rechazo o al que diría ella, no se atrevía. Y aprovechando estas últimas palabras, tomó la iniciativa.

-Yo también me siento bien a tu lado, te mentiría si te digo que no, me siento muy segura contigo aquí, y quiero decirte algo que para mí es muy importante que lo sepas, es más, me siento tan alegre que no sé cómo decírtelo, ¡Me siento muy feliz! Y estas dos copas me han dado valor para decirte algo que he estado pensando toda la semana, posiblemente lo que escuches de mí, pienses que es muy raro y sobre todo prematuro.

Miranda, la veía espantada o nerviosa, no hablaba y solo acertaba a darle tragos a su copa.

-Miranda, te voy a decir algo, pero no quiero que me mal intérpretes, simplemente quiero decírtelo, a mí me gusta siempre hablar con la verdad -le dijo- Y no me gustaría perder tu amistad que ha iniciado hace poco, eso me dolería sobremanera, como no tienes idea, pues he visto que eres una chica muy especial y no puedo seguir con esta angustia más. Pero te repito, lo que diga, que quede entre nosotras, ¿te parece? -le decía Isabel. Y por ningún motivo te vayas a enojar o a retirarme tu amistad….Miranda

Miranda, se sentía nerviosa y estaba como asustada.

-No te preocupes por mí, yo también me siento muy a gusto contigo te considero mi amiga, no temas en contarme tus cosas, yo también quiero tener una amiga con quien poder platicar ampliamente de todo -le decía Miranda.

-Desde que tengo problemas con Andrés, y de esto ya hace varios años, quedé defraudada de los hombres, de tal manera que de un tiempo largo he sentido atracción por ciertas mujeres sin atreverme a hablarles. No quiero que te asustes, antes que nada, quiero y deseo ser tu amiga -decía Isabel- Mira el caso es que me gustas, desde que te vi, y algo paso en mí que en toda la semana no he podido sacarte de mis pensamientos, eres una persona muy agradable, muy especial, yo soy bisexual y siempre contuve mi sexualidad ante Andrés, pero ya no más, a él, ya lo saqué de mi vida y ahora quiero ser libre de expresarme con toda libertad y espero que esta confesión no cambie nada entre nosotras, yo se respetar, y respetare tu decisión a mis palabras y deseos -le comentó.

Miranda le contesto dirigiéndole una mirada tierna y tomándola de ambas manos.

-¿Sabes?, a mí me sucede lo mismo, sé que soy bisexual y nunca he tenido novia, y yo, sinceramente pensaba hablar contigo, porque también me gustas mucho, pero tenía miedo a tu rechazo o que te escandalizaras -le dijo Miranda, con una sonrisa tierna.

Isabel sonrió, y acaricio más fuerte las manos de Miranda, diciéndole.

-No te arrepentirás, y hoy, que se ha hecho realidad, que he abierto mi sexualidad ante una mujer como tú, me siento muy feliz… Gracias por aceptarme en tu vida amor.

Miranda le contestó:

-gracias amor, sé, que no nos arrepentiremos y a partir de este instante soy tuya y tu mía, y no dejemos que nada ni nadie se interponga entre nosotras, mi situación como mujer casada debemos respetarla, para que todo marche a la perfección, en su momento se lo contaremos a Alejandro, porque Alejandro si sabe de mi sexualidad y no quiero secretos para él, ¿estás de acuerdo en que se lo digamos?

-Creo que es lo mejor, no debemos esconder nuestra atracción que con el tiempo se volverá en amor y que mejor que estar siempre protegidas por Alejandro, yo haré lo que tu decidas mi vida.

Y se lanzaban besos al aire mutuamente. Tomaron otra copa para sellar su noviazgo y hablaron, hicieron planes y reían por todo, según me decía Miranda cuando me platico del momento. Un poco mareadas ambas, Se marcharon del lugar con el firme propósito de llegar a casa, mi esposa se metió por una desviación del camino poco transitada, paro el auto debajo de un árbol y viendo que no venía auto por ningún lado se acercó a Isabel y le propino un beso ardiente, su primer beso, se besaron ardientemente y jugaron ambas con sus manos en sus cuerpos, aumentando las caricias hacia los senos y sus entrepiernas propiciándose muchas caricias.

-¡Esta noche te amare intensamente mi vida! -le decía mi esposa.

Isabel por su parte, estaba en éxtasis y le decía:

-¡Yo te comeré toda mi amor, trata de no tardar mucho mi vida, te estaré esperando con ansias, quiero desbordar todo mi amor en ti, quiero ser tu mujer!

Sellando su noviazgo Isabel recostó a Miranda sobre sus piernas propinándole un gran beso y acariciando la vagina le decía, que la amaría intensamente. Planearon un rato más como decirme su situación y tomaron rumbo a la casa en donde yo las esperaba con ansias. Cuando ellas llegaron, vi dos rostros enrojecidos y pregunté:

-Y ahora que pasó, ¿por qué tan rojas las dos? -les pregunté sonriendo.

El color se hizo más intenso en ambas y sonriendo me dice Miranda:

-Amor, en el camino nos paramos a platicar y tomamos 3 copas y nos mareamos, tal vez por eso nos ves así, jajaja.

Isabel, no me decía nada y en su rostro no veía signo alguno que me indicara que había sucedido, eso me dio cierta tristeza, pues me dije ¡No se hizo nada!

Comimos en el jardín y platicamos animadamente, destape cervezas y continuamos la charla. Yo estaba, nervioso, por ratos molesto otras veces contento en fin pasaba por mí un sinfín de sensaciones raras.

Miranda, se levanta y se disculpa para ir al baño, y aprovecho la ocasión para preguntarle a Isabel, con mucha ansiedad que había sucedido.

Por toda respuesta, Isabel levantó un dedo en señal de triunfo y con una amplia sonrisa, diciéndome que sí.

-¿cómo? ¿Ya, te aceptó como novia?

-Siiii -me decía- después te cuento. Es largo lo que tengo que contarte y ya no tarda Miranda amor. Pero ya es mi novia -lo decía con mucho orgullo y felicidad.

-¿Quién de las dos hablo, ella o tú? -y señalándose el pecho me dice:

 -¡Yooooo!

Yo me puse muy feliz, pues todo había salido a la perfección.

Regresó Miranda e Isabel se disculpó diciéndonos que también iba al baño. Era mucha cerveza la que habían tomado, jajaja.

Yo me acerqué a mi Miranda y la abracé por la espalda y le dije:

-¿cómo te fue?

-Al rato te platico… ¡Pero ya es mi novia! -me dice- estoy feliz y nerviosa.

-No te preocupes mi amor, es normal, es nuevo para ti -le contesté- Sé que no se arrepentirán, y trata de disfrutar el momento, yo tratare de dejarlas solas lo más que pueda y cuando vaya a hacerme presente te llamaré desde lejos para que sepas que voy a entrar a escena. ¿Te parece mi amor? Y te repito mi vida, disfruta el momento y por cierto, tienes buen gusto amor –rematé.

Miranda simplemente me sonrió amorosamente como respuesta.

Comimos la carne asada y observé que ambas ya estaban más juntas y se reían por todo (estaban felices las dos) yo me hacia el desentendido.

 Estábamos platicando y tomando un café, cuando toma la palabra Miranda le dirige una mirada a Isabel y ella asiente y le dice adelante Miranda, y con toda seriedad y nerviosa me dice:

-Alejandro quiero decirte algo -y mirando a los ojos a Isabel también- Tu sabes que, tú y yo, no tenemos secretos entre nosotros -yo asentí con la cabeza.

Y ella continúo hablando.

-Isabel y yo… Hoy nos hicimos novias, porque nos gustamos mucho -me dice, observando a Isabel que con la mirada pérdida en la mesa solo escuchaba.

Da unos pasos y se acerca a Isabel y la toma de la mano e Isabel se levanta y se pone a su lado.

-Ya habíamos platicado tú y yo de esto, y aceptaste, ¿recuerdas? -me dijo.

Volví a asentir con la cabeza

-Me gustaría que estuvieras de acuerdo, pero si tienes alguna objeción quiero saberlo ahora, aunque sé, que no la habrá por parte tuya, ya que desde que me sincere contigo, me has animado a dar este paso, y ¿sabes amor?... El momento llegó cuando menos lo esperaba, no quiero dejar pasar parte de mi felicidad, pero si tienes algún inconveniente dilo ahora y no ha pasado nada -respiró profundo y se sentó, tomando de la mano a Elena y sonriéndole nerviosamente. Esperando mi respuesta.

-Mira amor -le dije- me hace feliz poder hacerte feliz y si ese complemento te falta para que lo logres, por mí, no hay ningún inconveniente, todo lo contrario, me da gusto que des este paso, y que mejor que con Isabel, una hermosa mujer y que juntas las dos, hacen una bella pareja, no seré yo quien las detenga en sus deseos, y te doy las gracias por la confianza que me tienes. ¿Sabes? Me da gusto por las dos y hacen una hermosa pareja, y la felicidad de ustedes, será mi felicidad -les dije mirándolas a ambas- Les agradezco a ambas que me lo hayan dicho, que tengan la confianza en mí, y que mejor que estando en casa y que desde este momento es tu casa también Isabel para que se quieran y se amen y no estén por ahí corriendo riesgos o escondiendo su amor y puedan hacer o deshacer en esta casa -y agregué- Isabel, bienvenida a la familia, ahora somos tres, porque siempre te he considerado una excelente mujer y esta es tu casa porque ya eres parte de nuestra vida y nosotros de la tuya -las abracé cariñosamente y les di un beso en la frente a ambas- Yo por mi parte respetaré su relación y para sellar este inicio. Les propongo que se besen, para que vayan tomando confianza ante mí y puedan externar su amor como cualquier pareja, no quiero que se contengan estando presente yo, están de acuerdo -le dije.

Miranda se le quedo mirando a Isabel y fue esta ultima la que se acercó a mi esposa y la besó tiernamente en los labios, Miranda al principio no correspondió pero viendo lo animosa de Isabel, le correspondió ligeramente, tal vez por mi presencia o por pudor, pero de repente, vi cómo se besaron con tanta pasión que sentí, que si no Salí de ahí, todo acabaría mal.

-Me voy a ver la tele, este ambiente se está caldeando -les comenté sonriendo.

Ellas dos, con la cara roja y tomadas de la mano, comenzaron a reír, dejándolas solas en la sala, me retire.

Por una ventana pude observar que se besaban frenéticamente y se acariciaban el cuerpo y yo por supuesto muy excitado. Se decían tantas palabras amorosas que esa escena me pareció de lo más tierna y solo acerté a sonreír, me sentía satisfecho conmigo y por ellas.

Muy dentro de mí, manifestaba esta sensación de satisfacción, no por lo que esperaba de este amorío, sino por el simple hecho de ver a dos personas siendo felices, externando su amor sin tapujos y en plena libertad, en una palabra, estaba feliz.

Llego la noche y como Isabel dormiría en otra habitación, me dice  Miranda

-Amor, voy a despedirme de Isabel, si me tardo no te preocupes, ¿te parece?

Apareció mi mujer, vestida provocativamente con una bata blanca transparente en donde veía el Negligé corto hasta un poco debajo de sus nalgas, unos bikinis blancos de encaje, un ligero blanco con medias transparentes y unas zapatillas que hacían juego con su atuendo, bien maquillada y el cabello suelto… ¡Que gusto se iba a dar Isabel esa noche!

-No te preocupes amor, vete tranquila, tárdate lo que desees y disfrútala mucho, aquí te espero, para que me cuentes amor, y le propine un beso a esa cosita rica y una chupadita leve y dándole una nalgada amorosa la animé a irse a su inolvidable noche -y añadí- si te pregunta Isabel por mí, le dices que me dejaste dormido, para que no se contengan y estén en total libertad de hacer y deshacer mi vida, así que váyase a disfrutar a su novia.

Salió mi esposa feliz, dándome un soberano beso en los labios rematando con una rica mamada a mi verga, y salió tranquilamente. Regresó en la madrugada despertándome, y le pregunté:

-Satisfecha tu fantasía, ¿te gustó?

Por respuesta recibí un tremendo beso.

-Sabes amor, no era fantasía, es una realidad mía que siempre había deseado y gracias a ti, me siento completa, ya tengo mis dos mitades en ustedes, cada uno me llena… ¡me siento completa! ¡Soy muy feliz, ya tengo el complemento que me hacía falta en ella!

Le di una súper cogida a mi esposa que sus gritos creo que los escucho Isabel.

Ya más tranquilos me comentó lo que sucedió en esas 4 paredes.

-toqué la puerta y entré, y le dije a Isabel, vengo a darte el beso de las buenas noches mi niña y gracias por este día maravilloso –dijo.

Ella apenas me vio así vestida, me dijo.

-Que bella estas, estas súper hermosa mi amor.

-Para ti, me vestí por ti y para ti amor… Para que me veas atractiva y bonita esta, nuestra primera noche y concluyamos lo que dejamos pendiente en el auto, esta noche quiero perderme en ti, que nos perdamos ambas en nuestra entrega mi amor.

Mientras esto le decía, ella se acariciaba su rica panochita encima de su tanga.

-Me acerqué a la cama y me hinqué para besarla en los labios y ella me besó apasionadamente y yo le correspondí intensamente, y comenzamos a acariciarnos, ella llevaba una batita transparente y le acariciaba lo senos y su panochita -me contaba mi esposa- Yo por mi parte la besaba también y con mis manos le estrujaba las nalgas, acariciaba esa piel tibia, y sentí estremecerme, jamás imagine que fuera tan hermoso acariciar el cuerpo de una mujer, comencé a besar su pechos y le chupe los pezones y se estremeció muchísimo.

Ella me decía «Así mi amor, chúpame toda, me encanta sentir el calor de tus labios en mi cuerpo, y mientras yo le besaba el cuello y las orejitas ella me acariciaba las nalgas recorriendo con sus dedos mi colita hasta el inicio de mi vagina, eso fue para mí el éxtasis amor».

Estando en esas se levantó de la cama, yo me levanté también e hizo que subiera una pierna al borde de la cama, se hincó en el piso y comenzó a darme lengüetazos en mi panochita y yo acariciaba su cabecita, metía mis dedos entre su pelo y veía su rostro lleno de pasión, de repente ella comenzó a meter su lengua en mi culo y sentí tanto placer que logré tener mi primer orgasmo, que ella recibió en su boquita.

Se levantó y me beso con los labios llenos de mis jugos, no te imaginas que placer tuve amor -me decía- Mientras me besaba, comenzó a acariciarme las nalgas, por lo que yo me acercaba más a su cuerpo, para que me acariciara más profundamente.

Me recostó en la cama, y pasó sus dedos en todo mi cuerpo, dándole besos. Eso me calentó mucho y abrí un poco las piernas para que me besara mi cosita y mientras tanto yo le acariciaba la espalda. De pronto se dio vuelta e hicimos un rico 69, yo abajo y ella arriba yo engullía toda esa hermosa cosita que tenía a mi alcance y pasaba mi lengua en esa abertura tan hermosa y chupaba su clítoris y su culito rosado -me decía- Las dos comenzamos a chuparnos los labios y cuando sentí su clítoris que estaba duro, arremetí duro contra él y Isabel hizo lo mismo conmigo, y sentí que ella llegaba, que ya se venía. -me decía- Cuando ella sintió que iba a venirme, metió un dedo en mi culo y me vine intensamente.

Yo por mi parte no dejaba de acariciar sus hermosas nalgas y chupándole más fuerte y recibí todo su jugo en mi rostro, se vino encima de mí, y tuvo una eyaculación que me mojó todo el pecho.

Yo pensé que se había hecho pipi, pero ella me tranquilizo diciéndome que ella eyaculaba, eso me tranquilizo, así que hicimos la tijera y nos venimos ambas de nuevo, nos recostamos un rato para descansar, y comencé a besarla y eso nos calentó de nuevo.

Le dije que se hincara en la cama y comencé a besarle las nalgas, abrí sus nalgas para ver su culito a la vez que metía mis dedos en su vagina y viendo que le gustaba mucho metí un dedo en su culo y aproveche para acostarme debajo de ella, de tal manera que su vagina quedaba a la altura de mi boca y comencé a chuparle los labios y en ese momento se vino, y recibí chorros de su eyaculación en mi rostro y un poco en la boca, ¿y sabes? Me gustó ese sabor, y quiero repetirlo de nuevo, fue tan hermoso -me decía- Después de que paso todo, platicamos de nosotras de cómo íbamos a llevar nuestra relación y que actuaríamos de forma natural contigo, permitiéndote intervenir cuando te lo pidamos, pero solo viendo Ehhhh -me decía Miranda-

Gracias Amor mío, por tu comprensión, te amo mucho más, eres un esposo muy comprensivo y no sé cómo agradecerte.

Me sentía sumamente feliz, ¿pues qué hombre no se sentiría dichoso ante semejante situación?

¿Tener a dos mujeres sumamente atractivas y explosivas y a mi disposición?

Al otro día muy temprano, las dos lucían radiante, con una mirada en sus ojos cristalinos, que solo los enamorados podemos identificar. Se cruzaban de vez en cuando sus miradas y se tomaban de la mano, yo por mi parte me hacia el desentendido, y veía de todo de una forma normal y natural, sin hacer hincapié a los roces de ella, para que se sintieran a gusto con mi presencia.

Fuimos a unas cabañas a descansar, llevamos una botella de vino para celebrar y trajes de baño para nadar, yo veía a mis dos mujeres súper hermosas, cada uno con lo suyo.

Tome muchas fotografías de ellas en traje de baño. Les puse bronceador a las dos en las espaldas y en las piernas, teniendo cuidado de no hacer tonterías, pero sinceramente todo eso me ponía muy caliente.

De regreso en casa, ambas se sentían cansadas, y como ya dije, Isabel es Estilista y tiene un curso de masaje que, hasta ese momento, yo no sabía.

Así que Isabel le propuso a Miranda darle un masaje para que descansara,

y le dice Miranda a Isabel.

-qué te parece amor, que sea Alejandro quien nos masajee, que nos consienta a ambas.

Yo por mi parte les dije.

-Por mí no hay problema, pero propongo que la que esté recibiendo el masaje lo reciba de los dos -les dije.

Ellas aceptaron.

En lo que preparaban los aceites y algunas velas de olor que tenemos en casa, yo me fui a poner música de relajamiento y prepare tres vasos de ginebra para amenizar el masaje, baje la intensidad de la luz en la habitación, para que el ambiente fuera romántico. ¡Y comenzamos el masaje!

La primera en recibir el masaje fue Isabel, y Miranda y yo nos veíamos discretamente y me decía, para que veas la confianza que te tengo, los dos le daremos masaje a Isabel y después ambos a mí, ¿te parece?

-entonces Isabel nos dice, si tienes confianza en Alejandro, yo también debo tenerla y diciendo esto se sacó el sostén y se puso boca abajo riéndose ambas mujeres.

A mí me toco darle masaje en la espalda y a Miranda en las piernas Yo con los ojos y haciéndole señas, le decía a Miranda que le frotara la vagina y las nalgas.

Haciéndome caso, comienza a hacer masajes más atrevidos en la vagina de Isabel, y esta lanzaba suspiros de excitación y levemente alzaba las nalgas para que el masaje que le daba Miranda fuera más atrevido, a lo que Miranda ni tarda ni perezosa, metió un dedo por debajo del bikini y comenzó a penetrarla, yo seguía en lo mío, masajeándole la espalda, pero viendo todo lo que Miranda hacía con Isabel.

Me vuelve a sorprender mi esposa y le quita la tanga a Isabel y me deja ver esas hermosas nalgas de Isabel, y comienza a darle masaje en toda esa zona.

-Me excita ver todo ese vello que tienes Isabel, me mata de deseos verte así mi amor -decía Miranda acariciándole la vulva llena de vellos rubios.

-Está muy bella esta cosita -mientras la acariciaba y hacia bucles con el vello púbico de Isabel.

Le dimos masaje completo a Isabel en la espalda y piernas y cuando ella estaba de frente a mí me toco darle en las piernas y a Miranda en el pecho, y veía como acariciaba esos senos, el vientre y de vez en ves le daba besos llenos de pasión en los labios y en los senos, después cambiamos de zona quedando Miranda en las piernas y yo observaba como acariciaba su vagina y se perdía uno o dos dedos en su interior, al tiempo que escuchaba gemido leves en Isabel, yo la observaba y nos veíamos complacidos y ella agradecida conmigo, en una de esas, Miranda se agacho y le comenzó a pasar la lengua en los labios vaginales a Isabel y yo comencé a frotar los pechos con más fuerza y a pellizcar sus pezones, para que se estimulara más.

Terminamos el masaje con Isabel y yo para ese entonces me había controlado mucho, no quería echar a perder todo por culpa de una erección.

¿Cómo logré controlarme?, ni yo lo sé sinceramente, me excite mucho, pero me controle más. Y así se los hice saber a mis dos mujeres. Les dije que eran unas mujeres muy lindas y el sueño de todo hombre es estar con dos mujeres haciendo el amor y que respetaría su relación, ambas me dieron las gracias y comenzaron a reírse.

Le tocó el turno a mi esposa y ya se imaginarán, Isabel le quito la poca ropa y en un dos por tres ambas estaban totalmente desnudas, se recostó boca abajo y viéndome a los ojos me lanzo una mirada llena de amor, a lo que correspondí con un beso intenso, y me lo regreso con más intensidad, pues Isabel le estaba chupando la cola a mi mujer, haciendo ese beso más apasionado, las caricias de Isabel eran más audaces, ella agarraba con ambas manos y me decía, todo esto es nuestro. Y nos reíamos. Total, que terminaron muy excitadas besándose, y entonces yo propuse, tomarles una película para que la viesen juntas y ellas viéndose a los ojos aceptaron. Me fui a traer la cámara y comenzaron a besarse, para todos fue una noche inolvidable.

Me preguntaron qué hacían para la película para que tuviese una entrada el video.

Yo le propuse que se besaran así desnudas, con caricias llenas de pasión.

Ellas ni tardas ni perezosas comenzaron a besarse y yo con la cámara tomaba todos los detalles de esa entrega íntima y ardiente.

Veía totalmente desconocida a Miranda, besaba a Isabel con tal intensidad como nunca la había visto, besando con tal frenesí sus labios, tomando su lengua ambas y mientras esto hacían, Miranda acariciaba a Isabel con ambas manos. Con una mano sus nalgas y con la otra los senos.

Esta, por su parte hacia lo mismo con Miranda, y acariciaba el vello púbico e introducía un dedo en su vagina, y ya mojado se lo llevaba a la boca para que ambas saborearan ese rico néctar.

Así duraron casi 20 minutos en caricias de pie, besos, en todo el cuerpo, pero donde más se entretenían era en los labios.

(Pude constar que para que una mujer se sienta más amada son necesarias las caricias previas y no ir al asunto de inmediato, error que la mayoría de los hombres cometemos)

Con esos rostros llenos de pasión y las miradas de dos mujeres satisfechas se fueron a la cama y comenzaron a hacer un 69, yo tome escenas de lejos, y de cerca de cada una de ellas en donde plasme como se acariciaban y como chupaban esos hermosos labios, de vez en cuando al hacer el acercamiento, mi esposa me besaba apasionadamente dándome a probar los jugos de Isabel por su parte cuando estaba con Isabel, esta hacia lo mismo que Miranda de besarme, pero sin dejar de acariciar a Miranda con los dedos, y me guiñaba un ojo como buenos cómplices.

Después de estas caricias previas Miranda acostó a Isabel de espaldas haciéndole sexo oral.

 Esto es lo que sucedió, palabras que transcribo después de ver la película que duro casi hora y media.

Miranda-Te voy a matar de gusto mamita, Dame tu cosita, quiero probar esos ricos jugos mi amor.

Isabel,- trátame como tu puta mi amor, soy toda tuya mi vida ahhhggggggg, así mi amor, que ricooo.

Miranda- ¿te gusta verdad amor? Te gusta que te dé por el culo.

Isabel- si mi amor, mi culo, mi panocha es toda tuya, mátame de placer mi amor, todo mi cuerpo te pertenece… ahhhggggggg

Miranda estaba irreconocible, disfrutaba plenamente todo eso que sucedía y observe que las palabras fuertes estimulaban más a Miranda.

Isabel- no te detengas amor, méteme un dedo en el culo ¡Mételo todo mi amor! ¡Dime palabras feas mi cielo! Dime palabrasssssss… que rico mamacita, que rico, tu si sabes cogerme rico mi amor.

Miranda -puta te daré una mamada que no olvidaras, y le chupaba más fuerte y movía el dedo dentro del culo de Isabel con mucho vigor… así puta, disfruta a tu hembra que te está culeando, disfruta mi puta hermosa.

Isabel- así mamacita, soy tuya más duro me vengo mi amor, ¡Me vengooo!

En ese momento, el rostro de Isabel se contrajo en un rictus de placer y comenzó a arquearse y salió un chorro que Miranda prontamente recibió en la boca y con la boca llena se acercó a Isabel y la beso apasionadamente tomando ambas el líquido blanquecino. Y mientras se besaban, yo aproveche para saborear un poco que estaba escurrido en las piernas Isabel.

Esto que hizo Miranda, calentó más a un a Isabel y de un salto cambio de posición y se puso de costado de Miranda y comenzó a besarle las nalgas a Miranda, y con ambas manos las abrió dejando ver todo el culo de mi esposa el cual rápidamente Isabel comenzó a besar y a pasar su lengua por toda esa parte hasta llegar a su vagina una y otra vez lo hacía, y le decía a Miranda, ahora verás puta como te tratare, hare lo mismo que me hiciste para que sientas el mismo placer que yo.

Miranda- si mi amor, también quiero ser tuya, quiero ser tu puta, quiero ser la puta de los dos, dame duro mamacita, sin piedad méteteme dos dedos en el culo y chúpame ricooo amor mío, anda mamacita dame durooo.

Como era el turno de Miranda yo aproveche y deje la cámara en un rincón y me acerque a Miranda y me hinque para besarla en los labios y con una de mis manos acariciaba a Isabel sin que Miranda se diera cuenta, y en una de esas metí mis dedos en la vagina de Isabel quien correspondió abriendo más las piernas y comencé a estimularla, eso hizo que Isabel se calentara más, y con una mano agarro mi pene y lo frotaba, sin quitar la vista de lo que yo hacía con Miranda,

Fue tanto el estímulo que le dimos a Miranda que se vino copiosamente con un grito de satisfacción.

Yo regrese a tomar la cámara para seguir grabando, y ellas procedieron a descansar un rato, a los 5 minutos me dice Miranda.

-Papito y si traes el vibrador y unos condones-

Esta niña va a disfrutar plenamente, quiero más de su jugo rico, y la veía a los ojos cuando decía estas palabras acariciándole la carita y besando sus ojos.

Me darás más de tu juguito de amor, ¿mi vida? Quiero saborearte plenamente- le decía

Si mi vida, lo que tú quieras, soy tuya, ya te lo dije y hare lo que quieras que haga, me gustas mucho mi amor, me encantas y la abrazaba fuertemente y se besaban con una sed de sentirse amadas ambas en ese momento.

Yo regresé con el vibrador y se lo di a Miranda

Miranda se lo mostro a Isabel y le dijo, -este niño te hará subir al cielo mi amor, y los dos te haremos feliz.

La acomodó de nuevo en la cama boca arriba, le dio unos besos en los labios, le chupo lo senos mientras acariciaba sus piernas, se acercó a su vagina y comenzó su trabajo de mamarle toda la vagina, le puso un par de almohadones en la cintura para que pudiese elevar las nalgas y comenzó a chuparle los labios mientras con una mano le acariciaba el culo y con la otra mano le acariciaba los senos

 Isabel ya estaba lista para la siguiente entrega.

-Así mamacita, cojéeme rico, soy tuya, mi cuerpo es tuyo amor, has de mi lo que quieras, pero no

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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