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Un cambio radical en mi vida (5): Mientras alguien nos mira

Al entrar en mi casa me apresure a ir a mi cuarto, me quite la ropa y me acosté rápidamente, no podía creerme en que me había convertido ¿cómo había acabado siendo la puta de mi vecino en un trastero? ¿Engañando a mi novio con un gordo de casi 50 años? No podía creérmelo… notaba mi coño palpitando, me dolían las piernas, me notaba usada… estaba totalmente satisfecha. Pero lo que más morbo me daba era esa enorme polla, esa sensación de dominación que sentía con Manuel, en un día no se ni como me uso y convirtió en su puta dos veces, me llenó la boca de semen dos veces (cosa que nadie me había hecho) aun notaba su sabor en mis labios… esa noche había descubierto que me encantaba ser una zorra y decidí no reprimirme más.



Al día siguiente madrugue como casi todos los días para ir a clase, después quede para comer con Rodrigo, no quise contarle nada, sería mi secreto, además a el también le vendría muy bien mi nueva “afición”.



A eso de las 16:00 llegue al garaje de mi casa en mi coche, tenía que estudiar ya que el viernes tenía un examen. Al bajarme del coche me encontré a mis vecina, Lucia. Me puse muy nerviosa y apenas podía mirarla a la cara después de haberle comido la polla a du marido… ella por supuesto no sospechaba nada gracias a dios. Subimos juntas en ascensor y le comente que esta semana no podría quedarme con su pequeño porque tenía un examen importante (también así apartaría tentaciones dentro de su casa respecto a su marido) me dijo que no había problema ya que tenía unos días libres y estaría en casa, me dispuse a salir del ascensor para entrar en mi casa y me despedí de Lucia, cerré la puerta y suspire… me fui a mi cuarto para estudiar toda la tarde.



Llevaba ya un par de horas estudiando cuando me tome un descanso y decidí hacerme un porro, me tumbe en la cama y me relaje un rato. Al cabo de un rato recibí un whatsapp, era Manuel, lo abrí con curiosidad ya que no habíamos mediado palabra desde la noche anterior cuando habíamos tenido nuestro tórrido encuentro. El mensaje ponía:



“a las 20;30 te espero en el garaje, tenemos que hablar”



Me sonaba raro y a la vez morboso… pero llevaba razón, teníamos bastante de lo que hablar así que acepte la cita, me fui a dar una ducha para refrescarme, me vestí mas bien normalita con unos leggings negros una camiseta y una chaqueta Adidas, me hice una coleta y me pinte la raya del ojo y los labios, que es como suelo arreglarme para diario, acabe de fumarme el porro que me había hecho antes y baje al garaje, avise a mi padre diciéndole que estaba en casa de mi amiga Andrea y no sabía si vendría a cenar.



Cuando llegue al garaje me acerque a mi coche, entonces desde la plaza de enfrente vi a Manuel haciéndome una señal con las luces, me dijo que me subiese atrás y me agachase, ya que por discreción iríamos a otro sitio a charlar para que no nos viese nadie juntos. Arranco y al salir del garaje dio una vuelta a la manzana, se detuvo y me ofreció sentarme adelante, me senté y pregunta a donde nos dirigíamos, Manuel respondió que iríamos a un aparcamiento que había en una playa cercana, allí podríamos hablar sin problemas tranquilamente y la verdad me parecía un buen sitio, ya había estado muchísimas veces así que sin problema, por el camino se detuvo en una gasolinera donde paro a comprar un par de cervezas y un paquete de tabaco, al fin llegamos al aparcamiento, era de noche pero siempre había gente por esa zona por lo tanto supuse que no pasaría nada raro y me relaje dentro del gran coche de Manuel, así que le pregunte que era eso de lo que quería hablarme.



M: Sandra, ¿cuánto hace que nos conocemos?



-S: Pues de siempre Manuel, desde que llegue a vivir a tu edificio de niña.



-M: ¿y respecto a lo que paso ayer entre nosotros… tienes algo que decir?



-S: no lo sé Manuel, no sé qué decir ¿y tú?



-M: A mi… me encantas desde hace unos años Sandra, a mí lo de ayer me encanto, poder disfrutar tu cuerpo fue lo más morboso que me ha pasado.



-S: yo la verdad Manuel que nunca imagine esto, pero si te dijese que lo de ayer no me gusto y que no quiero que pase más veces te mentiría…



-M: Entonces… ¿estas totalmente de acuerdo en tener encuentros? Quiero decir... ambos tenemos parejas, soy amigo de tu padre y te doblo la edad.



-S: pienso lo mismo, pero lo disfrute como nunca, así que supongo que sí, podríamos experimentar cosas juntos.



-M: Es una locura niña, pero yo estoy encantado, ayer explotaba de placer teniéndote para mi Jaja eres bien viciosa jajaja



Me reí también, y di un trago a la cerveza, le dije de bajar a unas mesas que había enfrente, así me haría un porro para acompañar a la cerveza, luego en casa cenaría y seguiría con mis estudios así que quería relajarme.



Estando en el la mesa seguimos hablando, sobre morbos y cosas que nos gustaría hacer, salían cosas de si boca que jamás habría imaginado, le gustaba parar por locales liberales en donde se relacionaba con parejas ya que su matrimonio estaba sexualmente muerto, así hablando me conto que su esposa Lucia tenía una aventura con un médico de su trabajo, cosa que me sorprendió mucho la verdad, pero bueno al menos a ella ya podría mirarla a la cara al saber que era tan guarra como yo…



Me fume el canuto y nos fuimos al coche otra vez, me había tomado también la cerveza y la verdad con la conversación subidita de tono me sentía un poco caliente, pero al día siguiente madrugaba y aún tenía que estudiar, nos subimos al coche y Manuel me propuso algo.



-M: Sandra cariño tú tendrías una horita más antes de volver a casa? ¿Podrías acompañarme a un sitio?



-S: bueno vale pero no tardemos mucho ¿a dónde nos dirigimos?



-M: Ya lo veras, creo que te gustara…



Nos dirigimos hacia la autopista y condujo durante unos 15 min, llegamos a una carretera muy estrecha que terminaba en un aparcamiento donde había 3 coches estacionados pero todos muy separados, Manuel estaciono y apago el motor, a mí me mataba la intriga, ¿que hacíamos ahí?



-M: Mira cariño ahora vas a confiar en mí, no tenemos mucho tiempo y quiero que intentes algo.



-S: ¿el qué? ¿Si puede saberse?



-M: quiero que te quites la sudadera, te pongas de rodillas en el asiento y me hagas una mamada.



-S: jajajaaj ¿y para eso tanto viaje?



-M: cariño aquí vas a experimentar hacerlo en un lugar público, te gustara.



-S: bueno vale jajajaja qué vergüenza jajajaja pero vale, lo hare.



Me descalce, me puse de rodillas en el asiento y empecé a desabrochar el cinturón de Manuel, metí la mano y la polla ya estaba medio dura... era enorme jajaja me encantaba coger esa polla jajaja entonces empecé a lamerla y a pajearla, enseguida la note ponerse bien gorda, la metí en la boca la escupí y la mame durante unos minutos, estaba cachondísima y me apetecía metérmela dentro, por lo que levante la vista y me incorpore, entonces vi al lado de la ventanilla a un hombre de unos 40 años masturbándose mirándome, me asuste y avise a Manuel. Me dijo que estaba bien que le dejase mirar y que no me preocupase, a ese sitio se iba a eso y hoy solo probaríamos con sexo oral, así que mire el lado positivo y morboso de todo eso y seguí con la mamada, no aparte la mirada del mirón y vi que se ponía para mi ventanilla, para verme el culo supongo, entonces note como Manuel me bajaba los leggings y el tanga de golpe.



-M: déjale ver ese enorme culo y ese coñito depilado tan rico que tienes, él no te tocara.



La verdad es que la situación me estaba poniendo a mil, me sentía observada, pero además de eso estaba dejando bien satisfecho tanta a Manuel como al visitante jajaja me encantaba. De repente Manuel empezó a gemir y note su gran polla palpitar, de repente empezó a brotar semen hacia mi boca y mi cara, la chupe para dejarla bien limpia y para no desaprovechar ni una gota, al terminar me senté y antes de limpiarme la cara Manuel me dijo algo que me dejo fría.



-M: cariño da un paso más, quítate la camiseta y muestra las tetas al mirón, después baja la ventanilla y hazle la paja con tu mano, te lo agradecerá.



La verdad es que en esa situación y con mi sexo empapado ni lo pensé, me quede en tetas, baje la ventanilla y el hombre se acercó a mí con rabo tieso y se lo agarre y empecé a menear, no estaba nada mal era una buena polla también, muy gruesa aunque no como la de Manuel, empecé a notar como palpitaba y de repente el hombre empezó a soltar chorros de semen en mi mano, nada más terminar saco 20€ del bolsillo y mientras me limpiaba la mano y la cara me los tiro a dentro del coche, me dio las gracias y me dijo que era una preciosidad y un amor de chica, se dio la vuelta y se subió a un coche y se fue.



Me vestí y Manuel arranco el motor, estaba cachonda como una perra y ¿me iba a quedar así? Nos fuimos y llegamos bien a casa, a la hora prevista todo perfecto, entramos en el garaje y note a Manuel un poco raro, quizá era mi imaginación ya que seguía muy caliente, entonces vi que Manuel se dirigía a la escalera y le pregunte por que no subía por ascensor. Me dijo que me acercase, al llegar me empujo contra un hueco y me dijo:



-M: pequeña aquí en el edificio yo iré por la escalera y tú por ascensor, es por discreción.



-S: tienes razón, perdona.



-M: ven, date la vuelta.



Me di la vuelta y en la esquina de la escalera me bajo el leggings hasta debajo de las nalgas y me metió su polla que no me esperaba que estuviese dura de un solo empujón… me encanto, estaba metida hasta dentro, estaba por fin empalada por ese enorme miembro maduro, me dio 3 empujones brutales, casi me corro del placer que sentí, de repente la saco, me subió los leggings y me dijo al oído.



-M: vete a estudiar, pero hoy te masturbaras pensando en la polla de tu vecino.



-S: cabrón no me hagas esto (susurre)



-M: jajaja así tendrás más ganas cuando te coja zorrita.



Me fui al ascensor, me arregle un poco dentro en el espejo y llegue a mi casa como si no hubiese roto un plato, me fui a mi cuarto y me desnude por completo, saque un consolador que me había regalado una amiga por un cumpleaños a modo de broma y lo estrene, tenía una ventosa, así que lo peque en una silla que tengo en el cuarto, y empecé a cabalgarlo mientras frotaba mi clítoris como una loca, recordé todo lo que había he hecho ese día, ahogaba mis gemidos para no despertar a mi padre pero me estaban viniendo orgasmos uno tras otro, cuando al fin quede satisfecha mire hacia la silla y me saque el consolador de dentro, la silla estaba empapada, había lubricado un montón, algo increíble, quede tan relajada que guarde el consolador y me metí en mi cama, iba a dormir muy tranquila, ya estudiaría mañana… por hoy había tenido suficientes emociones, no podía mas, así que me acosté totalmente desnuda y me dormí saboreando el sabor a corrida de mi vecino que aun notaba en mi paladar.


Datos del Relato
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