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Soy la Madre y Puta de mí Hijo hoy día y mucho más 76

Ahora se le ha ocurrido también que no me explico la actitud del proxeneta de mi hijo adolescente de 16 años de que yo preste servicios voluntariados de ir a visitar a los mismos presos y así me acueste con ellos dejándome que me violen uno tras otro con una vestimenta que los cautiva, seduce, provoca, deleita, desea, calienta, fascine, atraiga, emocione, incite, insinúe, coquetee, entre muchas otras cosas que no me respeta al sentirme humillada, ultrajada, molesta, maniatada, sin opinión alguna que expresar y manifestar siendo yo la madre y la puta de mí hijo hoy día y mucho más en esta otra entrega que viene siendo exactamente la 76 aba.



Arremangada de una camisa que la llevo por fuera amarrada que la tengo bien desabrochada que anda con todo y el mismo top brasier polipiel por fuera de la misma camisa y la cosa no termina hasta aquí con una minifalda de tubo polipiel bien entallada, apretada, ajustada, ceñida y para joderme la mera vida con medias a la mitad de las piernas con botas de tacones altos con un peinado de cabello largo y súper maquillada completamente desde mi ojos hasta mi boca en que me parezco verdaderamente a esas prostitutas que las vemos en las zonas rojas ofreciéndose y subiéndose a los automóviles con los clientes que tiran su dinero por un tiempo intimo teniendo sexo cochino y ocasional y mucho más.



Entrando a la primera celda encontrándome con este prisionero grande de unos 3 metros de altura y moreno para rematar en que me toma y sujeta fuertemente de mí brazo que parece que me lo quiere zafar en que me pone de rodilla como estuviera confesándome pegado y a la altura de su zipper que me lo abre y baja los pantalones al salirle esta pinga erecta, dura, parada, gigantesca, enorme, gruesa que me toca mi frente en que me empuja por detrás de mi cabeza para que me lo chupe y mame al metérmelo bien profundo casi colindando con mi garganta en que me niego pero forcejeamos varias veces pero logra y me obliga hacérselo dándome asquerosidad bastante en que derramo lagrimas silenciosas sin que me vea y descubra este bueno me venció le doy estás mamadas suaves, un poco más rápida, sigo aumentándoselo en que ahora para mayor contacto y firmeza me posesiono con ambas manos de sus nalgas y glúteos que me los manoseo de abajo hacia arriba y viceversa en que se arquea para que me lo meta mucho más que quiere desencajarme toda la mandíbula y la boca misma este preso moreno.



Me lo saca al cargarme en sus brazos en que me lleva a su litera en que me toma de las botas al doblarme al pegármelos contra mi cara que me arremanga y corre toda la minifalda de tubo polipiel en que me rompe de un solo tirón mi hilo dental cachetero en que me clava, entierra y penetra y golpea e invade de inmediato con su pinga que está doliéndome y lacerándome orgánicamente sobre todo destruyéndome todita mi vagina en que me lo sigue dando en que al rato sucumbo entre muchos jadeos igualmente gemidos constantes como fuertes y gritados que rebotan por todas las celdas de la misma prisión que disfrutan escuchándolo los demás presos lo que está haciéndome contra mi voluntad al prostituirme gracias a las gestiones que hizo al mismo alcalde de la prisión al ofrecerme a la que soy la madre y puta de mí hijo hoy día y mucho más en que le paga una fuerte suma de dinero de 7 cifras y no me suelta un real ni comparte conmigo ese botín el muy cabrón del proxeneta que es hoy por hoy y mucho más.



Me corre el top brasier polipiel que al mismo tiempo me lo mama y lame mis pezones al gustarle que me los devora, come y bebe con delicadeza y dulzura pero caballerosamente no tenía la remota idea que detrás de ese malgeniado prisionero hay un buen tipo que me coge sin tregua alguna doblada como estuviera suplicando el perdón por mis pecados en que me lo clava, penetra, mete, profundiza y escava bastante pareciéndome a una retroexcavadora que me estiro bastante de la cintura como del cuerpo que me culea y coge bastante agachada encima de la misma litera el prisionero moreno que escucho y conozco de viva voz jadeándose igualmente gimiéndose en que me presiona y me da intensamente varias veces hasta que se viene en que soy toda chorreada, disparada, pringada, embarrada y masturbada para rematar con todo el polvo que le sale de la pinga de este en todo mi vestimenta y cuerpo siendo su desahogo ya que estos no mantienen relaciones con mujeres y no han visto desde sus encierros muy necesitados me lo abrazo y lo beso al quedarnos pegados encima uno del otro agotados pero complaciéndolo y cumpliéndolo como tirándomelo de ahí servírmelo hasta entregármelo finalmente por supuesto tenemos en vivo y a todo color atendérmelo a través del servicio de voluntaria en que me metió el proxeneta de mí hijo y mucho más al ser toda la prostituta de todos los presos de la prisión federal y mucho más ante mis propias narices hoy por hoy.


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 10
  • Votos: 1
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