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Categoría: Confesiones

Secretos de mi esposa

Historia basada en hechos reales, cualquier cosa es coincidencia.



Me llamo Jaime Contreras; oficinista. Casado con una bella esposa de 32 años que a lo largo del tiempo supo mantener esa figura envidiable que gusta a los hombres. Con sus pechos sobresaliendo de aquel brassier, junto a su escote muy abierto haciendo notar aquellos montes exquisitos delicados y deliciosos. Mi esposa trabaja en una editorial recibiendo a diario muchos textos por corregir.



Todas las mañanas se iba con una falda casi corta, que a veces no dejaba nada a la imaginación ya que al moverse se movía también ese culo redondísimo que tiene, con esas piernas largas, tacones altos.



Siempre iba a recogerla a su lugar de trabajo, pero, hubo una semana en las que no me dejaron salir a tiempo para llevarla a casa, ella lo comprendió y no me dijo nada, durante esa semana yo llegaba muy tarde como 11pm. Pero, siempre que llegaba ella no estaba en casa.



El primer día de esa semana me alarme demasiado ya que pensé que le había pasado algo, la timbraba no respondía, dejaba mensajes de voz y tampoco, me preocupaba demasiado, cuando estaba por salir a poner una denuncia, llegó. Obviamente ese día la interrogue, me dijo, que habían salido igual de tarde, que no me respondía porque estaba viniendo caminando despejando la mente. Discutimos pero bueno no paso a más.



El segundo día de esa misma semana llegue a casa igual de tarde, y al entrar a mi cuarto lo mismo, ella no estaba. El tercer día, igual, el cuarto día me despertó el abrirse de la puerta era como las 2am y mi esposa llegaba recién, quise dejar de lado las discusiones y cogerla como se debe, mas no pude porque me dijo que estaba cansada, que el trabajo, que lo otro bla, bla, bla. Emputado me dormí.



El quinto día me entraron las sospechas, ese día nos habían soltado temprano del trabajo, con mucho ánimo fui a recoger a mi esposa y luego a casa quería hacerla gritar. Cuando llegue a su lugar de trabajo, corrí subiendo velozmente las escaleras (debo aclarar que era de 4 pisos donde trabajaba) toque la puerta de su despacho como 3 veces, nadie respondía, me desidia a entrar cuando alguien por detrás me detuvo, pensé, ”ha de ser mi esposa” me gire completamente y... no, no era ella, era la de los servicios, me dijo que todos se habían ido hace más de 1 hora que les había dado permiso por ser el último día.



Salí como a quien persigue el diablo a mi casa pensado que mi esposa estaría esperándome; seguro que hoy si me la follaría que la haría gritar de dolor le daría por detrás y más por delante, la pondría como una perra, me la clavaria sin perdón, mi mente volaba, estaba arrecho.



Aparque el auto en la cochera como cualquier cosa, corrí, corrí para mi cuarto, corrí como caballo excitado, ya estaba cerca, solo unos cuantos pasos me distanciaban de mi objetivo, tenía la puerta enfrente, mi mano giraba la manecilla, sin vergüenza, de un tirón abrí la puerta… nada, no había nadie en nuestro cuarto, me encajone y la ametrallé de llamadas, mensajes de voz y más llamadas. No respondía, me mandaba al buzón, estaba hecho un demonio botaba cosas rompía fotos destrozaba las cajuelas, cuando logre calmarme, me di cuenta que había hecho una asquerosidad, entonces la volví a llamar y no respondió, vote el teléfono; y, dirigiéndome al armario de mi esposa, empecé a buscar, buscar cualquier cosa, lo que sea, sin embargo solo había sus tangas, faldas, brassiers, vote todo eso y al final cayo una Tablet y lo más sorprendente fue que entre la ropa sobresalía un consolador rojo, agarre ambas cosas, mire el consolador, estaba todo reseco y lo solté, quedándome solo con la Tablet.



Me dirigí a sentarme en la cama revise el aparato electrónico, me sorprendió ver miles de fotos de mi esposa casi desnuda y desnuda en muchas otras, tenía fotos donde no llevaba nada de ropa y se tapaba los pechos con una sola mano mientras con la otra mano tomaba la foto; otras haciendo una “V” con la mano cerca de su boca sacando la lengua y muchas más que más adelante podré contarles.



Seguí revisando, tenía varios mensajes, entré a sus redes y tenía otro nombre, era otra cuenta, explorando más, me fije que había una página sin cargar, cargue la página (no pondré el nombre real pero era algo así “cuenta tu secreto” con un corazón al costado.



Revise, revise y seguí revisando todo lo que contaban aquellas personas trataban sobre sexo, todo iba bien hasta que llego una notificación en forma de campanita, <> decía, aquella notificación.



Me quedé estupefacto ante aquel suceso, que no me di cuenta de lo que pasaba e inmediatamente lo revise, vi que había muchas notificaciones y había también una cuenta llamada “valery” (yo le decía de cariño a mi esposa valery) tenía 4 historias subidas en estos últimos 4 días, estaba temblando no sabía qué hacer, nervioso puse la primera historia de hace 4 días, que decía.



*Mi gran secreto es que me gusta que me follen en cualquier lugar, soy ninfómana y una puta de primera, he estado esperando este momento desde hace mucho tiempo y al fin hoy lo hice, aproveche que mi marido no llega a casa a la misma hora, y yo como buena anfitriona desde que salió mi marido aliste mis cosas en mi bolso, una tanga color negra y mi amigo fiel mi consolador, me puse la falda más sexi que tenía que era una pollerita que me llegaba hasta el muslo es de color blanco y dentro me puse una tanga del mismo color, en mis hermosos bebes me puse un brassier fácil de abrir y que resaltaban a mis grandes amigas, encima de ellas mi top color negro que mostraba mi figura. Salí de ese modo gustándome a mí misma y a los que me veían pasar, me encantaba tanto que metía un dedo en mi boca en forma de agradecimiento, estaba excitada me moría de ganas de hacer estas cosas mis vulvas se mojaban mi tanguita no iba a soportar tanto calor, llegue a mi trabajo me fui directamente al baño a dedearme el clítoris no aguantaba más y decidí sacar a mi amigo, me lo puse en la entrada de mi vagina y me lo metí fue tan rico que solté un gemido de zorra urgida sin darme cuenta que alguien estaba afuera



-estas bien? -era mi amiga.



-siii… (ahhhh) -no podía resistir.



-estas segura? -preguntaba ella extrañada.



No supe que hacer me iba descubrir no tuve más remedio que meter más a fondo mi consolador en mi vaginita y encima de ella mi tanguita mojada, me arregle rápidamente y salí



-que te paso? -preguntaba.



-auuuhhh... Ohhhh!! Ayyyy -solo eso salía de mi boca mi consolador vibraba cada 10 minutos y me hacía excitar más.



-que te sucede? -se preocupaba



-mee... Dueleee… El estomagooo!! Ahhhh -le dije, señalándome el abdomen.



Después de eso me llevo hasta mi asiento y cuando me senté sentí que mi orgasmo llegaba me iba a correr –ahhhh- grite, todos me miraron tenía la cara roja.



-le duele el estómago -les dijo mi amiga.



Todos dijeron que me fuera pero dije que no, al poco tiempo me trajeron una pastilla diciéndome que se me pasaría pronto, y me dejaron sola en mi asiento. Así pase todo el día con mi consolador haciéndome correr a cada 10 minutos.



Era hora de salir 7pm, me fui directo a los baños, cuando toque mi consolador sentí como una corriente eléctrica, moví a un lado mi tanguita y lo empecé a sacar lentamente estaba tan pegado que me excitaba más, ya solo faltaba la puntita cuando por mi pierna bajaba los orgasmos de todo el día.



Me limpie lo más rápido posible me cambie de tanga por la otra que traía en el bolso y me arregle con un poco de maquillaje.



En la calle todo era vida, fiesta, me fui para los parques de juegos, la plaza de Madrid, en medio de esa multitud encontré a un amigo de la infancia Roger, me invito para una fiesta, nos fuimos, bailamos hasta mas no poder apegándome el su pene cuando yo le daba mi colita, cuando termino la canción estaba un poco ebrio, me pidió que lo llevara hasta su casa, cuando entramos el me cargo me tiro en su cama y salto después de mí, me volteo boca abajo y me levanto la faldita bajo mi tanguita sacando su pene que se veía en la oscuridad muy grande y gruesa la puso en la entrada de mi vagina yo rogaba porque me la metiera



-Métemela, papi, metemelaaa!! Ayyy siiii meetemela



-quieres, puta quieres.



-meeetemela papi siiii meeeteeeelaaa!! Ahhhh



Metió su pene sin que yo lo notara me hizo estallar de gemidos cada que entraba salía muchos flujo me estaba violando, no dejaba de gemir como puta y de rogarle- maaas maaaas!! Asiiii papi!! Ahhhh...!!



Dejo de penetrarme y me levanto me quito el top pero dejo mi brassier donde estaba, solo los bajo para ver mis pechos que estaban duras de tanto placer, me levanto una pierna y me apoyo a la pared insertándome aquel monstruo de nuevo, me volvía loca –asiii!! Duro!! Ayyyy papi siiii!!



Me penetro durante 10 minutos hasta que al final me puso de perrita diciéndome que me cogería yo solo decía que siii papiiii ayyyyy!! Daleee! Paso su pene como una lengua por mi vagina pero me la metió por mi colita, no aguante y quise salirme hacia adelante pero él me sostenía por los hombros y me empujo más para atrás haciendo que yo gritara



-noooo!!! Sácamela!! Por favor!!! Duele!!! Nooo!!



-Jorg… ee por Favooorr!! Ayyyy ahhhh!!



No me hacía caso el solo me violaba a placer cuando termino me volteo y me echo toda su lechita en mi cara golpeando su pene en mi cara, nos recostamos un momento, me fije en la hora y me alistaba para irme pero no encontraba mi tanguita, busque y busque y no había



-buscas esto? -me dijo haciendo girar mi tanguita.



-sí, dámela me tengo que ir -le dije, pero no me hizo caso.



-Si me la chupas te la devuelvo o si no te iras sin esto.



No me lo pensé dos veces y salí de aquel cuarto mandándole un beso volado.



En la calle me di cuenta que era una mala idea porque hacía mucho frio, no había taxis, así que tuve que caminar a la estación, cuando llego el tranvía no estaba tan lleno busque donde sentarme y me fui tranquila, revise mi móvil y tenía 20 llamadas perdidas y varios sms de voz.



Faltaba solo 20 minutos para llegar a mi casa cuando subió un hombre alto y no encontró mejor lugar que sentarse a mi lado, me apegue a la ventana y él se arrincono más a mi lado, miraba por la ventana cuando sentí sus manos frías en mi pierna quería gritar pero no pude porque el subió su mano para mi conchita supuso que le daba carta libre para manosearme porque no traía mi tanguita, no fui ajena a sus caricias y abrí mis piernas el metió su dedo dentro de mi vagina y yo me retorcía de placer de nuevo solo faltaba 10 minutos de mi destino, con la rapidez posible abrí su bragueta sacando su miembro que estaba hecho de fierro me senté encima de él y cabalgue mientras me tapaba la boca para que no sospechen las personas de adelante quería gritar decirle que me violara si era necesario pero no se podía.



El tranvía paro y me fui corriendo hasta la puerta sin mirar atrás sentía mojada las piernas aun así corrí, cuando llegue a mi casa mi esposo estaba en la puerta a punto de salir*.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 8
  • Votos: 4
  • Envios: 0
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