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Categoría: Primera Vez

Primera vez

Mi nombre es Marianna. Tenía 15 años en ese entonces. Mi piel es blanca, y mi cuerpo hace una buena combinación: mi busto medio y firme, mi trasero grande, buenas caderas y piernas en forma. Era una adolescente privilegiada físicamente. En los estudios tampoco me iba mal.
No había tenido sexo por mis inseguridades. Sabía que era una chica guapa pero temía el no quedar bien teniendo sexo. Solía masturbarme mucho pero no había llegado muy lejos con ningún chico, a pesar de que mi actual novio me insinuaba día y noche.
Un día, quedamos de vernos en su casa, y por fin tener sexo. Al principio no me agradó la idea y me daba miedo por donde lo viera, pero luego de escuchar los ánimos de mi amiga cercana acepté. Tomé una larga ducha enjabonando bien mi cuerpo, imaginando como sería tener a Michael dentro de mí. Sin darme cuenta dos de mis dedos instintivamente ya se colaban entre mis piernas, pero los pasos de mi madre me detuvieron e hicieron que saliera rápido.
A la hora de vestirme me coloqué un vestido apretado azul, nos zapatos bajos y por último una jacked ya que era tarde-noche.
-¿A dónde vas, señorita? -Preguntó mi padre viéndome de pies a cabeza.
-Michael y yo saldremos al centro. -Mentí.
-¿Con esa ropa? -Cuestionó.
-¡Qué te vaya bien, Mari! Lleva llaves. -Gritó mi mamá dándome el boleto de salida.
Sonreí falsamente y corrí hacia la puerta lanzándole un beso a mi padre antes de cerrar. Su casa estaba a dos cuadras de la mía, así que comencé a caminar lentamente intentando no sudar y calmandome por lo nerviosa que estaba. Ya llegando a su casa lo miré afuera con una sonrisa extendiendo su mano.
-¡Hey! -Me besó mientras apretaba mi trasero.
Lo alejé un poco por temor a que alguien más viera. Entramos a su casa y nos sentamos en el sofá. Luego de una corta plática comenzamos a besarnos, ya que sabíamos a lo que íbamos. Su mano comenzó a bajar a mis pechos, poniéndome nerviosa. Los apretaba suavemente mientras sus besos eran cada vez más apasionados y sentía como mi vagina comenzaba a humedecerse. Su boca bajó por mi cuello dejando besos húmedos hasta llegar a mi pecho. Me recostó y comenzó a abrirse lugar entre el vestido y el sostén. Volvió a mi boca pero esta vez apretaba mi trasero con fuerza y me nalgueaba. Se levantó y sacó su pene no del todo erecto. Sabía lo que debía hacer, había esperado mucho para tener su pene en mi boca y saborearlo como tantas veces imaginé mientras me masturbaba. Intenté acercarme pero me empujó haciéndome recostar de nuevo. Lo miré extrañada mientras él retiraba mis bragas. Me levantó dejándome complétamente desnuda tirando la ropa al sofá. Me abrió bruscamente las piernas y se dispuso a meter su pene.
-¿Y el condón? -Pregunté deteniéndolo.
-No lo necesitamos. -Insistió.
-¿No? -Pregunté- ¡SÍ!
Él intento abrirse paso por la fuerza entre mis piernas a lo que no accedí. Comenzaba a preocuparme su actitud y me asustaba el hecho de que hiciera algo que yo no quisiera.
-Detente.. -Dije alejándome.
Él insistió, avalanzándose encima mío mientras me tocaba por rudamente e intentaba besarme. Me encontraba totalmente asustada, intentaba alejar su cara y su cuerpo pero me era difícil. Pinché su ojo derecho con uno de mis dedos y lo patee lejos.
-¡Hija de puta! -Gritó tapando su ojo.
Este era mi momento, debía escapar antes de lamentarme. El tiempo no me alcanzó para recojer mis cosas, así que tan sólo pude tomar mi jacked y mis bragas que estaban debajo. Corrí hacia la puerta y abrí mientras me montaba la jacked.
-¡Así no! -Gritó jalándome de vuelta a la casa.
Puse mis piernas contra el marco y forcejee. Sentí una presencia detrás pero lo ignoré completamente hasta que Michael cayó al suelo por un golpe. Miré asustada hacia atrás y allí estaba mi primo Kenneth. Lo miré aterrada y sólo intenté correr, a lo que en me detuvo con facilidad.
-Sube al auto. -Me ordenó.
Subí con la cabeza abajo y dentro me puse mis bragas, dejando toda la ropa atrás. Él subió e hizo señales de dar la vuelta para llevarme a casa de mis padres.
-¡NO! -Grité- No quiero que me vean así, por favor..
-¿Y qué esperas? -Gruñó.
-Vamos a tu apartamento, por favor.. -Sollozé y él asintió.
El camino se hizo eterno mientras llegábamos. Mientras tanto, hice una llamada a mi madre desde el teléfono de mi primo para decirle que lo había topado e iría con él a dormir por lo lejos y tarde. Cuando me percaté estaba al frente de su apartamento y el carro recién apagado.
-Sal. -Dijo.
Salí rápidamente hasta correr a la puerta de su apartamento, que abrió y me dejó pasar. El ambiente estaba incómodo, yo estaba semidesnuda intentando cubrir mi cuerpo y él me miraba directo a los ojos.
-Te dije que él no. -Dijo en un tono muy serio y molesto.
-Entiendo que estés molesto.. -Bajé la cabeza- Sólo tengo 15 años y tal, no debí..
-No eso, estúpida. -Gruñó- Te dije que él no y sin hacer caso llegaste hasta ahí, ¡y mírate!
Me senté a su lado y noté la frustración en sus ojos. Estar con poca ropa no favorecía nada la situación, sin embargo sólo teniéndolo así de cerca noté lo guapo que era mi primo. Sus muslos remarcados en el pantalón, sus musculosos brazos, su barba marcada y esos penetrantes ojos negros que me veían fijamente. Sin darme cuenta ya estaba a una pequeña distancia de sus labios, y sin pensarlo me lancé. Lo besé con fuerza a lo que él respondió sorprendido. ¿Qué había hecho? Me separé de inmediato y lo miré asustada. Él sonrió de medio lado pero luego ocultó su sonrisa volviendo a mis labios. Me alivió que no reaccionara enfadado pero estaba en una situación aún más difícil; me encontraba semidesnuda. Sus manos frías se dirigieron a mi cuello, causando un escalofrío que empezó a calentarme. Quería sentirlo. Me separé un momento de sus besos, para sentarme encima de él, frente a frente, para empezar a besarlo con más pasión.
-¿Estas segura? -Preguntó entre besos.
Sólo asentí con mi cabeza y deje caer la jacked. Me miró detenidamente los senos y bajaba sus manos hasta acariciarlos. acercó su boca a mi cuello y dejaba besos húmedos, hasta llegar a mi oreja.
-Te voy a hacer mía. -Suspiró poniéndome los pelos de punta.
El corazón me latía a mil mientras él succionaba mis pezones, los rodeaba con su lengua y mordía levemente. Comenzaba a ocultar los gemidos leves que causaba su lengua, pero levantó su cabeza y metió uno de sus dedos en mi boca. Lo comencé a chupar mientras con su otra mano bajaba hacia mi vagina algo húmeda. Se abrió paso por las bragas hasta tocar mi clítoris, su dedo se movía de arriba a abajo. Yo seguía chupando su dedo pero ahora me acariciaba los senos. Lo detuve y me puse de rodillas frente a él, me acerqué a su pantalón, donde se ocultaba su pene bastante apretado. Abrí el zipper y saqué aquel enorme miembro. Lo llevé a mi boca rodeando la punta con la lengua. Él me miraba fijamente mientras acariciaba mi cabeza. Su olor era algo extraño pero no desagradable, aunque tenía duda si llegaba a caber todo en mi boca. Lo metí poco a poco saboreando cada centímetro. El tenerlo en mi boca comenzaba a excitarme más. Un líquido de sabor extraño salía de a pocos y me encargaba de chuparlo todo. Sentía mi cuerpo muy caliente y ya no podía parar. No me importaba si era mi primo, o lo mal que estuviese la acción.
-No pares.. -Escuché salir de su boca.
Miré su cara y la expresión había cambiado completamente, me veía y mordía sus labios. Al escuchar sus jadeos me prendí el doble y comencé a tocar mi clítoris con una mano mientras la otra mantenía su pene y lo chupaba.
-Móntame. -Dijo.
Cuando me levanté mis piernas temblaban y luego de quitarme las bragas, me coloqué encima de él, de frente. Tomé su pene y lo coloqué en mi vagina, respiré profundo pues sabía que iba a doler. Bajé suavemente y su pene se sentía caliente conforme entraba. Comenzaba a doler en mi interior pero su cálido pene se sentía aún mejor. Intenté mover mis caderas y mi primo comenzaba a jadear de nuevo, intentando bajar el tono. Lo besé mientras seguía moviendo mis caderas y él apretaba mi trasero con fuerza. Su lengua exploraba toda mi boca, mientras yo intentaba callar mis gemidos cada vez más evidentes.
-Déjame escucharte. -Levantó mi barbilla mirándome a los ojos.
Me avergoncé e intenté seguir con normalidad ignorando sus palabras, hasta que presionó mi ano con uno de sus dedos. Me dio miedo, pero fue suficiente para calentarme hasta perder la cabeza. Mis movimientos eran cada vez más intensos y mis gemidos resonaban en toda la sala. Mencioné su nombre una vez y eso bastó para que me tomara de la cintura y me recostara en el sofá.
-¿Qué sucede? -Pregunté soltando luego un suave grito.
Sin percatarme había metido todo su pene dentro de mí, causándome un dolor soportable pero el placer lo enmendaba. De hecho, esa mezcla de placer y dolor era lo que me tenía tan caliente. Posó sus manos en mi cadera y jalaba con fuerza sin dejar ni un solo centímetro fuera. Sentí que me venía, el placer que estaba sintiendo era suficiente para volverme loca. Kenneth dijo algo entre dientes y se corrió. Sentí su semen cálido dentro de mí, y salir un poco de mi vagina cuando sacó su pene.
Hasta ese momento me percaté lo que había hecho: tuve sexo con mi primo, sin condón y se vino adentro. Pero no me importó en lo absoluto.
Me miró preocupado y le respondí con un beso cálido luego de abrazarlo.
-¿Estás bien? -Preguntó mientras me cargaba a su cuarto.
Asentí con la cabeza y me acosté en su cama cayendo en un profundo sueño.

CONTINUARÁ…
Datos del Relato
  • Autor: Marianna
  • Código: 50770
  • Fecha: 29-06-2018
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 9
  • Votos: 2
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2728
  • Valoración:
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