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Categoría: Sadomaso

PERRITO REVOLTOSO

Él tenía miedo, lo sé, temor, pánico tal vez... nunca le habían sodomizado e intuía que ya era su hora, veía en sus ojitos de cachorrito un brillo especial, como si se fuese a echar a llorar, suplicándome que no lo hiciese, pero todo estaba decidido.
Había cometido una falta, ¿leve o grave? y que más da; había desobedecido una orden directa y eso me había hecho enfurecer, no tanto como para hacerle eso que él temía, pero si lo suficiente como para ver hasta donde era capaz de llegar. ¿suplicaría, ..., lloraría,...? Estaba ansiosa.
Él estaba callado, con la mirada puesta en mis tobillos, a cuatro patas y con su collar, era un magnífico ejemplar, pelo largo negro, ojos oscuros, piel blanca y musculoso, como a mí me gustaban, sólo de pensarlo se me hacía la boca agua.
Allí a cuatro patas esperaba ser castigado o perdonado; él sabe que nunca perdono y por eso está tan asustado.
-No te preocupes, Cancerbero- así es como le llamo- te gustará- me miró a los ojos y vi su carita.
Me acerqué por detrás y separé sus nalgas bruscamente, le duele, gime, demasiado pelo para mi gusto, le obligo a que sujete sus nalgas bien abiertas, traigo la cera caliente y la dejo escurrir por su ano hasta los testículos, espero y ¡¡ZAS!! adiós pelos, mantiene la postura, y no grita, sabe que le está prohibido. Ahora su ano está enrojecido, le unto una crema que le alivia del dolor, le veo esbozar una sonrisa, que tonto ¿se creerá que eso era todo?
Pasados unos minutos, creo que ya es hora de actuar, le digo que separe las piernas ¡¡YA!!
Tiene un agujerito muy pequeño y eso aún me da más morbo, pues lo haré bien grande:
-Mira Cancerbero- enseñándole el consolador negro de vinilo que he escogido para él, era enorme y sus ojos se abrieron como platos- chúpalo.
Se lo metí en la boca entero, casi se ahoga, lo sé, da arcadas- ¿vas a vomitar, perro?- le grito, él niega con la cabeza y sigue mamando, la hace muy bien , tiene labios carnosos y sabrosos.
-Que agujero más rico- le digo, se asusta, mientras le echo aceite e introduzco un dedo para ir abriéndolo, le gusta lo noto en su cara, va a gemir, pero se reprime también lo tiene prohibido. Introduzco dos dedos, sigue sin quejarse, pero intenta cerrarlo haciendo presión.
-Estate quieto- le grito, mientras le doy una palmada en el culo- Trae acá- le quito el consolador, cierra los ojos fuertemente esperando lo peor.
Voy introduciendo poco a poco, sé que así sufre más- ¿te gusta?- le digo- Sí, mi ama- sé que es mentira, pero se lo paso.
Ha entrado hasta la mitad, comienzo amoverlo, suspira profundamente como para evadirse del dolor, pero cada vez que lo hace meto más la polla y le devuelvo a la realidad, quiero que disfrute del castigo.
Esta sufriendo y eso me gusta, su cara es un poema.
Me levanto y ahí le dejo, con una enorme polla clavada en el culo, me mira los tobillos y se acerca para besarlos, como pidiendo perdón.
-Quieto- le digo- míratela- su polla estaba durísima- ¡Ves como sí que te gusta, cerdo!
Le puse de rodilla, aún con el consolador en el culo y comencé a jugar con su miembro, lo tocaba lentamente, lo besaba allí donde sabía que le gustaba, lo lamía dándole lengüetazos,... comenzaba a gustarle el castigo.
-¿Te vas a correr?- le susurré al oído, asintió. Comencé a mover de forma descontrolada el consolador y empezó a correr un río de sangre por entre sus muslos y mis manos, él lo vio y se asustó.
-Mi ama , por favor, pare me duele mucho, se lo suplico, me portaré bien se lo juro...- lloraba como un niño.
Le metí otro consolador en la boca, para que se callase y seguí moviendo rítmicamente el de su culo, ahora la sangre salía a borbotones, lloraba, pero se había callado, mordía el otro consolador con rabia, entonces dijo:
-Mi ama, me voy a correr, pare por favor.
Paré al momento, le agarré la polla y dije:
-Como te corras te seguiré reventando el culo lo que queda de día.
Controlaba muy bien, y no se corrió. Le llevé a la cama, la sangre me había puesto cachonda , le até boca arriba de muñecas y tobillos.
Le puse mi coñito en la boca y le dije:
-Mámalo bien , que es lo único que comerás hoy.
Se enseñó bien el chico por que a los pocos minutos le llené la cara de jugos que él relamía como un perro, me puse ala altura de su polla, aún dura y me la introduje entera ¡¡AHHH!! gimió, le di una hostia.
-Quédate quieto y déjame hacer a mí, además no quiero oír ni una sola palabra, ni nada...... sino seguiré con tu culo.
Le cabalgué un buen rato, duraba mucho ese chico, era perfecto para mis deseos sexuales, por que aguantaba con todo, pero ya había sido demasiado tiempo y veía en su cara que estaba a punto, le conocía muy bien, me levanté y le dejé correrse en su propio vientre, no gemía, cerraba los ojos y se mordía el labio, luego lamía los restos de semen y de mi boca los pasé a la suya .
-Gracias, mi ama –dijo- gracias.
En el fondo me quería....
Datos del Relato
  • Autor: LORELAY
  • Código: 9440
  • Fecha: 09-06-2004
  • Categoría: Sadomaso
  • Media: 3.98
  • Votos: 46
  • Envios: 3
  • Lecturas: 2008
  • Valoración:
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