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Patricia (4: Secreto descubierto)

Comenzaba una nueva semana, la última de Julio, y apenas había hablado con Javi tras su llegada del Festival de Benicàssim, excepto por alguna llamada y por algunas charlas en el "Messenger" en las que tras enumerarme grupos y grupos que habían visto tocar, y lo bien que se lo había pasado, siempre me decía que en cuanto nos viéramos tenía que contarme algo.



A mí me daba igual lo que pudiera decirme, ya que yo había estado follando con su madre a loco.



Por otro lado y respetando la petición de Patricia, no mantuve contacto con ella durante algunos días, aunque es no evitó que yo me pajeara pensando en ella en cada momento que tenía disponible. Hasta que el miércoles por la tarde recibo un SMS suyo.



 



"Hola chaval, mñn entro + tarde al trabajo, t recojo en ksa a 9.15 t invito a desayunar y hablams. 1 saludete! Confirma."



 



Por su puesto, acepto la invitación y le escribo un SMS confirmándole mi disponibilidad. Y así, el jueves por la mañana mientras estoy asomado a mi ventana veo llegar su coche. Bajo rápido y subo al coche con ella. No lleva el uniforme puesto, sino un pantalón que imita la tela vaquera y un top de manga corta con rayas azules y blancas.



 



-¡Hola! – saludo sonriente.



-¡Hola niño! Abróchate el cinturón que nos vamos.



 



Arranca el coche y veo que me lleva dirección a la playa mientras hablamos de las noticias de la radio. Una vez llegamos al paseo marítimo empieza a buscar aparcamiento, lo encuentra y bajamos del coche.



 



-Vamos a comer ahí. – me señala un local que hemos dejado atrás. – Así nadie entenderá lo que hablamos, los clientes son todos guiris. – se ríe.



 



Nos sentamos y pido yo por los dos, ya que el camarero también habla inglés y chapurrea el español. En cuanto se va nos miramos un momento. Estoy a punto de decirle lo guapa que está pero se me adelanta.



 



-¡Ssshhh!¡Calla! No sé que ibas a decir, pero no. Ahora calla y escúchame primero. – nos traen el café y el zumo de naranja. –Uff, no sé como empezar. Lo de la otra noche… - se calla. – Bueno, lo de las últimas semanas, mejor dicho, no debería de haber ocurrido y tú bien sabes ya las razones. Pero bueno, ha ocurrido así y lo hecho, hecho está, es algo que aunque creo que me arrepentiré a la larga, no se puede cambiar ya. Además, te engañaría si te dijera que no me ha gustado lo que ha ocurrido. – remueve el café y sonríe. – A ti ni te pregunto si te ha gustado porque ya sé la respuesta.



-Jajajajajajajajaja, ya ves que sí. – rio y vuelve a mirarme con esa cara de "Vaya contigo, chaval",



-Lo que me intriga es qué va a pasar ahora. ¿De ahora en adelante qué? Ya no puedo verte sólo como el buen amigo de mi hijo. Y dudo que tú puedas verme sólo como la madre de Javi, si no que me verás como… Bueno, a saber cómo me ve tu mente pervertida.



-Pues ya te dije que te veo como una mujer que me atrae mucho sexualmente.



-Sí, Alejandro pero de verme así a acostarte conmigo hay un salto muy grande, ¿no crees? – calla justo cuando traen los pequeños bocadillos.



-Sí, pero joder, creo que le das mucha importancia cuando no la tiene, éramos dos personas que buscábamos con quién desfogarnos y lo hicimos juntos. – bebo un poco. – Si te hace sentir mejor, puedes pensar que te induje a hacerlo. Me pongo muy cabezón cuando quiero algo y más si estaba excitado, pero me apetecía mucho estar contigo.



-No es eso. Es cierto que te pusiste muy pero muy cabezón. – me mira seria al decirlo. – Pero la última decisión por mi parte la tuve yo y no me negué. Decidí formar parte de esta locura en la que me has metido así que supongo que ambos tenemos parte de culpa. – comemos un poco y continua. – Y me asusta no saber el siguiente paso a dar.



-A ver, te explico como lo he visto yo todo el tiempo. Buscamos sexo, lo encontramos en el otro. Pero esto no implica dar un paso más profundo, no vamos a ir de novios a estas alturas, ¿no? No sé a ti, pero a mí me movió a ello verte en bikini estos meses. – mentí, ya que no iba a decir que todo se debió a habérmela follado estando borracha. – Que junto a los meses de abstinencia, al morbo de lo prohibido, no sé… y verte en toples fue ya el detonante. Pero tuvo lugar ese día, lo mismo tiene lugar mañana otra vez, que dentro de un mes, que no vuelve a pasar.



-He de reconocer que muchos de los comentarios que tú y mi hijo me hacéis, aunque sobrentendía que eran de broma, pues me alegraban. – dice tras un silencio. – Y tras el día de la piscina, pues me puse nerviosa al pensar que dos jovenzuelos se excitaban conmigo. Me gustó esa sensación de morbo como dices tú. Y más porque últimamente… bueno, últimamente no he tenido mucha suerte cuando he ido a buscar algo de sexo. Pero jamás pensé que podría acostándome contigo o con mi hijo. – se muerde el labio inferior y niega con la cabeza. – Y esa es otra, Javier. ¿Qué hago con él? Uff, en la piscina también lo noté excitado y bueno he de suponer que durante mi masaje lo estaría más aún.



-Pues vaya suerte la tuya. – termino de engullir el bocadillo.



-¿Qué dices?¿Suerte de qué?



-Ya ves, tienes a dos veinteañeros que se mueren por acostarse contigo, vaya desgracia. Se lo cuantas a cualquier mujer de tu edad, incluso más joven y le faltaría tiempo para irse con los dos a la cama. – digo como si le dijera eso a las madres todos los días.



-¡Pero Alex! – recibo una patada en la pierna por debajo de la mesa. – Resulta que uno de esos veinteañeros es mi hijo, ¿Entiendes? – me susurra entre dientes. – Así que deja de decir tonterías.



-¡Aauu! No he dicho ninguna tontería. – me froto la pierna.



-Javi no tiene que enterarse de lo que ha pasado y espero que no le hayas contado nada.



-No lo he hecho, pero reconozco que ganas no me han faltado. – Patricia me fulmina con la mirada. - Él y yo nos contamos muchas cosas que sólo ambos sabemos, por eso sé lo que digo.



-Pues de esto a Javi ni mu. – me vuelve a susurrar entre dientes.



-Pues no hablemos más de él entonces.



 



Patricia termina su bocadillo y sigue jugueteando con la cuchara en el café. Su rostro pensativo me mira cuando no está mirando más allá de donde estamos. Finalmente llama al camarero y paga la cuenta. Me dice que en breve ha de entrar a trabajar y aún debe cambiarse.



Cuando nos montamos en el coche me la quedo mirando pongo una mano en su muslo y ella me mira.



 



-¿Qué?



-Qué sepas que a pesar de lo nerviosa que puedas estar, hoy te ves muy guapa.



 



Ella sonríe mientras agita la cabeza.



 



-¡Ay! Qué cruz con el niño! – me vuelve a mirar. – Gracias.



 



Aprovecho entonces para deslizar mi mano hacia su entrepierna y acariciarla más cerca de su cálida cueva. Pero ella me retiene la mano, me mira muy picarona y me dice.



 



-Mientras yo quiera, me dijiste. Y ahora quiero tu mano aquí. – pone mi mano en mi muslo y me guiña un ojo. – Vámonos que no quiero llegar tarde.



 



Me lleva a casa y se marcha a trabajar. Llegué a pensar que incluso se cambiara de ropa delante de mí, pero no, se quedó en un sueño. Y al final no sé en que ha quedado la cosa, me he insinuado y he tratado de incluir a Javi en el club, pero no le gusta la idea, aunque la escena del coche me anima a que al menos yo pueda continuar follando con ella. La cuestión es cuánto aguantaré sin contarle nada a Javi.



 



Los días pasan y llega el sábado por la noche. Decidimos volver a iniciar una jornada de cine en casa, ya que a pesar de que la pandilla va a salir ese sábado, Javi dice que está muy cansado de estar toda la semana trabajando sin descansar. Lo que me sorprende es que su madre si que decide salir esa noche, supongo que quiere evitar hallarse a solas con nosotros dos.



Tras la semana apenas nos hemos visto, así que nos contamos o me cuenta, mejor dicho, lo que ya hemos hablado por "Messenger", sin prestarle atención a la película. Y entonces me dice.



 



-Bueno, ¿no sabes lo qué pasó el viernes en el festival? – dice cual maruja de peluquería.



-Eso, cuenta que llevas toda la semana sin soltar prenda. – respondo interesado, aunque apenas me había acordado un par de veces a lo largo de la semana.



-Pues que Juan el "toti" y yo nos follamos a una tía en el festival, nos montamos un trío.



 



Decir que Juan el "toti" o el "toti" había adquirido ese mote ya que era celebre su frase "si mi polla está tiesa yo me follo a tó tía posible", de ahí derivó a "totía" y de ahí a "toti".



Para seguir, he de reconocer que a pesar de enorgullecerme de haberme follado a su madre ese fin de semana, no esperaba que Javi me viniera a contar semejante hazaña. Al parecer durante una de las actuaciones una chica bailaba cerca de ellos, pero como estaba la novia de Juan, que ya no lo era por cierto, no se acercaba mucho, pero cuando está fue al servicio la chica bailona se acercó a mis dos amigos y les propuso hacer un trío, a lo que ambos aceptaron. ¡Hijo puta el "toti", teniendo novia y todo! Javi me contaba que jamás una tía había sido tan directa con él, pero que ellos no se hicieron mucho de rogar, la acompañaron a su tienda de campaña y entre los dos le dieron a base de bien. Aunque ambos se quedaron con ganas de darle por el culo, pero la chica al parecer no quiso dejarse dar, pero a cambio me dijo Javi que comió mucha polla.



Según mi amigo me contaba esto con más detalles, yo recordaba la noche y la mañana pasada con su madre y las ganas por contárselo se hacían insoportables. Y a punto estuve de abrir la boca cuando la puerta de la entrada se abrió. Era Patricia que ya había llegado de su salida aunque apenas eran las 23:30 de la noche.



 



-Qué pronto has llegado, ¿no? Mama.



-Sí, es que sólo he ido a tomar algo con la madre de Alejandro. – contesta a su hijo. – ¿Qué peli veis?



-Con la muerte en los talones. –respondo.



-Uy, Cary Grant, me cambio y me uno a vosotros si no os importa.



-Para nada. – respondemos al unísono, pero Patri ya se iba a su dormitorio a cambiarse.



 



Pausamos la película para esperarla mientras que Javi y yo nos mirábamos y nos acariciábamos el paquete. La noche había dado un giro inesperado.



Enseguida vuelve Patricia vestida con un pijama de verano propio de una niña de cinco años. El pantaloncito verde y pegado hasta la mitad de sus muslos estaba moteado con caras de sonrientes mapaches, conejos, osos y animales así, mientras que la camiseta más ancha, pero verde igualmente, tenía un dibujo en la parte delantera de un mapache, un conejo y un panda haciendo un coro cogidos de las patas. Parecía que el pijama lo había comprado en la tienda de regalos de algún zoo. Aún así, el infantil pijama no hace si no incrementar mi excitación.



 



-Hazte a un lado gandul y déjame un sitio. – le dice a su hijo para poder sentarse en el sofá.



 



Javi se queda sentado con los pies en el suelo mientras ella, se recuesta con las piernas dobladas en el otro lado del sofá. Yo en cambio estoy recostado en el otro sofá ya que no he de compartirlo con nadie.



Me daba la sensación de que estaba tratando de calentarnos, porque dejaba a nuestra vista sus grandes muslos, la estrechez del pantaloncito hacia que este se pegara a su culo como una segunda piel y supongo que Javi estaría viéndole toda la raja del culo bien marcada. Y para colmo, la camiseta, a pesar de ser más ancha, no evitaba que sus tetas se abultaran con descaro ya que esos dos melones eran difíciles de esconder en esa camiseta.



Vamos, que a mí me estaban entrando unas ganas tremendas de arrancarle la ropa a tirones, dejarla en pelotas y follármela sin miramientos ante la mirada de los jodidos mapaches. Aunque por desgracia ahí quedó la cosa ya que no sin dificultad me fui centrando en la película y Javi incluso cabeceaba ya de puro cansancio. Entonces Javi nos avisó de que se iba a dormir ya, que no podía más y con los ojos entrecerrados abandona el salón y se va directo a su cama.



Quedamos los dos solos en el salón y poca atención le presto ya a la película.



 



-Será mejor que nos acostemos también, ¿no crees? – me pregunta mientras se acaricia el muslo una vez que ha terminado la película.



-Desde que te he visto llegar con el pijama lo estoy deseando. – digo y me siento junto a ella en el sofá.



-Espera, no te emociones que no he dicho eso. Además, ¿crees que iba hacer algo estando Javi en casa? – me susurra.



-Pero si he llegado a pensar que te lo ibas a montar con los dos cuando te tumbaste en el sofá. – digo desesperado.



-¡¿Qué dices?! No te dije que eso no iba a ocurrir. Demasiado ha sido ya acostarme contigo. Bueno, yo me voy a dormir ya.



 



Así que me veo obligado a irme a dormir también, justo cuando mi cipote está en pleno auge. Apagamos todo y nos vamos a dormir, ella a su dormitorio y yo al pequeño dormitorio que hace las veces de cuarto de la plancha y cosas varias, en cuya cama sobresalen mis pies.



 



Hace apenas media hora o cuarenta minutos que Patricia y yo nos fuimos a la cama, no he llegado a dormirme en ningún momento, y la calentura no deja de perseguirme.



Haciendo acopio de valor me dispongo a cruzar la barrera, que no es más que cruzar el pasillo y entrar en el dormitorio de Patricia. El dormitorio donde duermo está casi enfrente del suyo y desde mi cama me parece ver su silueta tumbada, aunque no puedo asegurarlo.



Me levanto y hago como que voy al cuarto de baño, sin llegar a entrar, para hacer un análisis de la situación. La puerta de la habitación de Javi está medio cerrada o medio abierta, según se mire. Me asomo al dormitorio de su madre y ahora sí la distingo a pesar de la oscuridad de la noche, pero lo más asombroso de todo es que está despierta y por los quedos gemidos que emite, se está masturbando. Sin pensármelo mucho entro en el dormitorio y dejo la puerta encajada, sin cerrarla del todo.



 



-¿Quién?¿Alex, eres tú? – pregunta acalorada. - ¿Qué haces aquí?



-Sí, soy yo. ¿Esperabas a Javi o qué?



-No seas loco y vuelve a tu cama. – me susurra, saca su mano del pantaloncito y se yergue un poco en la cama. – No vayamos a despertar a Javi.



-Te pudo ayudar a masturbarte si quieres. – dicho esto me quito el pantalón y los calzoncillos dejando que mi verga crezca en libertad. – Y si se despierta, pues que venga también.



-¡Ay, Alex, por Dios! – me susurra entre dientes cuando ve mi polla señalándola.



 



Se levanta y se sienta al borde de la cama, allí toma mi cipote con sus manos y me obliga a acercarme a ella, comienza a pajearme suavemente y cuando mi verga alcanza su máxima extensión y dureza comienza a darle lametazos a la punta sin dejar de mover su mano arriba y abajo. Tras pocos minutos así me mira mientras me la sacude.



 



-¿Esto es lo que venías buscando, verdad? – dice mientras me come con la mirada.



-Así es. – digo yo sujetándome la camiseta para que no le estorbe.



 



Me mira golosamente y se traga mi polla de golpe y hasta el fondo. Sus manos se agarran a mi culo y me empuja hacia ella mientras me succiona el mástil desde la base hasta la punta. Yo, le sujeto la cabeza por hacer algo mientras que en la habitación los únicos sonidos que se oyen son mi respiración acelerada y algún "mmm" cuando Patri termina de succionar mi capullo para engullirlo de nuevo, ya que sus gemidos son ahogados a base de polla.



Llevamos ya algunos minutos en los que la lengua y los labios de Patricia no dejan de abrillantar y lustrar mi polla a base de una magnífica mamada. Ella ha soltado mi culo para volver a masturbarme mientras se alimenta de mi verga, y su otra mano está aplacando sus propios ardores, ya que está nuevamente dentro de su pantaloncito frotándose una y otra vez con su chorreante vagina. Así que la sujeto de los hombros y la separo de mi plátano ante su protesta. La agarro de las piernas y se las levanto haciendo que quede tumbada en la cama con su culo y su coño al filo de la misma. Tiro de su pantalón del pijama y de sus bragas o tanga, no sé que lleva, y se los saco hasta las rodillas. Coloco sus piernas sobre mi hombro derecho y me abrazo a ellas mientras mi polla tantea su entrada vaginal con mis golpes de cadera.



 



-Nos va a oír, Alex. ¡Por Dios!



-Entonces será mejor que no gritemos. – digo y mi polla ya está introduciéndose en su coño mojado. - ¡Ooooohh!¡Sííí!



-¡Aaaaaaahhhhh! – no puede reprimir ella.



 



Una vez que mi polla se mete del todo, la vuelvo a sacar y otra vez a meter. El mete-saca es lento ya que para poder estar a la altura de su coño, yo he tenido que abrirme mucho de piernas, con lo que no puedo imprimir toda la velocidad que me gustaría. Aún así, la penetración es muy placentera debido a que al tener sus piernas cerradas, las paredes de su chochete se pegan a mi verga con cada acometida. Aprovecho también para acariciar sus muslos a placer y para palmear sus nalgas que sobresalen por el borde de la cama.



 



-Siéntela toda. ¿Quieres más? – digo sin dejar de bombear a la madre de mi amigo.



-Sííííííí. – dice en un hilo de voz. – Mmmmm. ¡Más! – ante mi asombro, con los brazos estirados se agarra al borde de la cama y se ayuda a ensartarse mi rabo más aún en su interior. - ¡Síííííííí! - alza la voz.



 



Harto ya de esa postura me detengo, termino de sacarle el pantalón y las bragas y lo arrojo a la cama, abro sus piernas y las apoyo en mis hombros sin dejar de metérsela un instante, entonces me recuesto sobre ella. Meto mis manos bajo su espalda y me aferro a sus hombros mientras ella, los brazos en cruz y la cabeza echada hacia atrás, espera ardiente la follada.



Está se inicia a mucha más velocidad que antes y con igual profundidad. A pesar de estar prácticamente inmovilizada, su cintura de anchas caderas se mueve en busca de mi polla cada vez que embisto y nuestros jadeos y gemidos, sin ser escandalosos, son poco ruidosos.



 



-¡Toma!¡Toma! – trato de contener mis palabras.



-¡Mmm!¡Joder!¡Los condones! – dice Patricia buscando mi mirada.



-Ahora… no pienso parar. – bufo rápidamente mientras sigo penetrándola.



-Pero así… ¡Aaaahhh!¡Mmm!



-Así es… como te gusta… que te follen. – digo dando un macabro empellón que incrusta mi cipote en el fondo de su coño. Una vez hecho tope me muevo en círculo y luego prosigo como antes.



-¡Sííííííí!¡Joder! – se lleva ambas manos a la boca para silenciarse, ya que el aullido que se le ha escapado ha sido considerable. -¡Ufff!¡Mmmmm!¡Mmmm!¡Aaahhh!¡Ufff!¡Oooohh!¡Aaaahh! – silencia como puede con sus manos.



-Me voy a correr. – la aviso e incremento el ritmo.



-Fue… fue…¡Mmmmm!... Fuera… porf… ¡Uff!¡Mmm!... avooor. – se corre antes que yo.



 



No doy muchos más envites antes de correrme, pero si me espero hasta el último momento para sacarla de su acogedora vagina.



 



-¡Nooo! – se le vuelve a escapar en alto ya que ha notado como mi polla se hincha dispuesta a descargar en su interior.



 



Con rapidez me retiro y mi esperma salpica toda su entrepierna, sus ingles, sus muslos, los pelos de su coño y la entrada del mismo. Me quedo de rodillas en el suelo recuperando el aliento. Mientras ella aún tumbada en la cama lleva sus manos a su coño para comprobar que no me haya corrido dentro. Una vez comprobado suelta un respiro de alivio y incorpora sobre sus brazos.



 



-¿Pero estás tonto? – me regaña en voz baja y alterada. – Seré mayor que tú pero aún me puedes preñar, chaval. Si es que vaya tela contigo. – me da una patadita tonta en el hombro.



-¿Preferirías que hubiese parado para ponerme la goma? – pregunto aún jadeando.



-Claro que no, leches. – se deja caer en la cama. – Pero así no lo hacemos más.



 



Esa frase me gusta ya que quiere decir que está dispuesta a seguir acostándose conmigo. Mientras descansamos, pienso que las cosas me han ido de escándalo tras la noche que la forzáramos su hijo y yo. Ya que ha derivado en una relación de sexo sin compromiso. ¿Podía pedir algo más? No lo creo, tener a una madre cuarentona, de confianza, con un cuerpo más que apetecible a la que poder follarte a la mínima ocasión es algo que escasas personas podrían decir, ¿o no?



 



-¡Javier! – dice Patricia llevándose la mano a la boca. Yo miro a la puerta, pero no hay nadie. - ¿Nos habrá oído?



-No creo, estaba muy cansado por el trabajo y no hemos hecho tanto ruido para despertarlo. – le comento mientras comienzo a ponerme la ropa.



-No, ¿verdad? Por Dios espero que así sea. Se me caería el mundo en cima.



-No seas gafe.



-Tienes razón, bueno, voy al baño a limpiarme, me has puesto perdida. – se señala su entrepierna. - ¡Ves! Esto no pasa usando preservativos. – me regaña, coge la parte baja de su pijama y se asoma al pasillo.



 



Me acerco detrás de ella en sigilo y le arreo una buena palmada en todo su carnoso culo haciéndola dar otro grito que se apresura a tapar con su mano.



 



-Alex, qué nos va a oír. A la cama. - me urge.



-Buenas noches, Patri.



-Buenas noches.



 



Me acuesto en la cama y veo a Patricia aún en la puerta de su dormitorio, mira hacia la habitación de Javi y se mete rápidamente en el baño para limpiarse. Yo, totalmente desahogado no tardo ni cinco minutos en quedarme dormido. ¿Y quién no tras un buen polvazo?



 



Al día siguiente nos despertamos como si nada hubiese pasado, desayunamos los tres juntos y hablamos de los planes para el resto del día. Javi y yo nos iríamos a la playa con el grupo de colegas después del almuerzo mientras que Patricia se quedaría en casa limpiando un poco y luego se bajaría con Luisa a la piscina. Aunque yo debía de volver a casa para ayudar a mi padre a ordenar el trastero antes de poder ir a la playa porque mi padre no era capaz de encontrar nada en él.



 



Sin más pena ni gloria, fueron pasando los días, yo esperaba que volviera a llegar el jueves pero sobre todo el sábado para así volver a follarme a la madre de Javi. Por esa razón me puse contento cuando el miércoles por la noche vuelvo a recibir un SMS de Patricia para quedar conmigo el jueves por la mañana a las 09:00, así que a pesar de la excitación y no por falta de ganas, esa noche no me la machaqué ya que quería bañar a la madre de Javi con mi corrida en la mañana siguiente.



Cuando por la mañana me recoge con el coche está muy callada y volvemos a tomar dirección a la playa, pero esta vez a una zona más alejada del paseo marítimo, donde apenas hay negociones ni bares. No hay nadie por la zona salvo algún que otro ciclista madrugador y algunos guiris paseando por la playa.



 



-Alejandro… Javi sabe que nos hemos acostado juntos. – me suelta nada más aparcar sin mirarme a la cara.



-¡Os-tias! – esa confesión me pilla desprevenido. – Te juro que yo no he abierto la boca. – me apresuro a defenderme.



-Lo sé, lo sé. – me dice con una sonrisa triste. – Nos oyó y nos vio la otra noche.



-¡Joder! – me callo un momento. - ¡Qué cabrón! Y no me ha dicho nada en estos días. – digo sinceramente molesto.



-Bueno, tampoco tú le dijiste que nos habíamos acostado, ¿no?



-Sí, bueno, eso es cierto. – he de tragarme el enfado, yo también le oculté información. – Estuve a punto de decírselo esa misma noche, si no llegas a llegar tú, casi seguro que se lo hubiera dicho.



-Aunque te costara trabajo, me alegro de que no se lo dijeras. Pero es que… - se aferra al volante con ambas manos, está muy tensa.



-¿Qué? Bueno, ¿Qué ha dicho? No sé, ¿cómo se lo ha tomado?¿Cuándo te lo dijo?¿Qué ha pasado? – la torpedeo a preguntas.



-Pues que Javi me ha follado, eso es lo que ha pasado. – responde impasible mientras unas lágrimas salen de sus ojos, las cuales limpia rápidamente.



 



En menos de cinco minutos me he llevado dos reveses que me han dejado atontado completamente. Javi sabía que me estaba follando a su madre, eso no era tan sorprendente después de todo ya que yo quería decírselo al fin y al cabo, pero que se enterara sin yo decirle nada, eso sí era preocupante. Se podría haber sentido engañado o traicionado por mí y no quería eso. Pero esto último, esto último hace que casi me reviente la polla de la rápida erección y de que me estalle el corazón de lo inesperado.



Javi se había follado a su madre… Algo se me escapaba y era algo importante. Necesitaba saber.



 



-Pero, ¿cómo? – pregunto mientras acaricio su muslo para tranquilizarla.



 



Entonces Patricia me narra como ocurre todo sin llegar a derrumbarse aunque sí muy afectada.



 



Todo lo que le sucede, evidentemente no lo he podido vivir yo, pero para hacer el relato más ameno, sobre todo en relación a los diálogos, he decido contarlo de manos de un narrador omnipresente en lugar de hacerlo por boca directa de Patricia en un monólogo que pudiera aburrir, aunque quizás esta última opción sería la más fiel a lo sucedido.



***



Era martes y la tarde ya estaba avanzada, Patricia hacía poco que había llegado a casa y tras despojarse del uniforme de trabajo había decidido aprovechar las últimas horas de sol para seguir luciendo moreno. Javi no llegaría hasta dentro de una hora más o menos, así que no se hizo esperar, se untó crema por todo el cuerpo, incluidas sus suculentas tetas y se tumbó en topless, eso sí, con la pieza superior del bikini bien a mano mientras escuchaba algo de música en el mp3.



Javi llegó a casa a la hora prevista, pero su madre ensimismada con el sol y la música no lo oyó llegar hasta que esté comenzaba a entrar en la terraza.



 



-Mama, ya he llegado. – avisó topándose con su madre medio desnuda tratando de cubrir sus pechos con el sujetador del bikini a toda prisa.



-Ay, Javier qué susto. Os estáis malacostumbrando tú y Alejandro. – dijo tratando de quitarle importancia mientras se terminaba de colocar bien el sostén.



-Bueno, voy a ducharme y cambiarme que estoy molido.



 



Algunos minutos más tarde Javi apareció en la terraza nuevamente con unas bermudas y una camiseta sin mangas mientras su madre ojeaba un catálogo de compras.



 



-Mama dame un masaje en el hombro. –se tocaba el hombro y el cuello



-Pues no te di ya el dichoso masajito.



-Es que me he hecho algo de daño cuando descargaba cajas del camión para meterlas en el almacén.



-¿Prefieres que nos lleguemos a urgencias en un momento? – preguntó Patricia algo preocupada.



-No hace falta, si es solo para relajarme un poco y destensar los músculos. – pero su madre dudaba. – Venga, y si quieres luego te doy yo otro.



-Vale, quítate y túmbate entonces en la hamaca. – aceptó finalmente tras un momento de duda.



 



Así que sentada junto a su hijo comenzó a darle un masaje como mejor sabía. Podía comprobar efectivamente como los músculos del cuello, de los hombros y parte de la espalda estaban bastante tensos. Entonces se puso a horcajadas sobre los muslos y el culo de Javi para ejercer mejor el masaje, ya que al estar sentada a un lado su cintura estaba en plena torsión.



 



-Si peso mucho te aguantas. –bromeó Patricia con su hijo.



-No más que una vaca. –bromeó igualmente Javi.



-A mí no me llames vaca que soy tu madre. – dijo dándole un pellizco en todo el culo haciéndole suplicar perdón a Javier.



 



En esta posición Patricia alcanzaba de mejor modo a todo el cuerpo de su hijo y se descubrió excitada de estar manoseando a un jovencito como él. Haciendo esfuerzos para apartar esos pensamientos incestuosos, al fin y al cabo era su hijo con el que se estaba poniendo cachonda, se centró en dar el masaje de la forma más profesional que podía.



 



-Ufff, qué bien me ha sentado. – dijo Javi dando por terminado el masaje. – Me ha venido de escándalo.



 



Patricia entonces desmontó a su hijo y esté se incorporó dispuesto a dejar que su madre ocupara su lugar. Pero ella aún estaba recelosa de lo que ello podía implicar pues sabía que su hijo se había calentado con ella en la piscina, con el anterior masaje y Dios sabía en que otros momentos. Pero encima, ella se había excitado al tocar a su hijo y traicionada por su deseo se tumbó en la hamaca para recibir un masaje, diciéndose a sí misma que no había nada malo.



 



Ya tumbada Javier ocupó la misma posición que ella anteriormente y se subió en sus muslos. Sus manos rápidamente comenzaron a acariciar y masajear la espalda de su madre de un modo más o menos inocente y normal. Minuto tras minuto la situación es normal y el nerviosismo de Patricia disminuye y se relaja. Pero entonces Javi, que estaba cachondísimo, le desabrochó el sujetador del bikini con la excusa de que le molesta, así que la espalda de su madre quedaba totalmente desnuda para sus ojos y manos. Sin detenerse ahí, bajó un poco el bikini de su madre de tal modo que podía vérsele el comienzo del canalillo de su culo. Sus manos se deslizaban entonces más descaradamente por su cuerpo, deteniéndose mucho en sus costados para tratar de sobarle las sobresalientes tetas a su madre y el principio de su culo.



 



-Javi, limítate a la espalda, ¿quieres? – dijo Patricia nerviosa de nuevo.



 



Javi volvió a centrarse en su espalda, pero ahora cuando le masajeaba los hombros se inclinaba mucho sobre su madre haciendo que su tiesa polla se frotase con el esplendido culo de ella.



 



-Bueno, ya es suficiente. – dijo Patricia mientras trataba de abrocharse el sujetador llevándose sus manos a la espalda.



-Espera, si aún no he terminado. – dijo Javier mientras tomaba los brazos de su madre y se los extendía hacia adelante para volver a darle otro buen restregón en el culo con su polla.



 



Javi se había desatado totalmente y ahora apretaba su culo con total descaro con sus manos y respiraba agitadamente.



 



-Javier para, que lo que haces no está bien. – trató de convencer Patricia a su hijo mientras trataba de incorporarse.



 



Pero Javier para evitar que se levantara su madre se tumbó completamente sobre ella dejando bien colocada su verga entre sus nalgas a la vez que sus manos no cesaban de acariciarla desde los muslos a los hombros.



 



-Estás muy buena, mama. –dijo Javi al oído de su madre mientras que una de sus manos había conseguido meterle el bikini en la raja del culo, transformando el bikini en un improvisado tanga que dejaba sus amplias y carnosas nalgas al desnudo.



-¡Javier apártate ahora mismo! – Patricia luchaba por quitárselo de encima sin conseguirlo. - ¡Estate quieto!



-¿Qué pasa que sólo te gusta follar con mis amigos? – sus manos seguían estrujando su culo desnudo.



-¿Qué? – respondió sorprendida su madre. - ¿Qué dices? No sabes lo que dices. Haz el favor de soltarme no vayas a cometer una locura. – seguía luchando por salir mientras que Javi ya había llevado una de sus manos a su coño y lo frotaba con pasión.



-Dime acaso que no te has follado a Alex y a otros amigos míos. – se incorporó dolido dejando espacio a su madre.



-Pero… pero… Javi, corazón, no lo entiendes. –dijo mientras se volvía para mirar a su hijo sin percatarse de que no tenía abrochado el sujetador y sus melones colgaban alegremente en el aire. – Vamos a hablarlo antes de que hagas algo de lo que te arrepientas.



 



Pero Javi no atendía a razones y se abalanzó sobre su madre para tratar de degustar esas tetas que ya lo alimentaran en su niñez.



 



-Joder, es que estás muy buena, mama. – había comenzado a besuquearla por donde podía.



-¡Javier para! ¿Qué pretendes hacer? – separaba a su hijo usando todas sus fuerzas mientras Javi trataba de quitarse las bermudas. Esto lo aprovechó para soltarse de su hijo y poder sentarse en la tumbona. - ¿Acaso pretende follarte a tu madre? – preguntó al borde del colapso.



 



Javier que ya estaba completamente en bolas, arrodillado en la hamaca con la verga más dura que un mástil le respondió que sí. Patricia perpleja por la respuesta se quedó boquiabierta sin saber que decir. Su hijo le había dicho claramente que se la quería follar y de hecho estaba más que dispuesto a hacerlo. Javier aprovechó esto y se acercó a su madre para manosearla a placer.



 



-Por favor, Javier. Estate quiero y olvidaré lo que ha pasado. – rogó Patricia.



-No puedo mama, necesito follarte. – besaba y lamía sus pechos.



 



Patricia estaba totalmente aturdida por lo que le estaba ocurriendo y las palabras "Necesito follarte" resonaban en su cabeza duramente. Totalmente dolida, asustada e impactada tomó una decisión igualmente impactante.



 



-Pues hazlo ahora y nunca más. – dijo con la cara pálida y sin emociones a la vez que le daba la espalda a su hijo para colocarse a cuatro patas sobre la hamaca.



 



Javi sorprendido ante este cambio en su madre, no se hizo de rogar más y se dispuso a follarse a su madre otra vez. Aparto el bikini a un lado sin llegar a quitárselo y se coloco entre las piernas de su madre polla en mano. Le dio un par de pasadas con la punta para asentar bien la cabeza de la verga y comenzó a penetrarla con cortas sacudidas.



 



-¡Aaggh!¡Aaaghh!¡Aaaahh! – se dolía Patricia frente a las acometidas de su hijo.



-Mama, pon un poco de tu parte. – se atrevió a pedirle Javi a su madre, ya que a pesar de que durante el masaje Patricia se hubiera excitado, ahora no lo estaba y el mete-saca no era muy placentero para ninguno.



 



Poco a poco, el coño de Patricia se estaba lubricando a pesar de ella no lo estaba disfrutando. Esto hacía que Javi acelerara sus embestidas pues su verga ya se deslizaba más cómodamente en tan soberbia cueva del sexo.



 



-Te gusta que te den duro, ¿verdad? – inquiría Javi mientras sus manos estrujaban el culo de su madre y esta callaba.



-¡Aaarrgh!¡Aaagg!Aaahh!¡Noo!¡Aaaah! – se esforzaba por silenciar y por parecer ausente aunque a veces le era imposible.



 



Sintiendo que iba a correrse por la increíble excitación que tenía, Javi paró en seco. Se dejó caer sobre la espalda de su madre para descansar, pero también llevó una de sus manos su coño. Introdujo la mano bajo el bikini y tras notar como su polla le abría el chochete, buscó su clítoris y comenzó a frotárselo. Pero su madre, tomó rápidamente su mano y la apartó de ese lugar.



 



-Termina de violarme ya. – dijo carente de sentimiento la potente madre.



 



Entonces su hijo volvió a incorporarse y siguió embistiéndola duramente y con fuerza. Su verga no dejaba de entrar con violenta fuerza en el interior de su madre, resignada a la aberración a la que la sometía su hijo.



 



-¿Esto es lo que quieres, guarra? ¿Esto? – le bufaba Javi a su madre. - ¡Pues toma!¡Toma!¡Toma! – bajó el ritmo para darle secos golpes de pelvis.



-¡Aaaaarrgghh!¡Aaaagghh!¡Aaaaggghh!¡Aaaarrrhh! – escapaban de su boca mientras se aferraba a la tumbona con ambas manos a la vez que los borrosos y oscuros recuerdos de la violación sufrida casi dos meses atrás volvían a su recuerdo. -¡Aaaargg!¡Aaagghh!¡Aaaahhh!



 



Mientras la sublime madraza trataba de aguantar la follada de la manera más estoica que le permitía su ánimo y sus fuerzas. El poseso de su hijo había alcanzado sus colgantes tetas con ambas manos y sirviéndose de ellas para sujetarse y tomar impulso seguía golpeando ferozmente el coño de su madre.



 



-Termi… na ya, por fa...vor. – comenzó a suplicar Patricia, pero su hijo conseguía aguantar. - ¡Aaaah!¡Aaagh!¡Aaahhh!¡Aah!



 



Siendo la corrida inminente, Javi saca la verga de su madre, haciendo que ésta gimiera de alivio, la colocó en el pequeño agujero de su culo le descargó toda su corrida en dicho agujero. Acto seguido y aprovechando que su verga aún estaba erecta, Javier trató de clavarle la polla a su madre por el culo, pues para eso le ha lubricado la entrada con su esperma.



 



-¡Aaaauuu! – se quejó Patricia en cuanto sintió que algo duro invadía sus entrañas. - ¡Basta, por favor, basta! – se desplomó jadeante en la tumbona para huir de su violador.



 



Su hijo se queda un rato mirándola hundida en la hamaca, parece que había tenido suficiente, por lo que se vistió para irse a su cuarto. Cuando iba a entrar por la ventana de la terraza su madre lo llamó.



 



-Si vuelves a intentarlo otra vez te marchas de casa para siempre. – le dijo a su hijo sin siquiera levantar la cabeza de la tumbona.



 



Esa noche no se vieron más y al día siguiente no se vieron debido al horario del trabajo, pero cuando Patricia llegó a casa se encontró a Javi, le habían dado permiso para irse a casa porque decía sentirse mal y se le veía con mal aspecto.



El encontrárselo allí asustó a Patricia, que casi no había tenido tiempo par reponerse, pero para su asombro, en cuanto apareció por la puerta, Javi se desplomó llorando y suplicándole perdón. Le contó como nos había oído y visto follando el fin de semana anterior, nuestras charlas al verla en la piscina y como nos pajeábamos pensando en ella, le contó también como me traía loco por follármela y lo desesperado que estaba por hacerlo. Pero por raro que parezca no le contó nada sobre la primera noche que nos la follamos, ya que como me comentaría Javi más adelante ese mismo día, "demasiado duro era admitir una violación como para admitir dos".



Patricia por su lado, desecha en lágrimas igualmente, le contó a su hijo como había llegado a acostarse conmigo, aludiendo a su soledad y a sentirse feliz de que un joven se excitara con ella. Pero también indagó, sin contar nada de lo que le pasó, sobre nuestras noches de cine en casa cuando ella estaba fuera y más concretamente sobre la noche que la violamos mes y medio atrás, pues había comenzado a pensar que alguno de los amigos de su hijo, incluido yo y el propio Javi, podríamos haber sido los autores.



Javi contestó lo mismo que la primera vez, que fue una noche normal entre colegas viendo películas, y que a lo largo de la noche nos fuimos cada uno a nuestras casas.



***



De todo esto me enteré de boca de Patricia en el coche, por su puesto sin tanto detalle en lo que a la follada se refiere.



 



-Está claro que aquí termina todo. – me dijo Patricia recuperando un poco de simpatía en su duro rostro.



-De verdad que lo siento, nunca pensé que las cosas podrían salir así. – me sincero con ella. - ¿Cómo estáis Javi y tú?



-Ya te dije que seguro que me arrepentiría, y aunque no de todo, si me arrepiento de algunas cosas. – me vuelve a sonreír. –Javi ya sabe que esto no puede volver a pasar, y se queda aquí porque es mi hijo y lo quiero, pero si vuelve a intentar algo le daré parte del dinero que su padre dejó para él y que siga su vida, pero sin mí.



 



Después de hablar un rato sobre nosotros tres, quedamos en que nos evitaríamos un tiempo ya que tenía que recapacitar sobre muchas cosas y hablar de otras más con Javi. Mi amistad con Javi era asunto mío pero iba a salir de esta situación cuando menos muy tocada si no hundida.



También a mí me preguntó sobre la noche de su tremenda borrachera y mentí diciendo que me fui al poco de terminar las películas pero que algunos se quedaron algo más de tiempo pues habíamos bebido bastante y se planteaban quedarse a dormir en su casa para no tener que conducir, mientras que ella asentía pensativa a mis palabras.



Con esto, más lo que Javi le había dicho a su madre, habíamos alejado la sombra de sospecha de nosotros para cargarla sobre Juan el "toti" y Francis, dos de nuestros amigos.



Pensar que el "toti" habría podido forzar a Patricia era algo que ella ya parecía asumir como cierto, pues el chaval, está salido como pocos. Lo de Francis ya era más difícil de creer pues era un chico de relaciones largas y serias, pero habiendo alcohol de por medio y habiendo descubierto que tanto su hijo como yo éramos unos putos pervertidos calenturientos, Francis como otro veinteañero más, también podría haber sido capaz de haberla violado.



Algo similar a esto tuvo que pensar ella, pues hasta donde sé, pidió a Javi que no los invitara más a casa incluso que no saliera mucho con ellos, algo que hizo en el acto con el "toti", mientras que yo aún podía dejarme ver por su casa, aunque mucho más esporádicamente que antes.



 



Esa misma noche también quedé con Javi para hablar de todo, y tras gritarnos enfados, echarnos cosas en cara y darnos algunos dolorosos puñetazos nos sentamos a hablar en la playa.



Él me acusaba de haber iniciado todo y de haberle incitado a seguirle y yo a él de haberme jodido la relación con su madre, ya que ambos éramos adultos y responsables de lo que hacíamos (además que trataba de incluirle a él en esa relación). Pero ambos estábamos aliviados al comprobar que seguíamos libres de toda culpa, excepto nuestra propia conciencia, sobre la noche en que forzamos a su madre.



 



Tras esto nuestra relación se distanció y sólo nos veíamos cuando estábamos con más miembros de la pandilla.



 



En Septiembre me fui a Dinamarca de beca Erasmus y en la distancia, vía "Messenger" y llamadas de teléfono volvimos a recuperar el contacto y la normalidad de nuestros mejores años. Y se puede decir que todo ha sido perdonado, asumido y digerido, como pudimos comprobar cuando regresé en Navidades y vacaciones de Semana Santa, donde volvíamos a ser inseparables. Al fin y al cabo nos conocíamos desde la niñez y éramos como hermanos.



 



Finalmente diré que el motivo de esta historia, espero que no aburrida, se debe a que vuelvo a casa en Junio desde Dinamarca, y con el inicio del nuevo verano pues me he acordado mucho de los días que Patricia y yo follamos como locos hambrientos de sexo, ¡y joder! También he soñado con un recibimiento especial por su parte, porque soñar es gratis, ¿no?



 





No pongo fin por lo que pueda pasar este verano otra vez, pero vamos que la historia ha acabado.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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