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Categoría: Maduras

Paseo a la playa

Se llegó el domingo, el día del paseo a la playa, durante estos días de espera no había culiado con nadie, mi marido pasó desapercibido en la casa por las noches, la última vez había sido con el hijo de mi amiga. Mi marido estaba dormido, la noche del sábado había llegado borracho, mis hijos se fueron de paseo todo el fin de semana y llegaban hasta el lunes en la noche, pasé sola en la casa viendo películas. Me busco un traje de baño para aprovechar el viaje, era de dos piezas, mi marido no sabía que yo tenía este traje. Me lo había medido y apenas me tapaba mis hermosas tetas, la parte de abajo dejaba mucho a la imaginación, un pequeño triángulo adelante apenas me tapaba el monte de Venus, y atrás dejaba bastante al descubierto mis hermosas nalgas.



Me pongo un pantalón dejándome de una vez el vestido de baño, también una blusa escotada, yo sabía lo que me esperaba después del partido, tendría para mi un hombre de experiencia.



Salgo de mi casa dejando a mi marido dormido, llego donde tomamos el autobús, ahí estaban los tres hombres que había visto en el baño del salón comunal. Ellos ya habían preparado como iban a viajar, dejando a su compañero sentado a la par mía, cuando estábamos ingresando al autobús apareció el hijo de mi amiga, el que me había cogido la última vez, viajaba solo, esto iba a ser un problema para mí, porque de seguro me iba a buscar al verme sola, sin mi marido.



Salimos rumbo a la playa, Freddy se sentó al lado mío.



-Como la ha pasado en el pueblo?



-Bien, doña Haydee. Espero disfrutar este paseo, lo necesito, he trabajado mucho durante los últimos días, mi familia está lejos.



-Yo también espero disfrutar mucho este viaje, me he preparado para ello, traigo puesto de una vez mi traje de baño para no perder tiempo.



-Que bien. Doña Haydee, viaja sola?



-Si viajo sola, si quiere nos podemos acompañar.



Se puso contento.



-Claro, estamos solos y nos caería bien acompañarnos.



Conversamos durante el viaje de su trabajo, sin tocar asuntos familiares, de mi participación en el pueblo. El hijo de mi amiga no me perdía detalles. Cuando llegamos a la playa quedé sola ya que Freddy se tuvo que ir a preparar para el partido, lo que aprovechó el hijo de mi amiga para acercarse.



-Hola, doña Haydee.



-Hola, como está



-Desde el día que estuvimos juntos la he pasado muy feliz, recordando cada momento.



-Por favor, aquí no comente eso, que lo pueden escuchar.



-Vine a este viaje porque me di cuenta que ud. venía sola y quise volver a acercármele e intentar culiar de nuevo con usted.



-Hoy no puedo, anda mucha gente del pueblo.



-O es que ya se entendió con Freddy?



-Mire, jovencito, a usted no le importa con quien vengo. Yo hoy no lo puedo atender y basta, no sigamos discutiendo, por favor.



-No se enoje, doña Haydee.



-Si, hoy no puede ser, un día de estos lo llamo para que llegue a mi casa, tenga paciencia, eso fue lo que yo le dije a usted.



Durante el partido festejaba con entusiasmo las jugadas de Freddy. Las amigas del pueblo me miraban con envidia. Tuve necesidad de ir al baño, cuando estaba dentro entraron unas vecinas que no se dieron cuenta que yo estaba ahí.



-Te fijaste como doña Haydee festeja las jugadas de Freddy.



-Si, está bien entusiasmada con el, de fijo se la coge hoy, ella anda bien caliente con el, viste como lo traía en el bus.



-Si, con lo que he soñado que esa verga es mía, y doña Haydee sin mucho esfuerzo el se ha fijado en ella, esa cogida es segura hoy.



Salen sin darse cuenta que yo estaba en el baño, siento palpitaciones en mi vagina de pensar en la verga que me van a meter más tarde, me mojo un poco.



Estoy saliendo del baño cuando me cruzo con el joven que me anda rondando, se metió al baño de mujeres a buscarme, me agarra a la fuerza apretándome contra el, tiene su verga bien parada.



-Doña Haydee, por favor, culiemos aquí en el baño.



Me coloca todo su paquete contra mis labios vaginales, hace movimientos como si me la estuviera metiendo y sacando.



-Que hace! Está loco! Aquí nos pueden ver. Tranquilícese, ya le dije que yo lo voy a llamar un día de estos, salga por favor, no me complique las cosas.



Intenta mamarme las tetas a la fuerza, forcejeo con el para que me suelte.



-Ya!! Por favor, no insista, no ve que pueden escuchar afuera.



Escucho pasos hacia los baños, me le suelto al joven e ingreso rápidamente al baño a acomodarme la ropa, el sale y se encuentra con una vecina, le dice que se equivocó de baños.



Halo la cadena del sanitario y salgo.



-Se encontró al joven, yo le hablé, andaba intentando abrir uno de los baños, se equivocó de lugar, los de ellos quedan en la otra puerta.



-Estos jóvenes son despistados.



-Si, no se fijan en los rótulos.



Salimos juntas y nos topamos al joven saliendo de los servicios de caballeros.



El equipo del pueblo ganó el partido. Después del almuerzo teníamos tiempo para pasear por la playa. Todos se fueron incluido el joven para la parte más poblada de la playa, yo me quedé sola esperando que apareciera Freddy. Llega y le pido que caminemos para el otro lado de la playa. Cuando llegamos a la parte más sola me quito la ropa quedando solo en traje de baño, observo como el no me quita la mirada. Se queda admirando mis hermosas tetas que parece que se van a salir del traje de baño.



-Pe…perdón, do…doña Haydee, que…linda que es usted.



Me siento alagada con el comentario. Me doy vuelta para que observe mi parte trasera y coloco mi ropa en mi bolso.



-No cabe duda, que linda que es usted.



-Gracias, Freddy.



Me le acerco y le doy un beso, está paralizado.



Reacciona y coloca sus manos en mi trasero y me hala fuertemente hacia el, me acaricia las nalgas, coloca su verga sobre mi vagina.



Me besa en el cuello y baja hasta mis tetas. Está reaccionando y restriega su verga sobre mi vagina, me hace suspirar. No le pongo resistencia, estaba deseando que se llegara este momento de estar a solas con el, la suerte ya estaba echado, no podía dar un paso atrás. Me comienza a mamar mis hermosas tetas. Ahí, de pie a la orilla de la playa, en el lugar más solitario, estábamos dando inicio a una faena desenfrenada. Le agarro la cabeza como queriéndolo ahogar con mis tetas, esa mamada me tiene bien mojada, hago movimientos fuertes con mi pelvis, como cuando tengo la verga bien metida en mi vagina, mis descargas la está recibiendo su verga y siento donde se pone más dura, tiesa.



-Oh, doña Haydee, que tetas más hermosas, ricas. Su edad no parece, se sienten bastante firmes.



-Sígame mamando, son tuyas.



Me lleva a la sombra de un frondoso árbol. Coloca una manta para acomodarnos ahí. Mis tetas ya están al aire completamente, lo único que me queda puesto es mi pequeña tanga. Nos sentamos y de nuevo está mamando mis tetas. Me acuesta y se coloca sobre mí a mamarme las tetas y poco a poco se va bajando a mi abdomen, me lo recorre con su boca, tengo bastante mojada mi vagina. Llega hasta mis piernas y me las recorre con la lengua y me las besa, llega hasta mi entrepierna y me besa sobre la tela de mi tanga. La hace a un lado y deja al descubierto todo mi monte de Venus, con su boca me busca mis labios vaginales, los cuales tengo un poco abultados de la excitación. Con su lengua recorre toda mi raja llegando a lo más profundo, me la mete y saca rápidamente. Me produce espasmos, lo tomo de la cabeza y lo hago que pegue toda su cara a mis labios vaginales. Me atrapa el clítoris, me lo succiona fuertemente, lanzo un alarido de placer y el se pega más, me lo mama intensamente haciendo que tenga un orgasmo y moje su boca de mis líquidos vaginales.



-Doña Haydee, que labios mas deliciosos, que clítoris más rico, para pasarlo mamando y que ud. tenga muchos orgasmos.



-No pare de mamarlo, por favor, siento delicioso.



Nuevamente se da a la tarea de mamarme y besarme mis labios vaginales y mi clítoris, hace que sienta que me sale fuego de mi cuerpo, estoy bien caliente. Abro bien mis piernas para que el se coloque bien sobre mi, para que hunda su cabeza en mi sexo ardiente. Tengo otro orgasmo ruidoso, no me preocupa gritar, jadear y hablar porque estamos completamente solos al final de la playa. Me coloca en cuatro patas, comienza a besar mis nalgas, la tanga me las deja al descubierto.



-Que culo más hermoso tiene, doña Haydee.



Con su lengua me recorre todo hasta llegar a mi orificio ardiente, sediento de verga, me mete la lengua. Me succiona el clítoris y hace que tense mi cuerpo y haga movimientos como si me tuviera bien penetrada con su verga, me le da pequeños mordiscos haciendo que acabe en su boca, se la dejo llena de mis jugos vaginales.



-Oooohhhh, que delicioso, noooooo paaare.



Lanzo gemidos y me retuerzo sobre la manta.



Se me sube encima, intenta sacar su verga y metérmela en la vagina.



-Mi amor, no se apure.



Lo levanto y le saco su verga, un gran animal brilloso y bamboleante queda apuntando cerca de mi boca, lo tomo con las dos manos y comienzo a besarle la cabeza, no me la puedo meter en mi boca, era más hermosa de lo que yo pensaba, el día que se la vi estaba en su tamaño normal. Se la beso por los costados.



-Doña Haydee, déjeme metérsela, ya no aguanto, por favor.



Se la sigo besando y mamando la punta de la cabeza. Me despega y me acuesta sobre la manta, me saca la tanga, levanto las piernas y las abro un poco colocándose en medio mio, con su mano apunta la verga a la entrada de mi ardiente y palpitante vagina.



-Métamela despacio, ya verá como después se adapta bien mi vagina.



Yo tengo buena experiencia con vergas grandes, recuerdan a ¨Tres Patas¨, el era más vergudo que Freddy y lo aguanté bien, por cierto que no lo he vuelto a ver desde que se casó con Marlene.



Poco a poco me hunde su verga, siento como me va abriendo los pliegues de mi vagina.



-Ooooohhhhhh, delicioso. Sáquela despacio y la mete poco a poco para que se lubrique más y después se resbale rico.



Comienza un vaivén cadencioso acompañado por los movimientos de mi cadera, le estoy tomando el ritmo a sus penetradas, siento mi cuerpo vibrar de placer, en este momento ni siquiera recuerdo a mi marido, para que, si me están dando el placer que necesito.



Freddy me tiene bien penetrada siento que me hunde su verga hasta el fondo de mis entrañas, su verga la siento pegar en el cuello de mi útero, la tiene larga y gruesa, me esta dando el máximo placer. Me aprieta fuerte de mis nalgas, me mama las tetas.



Me viaja cerca de cinco minutos, estamos sudorosos, me desconecta, no quiero que me la saque, la siento bien deliciosa dentro de mi vagina. Me coloca en cuatro patas para hacerlo al estilo perrito. Me resbala la verga por toda la raja de mi culo haciendo que tenga espasmos mi orificio anal, me la lleva hasta mi vagina y me la hunde de un solo envión, me hala de la cadera pegándome por completo a el, mis piernas quedan en el aire, me penetra fuerte haciendo que mis nalgas reboten en su abdomen, mis tetas se bambolean fuertemente, el me las atrapa y me masajea bien rico los pezones. Tensa su cuerpo y me hala fuerte dejando toda su verga bien adentro de mi vagina, al momento comienzo a sentir los espasmos de su verga, me dispara todo su semen dentro de mi ardiente vagina, siento ese fuego que recorre mis entrañas. Lanzo un fuerte gemido.



-Uuuuuuhhhhhh. Delicioso, que rico sentirte dentro de mi, si pudiera tendría un hijo tuyo, para perpetuar esto de hoy.



El me pregunta preocupado.



-Cuantos años tiene usted, doña Haydee?



-Porque?



-A su edad todavía puede quedar embarazada.



Ahí, en cuatro pata, bien conectada después de recibir esa buena descarga de leche, me están preguntando la edad.



-Cuantos años cree que tengo.



-Unos 39 o 40 años.



-No, mi amor, ya casi llego a los 50 años.



-Que? No me miente?



Me suelta y me acuesto sobre la manta y el se coloca a la par mía.



-Es que usted tiene un cuerpo espectacular, parece que está llegando apenas a los 40.



Tiene unas tetas bien hermosas y esa vagina sensacional, unos labios riquísimos que yo no quería dejar de mamar.



-Si, no le miento, lo único es que yo hago dieta y ejercicios.



-Es que su cuerpo es bien lindo, nada que envidiarle a las jovencitas.



Me comienza a mamar de nuevo mis hermosas tetas, con mi mano le busco la verga y ya se le está poniendo dura de nuevo. Se baja hasta mis labios vaginales, me limpia y me mama toda la entrada de mi vagina, de nuevo me saca otro orgasmo. Me succiona el clítoris, de nuevo me da una mamada espectacular, me contorsiono, hace que mi cuerpo entre en espasmos provocados por la gran excitación. Lo quito de ahí y mi cuerpo se mueve solo como cuando me devoro una verga por completo. Le suplico.



-Métamela ya, por favor, ya no aguanto.



Se coloca de nuevo en medio de mis piernas, coloca su verga y me la hunde de un solo viaje, hasta el tope.



-AAaaaaaaaaaaaahhhhhhh. No pare.



Me penetra con fuerza, me la mete y saca rápidamente.



-Que vagina más deliciosa, doña Haydee, como para no parar de culiar, como para pasar solo metiéndola y sacando todo el día.



-Cójame, no pare.



Me penetra por más de diez minutos, está controlando su eyaculación, mis labios vaginales están enrojecidos, estoy rendida ante su verga, me está trabajando como yo lo había soñado desde el día que lo vi en los baños del salón.



Me lleva desnuda a la playa, su verga se ve hermosa, bamboleante.



-Bañémonos rápido, después viene alguien y nos ve desnudos.



-Doña Haydee, aquí no venimos a bañarnos, venimos a culiar. Acomódese.



-No. Aquí nos pueden ver y se lo dicen a mi marido.



Me toma de la cintura y me coloca sobre la arena mojada. Aprieto las piernas para que el no se coloque a meterme la verga. Como no lo dejo me ataca las tetas, dándome una buena mamada y poco a poco abro mis piernas dejando mi vagina ardiente a merced de su gran verga. Se acomoda bien y me la hunde toda, mi vagina está bien lubricada y su verga entra y sale sin ningún problema.



-Desde esta mañana soñé con hacer esto en la playa.



-Lo soñó conmigo?



-Si, doña Haydee, lo soñé con usted y se me hizo realidad.



Después de varios minutos de bombearme con intensidad me la saca y se acuesta boca arriba.



-Doña Haydee, móntese, la quiero ver cabalgar sobre mi verga.



No lo pienso dos veces, siento excitante estar ahí completamente desnuda recibiendo la brisa del mar, sin que nadie nos interrumpa.



Las olas ya comenzaban a bañar nuestros cuerpos, me comenzó a arder mi vagina porque ya estaba enrojecida del roce de la verga con restos de arena.



-Mi amor. Pare, ya me arde la vagina por la arena que se pega a su verga.



Se levanta y me lleva hasta el agua, me lavo los restos de arena y el se lava su verga. El ardor que sentía por el agua salada me excita. Observo que no hay nadie en la playa, dejo que el me mame las tetas nuevamente, nos metemos más adentro, busco su verga dentro del agua y la coloco en la entrada de mi vagina, comenzamos a culiar dentro del agua, el ardor de mi vagina se convierte en placer. Me saca los más escondidos placeres que jamás había sentido. Me dispara el semen inundando mi vagina también con un poco de agua salada. Lo beso apasionadamente.



-Que experiencia más rica, mi amor. Yo nunca lo había echo dentro del agua en la playa. Lo más cerca del agua fue a la orilla de un río cuando me desvirgó un novio que tuve en mi pueblo,



-Cuanto hubiera deseado haber sido yo. Pero eso no me preocupa, porque hoy lo estoy haciendo con una verdadera mujer de experiencia, linda y hermosa.



Me lavo la vagina quitándome todo los restos de semen que me habían inundado mis entrañas.



Llegamos a donde habíamos dejado las cosas y de nuevo comienza a culiarme Freddy. Tenía varias semanas de no hacerlo y hoy estaba con toda la energía. Me coloca sostenida sobre el tronco del árbol y mi culo hacia el. Me trabaja con intensidad la vagina y de nuevo me la inunda de semen. Tras su última descarga nos limpiamos y nos ponemos la ropa, nos fijamos en el reloj y pasamos más de tres horas culiando al final de la playa, estamos bien bronceados. Caminamos de regreso al centro del pueblo, ubicamos al resto del grupo, ya faltaba poco para que llegara el bus a recogernos. Se atrasa y llega al anochecer. Viajamos de noche, Freddy aprovecha para meterme mano en mi entrepierna y acariciarme la vagina, me mete dos dedos haciendo estremecer mi cuerpo. Llegamos al pueblo dos horas después, tenía bien mojada la vagina, quiero seguir culiando. Me llevo a Freddy para la casa y me coge en la cochera, el carro de mi marido se mueve con los fuertes envistes que me da al meterme su verga, después de media hora de combate me está descargando lo poquito que le quedaba de semen este día. Mi marido está dormido de la borrachera que se dio. Quedo desnuda y así me meto a mi casa, con mis piernas mojadas de semen. Freddy se marcha feliz para su casa, dejamos una cita pendiente. Tomo un baño para bajarme la temperatura e irme a dormir tranquila para iniciar una nueva semana de aventuras.



Continuará…


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
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