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Pagando con carne

~~Este hecho sucedió
 como consecuencia de ir a la fiesta organizada por un amigo, en esta
 estábamos todos pasándolo muy bien, en esta celebración,
 estaba toda la clase de Derecho de la Universidad de Huelva, éramos
 unos treinta en total, siendo un tercio de chicos. Llegada las cinco
 de la mañana, la fiesta empezó a bajar, la gente se fue
 marchando, y aquello estaba a punto de morir, por lo que antes de que
 el barco se hundiera, decidí irme yo también. Me despedí
 de los que quedaban y me enfilé hacia el coche. Cuando me disponía
 a salir del aparcamiento, vi a una chica llamándome, era Virginia,
 una de mis compañeras. Bajé el cristal y me dijo que si
 le hacía el favor de llevarla a casa, le pregunté que
 donde vivía y me respondió que en Bellavista, a lo que
 le repliqué que yo no iba para ese lugar, que yo vivía
 en Huelva capital. Ella me rogó que le hiciera el favor, que
 no tenía como ir, que ya me lo pagaría, tras lo que yo,
 y después de mucho rogarme, accedí a llevarla. Virginia
 poseía un rostro muy hermoso, adornado con unos grandes ojos
 verdes, labios carnosos, cabello castaño largo levemente ondulado,
 cuello terso, senos de mediano tamaño, cadera ancha y culo ancho
 y firme. Ella era una de las chicas más potentes de la clase,
 por lo que en verdad no me importaba tampoco mucho ir hacia Bellavista,
 que está a siete kilómetros de Huelva, por lo que se montó
 y nos dirigimos hacia su casa. Cuando llegamos, paré el coche
 en la puerta de su chalet, el cual tenía un muro alto que no
 dejaba ver hacia fuera ni viceversa, por lo que no se apreciaba como
 era este.
 Ella me miró, y me dijo que gracias por traerla, yo le dije que
 no pasaba nada, que para eso estaban los amigos, Virginia me replicó
 que había sido una gran molestia, que me iba a compensar, tras
 decir esto, se abalanzó hacia mí, y comenzó a besarme,
 yo me quedé sorprendido, estaba descolocado, sus besos eran muy
 sugerentes, su lengua empujaba con fuerza contra mi paladar y mi lengua,
 sus labios succionaban con fuerza y su saliva humedecía más
 y más mi boca. Una mano la introdujo dentro de mi camisa, acariciando
 mis tetillas, mientras que con la otra cogió mi mano y la colocó
 en sus tetas, comenzando a acariciarlas por fuera, situación
 que no duró mucho, pues estaba muy excitado, y rápidamente
 metí mi mano dentro de su top, pellizcando sus pezones, que estaban
 ya muy tersos, con la otra mano acariciaba sus nalgas y su coñito
 por encima del pantalón. Rauda, ella bajó la cremallera
 de mi pantalón, empezando a menear mi pene, apresándolo
 por encima de mi slip, estaba duro y humedecido, al momento me quitó
 el cinturón, bajándolo un poco, al igual que mi slip,
 y comenzó a lamer el pene, bañándolo con su saliva.
 Primero lo hizo en la parte de abajo, junto al escroto, con mucha suavidad
 lo recorría de abajo a arriba, deteniéndose placenteramente
 en el surco que separa el tronco del pene con su cabeza, luego empezó
 a concentrarse solo en la cabeza, que estaba hinchada y roja como nunca,
 lamiéndola y succionándola con sus labios, la sensación
 era irresistible, yo solamente atinaba a acariciar su cabello, Virginia
 mordía mi pene suavemente, sus dientes se hincaban sobre la piel
 de mi miembro y me hacían estremecer, ante lo cual, cuando ella
 lo notaba, optaba por lamer nuevamente, después se concentró
 en mis bolas, las meneaba con la mano para luego lamerlas a la vez que
 con su otra mano me masturbaba con firmeza. Momentos después
 le dije que estaba a punto de irme y ella suspendió sus movimientos,
 empezando a besar mi barriga, quería que durara un poco más,
 cuando volvió a iniciar sentí que me moría, las
 sensaciones eran de lo más fuerte, después me miró
 y me dijo, vas a tener un final espectacular, decidió hacer los
 movimientos de una penetración, moviendo su cuello hizo que mi
 órgano entrara y saliera entero de su boca, sus labios apretaban
 firmemente y con la mano se ayudaba para que mi prepucio no cubriera
 el glande y permaneciera expuesto e hinchado, con su lengua no perdía
 oportunidad de lamer lo que encontraba, ayudando a hacer más
 fuertes los movimientos. Era espectacular, era lo máximo, ella
 chupaba con mucho entusiasmo, hasta que no pude contenerme más,
 y una gran cantidad de semen espeso y caliente se derramó en
 su boca, ella siguió chupando y su lengua atrapaba cualquier
 resto de mi líquido que quedará por ahí, tuve que
 contenerme para no gritar, así hasta que Virginia sintió
 que el pene estaba perdiendo su erección, y me dejó descansar,
 lo recorrió lentamente con su lengua humedecida y luego le dio
 algunos besos, para finalmente besarme.
 Me preguntó si me había gustado, a lo que obviamente respondí
 que muchísimo, a lo que replicó con cara pícara
 que si estaba pagado el viaje, diciéndole yo que sí, que
 estaba abonado. Tras esto ella abrió la puerta del coche, y me
 dijo que ya nos veríamos, y que cuando necesitara otra vez un
 taxista me buscaba, metiéndose a continuación en su chalet.

Datos del Relato
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