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Categoría: Incestos

Otra vez, con mi tío

Soy Jenny. Les conté en mi primer relato que tengo 22 años y que le regalé mi virginidad a mi tío.



Pensé que estaría al acecho, esperando una oportunidad para volver a tener sexo nuevamente con mi tío, ya que desde ese día, cada vez que lo veo y me saluda, siento unas ganas terribles de que me vuelva a "coger".



Había estado esperando su promesa que me dijo "la próxima vez quiero rasurarte y quitarte todo este vello de tu cosita"



Y este día estaríamos totalmente solos hasta las 6 pm que regresaría mi tía.



Le llamé por teléfono a su trabajo con un pretexto.



—tío, que vamos a comer?



—hola Jenny, te dejé un recado en la cocina, que comeríamos fuera.



—no lo he visto.



—bien, tienes una hora para que te arregles y pase por ti.



—es que estoy muy aburrida… Me bañaré y estaré lista para cuando llegues.



Me metí a bañar, con el pensamiento insano de cómo haría para seducirlo, solamente tenía hambre de él. Al carajo la comida.



Corrí a mi recamara y tome el perfume y me rocié en todo mi cuerpo, especialmente en mi "cosita" y me quite la ropa interior para estar solo con un vestido de una tela muy delgada, para que se notara mi físico. Pero no habían pasado ni 10 minutos cuando llego mi prima a visitarnos,



Solo atine en sentarme en la computadora a perder el tiempo, pensando que no lo tendría dentro de mí. Luego llego mi tío y no pasó nada.



En un momento dado llego hasta mí y me dejo un recado que decía "mañana, pides permiso de salir con una amiga”.



Al día siguiente, después de comer, me metí a bañar y arreglarme para estar lista... Seguí las indicaciones del recado, le pedí permiso a mi tía.



Todo se acomodó como anillo al dedo. Mi tío estaba por irse a trabajar, cuando mi tía me habló para que aprovechara y me llevara a casa de mi amiga.



Nos paramos en una farmacia y regresa con una bolsita que no sé qué trae dentro, sin hablar en el trayecto, me sentía incómoda.



Llegamos a un hotel de paso, nunca imagine que este tipo de hoteles tuvieran tanto lujo, contaba con jacuzi y una terraza con hamaca.



El me abrazo y mi cara clavada en su pecho, me "calentó" al respirar su perfume. Nos besamos con un beso muy tierno, mientras sus manos circulaban todo mi cuerpo, sus manos aprietan mi trasero y pasa sus dedos por mi colita, a pesar de traer puestos los pantalones, sentía como sus dedos hurgaban mi ano… me acuesta en la cama y desabotona mi blusa y desprende mi brassier con mucha habilidad y me chupa mis pezones que rápidamente se ponen duros, mientras mis manos hacen lo mismo; hurgar su miembro que ya está muy duro.



Me desviste totalmente y él se despoja de sus ropas, me carga y se dirige al jacuzi mientras nos besábamos con pasión desenfrenada…



Mientras regulo la temperatura del agua, el regresa con la bolsita que saco de la farmacia y traía 2 rastrillos y un frasco de espuma para rasurar, además de dos preservativos… no fue necesario preguntar nada, solamente esboce una sonrisa



Después de darnos una serie de besos y manosearnos completamente el me pidió que me recostara, el jacuzi tenía menos de la mitad de agua.



Me puso en mi pubis una buena cantidad de espuma y me froto suavemente en todo lo que tenía vello, yo estaba entradísima porque me metió un dedo en mi vagina y sentía la frescura que dejaba la espuma Le pedí que me penetrara ya, deseaba sentirla dentro y el tomo el rastrillo para iniciar la rasurada de mi monte de venus.



Él estaba sentado, mi trasero descansaba en sus muslos, mis piernas abiertas como compás, mi conchita cada vez con menos vello púbico a unos cuantos centímetros del pene súper erecto, su tacto, sus maniobras con el rastrillo, sus dedos quitando o poniendo espuma y su verga, me tenía sufriendo, yo estaba soltando mares de jugos vaginales, deseando ser penetrada salvajemente .



Al terminar de rasurarme, me enjuago y con sus manos tomando mi trasero, se puso a mamar mi vagina sin vellos, solo una discreta isla de bellos me dejo.



Estaba muy húmeda por los movimientos que hacía con la lengua, me sorbía y mordía con sus labios el clítoris y ya no pude más y lance un grito que se amplificaba porque cada vez tenia movimientos más violentos, mis brazos que servían de sostén a mi cuerpo perdieron fuerza y me recosté sobre mi espalda, dejando que él se sirviera como quisiera al tener abiertos mis labios vaginales, me revuelco como loca porque en el instante que tenía el orgasmo (1), me ensarto un dedo por mi colita, quise impedirlo, pero era tan sabrosas las sensaciones que incluso mis movimientos eran para que metiera más ese dedo. Fue tanta la energía gastada que me puse tan flácida, mientras él seguía dale y dale, lengüeteando los labios vaginales y su dedo entraba y salía de mi colita.



Con cierto dolor en mi clítoris, hice movimientos para evitar que la rica lengua me siguiera rozando mi pequeña perla, él entendió el mensaje y me enjabono por todo el cuerpo, con mis mano enjabono el pene que no había dejado de soltar lubricante y dirige el corro de agua hacia la punta de su verga en señal de que le hiciera malabares con mi boca, pero preferí abrazarlo y llenarlo de jabón y le dije que se lo haría en la cama…



Ya en la cama, él estaba boca-arriba y me pide que me acomode al "69" pero aún seguía adolorida de mi vulva, que simule darle solo la atención a él…



Empiezo mamando la verga, obvio no sabía qué hacer y cada lengüeteada le preguntaba si sentía rico y lo que no se me va a olvidar nunca, lo que me dijo: "has lo que creas que tu disfrutes, porque si tú te excitas haciéndolo yo también lo haré, de vez en cuando chúpala con una succión"



Hice lo que me dijo y cuando le chupaba con fuerza la cabeza de la verga, expresaba con sonidos guturales su excitación, cada vez que lo hacía, me calentaba que él lo estuviera disfrutando, sus sonidos empezaron a ser constantes y yo chupaba con fuerza y con mis manos tomando su verga, le subía y le bajaba con furia salvaje y retire mi boca porque sabía que lanzaría su semen y no lo quería tener en mi boca. Pero me equivoque, porque él me pidió que parara, yo descontrolada, pensé que no le gustaba… pero me dijo que no quería eyacular aun, que me quería disfrutar por más tiempo, me recosté en su pecho y con mi mano derecha le acariciaba su cuerpo incluyendo su verga que en ningún momento dejaba de estar parada y dura, mientras yo estaba muy húmeda.



Pasado un tiempo, después de tomarnos unas bebidas, nos besamos y nuestras manos recorrían todas las partes del cuerpo Tome con mis manos aquella dura verga y me la rozaba con los labios de la vagina, él me pide que me ponga en posición de 4 pies y el detrás de mí me la ensarta poco a poco ya estaba muy húmeda… me la clavo toda hasta sentí como sus pequeños bellos rozaban mis nalgas, la sacaba, la metía con movimientos lentos y luego con fuerza, que sentía que se me saldría por la garganta, después me dijo que me levantara, estando ensartada, levanto mi espalda y la recargo a su pecho, me toma de los muslo y con su fuerza me levanta, yo para no caer mis manos rodean su cuello, con las piernas súper abiertas camina hacia el tocador frente al espejo, para que veamos de frente mi vagina, como se devora semejante verga, y con los movimientos adecuados de sube y baja… me dolía pero disfrutaba viendo todo… estaba bombeando tan rico que él, paró abruptamente y me dijo "no me he puesto el preservativo".



Tuvimos que interrumpir para que se lo pusiera y ese trabajo lo hice yo, me enseño como debería de ponerlo, esa tarea me excito mucho.



Primero me pidió que le diera una mamada a su verga y le dejara saliva, después me indica cómo ponerle el condón, mientras lo hacía admiraba aquel trozo de carne, acariciaba su pequeño vello púbico, ya que también lo tenía rasurado y estudiaba cada forma de su pene y sus testículos implacablemente rasurados.



Me recuesta en la cama, boca-arriba y me abre las piernas y el sobre mí me penetra con suavidad, metiendo y sacando aquel monstruo que yo veneraba porque me hacía sentir sensaciones indescriptibles, sus manos masajeaban mis senos y sus dedos apretaban mis pezones, mi piel se erizaba por su bombeo y después de un deleitoso momento, me levanta las piernas y se las acomoda en sus hombros y cuando la mete hasta el fondo siento cierto dolor, detengo con mis manos su cintura para que no la meta hasta el fondo, pero después de darle una, dos, tres y más bombeadas quito mis manos para que haga de mi lo que le plazca, sentía como sus pequeños vellos se clavaban en mis labios vaginales y me excitaba tanto que el dolor antes sentido, se volvía placer y lujuria Fueron unos instantes salvajes que pensé que se "vendría".



En un momento dado, él, quita de su hombro una de mis piernas y la coloca junto a mi otra pierna… aparentemente pareciera la misma posición pero las sensaciones son distintas, solo una mano apretaba mi busto, mientras la otra tomaba mis tobillos para que no se movieran de donde estaban, bombeándome con movimientos fuertísimos, mi vulva producía tanto lubricante que el sonido que se hacía parecía aturdidor "clash, clash, clash"



Nuestros cuerpos estaban húmedos de sudor y muy calientes… luego me quita con su mano derecha mis piernas que descansaban en su hombro y los acomoda en la cama, seguía boca-arriba, pero de la cintura para abajo, estaban de lado, en esta posición sus vellos se clavaban en una de mis nalgas, dando una sensación sin-igual, la verga al penetrar y salir provocaba estiramientos a mi clítoris apretado por mis piernas, eso elevo mi excitación hasta llegar al orgasmo (2), de una manera indescifrable. Porque lejos de sentirme satisfecha, mi cuerpo pedía más y más de esa verga. Hace lentos sus movimientos, para limpiar su sudor que resbalaba por su cara, mientras yo retorcía mis pezones con mis dedos.



Hacemos una pausa para refrescarnos las gargantas secas después de tan excitante sesión…



Él se recuesta boca-arriba y me pide que lo monte, pero dándole la espalda… tomo la verga y me la ensarto en mi vagina que en esos momentos los labios vaginales estaban muy hinchados, sus manos agarraban con fuerza mis nalgas y me empujaban hacia arriba y hacia abajo y provoca que me sostenga de sus tobillos, dejándole a la vista el ojillo de mi colita. Era tan excitante las sobaditas que me daba en el ano que ya no me importaba la incomodidad sentida en otras ocasiones, mientras yo seguía cabalgando su dedo pulgar se fue metiendo a mi hoyito cada vez más profundo…



Sentía riquísimo estar penetrada por los dos orificios al mismo tiempo Momentos después me pide que me acueste sobre él, desdoblando mis piernas y me las toma con sus manos y las eleva abriéndome como compás y me pide las sostenga con mis manos, sus manos me toman de las nalgas y me carga ligeramente para que el haga los movimientos de entrar y salir, lo hace de una manera violenta que siento como escurren mis jugos vaginales después de estar bombeando frenéticamente, saca su dura verga y la apunta justo en el ojillo de mi ano que tenía cierta dilatación.



No ofrecí ninguna resistencia, ya que estaba sumamente excitada y aun recordaba la rica sensación que me dio su dedo al tenerlo clavado…



Empezó a meter la cabezota de su rica verga y en ese momento me arrepentía de permitir que aquello penetrara mi estrecho culito, sentía un dolor inmenso y frenaba su penetración, sin hacer movimientos, me pedía que le dejara entrar y no me arrepentiría, que deseaba mucho entrar en mi colita y cuando más relajada me sentía; zaaaz!!! Entro hasta el fondo, lancé un grito de dolor y satisfacción a la vez y nuevamente me pidió que no me moviera por un momento.



Mientras me chupaba mi oreja y me decía que quería chorrearse en mi culito, pero sin preservativo. Yo casi a punto de desmayar por el placer que me daba con sus besos y con aquella estaca enterrada le decía que si. Me bombeo un par de veces y después la saco lentamente y se quitó el condón, se humedeció la cabeza de la verga con mis fluidos vaginales y apuntó nuevamente a mi dilatada colita…



Me ensarto despacito y ya no sentí dolor alguno, solo deseaba que me la metiera hasta el fondo, me toma con sus manos mis nalgas y las eleva ligeramente y da movimientos primero lentos y poco a poco aumenta la velocidad de meter y sacar, su lengua abarca mi oído y eso me vuelve loca y le pido que lo haga con fuerza que lo haga salvaje, mientras mis dedos soban mi clítoris con movimientos circulares y rápidos. Él acelera las estocadas y empieza a tener sonidos guturales diciéndome que está a punto de chorrearse y yo sigo con mis dedos masturbándome cuando el lanza un grito desgarrador. Siento dentro de mi colita los chorros de su eyaculación como agua hirviendo y en ese momento tengo mi orgasmo (3) también... Todo su cuerpo tiembla y sigo recibiendo descargas de semen en mis entrañas La verga estaba durísima y sentía como palpitaba una y otra vez. Yo estaba muy agotada y me sentía sin fuerzas que me solté. Nos quedamos un rato así, que fui sintiendo como su verga se hacía flácida…


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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