Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Dominación

Otra con S

Hola de nuevo, esta vez les relataré la experiencia que tuve con la sumisa de un relato anterior, fue de mis primeras incursiones dominando a una de ellas, así que tiene algunos años.

La cité en una esquina, cerca del centro de la ciudad, a donde acostumbro ir, ella tenía un poco de tiempo disponible antes de ir a la casa con su esposo, así que sería algo rápido, pero no menos placentero. Llegué puntual a la hora, solo esperé un par de minutos cuando observé que ya venía en camino, enseguida entramos al hotel, subimos a la habitación y al cerrar la puerta, inicié a usarla.

De inmediato, le ordené “desnúdate, perra” y me respondió de inmediato “sí, amo” hasta que una vez desnuda, se puso en cuatro patas, quedándose en esa posición esperando mis órdenes. Mientras preparaba las cosas, me acerqué, le puse mis manos en sus tetas y en su vagina, comprobando que estaba rasurada, como me gusta, luego tomé las muñequeras que uso como esposas en las muñecas y en los tobillos, después le coloqué el collar y la correa de perra; cuando lo hice, le di un par de fuertes nalgadas y fui a sentarme mientras la observaba.

Luego, le ordené “pon la frente en el suelo y extiende las manos, puta” mientras le tomaba algunas fotos y me decía “sí, amo”, luego le pedí “ven aquí, perra”, enseguida se me acercó a cuatro patas, como ya sabía que tenía que hacerlo hasta que se puso delante de mí, al tiempo que me bajaba el cierre y se quedó en cuatro, esperando mis órdenes. A continuación, le ordené “mámame la verga, perra” y sin decir más, empezó a chupármela despacio, luego se la sacaba de su boca para lamérmela, justo como le había enseñada en la primera sesión que tuvimos y volvía a chupármela.

Así continuó haciéndolo hasta que le ordenara otra cosa, ordenándole “ahora levántate” mientras le jalaba del cabello, sacándole mi verga de su boca y continué “apoya las manos en el espejo y levanta bien el culo, perra”, contestándome “enseguida, amo”. Al instante, se colocó en posición mientras me desnudaba y ella ya respiraba agitadamente cuando me le acerqué y la jalé contra mí, haciendo que se empinara más, ya que no separaba las manos del espejo.

Después de pasarle mi mano por su vagina, le metí mi verga de un solo golpe y ella sólo gimió, enseguida empecé a penetrarla con fuerza, además le tomaba las tetas jalándola contra mí mientras ella gemía más fuerte y le preguntaba “¿esto es lo que estabas esperando, perra?”, contestándome “sí, amo, es lo que deseaba”. Luego, añadí “mira la cara de puta que pones mientras te meto la verga, perra” mientras le jalaba del cabello, para levantarle la cara y me respondía “soy su puta, amo”.

Estuve cogiéndomela de esa forma hasta que decidí tomarle las manos y se las coloqué a sus costados, sujetándole sus muñecas, lo que ocasionó que se empinara más, entonces continúe cogiéndomela con más fuerza. Después de un tiempo de cogérmela de esa forma y mientras ella gemía con más fuerza, sujeté las muñequeras con la cadena que tienen, dejándole sus manos esposadas a su espalda, luego le saqué mi verga y jalándola de las manos, la aventé a la cama, dejándola empinada con el cuerpo apoyado en ella. Luego, le di algunas nalgadas mientras sujetaba la correa y sin soltar la misma, volví a colocarme atrás de ella, para continuar cogiéndomela.

Mientras lo hacía con fuerza, jalaba de la correa, lo que ocasionaba que arqueara la espalda y levantara la cara, indicándole “ahora súbete a la cama, perra” mientras le sacaba mi verga y le daba una nalgada. Ella no respondió, enseguida se subió a la cama y puso la cara contra esta, empinando más su culo y volví a meterle mi verga, apoyando un pie en la cama y también una rodilla; de esta forma, continúe cogiéndomela con fuerza mientras sus gemidos se ahogaban, por tener apoyada la cara contra la cama, diciéndole “voy a venirme en tu panocha, perra, voy a llenarte con mi leche”, empezando a moverme con más rapidez. 

Apenas alcancé a escucharla responderme “sí, amo” hasta que grité “toma, puta” mientras le sujetaba las nalgas y terminaba en su vagina, quedándome quieto mientras terminaba de venirme, luego le solté las manos y me levanté, dejándola ahí y fui por una bala vibradora, ordenándole “voltéate, puta y abre las piernas” y me contestó “sí, amo” mientras lo hacía. A continuación, le metí la bala vibradora en su vagina, que aún escurría de mi leche y la encendí mientras le agarraba uno de sus senos y me senté delante de ella por algunos minutos, al tiempo que gemía, comentándome “voy a venirme, amo” entre jadeos y le señalé “puedes venirte, puta”.

En ese momento, ella juntó sus piernas mientras se venía entre gemidos, quedándose acostada, con la respiración agitada, entonces me levanté y me acerqué a mis cosas, tomé un poco de dinero y volví a sentarme en la cama, diciéndole “vístete con la minifalda, perra” mientras aventaba el dinero a la cama, añadiendo “ve por dos cervezas”. Ella me respondió “sí, amo” mientras se levantaba y tomaba el dinero, enseguida comenzó a vestirse; al terminar, salió de inmediato y en lo que regresaba, me senté en el sillón y veía la televisión. A los pocos minutos, ella tocó a la puerta, así que me levanté para abrirle, luego entró y se puso en cuatro, para esperar lo que le ordenara.

Volví a sentarme en el sillón, después de agarrar las dos cervezas, ahí abrí una y empecé a bebérmela, ordenándole “ven aquí, puta” y me contestó “sí, amo”, acercándose en cuatro patas, como perra. Al llegar, ella se puso de rodillas y sin que se lo ordenara, se puso de rodillas y me ofreció la correa, tomándola complacido por ese gesto y enseguida, volvió a ponerse en cuatro patas y le pedí “ahora, puta, en lo que me termino mis cervezas, me besarás mis pies”. De inmediato, se inclinó y comenzó a besarme mis pies, besándome uno y cuando le presentaba el otro, pasaba a besarme ese pie y estuvo haciéndolo hasta que me terminé las cervezas, lo que hice con mucha calma.

Habiendo terminado de bebérmelas, me levanté y ella se quedó dónde estaba, enseguida volví a tomar la bala vibradora y se la metí en la vagina, quedándome de pie y tomándole algunas fotos mientras ella volvía a gemir. Después de tomarle las fotos que deseaba, me le acerqué de nuevo, saqué la bala vibradora y agarrando la correa, la llevé jalando hasta la cama, donde me acosté y jalé la correa con fuerza, ordenándole “ven aquí y mámame de nuevo la verga, perra”. Al momento, se subió a la cama y empezó a hacerlo, como ya había aprendido hasta que le indiqué “ahora móntate en mi verga, puta”, cuando consideré que era suficiente.

Mientras se abría de piernas y empezaba a meterse mi verga en su vagina, me decía “sí, amo”, luego empezó a moverse y en ese momento, le sujeté sus nalgas, empezando a moverme con fuerza, provocando que volviera a gemir con fuerza. Luego, la cuestioné “¿tu esposo te coge así, puta?”, me respondió “no, amo, no así”, entonces le pregunté “¿te gusta cómo te meto la verga, perra?” mientras me movía con más fuerza y me contestó “sí, amo, por eso soy tu perra”. Pasados unos minutos, le ordené “ahora levántate, perra”, entonces lo hizo y me puse de pie en la cama, jalándole de la correa y haciéndola que se hincara, quedando mi verga frente a su cara; de inmediato, le señalé “mámamela, perra”.

Al instante, ella empezó a chupármela despacio y se detenía solo para usar su lengua alrededor de mi verga, después volvía a lamérmela toda, haciéndolo por un rato hasta que decidí que ya era tiempo, tomándola de su cabello para jalarle su cabeza y marcarle el ritmo con que me mamaba la verga. Cuando sentí que estaba cerca de acabar, le tomé la cabeza con ambas manos y empecé a cogerle la boca, metiéndole la verga hasta el fondo con fuerza hasta que sentí que estaba a punto de venirme y le ordenaba “trágate toda mi leche, perra” mientras sujetaba su cabeza con más fuerza y le metía mi verga en su boca.

Mientras terminaba, me quedé inmóvil, dejando que toda mi leche se vaciara en su boca y cuando sentí que ya había terminado, le saqué mi verga y se la dejé en la cara, ordenándole “límpiamela bien, perra” y de inmediato, empezó a lamérmela hasta dejármela limpia. Cuando terminó, me recosté en la cama y ella se desplomé en mis piernas, quedándonos unos minutos así, descansando hasta que me levanté a darme un baño y ella hizo lo mismo, luego nos vestimos y salimos del hotel.

Como siempre, espero sus comentarios.

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 734
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 54.144.81.21

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.793
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.815
»Total Votos: 511.743
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.919.924