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Ojitos verdes

~~El padre de Karina accedio a los caprichosos gustos de la niña, que cumplia 14 años. Ojitos verdes, la llamaba su padrino, un vecino cincuenton del campo aledaño, al de la familia de la jovencita. Papa Rodrigo, acompañado de Alejandro el vecino y compadre, iban a viajar esa mañana, hasta al lugar donde encontrarian lo que seguramente iba a satisfacer los antojadisimos requerimientos de la chiquilina.
 Ojitos Verdes, es una muñeca que camina, habla, canta, grita, llora y para peor siempre obtiene lo que quiere, y ahora pedia un loro parlanchin y un papagayo de hermosos colores.
 Ojitos Verdes, es delgadita de cara, su cuerpito bien formado, sendos botoncitos de los senos queriendo llamar la atencion ya demasiados pronunciados, caderas dispuesta a soportar muchas cosas, piernas bien formadas con nalgas blancas y gruesas por sus practicas deportivas en el colegio de monjas donde asiste durante la semana bastante distante de la casa.
 Ojitos Verdes, tiene boquita grande y carnosa. De mente agil, y rapida de pensamientos que nada tienen que ver con su edad. Cabellos negros, lacios y largos hasta la cintura que con sus ojitos verdes, su sempiterna sonrisa y el gran murallon de sus grandes dientes blancos, hacian de la niña hermosa, un bello retrato de lo que es ser una agraciada personita que todo lo logra con sus lagrimitas y cariñosos abrazos y besos.
 Era sabado, Insistio en querer ir ella tambien hasta la Estancia donde iban a comprar el obsequio requerido. Ya estaban los dos hombres en el asiento de la 4 x 4, cuando la mama le pidio a Rodrigo que la llevaran mientras ella hacia los preparativos de la fiestita, a realizarse al dia siguiente, domingo por la tarde. De un salto, Karina se encontro sentada a caballito, sobre las piernas del papa, abrazada a su cuello, con sus faldas que no le cubrian las rodillas, mientras Alejandro, el padrino, se divertia riendose con muchas ganas, ante los mohines de la unica hija del joven matrimonio de Rodrigo y Laura, que no acepto viajar en los asientos traseros. Queria ir adelante para observar el camino.
 Alejandro, puso en marcha el vehiculo, se disponia a partir, cuando la mama le alcanzo una toalla para cubrir las piernas de Ojitos Verdes, para que no tomara la resolana de esa calurosa tarde de la postrimeria del verano...
 Como todos los caminos de la enorme campaña de la comarca, por el que iban, este, el tomado, era un desastre por los pozos y profundas huellas de carros a caballos, tractores y demas transportes habitue en la zona. Los pesados camiones lecheros eran los que mas dañaban esas rutas vecinales, asi que el movimiento de los pasajeros de la 4 x 4, eran como estar dentro de una mezcladora de materiales para la construccion, cosa que causaba mucha gracia a la niña, que reia y se divertia saltando sobres las piernas del papa, al igual que Alejandro en el volante. No asi Rodrigo. ?l no reia. Estaba realmente preocupado ya que soportaba estoicamente el peso de la hija sobre sus piernas y que en cada frenada o salto de huella, la niña le apretaba los genitales.
 En una frenada, la pequeña vio un gesto del papa y que ahogaba un gemido de dolor y entonces lo miro con cierta picardia y le dijo al oido:
 ?papi... abri las piernas, y viajo apoyada sobre tu rodilla derecha y no te aprieto!...
 Al decir esto, Ojitos verdes dejo libre la pierna izquierda de Rodrigo que sintio un enorme alivio, quedando su rodilla derecha en la entrepiernas de la nena, que se friccionaba con ella en cada momento en que el vehiculo saltaba por efectos del camino. De pronto en una pronunciada bajada, Karina se puso tensa con los pies apoyados en el piso de la camioneta, y las dos manos sobre la consola del vehiculo arrastrando en el movimiento los genitales del padre que no podia hacer nada para sacarlo de entre la pierna de ella y su nalga y que con el movimiento y la alocada alegria y saltos de la niña, fue tomando forma y endureciendose todo lo largo que era. Intento evitarlo, pero la chiquilina jugaba con el padrino, cuando veia acercarse a un pozo y apretaba sus piernas con mas fuerza, para no golpearse:
 ?Ojitos Verdes.... gritaba Alejandro...
 ?Siiii, padrino.... me agarro fuerte!....
 ?? ahi viene!!... ?Cuidado!... y la pi cku saltaba como un canguro,
 logrando arrancar fuertes carcajadas de la garganta de la niña que iba feliz en el viaje, mientras Rodrigo, no soportaba ese vaiven que le imponia el juego infantil, sobre su pene, que estaba a punto de explotar:
 Papito... ?que te pasa?... pregunto la niña inocentemente, ante un gemido retenido y un gesto del padre:
 ?Nada!... respondio Rodrigo, cerrando los ojos con fuerza para evitar acabar ya, en los pantalones con fuertes chorros de liquido. ... ? vos seguis... no te preocupes por mi... ??segui... por favor....
 ?Pero papi... si te hago mal, decimelo... y bajando su manito la niña intento separar su pierna de la del padre y se encontro con la enorme y dura cosa de papa. Lo miro. Sonrio con picardia. Su mente de chiquilina avispada, le hizo apretar con fuerza aquella barra ardiente, mientras ella apoyaba su rajita en la punta de la rodilla de aquel padre que ya no supo dominar la situacion, mientras Alejandro, le preguntaba:
 Rodrigo, ?se siente mal? ?Quiere que nos detengamos?
 No, hombre, siga cuanto mas rapido mejor... lo dijo casi gritandole, mientras apoyaba su cabeza en las espalditas de Ojitos Verdes, apretandola casi con desesperacion contra el, mientras la niña con suaves caricias de sube y baja por sobre la liviana tela del pantalon beige, fue masturbandolo, como jugando. Rodrigo se retorcia atormentado en el asiento. No aguantaba mas. Sabia que iba a acabar en las manitos de su hija, la que alocadamente reia con cada pozo que volvia a tomar el padrino y frotaba casi con desesperacion sus entrepiernas sobre la punta mas pronunciada de la rodilla de papa. Alejandro los observo detenidamente y sintio un enorme sacudon al oir un gemido placentero de su compadre, sintio la sangre subir a sus sienes y su pene endurecerse al maximo cuando Ojitos Verdes totalmente excitada, aprecio los fuertes golpes del semen de papa contra la tela fina del pantalon. Sintio su mano mojada, pegajosa. La saco del lugar y se la llevo a la boca
 La emanacion del clasico aroma de una eyaculacion, le hicieron girar nuevamente la cabeza al Padrino y observo el estado de Rodrigo, y la niña que seguia cabalgando sobre la rodilla de este, dando de pronto, enorme alarido por un tremendo orgasmo, la convulsion de la puber enardecio al hombre, sacandolo de sus cabales. La Cabina, con los vidrios bajos, permitia mantenerse dentro de ella el hedor al sexo.
 Alejandro, freno el vehiculo, se miro con Rodrigo y este le suplico silencio. Que no se comentara nada ni una palabra de lo que alli habia ocurrido. El padrino comprendio. Miro su propio falo, casi veinticinco centimetros endurecidos y apretandolo con fuerza, libidinosamente le hablo por lo bajo:
 ?Esta bien, Rodrigo... pero ahora el resto del camino hasta la estancia, conduci vos!... y lo tuteo, por primera vez, lo tuteo, mientras dejaba el volante y daba la vuelta para ocupar el lugar del padre de la niña. Rodrigo, se dio cuenta, entendio el costo del silencio. No podia hacer nada y mordiendose los labios, la puso de pie a la niña, se cruzo al volante, mientras Alejandro tomaba su lugar. La pequeña y perversa Karina, con mirada de querer saber que pasa, puso sus ojos en los de papa, angustiada y con lujuria y este le indico que si, que se sentara sobre la rodilla del padrino, siempre lo habia hecho, y que siguiera divirtiendose como hasta ahora. Se pusieron nuevamente en marcha, acerco su boca al oido de la niña, le beso la mejilla y le suplico:
 ?que pasa si le cuento a mama lo que me has hecho?...
 ?No, papito... por favor, nunca se lo digas...
 Bueno, esta bien, vos tampoco... es un secreto entre los tres...
 ?Los tres?... inquirio Ojitos Verdes:
 ?Si! Alejandro vio todo lo que me hiciste.
 Y la camioneta arranco con fuerza, saltando mas que antes. Rodrigo tenia intencion de llegar lo antes posible, aunque estaban a mitad de camino, con el proposito de neutralizar las intenciones que habia leido en los ojos del Compadre. El padrino se habia excitado. Fue testigo de un hecho repudiado por la sociedad, pero era mas fuerte que cualquier sentimiento. ?l tampoco lo soportaba.
 Hombre mas robusto que Rodrigo, para evitar que la niña se golpeara contra la consola del vehiculo, la tomo con sus fuertes brazos, la tapo con el toallon y la apreto contra su rodilla derecha, la que habia dejado liberada de sus pantalones antes de entrar a la cabina. Su botamanga se encontraba arremangada sobre su nalga. Se excito al maximo cuando sus carnes tocaron la humedad de la pequeña tanguita de Ojitos Verdes.
 Su miembro salto de su bragueta, ya que la habia desabotonado, dura como un madero y enorme. ?l mismo provocaba el vaiven sobre su falo apretando y llevandola hacia adelante y volviendola a traer hacia su pelvis. Sentia las carnes calientes de la carnosa nalga de Ojitos Verdes, mordiendo sus labios por la tremenda excitacion. La niña se dio cuenta, giro su cabeza y con picardia lo miro regalandole una sonrisa; bajo su mano y le tomo descaradamente la verga, enorme, se sonrio nuevamente, la noto mucho mas grande que la del padre. La apreto con fuerza mientras fregaba su vulvita contra la rodilla del padrino...
 El vehiculo seguia su carrera enloquecida por ese camino sinuoso y poceado. Rodrigo miraba de reojo al compadre y observaba sus gestos de placer que le daba su pequeña hija. No podia, no debia decir nada. Imposible pelear con aquel hombre. Tal vez se matarian. No podia hacerlo. Peor seria que todo se supiera. Observo el lento movimiento del bracito derecho de Karina y comprendio lo que estaba pasando.
 Se sintio obnubilado por un golpe de sangre a su cabeza cuando vio al compadre cerrar los ojos y morderse lo labios, conteniendo un grito de placer, en señal de estar eyaculando. El aroma llego a su olfato mientras Ojitos Verdes se enloquecia, cabalgando la rodilla del padrino, y ya no disimulaba ni sus gestos, ni sus gemidos de goce inmenso, delectacion de una chiquilina despertando al sexo.
 Rodrigo, no soporto aquello, y comenzo a friccionar su verga por sobre el pantalon mientras trataba de conducir el 4 x 4 que se le escapaba de la ruta internandose en la banquina.
 Los movimientos de la camioneta, merced a la velocidad que le habia impuesto Rodrigo y las carnes calientes de la piernita izquierda de la niña, totalmente bañada de semen, volvian a jugar con el trozo enorme de Alejandro.
 Las miradas de los dos hombres se enfrentaron. Rodrigo, en desesperada embestida con su polla, puso los ojos en blanco al tiempo que volvia a terminar enloquecido de goce, al tiempo que Alejandro, quitandose algunos pensamientos de culpa, le bajaba la tanguita a la nena hasta tenerla en sus manos y guardarla en el bolsillo de su pantalon.
 Acomodo a la niña sobre la punta de su miembro y Rodrigo, con gestos desesperados, sin emitir sonidos, moviendo su cabeza, le pedia que no lo hiciera. El padrino le suplico perdon con sus ojos y apreto con todas su fuerzas a Ojitos Verdes sobre su verga, penetrandola sin compasion, quedando la mocosita semidesvanecida, sin articular una palabra.
 Alejandro le acaricio el cuello y lentamente comenzo a moverla, subiendo y bajandola, haciendo que su pene, totalmente lubricado con flujos vaginales y sangre de la pequeña, removiera las profundidades de Ojitos Verdes que, abriendo lentamente sus ojos, mirando a su padre, le sonrio con placer y satisfaccion, apoyo sus dos manos en la consola de la 4 x 4 y se recosto hacia donde estaba su padre, gimiendo, dando estentores de lujuria.
 La excitacion de Ojitos Verdes era tal, que Rodrigo freno el vehiculo sobre la banquina, se corrio hacia donde estaba su compadre, saco su roja verga y la acomodo en la boquita de la niña, quien la abrio desaforadamente hasta que logro introducir el enorme glande del papi, casi todo, en su ardiente boca.
 Rodrigo soporto la situacion 20 segundos y acabo, eyaculo de tal forma que la niña casi se ahoga con tanto semen junto al tiempo que Alejandro tambien acababa llenando la lastimada cavidad vaginal de la jovencita, que mostraba un rostro angelical y lujuriante, por momentos vicioso y depravado. Una mirada profunda y perversa les regalo a los dos, como sellando un siniestro pacto de silencio.
 Quedaron los tres enrollados y encharcados de jugos seminales de una jornada de orgia impensada. El padrino fue el primero en reestablecerse. Ojitos Verdes se habia dormido, la tomo en sus brazos y la cruzo al asiento trasero mientras limpiaba los restos de semen en todo su cuerpo. Miro por la ventana del vehiculo, observo una entrada a un campo y a un centenar de metros una limpia laguna. Despabilo a Rodrigo, y le señalo hacia el lugar donde se veia agua. Este entendio el mensaje; se puso en marcha y alla fueron para refrescarse y asearse. Ojitos Verdes fue introducida en las aguas tibias y transparentes de la laguna, despertandose. Pidio que los dos hombres se volvieran para ella poder lavar su cuerpo y sus partes pudendas.
 Los dos hombres subieron al vehiculo y conversaron entre ellos, pactando el mayor de los secretos, pero habia que hacer algo para evitar el embarazo de la niña, le sugirio Rodrigo. Alejandro, entonces, le revelo:
 Nunca servi como reproductor, por eso no tenemos hijos en mi matrimonio. Tuve un accidente de joven, en una cuadrera, y quede imposibilitado para procrear... por eso no tome precauciones con la chiquita.
 Desde ese dia fueron mas unidos, Alejandro, un cincuenton, vecino de su campo, padrino de Ojitos Verdes y Rodrigo, que con treinta y dos años recien cumplidos tiene ahora que convivir con malsano secreto con su hija de 14 años, que esta escapandole a la niñez muy aceleradamente.
 Llegaron a media tarde a la estancia de los Arevalo.
 Los Arevalo se dedicaban a la cria de distintas razas de animales pura sangre y venta de pajaros exoticos.
 Karina le habia pedido para su cumpleaños un papagayo de hermosos colores para el enorme comedor de la casa, y un loro hablador. En la entrada, que era enorme, los invitaban a recorrer los distintos stands donde se exhibian todo lo que ellos vendian. Rodrigo y Alejandro fueron hacia el interior donde habia gente conversando para hacer las averiguaciones del caso...
 Ojitos Verdes se quedo en la 4x4. De pronto vio a unos doscientos metros del lugar, en medio del campo, una pequeña tropilla de Pony, pequeños caballitos de no mas de setenta centimetros de alzada, fuertes, de crin largo y hermosas colas. Ella sabia conducir, de chica su papi le habia enseñado; puso la camioneta y fue a detenerse frente a los caballitos. Los vio nerviosos, se tiraban coces entre ellos, se mordian y relinchaban mientras trotaban como jugando a algo desconocido; despues se enteraria que era una ceremonia muy especial, donde el macho trata de excitar a la hembra.
 Bajo del vehiculo y se acerco al grupo de caballitos, apoyandose sobre los alambres que cercaban el campo, justo en el momento en que uno de los animales intento subir sobre otro, siendo rechazado, hasta que el caballito macho, el semental, desenvaino una larga verga oscura y gruesa, cuya cabezota encajo justamente en la raja de la hembra, que dio un relincho, pero no pudo escapar por mas que lo intento, pues el potro la tenia agarrada de tal forma que ya no podia huir.
 Ojitos Verdes observo todo muy atentamente quedando asombrada ante semejante cosa del caballito, que comenzo a moverse haciendo entrar y salir de la vaina jugosa de la hembra que comenzo a acompañarlo con su cuerpo y relinchos. Karina se sintio convulsionada, volvio sobre sus pasos, se introdujo en la camioneta y empezo a jugar con sus dedos en su sexo; estaba sin su tanguita y recordo que el padrino se la habia sacado.
 Alejandro y Rodrigo se acercaron por el lado opuesto a la puerta de la camioneta, extrañados, pues no veian a la jovencita. Desde afuera era imposible, tenian vidrios polarizados. Miraron hacia el lugar donde se oian los relinchos de los Pony, se miraron y sonrieron. Se imaginaron que podria haber pasado. Fueron hasta el alambrado saltando una zanja, se acercaron cuanto mas pudieron a los caballitos, llevando cada uno una jaula con los pajaros adquiridos.
 Al volver a la 4 x 4 se encontraron con un cuadro que conmovio a los dos hombres. Ojitos Verdes estaba desvanecida, totalmente desnuda sobre el asiento trasero, sosteniendo en su mano derecha una enorme banana penetrada hasta la mitad en sus genitales. Alejandro y Rodrigo dejaron las Jaulas en el suelo y corrieron a sacar a la pequeña del trance. La cubrieron con unas mantas que habia en el vehiculo y con el toallon mojado la limpiaron, le mojaron el rostro y le hicieron beber agua. La niña abrio los ojos dulcemente y con una sonrisa encantadora dijo con una enorme carga de placidez:
 ?Papi... tengo sueño. Tenia hambre, tome dos bananas mintio , pero al ver a esos caballitos haciendo cosas... no se que me paso... mientras comia una se me dio por jugar con mi mano... luego senti necesidad de algo mas grande... ??Oh, padrino!!... papito... no fue mi intencion... y se echo a los brazos de los dos hombres llorando zalameramente mientras, con perversidad, sus dos manitas entraron a recorrer sus piernas hacia las pelvis.
 Al solo contacto de esas traviesas manos con sus respectivos sexos, Alejandro y Rodrigo reactivaron su lujuria. Ojitos Verdes fue mas rapida que los dos, quienes, cuando intentaron reaccionar, ya la niña ninfomana tenia en sus manitas, apretando con fuerza ambas vergas, que crecieron desvergonzadamente en tamaño y grosor. La excitacion envolvio la mente de los hombres que volvieron a olvidarse de quien era la ardiente viciosa y no comprendieron mas alla de su sicaliptico estado.
 Ojitos Verdes estiro la piel que cubria cada glande, el prepucio corrio hacia atras dejando a su disposicion las dos enormes extremidades de esos penes. Los miro con picardia y, desoyendo sus quejas, acerco las dos cabezotas a sus labios pasandoles su caliente y suave leng?ita, logrando convulsiones con gemidos que provenian de sus inmoderaciones sexuales. Ojitos Verdes miro de reojo al padre y con picardia y una sonrisa siniestra le dijo:
 ?Papi!... Rodrigo se estaba retorciendo en el asiento del vehiculo por efectos de las caricias de la pequeña, ella lo noto y maliciosamente le comento ... estuve pensando, ?sabes?... ?me escuchas?...
 Si, ?que?... y se mordia los labios del placer incestuoso que le proporcionaba la hija.
 ?Que seria mejor que yo le cuente a mami todo... todo, todo...
 Todo, ?que? ... y sintio las manos de Karina subir y bajar desde la cabeza a su pelvis con rapidez, masturbandolo, igual que al padrino...
 Todo lo que me hicieron tu y el padrino... ah, pero eso si, le digo que yo tuve la culpa... que yo comence todo... Rodrigo, vencido por el enorme goce por el que estaba pasando, le dijo casi sin fuerza:
 ?No, hija!... no puedes decirle eso a mamita... ?porque nos manda presos a tu padrino y a mi, y a ti te deja encerrada en el convento para no salir nunca mas...
 Ella rio con ganas mientras fuertes chorros de esperma vomitaban esas oscuras cabezas; veia a los dos hombres como se retorcian de placer en sus respectivos asientos. Puso, una vez cada una, las enormes vergas en su boca, llenandosela del viscoso liquido hasta que quedaron laxas en sus manitas.
 La reaccion del padrino y el padre no se hicieron esperar. Alejandro trato de convencerla para que no contara lo que habia sucedido porque les acarrearia muchos problemas a el y a su padre. Rodrigo le imploro, pero ella siguio insistiendo ante la desesperacion de los dos hombres:
 Bueno... esta bien... yo no digo... los rostros de ambos responsables cambiaron radicalmente, pero notaron una intencion en esos ojitos verdes, entre tristes y crueles , ?yo... no hablo!... los dos sonrieron aflojando sus tensiones . Pero quiero eso... y con su mano señalo por la ventanilla del vehiculo sin mirar. Alejandro giro su cabeza y no vio nada. Rodrigo se atrevio a preguntar:
 ?Que, hija?...
 ?Pide lo que quieras, Ojito Verdes... que si papi no quiere yo te lo consigo!... ?que es lo que quieres, muñeca?...
 Eso... cerro los ojos nuevamente con fuerza y volvio a señalar sin mirar , ?un pony!...
 ?Un pony? ?Para que un pony?... ? acaso no tenemos tu alazan de montar en la Hacienda?... comento el padre e insistio , ? para que un petiso?
 ?Para montarlo mas tranquila!... para jugar... Hay compañeras del Convento que lo tienen... El padrino me lo cuida durante la semana, le hace un establo a su medida... me consiguen las monturas y cuando yo estoy en casa, paseo en el... ?Les parece mal?.... y entro a lloriquear . ??Si, papito... quiero un pony... y quiero ese blanco de crines largas y la cola hasta el piso... ?Anda, papito... compramelo!...
 Puso cara de capricho y volvio a amenazar:
 ?Mira, que si no... ?hablo!... Rodrigo bajo la cabeza, descendio de la pick up y se alejo lentamente hacia la entrada de los Arevalo. Su compadre quiso acompañarlo y ella le dijo que no, que se quedara alli, y le grito al padre:
 ?Papi, el blanco ese que esta alli!... ??ese!! Otro no...
 Cerro la puerta del vehiculo y tomo de la mano al padrino pidiendole que se sentara junto a ella. Alejandro estaba aturdido por el proceder de la niña y se dejo arrastrar; le pidio que la ayudara a vestirse y se quito la frazada que la cubria, dejandola caer al piso del vehiculo en el asiento trasero quedando delante del hombre totalmente desnuda preguntandole:
 ?Te gusta, padrino?... ?que te pasa, padrinito? ?Por que esa mirada?...
 El hombre, a pesar de su edad, no pudo desechar la malsana idea de engullir ese apetitoso plato. Nunca habia visto a su ahijada asi, paradita, con los senos duros que podian entrar en su boca, sus piernas de mujercita, bien torneadas, las caderas como para soportar muchas, pero muchas cosas mas, y una incipiente y oscura pelusita sobre su rajita; la acaricio, se obnubilo su mente y por fin sus ojos se detuvieron en los bellisimos ojitos verdes, ?de la ahijada... o los de una hembra? Nunca los habia visto como un hombre.
 Siempre fue el padrino que veia a la niña ahijada crecer. Pero en este momento fue distinto. En esos ojos vio a una mujer que despertaba al sexo con una carga de erotismo inconmensurable que pedia a gritos que la satisficiera.
 Bajo su mirada a la boca de la pequeña, cuyos labios vio por primera vez como los de una hembra, mojados por la saliva de ella que lo desafiaba descaradamente y la atrapo con sus fuertes brazos, la atrajo hacia su cuerpo apretandola con furia y por primera vez acerco sus labios a la boca de Ojitos Verdes y la beso con suavidad, por miedo a despertar de ese sueño imposible de creer, y fue ella la que lo invito a pasar abriendo su boca y sacando su lengua para penetrarla en la boca del padrino mientras con sus manos traviesas le bajaba los pantalones para tomarle la verga con desesperacion.
 Alejandro removio su lengua en la boca de la niña que siempre creyo virgen, y esta, saboreando los jugos del padrino, le mordia los labios hasta sangrarlos. Luego, el beso su cuello pasando su lengua humeda por toda su ardiente piel al tiempo que la insaciable doncella lo masturbaba y con sus pequeños dientes seguia masticando las carnes del semental que le estaba dando placer. Cuando el hombre mayor lamio los pezones casi morados de Karina, ella se retorcio y llevo su mano izquierda a frotarse el clitoris que pugnaba por salirse de la vagina. Los pequeños pechos, pero grandes para tan corta edad, fueron engullidos por la boca de Alejandro ante los gemidos de placer de la pequeña y viciosa ahijada.
 La recosto toda a lo largo del asiento, el se arrodillo en el piso de la parte de atras de la 4 x 4 y metio su cabeza entre las piernas que ella abrio mas y mas. La lengua gruesa, aspera y larga del padrino recorrio la hendidura vaginal mientras Ojitos Verdes se retorcia de placer y gritaba cada orgasmo. Se encontro con un clitoris demasiado desarrollado, lo saboreo con sus labios ante los gemidos de la puber ninfomana que gritaba insatifecha:
 ?Maaass... masssss, padrino!... ?oh, mi Dios!... padrinito... muerdeme el pijito, como dice el padre Ramon en el convento... arrancamelo... ayyyyyy... agggggg...
 Exacerbado por la lujuria el hombre mayor se sento, tomo a la niña como si fuera un objeto y la coloco frente a su boca mientras intentaba penetrarla ante los gritos excitados de la jovencita. Alejandro la apreto hacia abajo y la verga penetro hasta sus testiculos cayendo desvanecida Ojitos Verdes sin emitir un grito de dolor. Alejandro la comio a besos en su rostro, en sus ojos, en su cuello, succiono su leng?ita dormida y asi derrumbada siguio un movimiento de saca y pone, la ayudaba, alzandola era una plumita entre sus brazos y la volvia a bajar hasta chocar pelvis contra pelvis, hasta que Ojitos Verdes abrio sus ojos y giro su mirada hacia su padrino con una sonrisa de placer que asustaba:
 ??Ah, padrinito!!... ?que bueno... esto es maravilloso... y se retorcia hasta que tomo ritmo y entro a cabalgarlo de una forma que Alejandro jamas habia sentido, y murmuro en los oidos de la pequeña mientras su lengua los penetraba:
 Chiquita mia... ?donde aprendiste a hacer esto?... Muñeca malcriada, jamas una mujer me ha hecho gozar de esta manera... ?quien te enseño a hacerlo asi?... la pequeña viciosa volvio a sonreir ya totalmente desquiciada y le respondio al padrino:
 ?Alla, padrinito!... y seguia jineteando sobre la verga de ese hombre cincuenton, al que jamas nadie le habia sacado mas de dos o tres acabadas, pero en su juventud, y esta diablilla sexual le seguia quitando, absorbiendo su liquidos seminales:
 ?Donde alla?... ?tu papi?...
 ??Nooo!!... padrinito... ?maaaassss, por favor... massss!... por el amor de mi angel de la guarda... ?sigue.... sigue... sigueee... padrino!... ???siiiii!!!... ???Ahggggg!!!... y volvio a desplomarse sobre su padrino que seguia sus movimientos casi desenfrenadamente. Le estaba costando su cuarta eyaculacion en horas.
 ?Mi muñeca traviesa... cuanto haces gozar a tu padrino!... y apuro el sube y baja; se sintio con algo de fatiga, su corazon estaba demasiado acelerado, pero estaba a punto de acabar en la oscura cavidad de la mujercita libidinosa cuando ella volvio a tener otro orgasmo, desgarrador, como si le hubieran arrancado el utero y le pidio al hombre bestia que la seguia poseyendo, ya fuera de si:
 ?Alejandro... por favor!...
 ?Que, Ojitos Verdes, que?...
 ???Penetrame... por atras!!!... por favor, te lo pido... ?por atras!... como lo hace el padre Ramon...
 De un salto la fierecilla montaraz, con una agilidad casi electrica, saco la verga del padrino de su vagina y, dirigiendola con su propia manita, se la inserto solita en el ano; a pesar de que estaba lubricada por sus jugos, la dureza del grueso miembro le entro forzandose, pero gustandole como una posesa.
 El enorme placer que sintio Alejandro renovo sus brios y la apreto con fuerza, casi con furiosa lujuria, sin compasion, hasta sentir sus nalgas apretarle los testiculos y volvio a arremeter como si fuera la primera vez hasta que inundo las entrañas de la pequeña y ella se retorcia del placer que le daba su padrino lanzando orgasmo tras orgasmo terminando en un llanto incomprensible.
 Quedaron asi los dos. Ella, la perversa adolescente, sentada sobre el cincuenton padrino que recibia de la ahijada largos y mojados besos como queriendole succionar su lengua, mientras la verga comenzaba a achicarse entrando en un estado laxo imposible de rehabilitarla. Con la toalla, aun humeda, limpio a la pequeña cuyo rostro no podia disimular ni esconder su cansancio, al igual que el; se sentia exhausto y fatigado. Arreglo lo que mas pudo las cosas para que Rodrigo no se diera cuenta.
 Se calmaron. Bebieron cafe caliente de un termo. La chiquilina comio un trozo de torta que le habia puesto su mama y Alejandro termino una longaniza napolitana producto de su ultima elaboracion a base de carne de cerdo. Luego miro fijamente a la jovencita y le pregunto:
 ?Como es eso del padre Ramon, princesa?... la niña, con cara de picardia extrema, repregunto:
 ?Que Ramon?...
 No te hagas la tonta con tu padrino... ?como es eso que todo te lo ha enseñado el padre Ramon?...
 Ojitos Verdes lanzo una carcajada, se recosto sobre sus piernas (estaban sentados en el asiento delantero), y mientras terminaba de engullir la torta, sacando sus piernas por la ventanilla derecha, comenzo a relatar una historia:
 El padre Ramon, un cura que se hizo viejo diciendo misa para las alumnas del convento, dentro de la institucion, tenia un estilo muy sabio para ganarse la voluntad de las niñas. ?l sabia con quienes podia hacerlo luego de una serie de charlas en el confesionario, cuando cada mujercita iba a confesarse los domingos.
 Yo era nueva, mama me inscribio a los doce años en el Convento, con resi

 

Datos del Relato
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