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Categoría: Dominación

Nuevas experiencias

El día se presentaba como cualquier otro, marche a trabajar sin imaginarme como iba a cambiar todo a lo largo de la jornada. En mi mente desde hacia algún tiempo rondaban una seria de ideas... alguien me abrió los ojos a un mundo desconocido hasta entonces... la D/s. Me producía una gran excitación pensar en ciertas situaciones: spanking, bondage, humillación... Había encontrado en internet información, fotos, textos sobre ello y cada noche me masturbaba en mi cama pensando como seria.



Como decía, el día se presentaba tranquilo en la tienda... un cliente... otra... encargos... pedidos, hasta que a media mañana llego el jefe, Carlos, en el tiempo que llevo allí trabajando solo le he visto un par de veces, me extraño su presencia pero a la vez me excitaba, era un hombre guapo y atractivo, bastante mayor que yo y con un aspecto de cabrón prepotente... quizás fuese eso lo que más me atraía. Llego con su saludo tipo de superioridad... Hola lindas! Cómo se va dando la mañana? La encargada babeaba por el, una mujer de 40 años, poco agraciada pero de grandes pechos, creo que eso le volvía loco ya que no paraba de mirar su escote, a ella no parecía disgustarle, es mas, sus pezones comenzaron a marcarse en la camisa blanca que llevaba puesta.



Yo continué con mi trabajo pero también pensando... y si Carlos es el tipo de hombre que busco para probar todas esas experiencias? Pasados 10 minutos oí a Carlos llamar a Gloria, mi encargada, al almacén, ella dejo todo y fue rápido para dentro... vi algo extraño en esa actitud y decidí ver lo que ocurría. Disimuladamente fui acercándome a la puerta por la que habían entrado, escuchaba como hablaban y parecía algo normal, trabajo, dinero... pensé que me estaba obsesionando con el tema, no iban a hacer nada en el trabajo y encima estando yo allí... que ingenua fui.



Cuando me decidí a volver al trabajo oí unas palabras que me dejaron inmóvil: desnúdate y súbete a la mesa, perrita. Era la voz de Carlos, pude oír como contestaba Gloria: si mi Amo... He de reconocer que un calor muy grande se puso en mi entrepierna. Abrí un poco mas la puerta, necesitaba ver lo que estaba ocurriendo. Vi a Gloria tumbada boca abajo en una gran mesa que tenemos, totalmente desnuda, los brazos estirados para atrás lo que hacia que sus pechos se tensaran, las piernas sobre la besa, abiertas. El estaba de espaldas buscando algo en una bolsa que traía... no me lo podía creer, había sacado un enorme consolador. Lo acerco a la boca de Gloria, esta acto seguido empezó a chuparlo desesperadamente como buscando la aprobación de su Amo, este con una sonrisa malévola le pellizcaba los pezones.



Me había puesto muy caliente ver eso, casi inconscientemente meto mis manos por la falda, necesitaba acariciarme... Bajó el aparato entre sus piernas y pregunto: hiciste lo que te pedí, zorrita? Sí mi Amo, metí un pepino en mi culo horas antes de venir a trabajar. Muy bien linda... muy obediente, veamos... Carlos se agacho entre sus piernas, hizo levantar su culo de la mesa y metió una de sus grandes manos: bien, bien... esto esta mejor, date la vuelta. Se coloco tal y como el le había indicado, las piernas en el suelo separadas, el cuerpo acostado sobre la mesa y las manos a la espalda. Carlos le dio un cachete en el culo que sonó por toda la sala... yo me estremecí. Ato sus manos por las muñecas a la espalda, fue abriendo su culo para ir metiendo el consolador, debía dolerla por se mantenía con los ojos cerrados, aunque... quien sabe cual es la diferencia entre dolor y placer.



Por la forma en que gimió debía tener el consolador metido hasta el fondo. La imagen era de lo mas caliente, mi encargada, una mujer casada y con hijos estaba siendo sodomizada en el almacén por el cabrón de mi jefe y yo, la empleada muriéndome de ganas de estar yo en su lugar. Carlos sacaba y metía el juguete, preguntándola si la gustaría sentir la polla de su Amo, ella entre jadeos contestaba que si... pedía que la follara cuanto quisiera. En su cara podía ver como disfrutaba de tener a una mujer de esa manera, a merced de sus caprichos...



Saco una regla de la bolsa, una regla no demasiado gruesa, de madera y larga. Acaricio sus piernas con ella, desde los tobillos hasta el interior de los muslos, apoyándola y frotándola con su coño que a estas alturas debía estar tan húmedo como el mío. De repente... zas! La regla se estampo en su entrepierna, ella dio un pequeño grito, Carlos le dio otro golpes más y ella grito mas alto a lo que el la advirtió: si continuas gritando así tendré que castigarte mi linda perrita... Sí mi Amo, lo siento. Otro golpe más, ella contenía sus gritos, así hasta 5 veces. Bien, lo has hecho bien, decía Carlos, ahora tengo que irme pero como premio vas a llevar lo que queda de mañana el consolar metido en tu coño y procura no correrte, entendido? Pero Amo... como voy a estar así, están los clientes, esta Sofía... No quieres mi regalo perra? Vaya... Pregunto Carlos. Ella se apresuro en contestar: no mi Amo, no es eso... solo que... Con un rotundo "no hay peros" concluyo la conversación.



Le saco el consolador y desato sus manos, ordeno que se lo metiera y así lo hizo, abrió sus labios vaginales con una mano y con la otra lo iba introduciendo. El miraba serio, impasible... Yo ya estaba que no podía mas, necesitaba desahogarme como fuera, quería sentir lo que seguro Gloria esta sintiendo... me moría de ganas de sentirme una perra caliente.



Al oír que salía avance rápido hasta el mostrados, Carlos salió riendo y diciendo: parece que las cuentas están bien... Se paro frente a mi, yo no me atrevía ni a mirarle a la cara, me pregunto si era yo Sofía, dije que si a lo que el contesto... veras Sofía, Gloria esta algo nerviosa esta mañana, no se lo tengas en cuenta. Yo pensaba para mi: como no va a estarlo si lleva un consolador metido!. No se preocupe, no pasara nada, le dije. En esto salía Gloria por la puerta, andaba algo rara y no pude evitar una pequeña sonrisa, Carlos me miro y me guiño un ojo, yo le devolví la sonrisa, creí que me corría ahí mismo... y cerré rápido las piernas. Me daba la sensación de que Carlos sabia que me había enterado de todo y de que me había puesto cachonda. Parece que tu también estas algo nerviosa esta mañana y riendo salió por la puerta, hasta pronto, lindas!



Gloria paso el resto de la mañana como ausente, solo entraba y salía del baño. En parte me compadecía de ella pero por otro lado la envidiaba. Ella estaba más pendiente de lo que llevaba entre las piernas y en no correrse que en los clientes que venían, yo por mi parte deseaba llegar a casa y masturbarme como una loca, aunque esa noche me di cuenta que necesitaba algo mas, las fotos y los relatos ya no eran suficientes... necesitaba ser usada...


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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