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Categoría: Incestos

Nuestra aventura

Qué tal, he estado leyendo uno que otro relato, pues me entró la curiosidad de saber de algunas historias parecidas a la mía y cuál fue mi sorpresa de encontrarme algunas páginas dedicadas a la publicación de relatos, no estoy seguro de su veracidad así como ustedes tampoco estarán seguros de la mía, pero pues como todos, escribiré y me desahogare.

Tengo 43 años de edad, vivo en una de las delegaciones de la Ciudad de México, médico de profesión con una especialidad en medicina familiar, divorciado y pues con relaciones pasajeras y algunas amigas con derechos por así decirlo, casadas y otras no.

En mi matrimonio a temprana edad tuve 2 hijos, una niña actualmente de 19 años y un niño de 10 años, la parejita como así dicen. Omitiré los nombres por cuestiones de seguridad.

Yo vivo en un departamento al sur de la ciudad el cual es de 3 recámaras ideal para cuando mis hijos están de visita cada 15 días en fin de semana, así acordado con su mamá.

De unos años para acá mi hija obviamente entró a la adolescencia y fue notable y fascínate el cambio que dio su cuerpo, su mamá es una mujer muy guapa y con un cuerpo divino, obviamente todos los cambios físicos en mi hija eran demostración del poder genético que yacía en ella.

Los fines semana que llegaban era inquietante verla pasarse con sus mini shorts y sus blusitas por las mañanas, yo solo retiraba mi vista rápido de ella en cuanto la veía entrar a la cocina o pasearse por la sala y el comedor, trataba de retirar pensamientos nada apropiados de mi mente, pues la cuestión estaba en que es mi hija de la que hablamos.

Un domingo casual, despertándonos ya un poco tarde ya que el día anterior habíamos acudido al cine a una función de noche, mi hijo ese día se había quedado a dormir conmigo, el aún seguía dormido, yo por mi parte me levante al baño y con la sensación de hambre, después de terminar en el baño acudí a la cocina y en cuanto entre aún dormido me encontré con la imagen de mi hija, husmeando en el refrigerador, de espaldas, con una blusa y una tanga rosa, me quede petrificado por unos segundos y en cuanto me disponía a regresar a mi cuarto, se volteó y dijo:

Oh! Papá, ya te despertaste, ¿que vamos a desayunar? Ya tengo hambre.

Yo solo baje la mirada y respondí:

Perdón nena, ahorita veo que hacemos de desayunar, deja ir a despertar a tu hermano y ahorita vemos. Vístete que ahorita traigo a tu hermano.

Se empezó a reír y solo me dijo "si papá"

Ese día transcurrió normal, decidimos salir y encontrar algo en la calle para desayunar, regresamos y cada uno se dispuso a hacer sus respectivas tareas y repasos, después acudimos a una plaza comercial para comprarles ropa y zapatos, regresamos y me dispuse a llevarlos de nuevo con su mamá, pero durante todo el día, estuve casi perdido en la imagen de mi hija; de espaldas, con tanga y ese hermosos culote, no sabía que ya usaba ese tipo de ropa interior. 

Baje del coche y platique algunas cosas con su mamá respecto a la escuela de ambos, así como de su comportamiento.

Me despedí de mi hijo de manera natural y efusiva como siempre, al despedirme de mi hija me entró algo de pena, la abrace y le pedí que se cuidará mucho, se acercó a mi oído y me susurró:

Espero te haya gustado lo que viste en la mañana papá, te vi muy distraído el día de hoy.

Se alejó, puso su mano en mi pecho, yo estaba totalmente helado, me mando una sonrisa picarona y me dijo "tú también cuídate mucho pa'"

No sabía que decir, me quedé inmóvil por un momento, sentía una sensación sumamente extraña que recorría todo mi cuerpo.

Entre la semana me comunicaba siempre con mis hijos, en dos ocasiones los fui a recoger a la escuela ya que su mamá no podía por el trabajo, yo traté de comportarme normal.

El fin de semana que me toco estar solo, acorde una cita con una amiga para quitarme a mi hija de la cabeza y para calmar mis ganas de coger.

A mis 43 años me mantengo en forma, siempre me a gustado hacer ejercicio, levantar pesas es mi segunda pasión, alimentarme bien y todo eso de la suplementación, así que a veces no me cuesta trabajo poder engatusar a una que otra chica del gym, ese día hice una cita con una amiga de 24 años, yo de las ganas que tenía me la cogí como nunca, de echo hasta ella ese día se quedó sorprendida, solo le comenté que ya tenía muchas ganas.

Pasó la siguiente semana y la comunicación con mis hijos era la habitual. Al llegar el viernes por la tarde fui por mis hijos, salió su mama y me comentó que mi hijo se había ido a quedar con un amigo porque iban a jugar algo de sus videojuegos, que lo fuera a recoger al día siguiente, en eso solo vi como mi hija con todo y sus cosas se subía al coche, asentí y dije que no había problema.

Camino a casa entablábamos pláticas esporádicas de cualquier cosa. Al llegar a la casa le propuse que fuéramos al cine o a la plaza, ella me decía que estaba muy cansada de la escuela y que quería dormir, le deje que se metiera a su cuarto y yo hice lo mismo.

Ya en la noche cenamos algo ligero y le propuse que al día de mañana nos levantaremos temprano y nos fuéramos a correr y después de ahí fuéramos por su hermano. Ella asintió y me pidió permiso para poderse retirar de la mesa. 

Ya en la noche yo estaba viendo una película, mi favorita por cierto, hasta que escuche que abrían la puerta de mi cuarto y me repuse de inmediato.

¿Papá? ¿Aún estás despierto? - era mi hija -

Si nena, ¿qué pasó? - respondí -

Quería ver si por esta noche me puedo quedar contigo, ¿puedo?

No sabía que decir, mi respuesta tardó y solo tartamudee.

Si nena, pasa no le veo ningún problema.

Vestía con su pijama, se metió a las cobijas y se acomodó, "buenas noches" me dijo, pregunté si había problema con que la tele siguiera prendida y me respondió con "no hay problema" y dijo nuevamente buenas noches. Entendí y me dispuse a ver nuevamente la película, al término de la media noche termino la película  y apague la tele, de igual manera me acomode dándole la espalda y trate de conciliar el sueño.

¿Por qué no me mandaste ni un mensaje estás semanas papá? - se escuchó su voz diciéndome, casi me cagaba del susto pues juraba que ya estaba totalmente dormida -

Ah! Aún sigues despierta, pero, pues si te mande mensaje - repuse algo desconcertado -

No papá, no de esos mensajes no, o si de esos pero no con los temas de siempre, preguntado cómo estoy o qué tal la escuela y así, si no de lo que viste el fin de semana antepasado.

Entonces me senté en la cama y empecé:

Oh! Sobre eso, bueno, solo quiero aclarar a que no sucederá  y que me siento muy apenado por haberte visto en paños menores, espero no vuelva a pasar - mentí -

Ok... me abrazas, tengo frío - me dijo -

Y de nuevo me quedé helado, no sabía si sí abrazarla o que putas hacer. Dudoso de la decisión en ese momento me acomode detrás de ella la tome de la cintura, ella se acomodó en mi suspirando y yo tratando de alejar mi cadera de sus nalgas ante la tremenda erección que ya me cargaba.

Ella solo hizo más y más por pegarse en mi hasta que pego todas sus nalgotas en mi pene erecto, ahí se quedó y solo se sentía como latía su corazón de rápido, casi al compás del mío, su respiración se escuchaba rápida y profunda.

En eso empecé a sentir como besaba mi antebrazo que rodeaba su cuello y como empezaba con ligeros movimientos de cadera, tallando todas su nalgas en mi pene, se movía tan delicioso que solo me aguantaba las ganas de gemir, ella no, ella empezaba a soltar leves gemido provocativos.

El movimiento aumento más y más, yo ya no podía con todo eso, con mi mano que tenía en su abdomen la pegue más a mi, me empecé a mover al sentido contrario de ella, le empecé a agarrar las piernas y apretar las nalgas, las cuales eran muy duras, nada aguadas, ella me mordía y besaba el antebrazo izquierdo y con su mano derecha colocaba mi mano derecha en diferentes partes de su cuerpo.

Sin movernos de la posición que habíamos adoptado, ella se empezó a quitar la pijama y le seguí bajándome el bóxer y pegando así mi pene duro entre ese culo grande, se tallaba y tallaba sobre el, dirigí mis dedos a su labios vaginales y ya estaban empapados, su clítoris se palpaba ya erecto y empecé a masturbarla, me agarro la mano mientras la masturbaba y me apretaba con la otra mi antebrazo.

Así papi!! Así!! - decía en voz baja y con pequeños gemidos -

Sentía la necesidad de parar y pregúntele si todo esto estaba bien, si continuaba, pero una fuerza dentro de mí no me dejaba parar, como pude acomode mi otra mano sobre en su seno izquierdo y empecé a sobárselo y apretarle su pezón, sus pechos se sentían duros y redondos.

Deje de masturbarla y levante su muslo, me acomode a modo de que mi verga se posará entre sus muslos y comencé a frotárselo en su vulva, solo sentía como a cada sobada se humedecía mi pene con sus jugos.

Bajo su mano y con ella pego mi verga sobre sus labios, para que rosara toda su vulva. Le besaba el cuello, la oreja, le tocaba con ciertas ansias y desesperación su seno, le acariciaba el abdomen, los muslos, le tocaba al mismo tiempo los dos senos, de pronto en un movimiento mi glande quedo justo en la entrada de su vagina; nos quedamos quietos los dos, solo arquee poco mi cadera y sentí cómo fui abriendo camino para entrar en su vagina; ella solo se agarró fuerte de mis antebrazos y empezó a soltar algunos gemidos y gritos, con la verga totalmente adentro hice unos ligeros movimientos para acondicionar a su vagina al tamaño de mi verga y de asegurar que estuviera completamente lubricada, empecé con un mete y saca suave, sin ser grotesco, esperaba a que me dijera que lo sacara, pero solo se mantenía inmóvil apretándose de mi, gimiendo.

Eso lo tome como un "sigue" así que me dispuse a meter y sacar un poco más rápido, aumentado poco a poco el ritmo.

Sí papito, sí! Así! No pares, tú sigue - le oí decir después de ya estar completamente mojada y sentir cómo mi verga entraba y salía sin problema alguno- Papito, me encanta!!! Más papi, más!

Yo seguía las órdenes de mi hija. Ya seguro de que no la lastimaba y  que esto eras más que consensuado, la empecé a tocar por donde podía, sus senos, sus labios, su abdomen, su cuello, nos agarrábamos de la mano por instantes, era rica la sensación de estar adentro de una vagina que apretaba rico y la sensación de sus nalgas rebotar en mi pubis, a veces aumentaba el ritmo otras lo mantenía despacio, en momentos ella me empujaba de las nalgas como aviso de que quería más rápido.

Así!! Así!!! Así papi!!! - repetía y repetía una y otra vez -

Hasta que le voltee la cara y con la poca luz que entraba de la calle por la ventana al cuarto, vi su cara, era mi hija, aún cara de niña, con sus gestos de placer y una mirada diferente, "te quiero" me dijo casi sofocada y seguido a eso nos besamos, sus labios, su lengua, su saliva, todo se sentía tan delicioso, yo no paraba de sacar y de meter mi verga en su vagina toda mojada.

Agarre, levante su muslo, y metí mi pierna entre sus dos muslos, dejando descubierto su clítoris para mi mano, mientras seguía cogiéndomela empecé a masturbarla. Me mordía y se empezaba a retorcer en ella misma.

Si, así!! Ya! Ya! Ya! Ahí te voy papi - se puso tensa, nuevamente me apretó de mis antebrazos, note como abría su boca y se arqueaba hacia adelante, se le saltaban sus venas yugulares, y dejó escapar un gemido - Siiiiiii papi!!!!!! Siiiiiiii!!! - dijo con voz ronca - Que rico!! Que rico!! Que rico!! Que rico!! - repetía y repetía -

Yo aún tenía más que dar así que deje en paz su clítoris, la agarre de la cadera y continúe con el mete y saca a un ritmo moderado, ella continuaba gimiendo mordiéndose los labios y agarrándose de mi mano.

Después de un rato, lanzó un grito de desesperación, pensé que algo estaba mal, baje mi ritmo.

Me voy a hacer pipí, para, para... - me decía con la voz cortada -

Al escuchar eso la agarre bien de la cadera y nuevamente aumente mi ritmo. Sentí como orinaba en mi, sus piernas le temblaban y gemía, eso me puso excitado como no tienen idea y empecé a darle rápido, sentía como se aproximaba mi eyaculación, solté su cadera, le levante una nalga para que entrara bien mi verga y me deje venir adentro de ella, me importo un carajo y me vacíe por completo, los dos gemíamos, le daba suave y despacio para terminar de vaciarme, mi verga se empezaba a poner flácida, dejamos que nuestros cuerpos se relajaran y solo se escuchaba nuestra respiración agitada.

Hubo un momento de pausa, me salí de su vagina, los dos seguíamos sin decirnos ni una palabra, yo trataba de recuperar la normalidad de mi respiración y de mi ritmo cardiaco, le acariciaba todo su cuerpo.

Se volteó y se acomodó en mi pecho, ella solo acariciaba mis testículos; en eso se apoyó sobre su brazo, me miró y nos empezamos a besar, de un momento para otro se alejó y comenzó a bajarse, solo sentía como mi verga se empezaba a parar de nuevo de solo imaginar que iría justo a mamármela, y si, se metió en la cobijas, con la poca luz que entraba solo vi como marcaba su culote parado debajo de las cobijas, empecé a sentir como besaba mis testículos y como empezaba a lamer mi pene semi erecto, me masturbaba y me chupaba los testículos, estuvo así por un rato.

Sentí como empezó a salir de las cobijas y se montó en mi, fue la primera vez en ese momento que juntamos miradas, los dos aún si decir nada, me miraba  y se mordía el labio inferior, con su mano rosaba mi verga sobre sus labios vaginales, la acomodo y se dejó sentar para que entrara mi verga en ella, solo veía sus gestos de placer, me encantaba ver a mi hija con esos gestos tan indescriptibles o creo que pensarían que estaría exagerando al describirlos, solo quédense con la idea de que era una cosa fenomenal, la tome de las caderas y deje que ella tomará el control, mi verga se empezó a poner totalmente dura dentro de ella y eso al parecer le fascinaba ya que aumentaba aún más sus movimientos, yo sentía como mi verga topaba con su cérvix, ella al sentirlo también solo abría su boca y gemía.

Me encanto que se montará en mi, pues me dio de oportunidad de tocar sus nalgas, de comenzar a chuparle sus tetas, de chuparle sus pezones, de agarrarla completa de la cadera y dejar que ella hiciera todo, le apretaba las nalgas, le di unas cuantas nalgadas, yo seguía perdido en sus hermosos senos, duros, redondos, firmes, ella solo se apoyaba con una mano sobre el colchón y con la otra me pegaba a su pecho cuando estaba chupándole sus tetas.

Sentí que era momento y que no lo debía desaprovechar, así que saque mi verga de ella, me levante y la acomode de a perrito, era divino el como se veía su culo, esas nalgas perfectas y lo lisas y suaves que estaban, le daban el aspecto de un corazón enorme, supo bien como acomodarse para parar bien su culo, y con las dos manos lo abrió, coloque mi glande en su vagina y me dispuse a entrar lento. Comenzó a gemir y gritar al mismo tiempo.

Si papito!!! Si papito!! Más mi amor más, dame!!!! 

Me excitaba tanto que me dijera eso, el ver cómo apretaba las sabanas, se tumbaba y ponía su carita de lado y ver sus gestos de placer. No aguantaba y le daba duro y rápido, me gano el deseo y le jale de las greñas, eso al parecer la excito más ya que sentí mas mojada su vagina.

Sentí como estaba a punto de eyacular, pero no quería que terminara tan pronto, deje de meter y sacar rápido, baje el ritmo y sin sacar mi verga la acomode de a ladito, le subí su pierna izquierda y la derecha se la extendí, comencé de nuevo a darle a un ritmo moderado, le abría el culo levantándole una de sus nalgas, con la otra mano le agarraba su teta izquierda y le apretaba su pezón, ella puso una de sus manos en mi cadera empujándome más hacia ella, podía ver todas las expresiones de placer que hacía.

Ya no pude aguantar más y comencé a darle más rápido ante mi inminente eyaculación, ella se percató.

Si papi, así, dame más rápido, vente adentro de mi, vente papito, déjamelos adentro, adentro!!!! -me decía con tal frenesí-

Me vine de nuevo adentro de ella, los dos soltamos un gemido que se hizo uno solo, me quede adentro para vaciarme por completo, me agaché hacia ella y la comencé a besar.

Me salí despacio  y me acomode a su lado, ella se acomodó sobre mi pecho, tratando de recuperar los dos el aliento.

Buenas noches papi. –me dijo-

Yo me quede pasmado, pensé que íbamos a platicar de esto, tenía muchas dudas, pero ella decidió que ahí se terminaba todo. No quise complicar la situación ni mucho menos echar a perder el momento que habíamos pasado. Me tranquilice y me dispuse a dormir, no había mas que hacer, solo esperar a que amaneciera.

Al día siguiente, note que mi hija ya no estaba en la cama, me desperté desconcertado y desnudo, pegajoso y un olor a sexo, a orina y con la cama toda echa un desastre. Me levante y dirigí al baño, supuse que mi hija estaba en la sala viendo la tele pues se escuchaba prendida, también supuse que ya había desayunado pues olía a hotcakes.

Al llegar a la sala vi en el comedor dos platos servidos con hotcakes y un vaso de leche para cada quien.

Buenos días papá –me dijo con una leve sonrisa y mirando mi cuerpo desnudo-

Bueno días hija, perdón, deja irme a vestir y ahorita regreso a desayunar –respondí-

No seas tontito y siéntate a desayunar que en un rato mas tenemos que ir por mi hermano y dijiste que iríamos a correr.

Cierto, pero…

Siéntate!!! De favor –así, ordenándome-

Me senté y comencé a desayunar, los dos permanecíamos cayados.

Lo de anoche… –comencé interrumpiendo el silencio entre nosotros y el desayuno-

Shhhh!!! –dijo al mismo tiempo que ponía su dedo en mi boca- este que sea nuestro secreto, no quiero dar explicaciones, podrás tener muchas dudas y creo que hasta una parte de ti se siente culpable; pero lo importante es que los dos y aclaro, los dos la pasamos muy bien, a mi me gusto y créeme que me gustaría repetir. Yo se lo mucho que nos quieres a mi y a mi hermano, y yo a ti te quiero mucho, y me gustas como hombre, he tenido algunas o pocas relaciones amorosas y sí en la mayoría de ellas lo he hecho con mis parejas y hasta con chavos que no son mis novios, pero tu me gustas papá, he tenido algunas platicas con mi mamá sobre sexo, me platico algunas historias de ti y de ella, que me despertó mucho la curiosidad de pasarla contigo, no me decepcionas en nada, me encanta y fue muy lindo.

Me quede con la boca abierta al escuchar a mi hija hablar de esa manera, voltea a mis lados como confundido, preguntándome si esto no era un sueño o quien carajos era la niña que estaba enfrente de mi desayunando, tenia tantas preguntas en mi cabeza, pero le hice caso, me quede callado, la mire fijamente y dije:

Te quiero mucho mi niña. Ahora apurémonos y metámonos a bañar, vamos por tu hermano y después vamos al cine o que se yo, ¿te parece?

Me lanzo una sonrisa de confidentes, le dio el último trago al vaso de leche...

Ok papi, ¿nos bañamos juntos? –me pregunto al mismo tiempo que se recargaba en la mesa y dejaba ver sus pechos-

Sonreí y asentí – No sin antes que te tomes esto – dije. Me levante y regrese con una píldora de emergencia, no dijo nada, entendió de que se trataba y se la tomo, acto seguido me pregunto que si podía ella utilizar algún método anticonceptivo, ya en la ducha platicamos sobre el ideal para ella, yo estaba con tremenda erección y sin aburrirlos sin tanto detalle ahí mismo me la chupo, puedo decir que a su edad es toda una experta en lo de chupar vergas.

Nos vestimos y salimos de casa para ir por su hermano, ese día transcurrió normal ya con su hermano en su casa, con ligeros coqueteos y agarradas de nalgas, risitas y besos a escondidas, el domingo por la noche los lleve de nuevo con su mamá. Me despedí de ellos de forma natural, ya en camino mi hija abrió conversación conmigo por mensaje, y me pidió que planeara un día entre semana y escaparnos, a la luz del día, sin oscuridad, nosotros desnudos, haciendo y crenado una mil maneras de hacer el amor, algo diferente a lo que fue este fin de semana.

Estoy en eso, creando el escenario y la excusa para poder tener ese encuentro, sin levantar ningún cuestionamiento de nadie. Creo que esto puedo dejarlo con un continuara, que mejor que contárselo a toda una bola de desconocidos que a alguien que me pueda juzgar.

Gracias por leerme y dejarme desahogar esto.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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