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Categoría: Incestos

Noche muy caliente

El sábado, llegué crudo, más bien aún ebrio, pero no tenía sueño, así que me desvestí quedándome en calzoncillos y prendí la televisión en la sala.



Las puertas de mis padres y mi hermana estaban cerradas, así que me agarraba la verga y los huevos a mi antojo, ya estaba amaneciendo porque entraba luz por la ventana.



Yo veía a mis anchas videos de música, sin darme cuenta ya que no escuche ningún ruido y tenía cerrados los ojos mientras me masturbaba, de repente vi a mi hermana que me observaba.



Aún tenía el maquillaje corrido, no tuve oportunidad de guardar mi verga, creo que ya tenía unos minutos observándome, era evidente que estaba aun peda como yo.



La dejé que observara como me masturbaba, se acercó con su baby dool transparente y muy cortito.



Se acercó y me dijo: “sabes tengo ganas de ayudarte”, se hincó al pie del sofá y de inmediato me empezó a jalar la verga, se me puso aún más dura, no quería pensar que era mi hermana y decidí disfrutar el momento.



Mientras me la chaqueteaba y besaba mi cuello y mis pezones, me dijo: “hermano hoy soy tu puta”, de inmediato empecé a tocar su cabeza acariciando lo más suave posible su pelo.



Me dijo entre murmullos: “me vale que seas mi hermano, necesito hombre, estoy ardiendo”, no dejaba de acariciar mi verga y apachurrarme los huevos, me dijo: “prefiero ser la puta de mi hermano, que de cualquier otro, déjame gozarte”, yo no pronuncie palabra alguna y solo me dispuse a complacerla en lo que quisiera.



Muy violentamente me quito el calzón y me la empezó a mamar, lentamente sin dejar de mamar, fue subiendo sus piernas hasta que su diminuta pantaleta toda mojada, la puso en mi cara, hacíamos deliciosamente el 69.



Me fue fácil hacer a un lado su mini pantaleta y empecé a mamar su vagina rasuradita, mi lengua la ponía tan dura para que sintiera como si la penetrara, escuche un leve ruido al que no le di importancia y seguí tragando esos deliciosos jugos.



De repente sentía sus manos subiendo y bajando en mi verga, pero escuchaba sonidos de chupeteadas que no me hacía a mí, como tenía sus vagina en mi cara, y sus piernas entrelazándome no podía ver lo que hacía.



Peros sus gemidos aumentaron evidentemente, yo gozaba tanto que no podía evitar que mi hermana me jalara y mamara mi verga, tiraba lengüetazos en toda su rayita y mordisqueaba su clítoris.



Quise tocar sus senos, pero ya los acariciaba alguien más, y eran manos toscas como de hombre, en un movimiento rápido casi sin moverse se quitó sus pantaletas y su baby dool, alcance a ver las piernas de hombre que estaban frente a ella, pero no vi su cara.



Pero con voz ruda me dijo: “mama cabrón mama”, seguí complaciéndola, ya solo sentía una mano en mi verga y seguía escuchando como chupeteaba la verga de ese hombre.



El momento era increíble, seguía metiendo mi lengua casi hasta sentir sus entrañas, la mano de este hombre se acercó a su ano y muy lentamente la empezó a penetrar con su dedo índice, mi hermana se movía cada vez más, era evidente que gozaba mamar esa verga, sentir un dedo en el ano y como yo le lamia su vagina, me la untaba tanto que casi no me dejaba respirara.



Escuche murmullos, pero no entendí lo que dijeron, pero de inmediato sentí su boca en mi verga, me succionaba durísimo y me apachurraba los huevos fuertemente pero sin lastimarme.



Este tipo lubrico su ano con saliva, evidentemente él no sabía que ya estaba súper lubricado por las varias veces que introduje mi lengua por tan adorable agujerito.



Seguía sin verle la cara del hombre con el que compartía a mi hermana, vi como puso su verga en su ano, era de buen tamaño, no le costó mucho trabajo metérsela casi toda.



Mientras le hacia el mete y saca, yo sentía como sus huevos rosaban mi frente y eso me encendió más, deje de acariciar los firmes senos de mi hermana y puse muy discretamente mis manos en los huevos de este cabrón.



Me imaginaba que no era joven, pero no me importo y los empecé a apachurrar cada vez con más fuerza sin dejar de lamer la jugosa vagina de mi hermana.



Estaba tan caliente que sin querer empecé a lamerle los huevos a este tipo, sus gemidos eran tan fuertes que pensaba que despertaría a mis padres.



No quise ser menos y decidí no contener más mi respiración, chupaba la húmeda vagina de mi hermana, así como los huevos de este tipo y en ocasiones hasta paseaba mi lengua en el ano de mi hermana mientras era penetrada por esa gruesa verga.



La curiosidad me gano y en un movimiento que hice alcance a ver la cara de quien penetraba a mi hermana y para mi sorpresa vi que era mi padre, de seguro estaba alcoholizado como cada fin de semana, su respiración empezó a ser más violenta, era evidente que estaba a punto de terminar.



Mi hermana dijo: “termina dentro de mi papi”, en ese momento confirme que era mi padre, quien penetraba a mi hermana y a quien yo chupaba sus huevos.



Ya no quise parar, sé que no soy puto pero gozaba mamar esos huevos y sentir con mi lengua su grueso pene mientras penetraba el ano de mi hermana.



Mi hermana casi gritaba diciendo: “así, así, así no paren, no paren”, mi padre dijo: “ya termino, aguanta hijita aguanta”, yo estaba tan caliente y a punto de terminar, pero tenía que aguantar hasta que terminara mi padre, sabía que su semen escurriría del ano de mi hermana y yo dispuesto a saborear el semen de mi padre.



Sin disimular mi padre grito: “ya, ya me vengo”, mi hermana le dijo: aguanta, aguanta yo casi también”, mi hermana mamaba y apachurraba mis huevos con gran fuerza, como si se la quisiera comer.



La respiración de mi padre sonaba durísimo, mi hermana gemía fuerte sin dejar de mamarme y de repente mi padre dijo: ya me voy a venir, mi hermana le dijo: noo, noo, quiero sentirlos en mi boca, se olvidaron de mí.



Mi hermana se bajó y se hincó, puso la verga de mi padre en su boca y le dijo: “ya termina sí, pero ya, ensucia mi boca con tu leche, hazlo ya, pero ya, estoy terminando papa”, definitivamente se olvidaron de mí.



Continuo mi hermana hincada mamando con gran fuerza la verga de mi padre hasta que por fin termino, se vino tan duro, que la leche de mi padre escurría por sus labios aunque fue evidente que se la quiso comer toda, mientras miraba tan erótica escena, yo solito continuaba masturbándome.



Cuando termino mi padre, solo acaricio su pelo y sin decir nada, agarro sus calzoncillos, se los puso y se fue.



Mi hermana, aun limpiando su boca de la leche que escurrió de mi padre me dijo: “tú no has terminado, yo te ayudare”, me recostó en el sofá y se montó en mi agarrando mi verga para penétrasela en su vagina.



Me empezó a besar apasionadamente, su cálida saliva mezclada con el semen de mi padre me excitaba de sobremanera, sé que no me gustan los hombres pero que rico sabían esos besos.



Tenía la verga durísima, mi hermana brincaba y en momentos hacia movimientos de cadera sensacionales, mientras yo fuertemente apretaba sus deliciosos senos, ya no aguantaba, los gemidos de mi hermana me excitaban tanto.



Le dije: “ya me voy a venir” y me dijo: “aguanta un poco que estoy terminando y quiero que también me los eches en la boca”, pocos instantes después se bajó, se hincó y me la comenzó a mamar con gran fuerza, yo veía claramente como metía un de sus dedos en su aun ardiente vagina.



Le dije: “ya me voy a venir”, ella me respondió: “si hermanito ya vente y dame toda tu lechita”, ya no pude contenerme y me vine en su boca, casi no le escurrió mi semen, aunque sentí como si me hubiera vaciado, pero aun así por unos minutos continuo lamiéndome la verga hasta dejármela sin rastro de semen o vestigios de sus jugos.



Después de haber probado el semen de mi padre de los labios de mi hermana, creo que entendí a mi hermana cuando se tragó toda la leche que me salió, no soy puto pero me gusto el sabor del orgasmo de mi padre.



Cuando me incorpore vi a mi padre que nos observaba, mientras se agarraba la verga que se le veía que estaba parada, mi hermana siempre supo que nos miraba.



La muy cabrona de mi hermana me mordió la verga, se levantó, acomodo su pelo con una liga y nos dijo: “a ver si después cogemos todos, esto fue maravilloso”, se retiró enseñándonos su muy, muy hermoso cuerpo y se metió a su recamara.



Mi padre me vio, sonrió y se fue a su recamara, como si nada, yo me quede como pendejo, sin entender como nuestra calentura nos motivó a esto.



Yo seguí viendo televisión, sin poder olvidar que riquísimo, me mamo la verga mi hermana, como me atreví a chupar los huevos de mi padre y sobre todo como me atreví a comer el semen que escurría de la boca de mi hermana.



Hoy que pienso en eso, llego a la conclusión que si mi madre se enterara de esa noche de calentura, seguro nos mata.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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