Soy Osita, la mujer de Osito27.

Soy rubia, delgada, con buenas curvas y una noche fuimos a Rosario a un club swinger que todos conocen.

Yo vestía una mini de Lycra azul muy apretada y sin nada debajo, mi figura sólo pedia vergas a montones. Osito se acomodó con una pareja joven y yo me le insinué a dos muchachos que parecían rugbiers. Se acercaron, conversamos y al rato pasamos a un reservado.

No perdimos tiempo, al segundo estaba mamándole las vergas a los dos. Marcelo tenía una pija descomunal, Luis, grande pero no tanto.

La boca no me alcanzaba para meterme la pija de Marcelo en la boca. Mamé y mamé hasta que la boca se me cansó.

Marcelo me acostó boca arriba, instintivamente me abrí de pierrnas y las levanté todo lo que hacía falta. Marcelo me hizo sufrir rozándome los labios sin meterla, con esa cabeza tan grande y tan deseada. Roqué qu me cojiera y el sonreía ante mis ganas. En un momento comenzó a cojerme, lentamete pero sin parar hasta que sus bolas se apretaron en mi concha, sentía sus pendejos duros y enrulados refregar mi concha y me enloquecía. Sentía que mi concha se abría, estiraba hasta el límite, que mis carnes eran castigadas por esa pija enorme, que mi vientre se revolvía ante sus movimientos.Su cuerpo me aplastaba y yo era tan feliz. Sentía que desde mi vientre, desde mis caderas, desde mis riñones me venía un espasmo orgásmico increíble. Creo que nunca ha acabado con esa intensidad..Comenzaron a ser inmediatos y tan frecuentes me hacían temblar.

Cuando quiso, me dio vuelta y quedé montada sobre él. Chupaba su pecho, sus axilas húmedas y saladas,Besaba su boca.

Sentí que Luis manoseaba mi culo, que metía el dedo con saliva y pronto sentí su cabeza en el agujero anal, inició una penetración, sentí que mis esfínteres se dilataban que mi tripa era abierta y rozada por esa pija tan deseada. También llegó hasta el fondo y poniendose de acuerdo bombeaban en conjunto. Me rompió el culo de manera definitiva y total Mis delirios se agudizaron, mi boca era una fuente de insulto, obcenidades y reclamos de más y más. Mi cuerpo comenzó a temblar en un orgasmo feroz y continuo, nada podía detener mi delirio. En un momento, los muchachos llegaron a su climax y derramaron en mi una catarata de semen caliente, sabroso, espeso y tan deseado. Sacaron sus vergas y me dieron de mamamr ese líquido que engolosiné en chupar y lamer. me cuidé muy bien de lavarme o secarme ese semen.

Cuando salimos del reservado, Osito todavía besaba a la joven con quien había cojido.

Volveremos pronto a que me sigan cojiendo y rompiendome mi hambriento oejte..