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Mujer despechada

~~Esther
 salió furiosa de la casa, se subió a su coche descapotable,
 y a toda prisa se alejo de allí rumbo a ninguna parte. Ella
 había tenido otra disputa con su marido. Comenzó a dar
 vueltas por la ciudad sin saber que hacer. Al fin aparco el coche
 y decidió ir al cine y después iría a un buen
 restaurante a cenar, penso que se lo merecía y además
 pagaría con la tarjeta para que se lo cargaran al capullo de
 su esposo. El cine estaba bastante lleno por lo que tuvo que sentarse
 entre dos parejas justo en medio de los hombres. Ella hubiera preferido
 tener a una mujer. Esther, apenas estaba por la película, pues
 sus pensamientos estaban dando vueltas a la ultima bronca marital.
 Una mano posada en su rodilla la volvió a la realidad. Hizo
 amago de llamar la atención a su vecino pero penso que quería
 saber hasta donde llegaba. El hombre, al ver que ella no reaccionaba,
 comenzó a subir su mano por la pierna de ella, con disimulo,
 para que su pareja no le viera. Esther estaba asombrada de como un
 desconocido le metía mano en las narices de su pareja. Lo encontraba
 divertido y excitante. El tipo se hizo mas osado y su mano llega a
 las bragas de Esther, ella iba a protestar cuando los dedos de él
 comenzaron a jugar con su clítoris. Un súbito placer
 inunda a Esther, cerró los ojos y decidió relajarse
 y dejar hacer a aquel tipo con sus hábiles dedos. Esther noto
 su coño húmedo, una calentura recorría su cuerpo,
 separo sus piernas para facilitarle la tarea a su vecino. Estaba con
 los ojos cerrados, disfrutando, haciendo esfuerzos por no gritar de
 placer cada vez que notaba un orgasmo, cuando noto otra mano. Era
 el otro hombre que tenia a su izquierda, él cual se percata
 de lo que sucedía y quiso participar también. Ahora
 con dos manos, Esther estaba yendo de un orgasmo a otro, el nuevo
 le cogió una mano y la llevo a su polla, la cual estaba fuera
 del pantalón. Había colocado encima su chaqueta para
 evitar miradas indiscretas. Esther comenzó a pajear al individuo
 el cual no tardo en soltar un chorro de leche, ella toma un pañuelo
 de papel y se limpio. Luego hizo lo mismo con el vecino de su derecha,
 pero ahora fue ella la que tomo la iniciativa. Le puso la mano en
 su paquete y desabrochándole el pantalón le saco la
 polla y lo masturbo. Al finalizar la película ella espero que
 se vaciara el cine para arreglarse el vestido, se fue al baño
 y se saco las bragas y las echo a la basura, estaban tan mojadas que
 se sentía incomoda. Cogió el coche, quito la capota,
 y salió en dirección a un buen restaurante de la ciudad.
 A cada semáforo la miraban, puesto que la falda no le tapaba
 nada y al ir con el coche descapotado se veía todo, absolutamente
 todo y eso era lo que ella quería, sentirse deseada, ser el
 centro de las miradas, de la lujuria, de la perversión. Llega
 al restaurante y dejo el coche al aparcacoches, al entrar, el maitre
 le pregunto si iba sola, ella le dijo – sí . La acompaño
 a una mesa que estaba casi en el centro del salón, a la vista
 de todos. Ella noto como la desnudaban con la mirada. Cuando llega
 a los postres el camarero se acerco con una botella de champagne
 Es invitación de aquellos caballeros – y señalo
 a una mesa donde había un grupo de 5 ejecutivos con aspecto
 de extranjeros. Esther acepto, se lleno la copa y mirando a su mesa
 hizo un brindis, ellos hicieron lo mismo. Cuando termino el postre
 un de los hombres de la mesa se acerco a Esther, se presento, eran
 ingleses y estaban en una feria y se preguntaban si no querría
 ella compartir su mesa. Esther accedió encantada, y más
 ante la perspectiva de pasar la noche sola y aburrida pues no quería
 regresar a casa y así darle una lección al cabron de
 su marido. El ingles hizo las presentaciones, ella dijo que sólo
 hablaba un poco su idioma (la realidad era que lo hablaba a la perfección
 pues para eso había ido a colegios de ‘pago’) le
 hicieron un sitio en la mesa y le pidieron un chupito. Ella, sentada,
 enseñaba toda su pierna, y seguramente algo más pues
 uno de los comensales comento en un rápido ingles – Creo
 que no lleva bragas – Esther, que lo entendió todo, sonríe
 y se acomoda en la silla de forma que ellos pudieran ‘ver más’.
Después de reír, y beber, era ya tarde y apenas quedaba
 gente en las mesas, los ingleses pagaron la cuenta, incluida la de
 Esther, y levantándose se fueron a la salida. Ellos al ver
 que ella iba con un auto descapotable intercambiaron miradas y comentarios.
 Uno de ellos comento – a ver si esta nos va a cobrar –
a lo que otro respondió – calla, que si ha de mantener
 ese coche será cara –Esther, se reía en sus adentros
 de los comentarios de los ingleses. Uno de ellos le pregunta si quería
 ir a una sala de fiestas que les habían recomendado en el hotel.
 Ella duda, pero acabo asintiendo puesto que no había un plan
 mejor y lo estaba pasando bien.
 Llamaron un taxi y tres se subieron, y los otros dos en el auto de
 Esther, llegaron a la sala de fiestas situada en los bajos del hotel
 en que estaban hospedados. Ella entra abrazada por los dos hombres,
 uno a cada lado. Esther, al ver la mirada del portero, noto que la
 confundían con una de esas chicas que frecuentan este tipo
 de locales, pero le importo poco, lo único que deseaba era
 no encontrarse a nadie conocido. En la sala de fiestas la mayoría
 eran ejecutivos, hombres solos y señoritas y alguna que otra
 pareja despistada. En la pista de baile estaba a rebosar, uno de los
 ingleses que había ido con ella en el auto la saco a bailar.
 Ella intenta guardar las distancias pero el tipo la apretó
 hacia él, un brazo le rodeo la cintura, sus pechos estaban
 firmemente apretados en el pecho de él, el otro brazo se deslizo
 hacia su culo. Esther noto el paquete que se apretaba junto a su vientre,
 y la intuyo enorme. A lo largo de las horas fue bailando con todos,
 y todos le repasaron el culo. Serian ya cerca de las 3 de la madrugada
 cuando decidieron retirarse. Uno de los ingleses invito a Esther a
 su habitación a tomar algo, ella iba ya tan bebida que lo encontró
 normal y acepto. Al llegar a su habitación vio que no entraba
 sólo su acompañante sino que entraban todos y otra chica
 que habían conocido en la sala de fiestas. La habitación
 era tipo gran suite. El alcohol comenzó a correr, la chica
 de la sala, a petición de los ingleses, comenzó a realizar
 un streptease. Esther miraba embobada, entre sorbo y sorbo de alcohol.
 La chica se queda con el tanga, dos ingleses se acercan a ella y comienzan
 a besarse los tres, Esther, que sigue absorta con el espectáculo,
 no se percata que los otros dos ingleses le están metiendo
 mano en su chorreante coño, mientras el tercero sé esta
 masturbando sentado en una silla frente a ellos. Esther no se da cuenta
 de ello, pero lleva el vestido subido hasta la cintura mientras los
 tres ingleses le están comiendo el coño y sus tetas,
 mientras, la chica se ha puesto a mamar las pollas de los otros dos.
 El grupo de tres ingleses se habían llevado a Esther a uno
 de los dos dormitorios, ella estaba a cuatro patas en la cama, una
 polla la follaba por detrás mientras chupaba las otras dos.
 Por el rabillo del ojo pudo ver a la chica montada encima de uno mientras
 el otro pugnaba por encularla. Esther puso su coño en la boca
 de uno de los ingleses que se había echado en la cama mientras
 con ambas manos tomo las dos pollas y siguió mamando, pasando
 su lengua por el glande, mordisqueando los testículos, cada
 vez con mas intensidad al unísono de la lengua que la estaba
 follando. Mientras los otros dos ingleses se corrían encima
 de la chica, luego se fue al baño a limpiarse. Los otros tres
 no perdieron el tiempo, Esther cambio la lengua en su coño
 por la enorme polla, el segundo le obligo a tragarse la polla hasta
 el fondo, y el tercero se subió en la cama y hábilmente
 le metió su polla por el culo. Esther nunca había estado
 con tres, a lo sumo con dos a la vez. Los orgasmos corrían
 uno detrás del otro, estaba agotada. La chica regresa justo
 cuando los tres habían terminado con Esther dejando sus agujeros
 llenos de leche. La chica echa a Esther boca arriba y la beso, fue
 bajando lentamente hasta introducir su lengua en su coño y
 lamer los jugos de ella y del ingles. Para Esther todo aquello era
 nuevo. Estaba la chica jugando con el clítoris de Esther cuando
 se sitúo dé forma que su coño quedara a la altura
 de la boca de Esther. Ella comenzó el mismo juego que la chica.
 Los ingleses, excitados por la escena de ambas chicas se acercaron
 a ellas y se pusieron a acariciarlas. Uno de los ingleses penetro
 de golpe a la chica por el culo, la chica sintió como la polla
 bombeaba su culo que ella hizo lo mismo con su lengua en el coño
 de Esther. Otro de los ingleses no quiso ser menos e hizo lo mismo
 con el culo de Esther. La enculo salvajemente. Ella estaba tan fuera
 de sí que con los ojos cerrados por el placer buscaba afanosamente
 con sus manos una polla, cogió la primera que encontró
 y se puso a masturbarla. Los dos ingleses fueron sustituidos por los
 otros dos, estos pusieron ambas chicas a cuatro patas, la una enfrente
 de la otra, mientras ellas se besaban ellos las enculaban por detrás.
 Toda la noche, ambas mujeres, fueron salvajemente enculadas por los
 cinco ingleses, al amanecer los ingleses pagaron a la chica y a Esther,
 ella era la primera vez que cobraba por algo que habría hecho
 gratis. Esther se ofreció a acompañar a la chica hasta
 su casa, cuando llego se besaron ante las miradas atónitas
 de los madrugadores, se intercambiaron los números del mobil.
 AL llegar a casa el marido de Esther le pregunto dónde había
 estado, ella, muy seca le dijo – follando – él
 respondió – ya quisieras tu Una mujer despues de una
 bronca con su marido acaba en la habitación de un hotel con
 unos ejecutivos Esther salió furiosa de la casa, se subió
 a su coche descapotable, y a toda prisa se alejo de allí rumbo
 a ninguna parte. Ella había tenido otra disputa con su marido.
 Comenzó a dar vueltas por la ciudad sin saber que hacer. Al
 fin aparco el coche y decidió ir al cine y después iría
 a un buen restaurante a cenar, penso que se lo merecía y además
 pagaría con la tarjeta para que se lo cargaran al capullo de
 su esposo. El cine estaba bastante lleno por lo que tuvo que sentarse
 entre dos parejas justo en medio de los hombres. Ella hubiera preferido
 tener a una mujer. Esther, apenas estaba por la película, pues
 sus pensamientos estaban dando vueltas a la ultima bronca marital.
 Una mano posada en su rodilla la volvió a la realidad. Hizo
 amago de llamar la atención a su vecino pero penso que quería
 saber hasta donde llegaba. El hombre, al ver que ella no reaccionaba,
 comenzó a subir su mano por la pierna de ella, con disimulo,
 para que su pareja no le viera. Esther estaba asombrada de como un
 desconocido le metía mano en las narices de su pareja. Lo encontraba
 divertido y excitante. El tipo se hizo mas osado y su mano llega a
 las bragas de Esther, ella iba a protestar cuando los dedos de él
 comenzaron a jugar con su clítoris. Un súbito placer
 inunda a Esther, cerró los ojos y decidió relajarse
 y dejar hacer a aquel tipo con sus hábiles dedos. Esther noto
 su coño húmedo, una calentura recorría su cuerpo,
 separo sus piernas para facilitarle la tarea a su vecino. Estaba con
 los ojos cerrados, disfrutando, haciendo esfuerzos por no gritar de
 placer cada vez que notaba un orgasmo, cuando noto otra mano. Era
 el otro hombre que tenia a su izquierda, él cual se percata
 de lo que sucedía y quiso participar también. Ahora
 con dos manos, Esther estaba yendo de un orgasmo a otro, el nuevo
 le cogió una mano y la llevo a su polla, la cual estaba fuera
 del pantalón. Había colocado encima su chaqueta para
 evitar miradas indiscretas. Esther comenzó a pajear al individuo
 el cual no tardo en soltar un chorro de leche, ella toma un pañuelo
 de papel y se limpio. Luego hizo lo mismo con el vecino de su derecha,
 pero ahora fue ella la que tomo la iniciativa. Le puso la mano en
 su paquete y desabrochándole el pantalón le saco la
 polla y lo masturbo. Al finalizar la película ella espero que
 se vaciara el cine para arreglarse el vestido, se fue al baño
 y se saco las bragas y las echo a la basura, estaban tan mojadas que
 se sentía incomoda. Cogió el coche, quito la capota,
 y salió en dirección a un buen restaurante de la ciudad.
 A cada semáforo la miraban, puesto que la falda no le tapaba
 nada y al ir con el coche descapotado se veía todo, absolutamente
 todo y eso era lo que ella quería, sentirse deseada, ser el
 centro de las miradas, de la lujuria, de la perversión. Llega
 al restaurante y dejo el coche al aparcacoches, al entrar, el maitre
 le pregunto si iba sola, ella le dijo – sí . La acompaño
 a una mesa que estaba casi en el centro del salón, a la vista
 de todos. Ella noto como la desnudaban con la mirada. Cuando llega
 a los postres el camarero se acerco con una botella de champagne
 Es invitación de aquellos caballeros – y señalo
 a una mesa donde había un grupo de 5 ejecutivos con aspecto
 de extranjeros. Esther acepto, se lleno la copa y mirando a su mesa
 hizo un brindis, ellos hicieron lo mismo. Cuando termino el postre
 un de los hombres de la mesa se acerco a Esther, se presento, eran
 ingleses y estaban en una feria y se preguntaban si no querría
 ella compartir su mesa. Esther accedió encantada, y más
 ante la perspectiva de pasar la noche sola y aburrida pues no quería
 regresar a casa y así darle una lección al cabron de
 su marido. El ingles hizo las presentaciones, ella dijo que sólo
 hablaba un poco su idioma (la realidad era que lo hablaba a la perfección
 pues para eso había ido a colegios de ‘pago’) le
 hicieron un sitio en la mesa y le pidieron un chupito. Ella, sentada,
 enseñaba toda su pierna, y seguramente algo más pues
 uno de los comensales comento en un rápido ingles – Creo
 que no lleva bragas – Esther, que lo entendió todo, sonríe
 y se acomoda en la silla de forma que ellos pudieran ‘ver más’.
Después de reír, y beber, era ya tarde y apenas quedaba
 gente en las mesas, los ingleses pagaron la cuenta, incluida la de
 Esther, y levantándose se fueron a la salida. Ellos al ver
 que ella iba con un auto descapotable intercambiaron miradas y comentarios.
 Uno de ellos comento – a ver si esta nos va a cobrar –
a lo que otro respondió – calla, que si ha de mantener
 ese coche será cara –Esther, se reía en sus adentros
 de los comentarios de los ingleses. Uno de ellos le pregunta si quería
 ir a una sala de fiestas que les habían recomendado en el hotel.
 Ella duda, pero acabo asintiendo puesto que no había un plan
 mejor y lo estaba pasando bien.
 Llamaron un taxi y tres se subieron, y los otros dos en el auto de
 Esther, llegaron a la sala de fiestas situada en los bajos del hotel
 en que estaban hospedados. Ella entra abrazada por los dos hombres,
 uno a cada lado. Esther, al ver la mirada del portero, noto que la
 confundían con una de esas chicas que frecuentan este tipo
 de locales, pero le importo poco, lo único que deseaba era
 no encontrarse a nadie conocido. En la sala de fiestas la mayoría
 eran ejecutivos, hombres solos y señoritas y alguna que otra
 pareja despistada. En la pista de baile estaba a rebosar, uno de los
 ingleses que había ido con ella en el auto la saco a bailar.
 Ella intenta guardar las distancias pero el tipo la apretó
 hacia él, un brazo le rodeo la cintura, sus pechos estaban
 firmemente apretados en el pecho de él, el otro brazo se deslizo
 hacia su culo. Esther noto el paquete que se apretaba junto a su vientre,
 y la intuyo enorme. A lo largo de las horas fue bailando con todos,
 y todos le repasaron el culo. Serian ya cerca de las 3 de la madrugada
 cuando decidieron retirarse. Uno de los ingleses invito a Esther a
 su habitación a tomar algo, ella iba ya tan bebida que lo encontró
 normal y acepto. Al
 llegar a su habitación vio que no entraba sólo su acompañante
 sino que entraban todos y otra chica que habían conocido en
 la sala de fiestas. La habitación era tipo gran suite. El alcohol
 comenzó a correr, la chica de la sala, a petición de
 los ingleses, comenzó a realizar un streptease. Esther miraba
 embobada, entre sorbo y sorbo de alcohol. La
 chica se queda con el tanga, dos ingleses se acercan a ella y comienzan
 a besarse los tres, Esther, que sigue absorta con el espectáculo,
 no se percata que los otros dos ingleses le están metiendo
 mano en su chorreante coño, mientras el tercero sé esta
 masturbando sentado en una silla frente a ellos. Esther
 no se da cuenta de ello, pero lleva el vestido subido hasta la cintura
 mientras los tres ingleses le están comiendo el coño
 y sus tetas, mientras, la chica se ha puesto a mamar las pollas de
 los otros dos. El
 grupo de tres ingleses se habían llevado a Esther a uno de
 los dos dormitorios, ella estaba a cuatro patas en la cama, una polla
 la follaba por detrás mientras chupaba las otras dos. Por el
 rabillo del ojo pudo ver a la chica montada encima de uno mientras
 el otro pugnaba por encularla. Esther
 puso su coño en la boca de uno de los ingleses que se había
 echado en la cama mientras con ambas manos tomo las dos pollas y siguió
 mamando, pasando su lengua por el glande, mordisqueando los testículos,
 cada vez con mas intensidad al unísono de la lengua que la
 estaba follando. Mientras
 los otros dos ingleses se corrían encima de la chica, luego
 se fue al baño a limpiarse. Los otros tres no perdieron el
 tiempo, Esther cambio la lengua en su coño por la enorme polla,
 el segundo le obligo a tragarse la polla hasta el fondo, y el tercero
 se subió en la cama y hábilmente le metió su
 polla por el culo. Esther nunca había estado con tres, a lo
 sumo con dos a la vez. Los orgasmos corrían uno detrás
 del otro, estaba agotada. La
 chica regresa justo cuando los tres habían terminado con Esther
 dejando sus agujeros llenos de leche. La chica echa a Esther boca
 arriba y la beso, fue bajando lentamente hasta introducir su lengua
 en su coño y lamer los jugos de ella y del ingles. Para Esther
 todo aquello era nuevo. Estaba
 la chica jugando con el clítoris de Esther cuando se sitúo
 dé forma que su coño quedara a la altura de la boca
 de Esther. Ella comenzó el mismo juego que la chica. Los ingleses,
 excitados por la escena de ambas chicas se acercaron a ellas y se
 pusieron a acariciarlas. Uno
 de los ingleses penetro de golpe a la chica por el culo, la chica
 sintió como la polla bombeaba su culo que ella hizo lo mismo
 con su lengua en el coño de Esther. Otro de los ingleses no
 quiso ser menos e hizo lo mismo con el culo de Esther. La enculo salvajemente.
 Ella estaba tan fuera de sí que con los ojos cerrados por el
 placer buscaba afanosamente con sus manos una polla, cogió
 la primera que encontró y se puso a masturbarla. Los
 dos ingleses fueron sustituidos por los otros dos, estos pusieron
 ambas chicas a cuatro patas, la una enfrente de la otra, mientras
 ellas se besaban ellos las enculaban por detrás. Toda
 la noche, ambas mujeres, fueron salvajemente enculadas por los cinco
 ingleses, al amanecer los ingleses pagaron a la chica y a Esther,
 ella era la primera vez que cobraba por algo que habría hecho
 gratis. Esther
 se ofreció a acompañar a la chica hasta su casa, cuando
 llego se besaron ante las miradas atónitas de los madrugadores,
 se intercambiaron los números del mobil. AL
 llegar a casa el marido de Esther le pregunto dónde había
 estado, ella, muy seca le dijo – follando – él
 respondió – ya quisieras tu

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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