El campo de mi abuela tiene una gran casa y todo un parque alrededor, con árboles, arbustos y mucho cesped. Allí nos juntábamos varios primos para jugar todo el día.

Al anochecer, los arbustos eran nuestro mejor escondite. Les cuento de mis primos: Carlos, de 15, pija no muy grande; Felipe, 15 años y enorpe pija, recta, y bien cabezona; yo, 12 ños y pija mediana y boca hambrienta; Raúl de 11 y un culito rdondito, paradito, con una fina pelusa en su piel y Juanchito, de 10 y desde los 8, hembra fija de Felipe.

Yo acostumbraba a mamarle la verga a Carlos mientras Felipe lo clavaba a su hermanito menor, luego yo gozaba de Raúl, que se había calentado conmigo.

En realidad, no me había fijado bien en la verga de Felipe, pero desde el día que me fijé sólo vivía para refregarsela sobre el palantalón mientras hacíamos futbol.

Una noche, hincado en el cesped me la mostró y, mi madre, me enloquecí, comencé a mamarsela con ganas, lamerla, lamerle las bolas, todo lo posible, así pasaron unos días hasta que abandoné a Carlos y me puse en cuatro ante Felipe. Escupió sobre su glande y me la fue enterrando hasta el fondo mientras yo le mamaba la pija a mi "hembrita" Raúl. Felipe me acabó en el culo y fue genial, como para hacer historia. Desde ese momento dejé de culear con Carlos, cosa que hacíamos casi todos los días en un te doy y tu dame, escondidos en pozo de desagüe seco. Puedo decir que los dos años que fuimos amantes con Felipe fueron mi felicidad.

Tambiém fue magnífico las culeadas diarias que le daba a Raúl, que cuando la tenía adentro, apretaba el culito para que no se la sacara.

También debo decir que culee con tres primas: Lidia, Elsa y Graciela, cada una de ellas dándome lo mejor, incluso sus culos. Debo decir que Graciela también cogió con su hermano Raúl.

Bueno, así era mi familia