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Mi vida es un sueño (3)

Descolgué mientras iba casi corriendo a mi habitación para que no me escuchase nadie hablar con ella.



Dime guapa, ¿que tal estas? – dije al contestar.



Bien corazón. Oye ¿que haces el miércoles por la tarde? –me preguntó.



Pues si tu quieres nada, ¿por que?



Es que el fin de semana hay una cena y quiero que vengas conmigo, pero quería llevarte el miércoles a comprarte un traje a medida. ¿Te parece bien?, ¿ te apetece ir?



Si claro que me apetece, pero crees que es buena idea, no se, me parece muy raro estar contigo en sitios con tanta clase. –dije



Tu eres mi niño, y tu vienes conmigo. Tu no te preocupes por nada. –me respondió.



Al día siguiente volvimos a hablar por teléfono y el martes también. Éramos como un par de enamorados que hablan con cualquier excusa por teléfono. El miércoles quedamos para ir al centro a comprarme el traje. Entramos en una tienda y saludo a un hombre mayor que vino a saludarnos.



Hola Milagros, cuanto tiempo sin venir por aquí. ¿Que tal estas? Te veo divina.



Hola Pedro. Es tuve muy ocupada últimamente. A ver si un día te llamo y quedamos a tomar algo por ahí. Pero ahora mira, este es Juan, es mi "apadrinado". –dijo riéndose



Hola Juan, un placer.



Hola.- dije yo tímidamente.



Bueno Milagros y ¿como quieres vestirle?, porque supongo que es para él, ¿no? –decía Pedro mientras me daba una vuelta mirándome y tocándome los hombros y la cintura.



Si quiero que le encuentres un traje. Ya sabes lo que me gusta, uno bueno y muy bonito. Que llame la atención en la fiesta a la que iremos, aunque con esos ojos necesita poco más. –dijo mientras me agarraba del moflete y me daba un pico en la boca.



Eso esta hecho, venid por aquí. –dijo Pedro mientras echaba a andar hacia una puerta de espejo.



Me probé varios trajes elegidos por Milagros. Pedro aprovechaba la menor arruga del traje para sobarme un poco aquí y otro poco allá y Milagros parecía divertirse viendo mi cara cada vez que tocaba. Al final eligió un traje azul oscuro de una tela muy suave y una camisa de seda con la corbata a juego. Me ajustaron el traje a medida y por fin salimos de aquella tienda.



Nos tomamos un café en un bar cerca de Sol y charlamos sobre la fiesta del sábado. No me dijo mucho solo que era una fiesta de negocios en la que se movía mucho dinero porque había futuros negocios en juego. Seguimos hablando hasta que se hizo algo tarde y me fui a casa. La semana pasó lenta sin ver a Milagros hasta el sábado.



Fui a casa de Milagros y allí tenía el traje. Fui bien afeitado y me vestí allí en su casa. Ella se puso un traje largo de fiesta de color rojo. Iba estupenda. Estuvimos besándonos y yo la sobaba su culo que con el traje le hacía estupendo.



Llegamos a la fiesta. Empezaba siendo unas copas y luego habría una cena. Milagros me empezó a presentar a gente. Iba todo el mundo muy elegante. Las mujeres, casi todas maduras, llamaban la atención por su belleza y sus cuerpos. Nada mas llegar vimos al pintor.



Hola Carlos, me alegro que pudieses venir. ¿te acuerdas de Juan? –dijo Milagros acercándose a él.



Claro que si. Ya te ha engañado para venir, ¿no? –me dijo mientras estrechábamos las manos.



Si, no le puedo decir que no a nada. –dije yo riendo.



Oye y Katia ¿no ha venido? –preguntó Milagros.



No, no ha podido; ya te contaré. –dijo Carlos guiñando un ojo. –Perdonadme, voy a saludar a Begoña. –y diciendo esto se fue a dar dos besos a una mujer bastante mayor y algo gordita, pero muy bien arreglada y con muchas joyas.



Begoña es una vieja millonaria que compra muchos de los cuadros más caros a Carlos. Ella dice que sus obras le dan una serenidad y calma a su mansión, pero la verdad es que se quiere cepillar a Carlos. Dice que le gustan jovencitos.



Pero si Carlos debe tener unos 40, ¿no? –dije yo



Si, tiene 44 pero ella tiene 63, así que cualquiera es jovencito para ella. –me dijo al oído. – Tú seguro que le encantarías.



Después me dejó hablando con Alba y Soledad. Según me dijo Milagros no eran lesbianas pero algo había entre ellas. Se pasaban el día juntas gastándose el dinero de los respectivos maridos. Alba era una mujer de 35 años con un cuerpazo y una melena pelirroja rizada que llamaba la atención. Soledad era mas mayor, tenía 46 años y la gravedad había empezado a hacer su efecto, pero aun así era una preciosa mujer rubia. Estuve hablando con ellas hasta que vino Milagros para presentarme ante un matrimonio amigos suyos.



Chicas os le robo unos minutos. –dijo mientras me agarraba de la mano y me llevaba ante el matrimonio.



Mira Juan, este es Darío y su mujer Pamela.- me dijo mientras yo le daba la mano a Darío y dos besos a Pamela.



Encantado.



Igualmente Juan, Milagros me ha hablado mucho de ti, y eres mucho más guapo de lo que había dicho. –dijo pamela mientras me acariciaba la cara.



Oye, que estoy delante. –dijo Darío con voz de guasa.



Da igual, no te puedes comparar a este chico en nada. –dijo su mujer dándole un codazo y riéndose.



Me ponéis colorado. –dije yo sin saber muy bien que decir.



Pamela es amiga mía del colegio. Nos conocemos desde hace muchos años.



Pamela era una mujer grandona de 52 años y algo gordita pero con unas grandes tetas. Era morena de pelo a media melena y una cara muy morbosa. Darío era un hombre poco mas bajito que ella, bien afeitado y algo cuidado porque no tenía la típica barriga cervecera. Era un matrimonio muy majo.



Después me presentó a su jefe. Era un hombre de 58 años, se llamaba Salvador y su segunda mujer, Victoria de 44 años.



Hola Salvador, mira este es Juan, mi prometido. –dijo Milagros riéndose.



Hola chaval. Ya me dirás el secreto para haberte ligado a la fría y calculadora Milagros. Yo lo intenté durante años pero no hubo manera.- dijo mientras me estrechaba la mano.



Pues yo tampoco me le explico.- dije devolviéndole el saludo y sonriendo.



¿Le has presentado ya a Mercedes? –dijo Salvador mirando a Milagros.



No, aun no ha llegado, pero en cuanto llegue se le presento. No te preocupes.



Yo me quedé mirando a Milagros para ver si me explicaba por que tenía que conocer a Mercedes, pero en lugar de eso me presentó a mas gente. Antonia, una mujer con el pelo corto y 45 años y dueña de una cadena de joyerías. Era muy guapa pero nada comparado con su hija Esmeralda de 21 años. Era morena de pelo negro brillante y unos pechos perfectos al igual que su culo. Yo me quedé absorto mirándola mientras le daba dos besos cosa que ella notó y sonrió. También me presentó a Ruth, una mujer de pelo corto y 37 años. Tenía una tienda de antigüedades en el centro. Armando de 50 y Fátima de 33. Él tenía un concesionario de vehículos de lujo. Y por último me presentó a Nicolás y Lorena. Nicolás tenía 45 años y era dueño de un pubs distinguido y Lorena, su pareja de 24 años, había sido camarera de ese local hasta que empezó a salir con él.



Yo me preguntaba quien era toda esa gente, y Milagros me dijo que eran inversores y accionistas del hotel además de clientes distinguidos y amigos que conviene tener. Me dijo que era muy joven para entender como se movía el mundo, pero que lo aprendería pronto.



Llegamos a la mesa y nos sentamos junto con Alba y Soledad. Empezamos a cenar. La verdad es que la cena estaba de muerte. Era todo de mucha calidad y estaba riquísimo. Al empezar a cenar me dijo que mirara a la mujer que estaba sentada al lado de Salvador. Esa era Mercedes. Era una mujer de 59 años, no muy guapa, pero si muy morbosa. Tenía un cuerpo delgado y pechos firmes operados. Tenía una melena rubia larga y era dueña de una cadena de hoteles en la costa. Heredó los hoteles al morir su marido en extrañas circunstancias. La cena transcurrió con normalidad. Después de la cena hubo un pequeño baile en las salas del hotel y había barra libre, lo que significaba que casi todo el mundo iba algo pasado de copas. Milagros me presentó a Mercedes. Era una mujer muy simpática y muy amable además de tener una conversación muy agradable. Al poco de estar hablando llegó Salvador y sacó a bailar a Mercedes y nos quedamos Milagros y yo. Entonces me dijo que Mercedes era una persona muy importante para ella porque estaba a punto de cerrar un trato millonario con ella. Yo escuchaba todo lo que me decía Milagros mientras veía como Salvador y Mercedes bailaban.



Pasaron las horas y todos estábamos algo más "contentos". Vi que Mercedes estaba toda la noche a mi lado y hablando conmigo. Milagros estaba hablando mucho con Salvador y mirándonos mucho. Yo estaba algo mosqueado pero en esto que Milagros vino y me agarró dejando a Salvador hablando con Mercedes. Yo iba de la mano de Milagros y me llevó a los servicios. Cerró la puerta y empezó a besarme. Y meterme mano por todos lados.



Mira Juan, me tienes loca, pero te tengo que pedir un pequeño favor. –me dijo mientras me besaba con frenesí



Si, dime que es. –conteste yo dejándome llevar y sobandola las tetas.



Ya te he explicado que estamos pendientes de Mercedes para que firme un acuerdo con nosotros. Y ella me ha dicho que le gustas mucho. Vamos que se ha encaprichado de ti. – entonces yo la interrumpí.



Ya sé por donde vas, pero tu y yo...



Tu y yo seguiremos igual, pero esto son negocios. No te lo pediría pero es muy importante para mí que Mercedes se vaya contenta y firme esos papeles. Por favor amor, déjate llevar y haz todo lo que te diga. Esta en juego mi futuro.



Pero... –no me dejo acabar y me beso en los labios dándome un fuerte abrazo.



Salimos fuera y Mercedes vino hacía mi a sacarme a bailar. Mientras me llevaba de la mano yo mire a Milagros y asintió con la cabeza. Yo estuve bastante tiempo con Mercedes y la fiesta se fue acabando. Milagros vino a la mesa en la que estábamos y nos dijo que se encontraba algo mal, y que un taxi la llevaría a casa. Yo me ofrecí a acompañarla pero me dijo que me quedara acompañando a Mercedes para no dejarla sola el resto de la noche. Milagros se fue y Nicolás vino a decirnos que nos fuéramos a continuar la noche en su pub. Mercedes se agarró a mi mano y me dijo que no quería perderse en Madrid sola. Nos llevó un coche del hotel a Nicolás, Lorena, mercedes y a mí. El resto fue en otros coches.



Llegamos al pub y estuvimos tomando alguna que otra copa. Nicolás estuvo muy amable conmigo y con Mercedes y yo me entretuve charlando con Lorena, ya que al ser de mi edad teníamos algunas cosillas en común. La noche se pasó rápida. Baile varias veces con Esmeralda y alguna con su madre. Otras tantas con Lorena. Fue una noche interesante.



Ya casi a las cinco de la mañana mercedes se puso más cariñosa y puso su mano en mi pierna. Me dijo algo al oído a lo que yo la mire y le dije que cuando quisiera. Sin mas nos fuimos en un coche al hotel y subimos a la suite en la que se hospedaba Mercedes y allí empezamos a besarnos. Empecé a besarla el cuello mientras echaba su cabeza hacía atrás para dejármelo libre entero. La besaba por todo su ya arrugado cuello, chupándolo y lamiéndolo, mientras ella me abrazaba agarrandome la espalda y bajando sus manos hasta mi culo. Mercedes me había puesto a mil y además le estaba haciendo "un favor" a mi amiga Milagros, aunque pensé que lo nuestro era más intenso, pero mientras estaba pensando en Milagros, mercedes me bajó la cremallera del pantalón y metió su mano para acariciar mi polla.



En ese momento se me olvidó Milagros y me centré en lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Sacó mi polla y la empezó a masturbar, cuando de repente me empujó hacia la cama y se colocó a cuatro patas encima de mí. Se echó la melena a un lado, y mirándome se metió mi polla en su boca. Aquella mujer de 59 me la estaba chupando. Yo no me lo podía creer. Lo hacía muy bien. Se metía la polla mientras llevaba el ritmo con su mano. Paró para quitarme los pantalones y también la camisa. Después su puso encima de mi cara y subiéndose el vestido poco a poco mientras se acercaba mas a mi cara. Llevaba un mini tanga negro y blanco. Se lo echó a un lado dejándome a la vista todo su coño sin ningún pelo. Yo me quedé fijamente mirándolo mientras ella lo acercaba a mi boca. Saque la lengua empecé a lamer sus labios vaginales. Pasé mi lengua de arriba abajo una y otra vez mientras notaba como se iba humedeciendo. Ella movía su cuerpo acorde con mi lamida y se paraba cuando mi lengua llegaba a la entrada de su vagina. Yo la metía todo lo dentro que podía mientras con mis manos separaba los labios y usaba mis dedos para toquetear toda la zona. Mi polla estaba erecta y ella de vez en cuando llevaba una de sus manos para tocarme un poco.



Una de esas veces, se quitó el vestido y se quedo desnuda delante de mí. Me miró y se bajó hacia mi polla, se la metió de un golpe en su coño. Yo casi me corro de gusto pero ella empezó a cabalgarme mientras me arañaba el pecho. Allí estaba yo, con una mujer de 59 años rubia, con unos pechos preciosos y con mi polla dentro de ella. Noté como se corría mientras los espasmos apretaban mi polla. Luego ella dejaba salir completamente mi polla para luego insertársela de nuevo hasta el fondo. Haciendo esto, yo no dure mucho y me corrí dentro de su coño. Cuando termine de echarle chorros de semen ella se tumbo a mi lado y me dijo que la tocara. Yo baje mi mano y la toque metiéndola mi dedo. Mi semen salía de su vagina y me pringaba los dedos. Ella me agarró la mano y se la llevó a su boca chupando mis dedos llenos de mi semen. Entonces se puso al revés haciéndome un 69 y se metió mi polla en su boca. Mi semen empezó a chorrearme en la cara, pero al notar como ella me la mamaba y me tocaba mis huevos incluso algunas veces pasaba sus dedos por el agujero de mi ano, yo me anime y la lamí el coño, tragándome algún resto de mi semen mezclado con sus fluidos que eran muchos. Ella me tocaba y me mamaba tan bien, que mi polla empezó de nuevo a estar firme. Pero ella siguió mamando.



Yo pasaba mi lengua por el agujero de su ano y ella pasaba sus dedos por el mío. Yo me decidí a parar mi lengua en su ano y ella hizo lo mismo con uno de sus dedos. Su saliva resbalaba desde mi polla hasta mi ano, así que estaba bastante bien lubricado. Hice un poco de presión con mi lengua en su ano y ella hizo lo mismo con su dedo. Yo metí la puntita de mi lengua en su ano y ella metió también la puntita de su dedo en mi ano. Me gustó ese juego. Todo lo que hacía yo, lo reproducía ella. Entonces yo deje bien ensalivado su ano y seguí lamiéndola el coño, pero note que su dedo no se quitaba de mi ano. Sentí como se sacó mi polla de su boca y bajo su lengua hacia mi ano. Yo levante un poco las caderas y ella paso su lengua por mi ano para inmediatamente después meter ese dedo hasta lo mas dentro de mí. Yo me estremecí pero ella bajo su coño para taparme la boca a la vez que le servía para restregarme sus fluidos por mi cara. Entonces sacó el dedo de mi culo y se colocó a cuatro patas. Yo me puse detrás de ella de rodillas y fui a meter mi polla en su coño, pero ella agarro mi miembro y lo puso en la entrada de su ano. Fue echando su culo hacia atrás y mi polla se fue metiendo en su culo. Yo la tenía agarrada por la cintura y una vez que terminó de entrar ella empezó un vaivén que a mí me volvió loco. Ella se tocaba el coño mientras yo la penetraba el culo. Yo aguante poco. La presión sobre mi polla era de lo mejor y terminé corriéndome en su culo. Ella al notarlo se separó, se limpió y me beso.



Me dijo que había sido maravilloso, pero que ahora había que dormir. Me quedé con ella lo que quedaba de noche que no era nada porque eran ya más de las 8 de la mañana. Dormimos desnudos abrazados hasta mas de las 3 de la tarde. Entonces nos levantamos y bajamos a comer. Todo muy deprisa porque ella se tenía que ir a Alicante y no quería llegar muy tarde. Me despedí de ella diciéndola que había sido increíble y que esperaba volverla a ver. Ella me dijo que sin duda que nos veríamos. Nos dimos dos besos, se montó en su coche. Cuando yo cerré la puerta, ella dijo al chofer que arrancara y desapareció al doblar la esquina. Yo entonces llame a Milagros, porque tenía que ir a su casa a por mi ropa, pero en ese instante apareció detrás de mí.



¿Qué tal se lo ha pasado mi niño? –me preguntó entono irónico como sabiendo la respuesta.



¿Tu no estabas mala? –dije con aire de enfadado.



Esta es una historia de lo que me pasó no hace mucho tiempo y he querido compartir. Puede que algunos de los datos, nombres y hechos de la historia hayan sido cambiados o sean inventados; o puede que todo sea totalmente cierto. Si quieres ponerte en contacto conmigo para cualquier cosa o simplemente para comentarme algo o darme algún que otro consejo sobre mi forma de escribir, o cualquier otra cosa, lo puedes hacer .


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 14-04-2017 07:13:51

Excelente muy excitante.

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