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Categoría: Incestos

Mi tía regresa a casa pero yo la hice venir

Mi tía regresa a casa después de estar estudiando la universidad en otro país, ella ha vivido con mi madre mucho antes que yo naciera, mi madre se hizo cargo de ella desde que mis abuelos ya no viven, yo con 20 años y ella con 26 volvía hecho un cuero los años no pasaban en vano, mucho más guapa de cuando se fue y con un cuerpazo que me impresiono al verla; sus pechos parecían más grandes de lo que recordaba y con una cintura de infarto y que decir que sus caderas fácilmente podía ser modelo de jeans, siempre nos hemos llevado muy bien a pesar que ha pasado muchos años sin verla, antes que se fuera por tema de espacio con mi tía compartíamos habitación era como si tuviera una hermana mayor.



Los planes de mi tía consistían en vivir con nosotros buscar empleo y de una vez independizarse, mi madre la recibió con los brazos abiertos, a mi tía le agrado la idea de seguir compartiendo habitación conmigo, le ayude a llevar su maleta hasta mi habitación, es un habitación bastante grande aun habiendo dos camas y mis muebles de ropa y de mi pc al igual un baño privado para mí solo que ahora compartiré con mi tía, mientras desempacaba entablábamos una charla muy amena cabe mencionar que tanto mi tía como mis padres y yo siempre seguimos con la comunicación aun así me preguntaba de los estudios, de mis amigos, de las últimas vacaciones mientras que ella también trataba de contarme todo lo vivido en la universidad.



Al llegar la hora de dormir se tornó un poco raro, yo dormía solo en calzoncillos aun así con la confianza que le tenía a mi tía me daba vergüenza que me viera en paños menores andando por mi cuarto así que saqué un pijama y me la puse mientras mi tía estaba en al baño, pero los ojos casi se me salen cuando la veo salir del baño sin su pantalón y andando solo en pantaletas y con una pequeña blusa de tirantes que evidenciaban que no tenía sostén, rápidamente mis ojos se fueron a su trasero las pantaletas solo le cubría la mitad de cada nalga pero a ella no le importaba darme la espalda mientras tomaba un peine y se hacía una cola, mis ojos la seguían con cada movimiento y mi miembro rápido empezó a reaccionar empecé a tener un erección, era la primera vez que veía en vivo a una mujer con poca ropa y tan guapa como mi tía, entre al baño y me hice una paja imaginándome el culo medio desnudo de mi tía así logre que se me bajara la intensidad de mi pene, seguimos platicando mientras nos acostábamos y al cabo de un rato me que dormido.



El amanecer escucho que mi tía está saliendo del baño después de ducharse me hice el dormido, llevaba puesto la toalla en la cintura una blusa manga larga y otra toalla envuelta en su cabeza, empezó a buscar algo en la gaveta que lleno la noche antes y saco un calzón de encaje color rosado y de un tirón se despojó de la toalla que llevaba en la cintura dejando al desnudo su hermoso trasero que era lo único que ponía a mi vista mientras agarraba la toalla y se empezó a secarse la panocha para luego ponerse la sexy lencería que había escogido dejando al descubierto más de la mitad de cada nalga, espere a que se pusiera su pantalón para poder despertarme y correr al baño con la excusa de darme una ducha pero no quería otra cosa más que hacerme otra paja pensando en el desnudo culo de mi tía, tuve la eyaculación más abundante que jamás había experimentado.



Al igual que la noche anterior me tía se quedó a dormir solo con su calzón y una blusa de tirantes dándome un gustazo poder apreciar ese espectáculo que se paseaba por todo mi cuarto en paños menores mientras teníamos charlas triviales y otra vez no me pude resistir a hacerme otra paja pensando en las piernas desnudas de mi tía y su culo medio desnudo que paseaba a escasos centímetros de mí, al amanecer otra vez no estaba mi tía en su cama y no se oía que corriera agua en la ducha el pene me explotaba de las ganas de hacer pis, abrí de un solo tirón la puerta del baño pero casi caigo de espalda porque mi tía se encontraba adentro esta vez con una toalla en la cintura pero con las tetas al aire mientras se cepillaba sus dientes, la cara me ardía de vergüenza al ver las tetas al aire de mi tía que eran bastante grandes y redondas para nada caídas con unos inmensos pezones que los tenia extremadamente erectos, lo único que pude decir fue:



Yo – Perdón tía, la puerta estaba sin seguro pensé que ya no estabas.



Tía – No te preocupes la costumbre de vivir solo con mujeres, pero entra no tengas pena eres mi sobrino, querías darte una ducha no te preocupes por mí que soy tu tía y no hay nada que yo no te he visto – soltando una leve sonrisa como de broma y sin ni siquiera querer tapar sus pechos desnudos siguió cepillándose sus dientes.



Yo – Solo quería orinar si no te molesta…



Tía – Oh no para nada es tu cuarto de baño y yo soy la que estoy invadiendo – con una sonrisa de oreja a oreja.



Le di la espalda y me saqué el pene que ya lo tenía muy empalmado y antes que tuviera alguna erección empecé a orinar con la compañía de mi tía a escaso un metro de mí, esa mañana mientras me estaba bañando me di otra tremenda paja imaginándome a mí tía con sus las tetas al aire libre y como no le importo ni un poco que se las viera.



En la noche otra vez mi tía andaba por mi cuarto en paños menores una blusa de tirantes pero ahora con una tanga que dejaba su culo al descubierto, contemplando como esa tanga se le escondía entre ese par de nalgas, para entonces ya cargaba otra erección solamente se me pudo bajar al darme otra paja dedicándosela a mi tía como todas las anteriores, al amanecer me di cuenta que mi tía ya no estaba en el cuarto fui al baño y creyendo haberme perdido algún espectáculo de parte de mi tía me metí a la regadera al pasar algunos minutos escucho que la puerta del baño se abre saque mi cabeza por la cortina y allí estaba mi tía entrando al baño.



Tía – Hoy me ganaste la regadera, hoy sí que madrugaste más



Yo – Pensé que ya te habías bañado – se lo decía en un tono de disculpa.



Tía – Ya que, no te importaría si me meto contigo a la regadera, así como en los viejos tiempos.



Yo – Si claro que me puedes acompañar – me costó que me salieran las palabras y no lo podía creer lo que mi tía me estaba proponiendo, se iba a meter a bañar conmigo.



Sin nada más que decir se despojó de la bata que tenía y que le llegaba hasta las rodillas, ya solo tenía puesta la tanga de la noche anterior pero que rápidamente se deshizo de ella quedando delante de mi completamente como dios la trajo al mundo pudiendo ver al fin lo único que me faltaba verle a mi tía su panocha completamente depilada, sus labios vaginales eran baste más oscuros que toda su piel y baste mucho más grandes de lo que me los pude haber imaginado le sobresalían y le colgaban como dos pulgadas, me quede congelado como ver todo ese cuero caminar asía mí, corrí la cortina invitándola a entrar y también dejando delante de ella todo mi cuerpo desnudo a su vista ella abrió mucho más sus ojos y con una voz de asombro dijo:



Tía – Pero que gran pija sobrino, como cuanto a de medir



Yo – No se tía nunca la he medido, crees que es grande?



Tía – Claro que sí, así empalmada como la tienes yo digo que mide 15 centímetros, nunca había visto algo igual, ya tu madre me había mencionado algo de esto el primer día que vine y sabía que iba a compartir tu cuarto conmigo, me dijo que por accidente te la vio fue muy rápido y creyó haber visto mal, ya quiero vértela cuando se te pare. – Así que se metió conmigo a la ducha y con su mano me la empezó a menear y me pene empezó a crecer entre las manos. – Sobrino tu pringa seguro que mide más de 20 centímetros déjame saborearla. - Me la siguió meneando sin parar por un buen rato, luego se agacho y se la engullo en la boca y me la empezó a mamar solo veía como mi pene se perdía entre su boca, sentía como la punta de mi pene se introducía en su garganta y con mucha experiencia no le costaba a mi tía tener todo mi pene en su boca hasta que ya no pude más me corrí dentro de mi tía llenándole la boca con mi semen que ella trago con mucha satisfacción siguió chupando hasta dejarme totalmente limpia la cabeza de mi pene, apago la regadera y sin decir ninguna palabra me llevo hasta su cama, le puso seguro a la puerta y me empujó hacia la cama, mi pene a pesar de la corrida que había tenido y viendo andar en pelotas a mi tía por todo el cuarto ya se encontraba listo para la acción, me monto agarro mi pene y lo dirigió a su vagina y muy lentamente pero con facilidad me empecé a introducir en mi tía solo cerro sus ojos y se mordió el labio inferior y con un gesto de placer hizo desaparecer mi pene dentro de sus entrañas, era la sensación más jodidamente sabrosa que jamás había experimentado en mi vida mientras mi tía empezó a cabalgar clavándome una y otra vez dentro de ella sus pechos empezaron a rebotar de los grandes que eran, mis manos fueron directo a su trasero y le masajeaba las nalgas mientras seguía con las embestidas hasta que llego a su clímax dejándose venir con un grito ahogado siguiéndola también con una corrida que le volví a llenar ahora su vagina se tumbó sobre mi pecho y pode sentir el contacto de sus tetas contra mi pecho.



Tía – Por favor déjame seguir disfrutando de tu pene.



Seguimos cogiendo a toda hora y cuando a ella se le pegaba la regalada gana y yo nunca le negué ninguna vez alguna cogida a deshoras o lugares prohibidos.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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