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Mi tia Lucia. Madura complaciente. (2)

Después de lo sucedido con mi tía, durante lo que quedo de día, no la quitaba ojo y deseaba follarmela en condiciones. Durante la cena solo pensaba cómo hacer para esa noche tenerla. En un momento dado Manuel saco el tema de la playa, si no me gustaba, contestándole que no sabía a cuál ir, que todavía no conocía nada de allí. Él me dijo que hasta que no estuviera recuperado del todo no iría, pero que podíamos ir la tía y yo. Que ella desde que paso lo del accidente no volvió a ir. A lo que yo añadí que por mí no habría problema, que me gustaría ir, porque tener el mar tan cerca y no bañarse era un pecado.



Así que mi tío dejo zanjado el tema para que fuéramos a la playa, ya que el aprovecharía para ir al laboratorio.



-Vale iremos a la playa. Dijo mi tía. Pero eso si vamos tempranito para estar aquí antes de comer.



-Sin problemas a la hora que tú digas. Dije yo.



Acabamos de cenar y yo estaba loco por meterle mano, pero mi tío por ahí rulando y luego Natalia siempre por el medio no había manera. Al final nos quedamos mi tío y yo solos en el porche, lo que aprovecho para tirarme indirectas sobre mi tía. Si la veía guapa, si la veía atractiva, etc. Yo me hacia el disgustado diciéndole que era mi tía, que además era igualita o casi igualita que mi madre, que sí que era la tía más guapa que tenía, la más simpática… al oírme decir eso se quedó con cara apesadumbrada.



Apareció mi tía y pregunto de que hablábamos, yo rápidamente como en plan inocente dije que de lo guapa y simpática que era mi tiita. Ella me dijo que zalamero y pelota que era. Pero a mi tío note como lo miraba, que el cuándo la vio se quedó blanco.



Salió Natalia y se sentó en el porche también, mi tía le pregunto por cosas de su país y yo decidí irme a dormir. Me despedí de todos dando un beso a mis tíos, pero cuando lo hice a mi tía y como quedaba de espaldas al resto, al darla los dos besos en las mejillas, la pase mi lengua por los labios. Ella se quedó alucinada pero sonrió.



Yo subí a mi habitación y deje abierta la cristalera, además de por el calor para poder oír a mis tíos. Eso sí apague la luz. Estando ya medio adormilado, vi una luz en la terraza, ya estaba alguien en la habitación. Pero no sabía quién podía ser. Al ratito se oyó el cierre de una puerta de forma ruidosa.



-¿Eres tonto o te lo haces?



-Porque te enfadas.



-Te dije que a Carlos, nada de nada, es mi sobrino.



-Perdóname una vez más, ya me di cuenta, se ve que es muy crio todavía, a pesar del cuerpo que tiene.



-Al final harás que se sienta mal, llame a mi hermana y se lo diga.



-No te preocupes que no volverá a suceder, te lo prometo.



-Espero que sea verdad. Y nada de jueguecitos, estoy harta. ¿Te ha quedado claro?



-Sí, que sí. ¿A qué playa iréis?



-Ni idea. Mañana lo decidiré, pero me imagino que a la del Postiguet o la de San Juan.



-Pero son las más llenas.



-Bueno ya veré.



Se dieron las buenas noches y la luz se apagó. Me lleve un chasco esperar para esa conversación, vaya rollo.



A la mañana siguiente oí como tocaba la puerta mi tío diciendo… Carlos arriba, que toca playa. Me hice el tonto y al rato apareció mi tía, entro y fue a despertarme, la cogí por sorpresa y abrazándola la tumbe en la cama conmigo. Ella riendo me dijo… “Que malo y peligroso que eres”.



La agarre una mano y la lleve a mi polla por encima de la sabana, estaba toda empalmada, ella al notarlo dijo… como te levantas de buena mañana, madre mía. Creí que se iría, pero quito la mano para meterla por debajo de la sabana. Empezó a moverla y quito la sabana, se agacho y me la mamo con prisas hasta que la llene la boca de leche, la relamió toda no dejo ni una gota, se levanto dijo que eso si era un buen desayuno y dijo que bajara rápido.



Así lo hice y estaba mi tío en la cocina desayunando, le di los buenos días y me puse a desayunar yo también. En eso llego mi tía, mi tío le dijo si no desayunaba, ella le dijo, que ella ya se había tomado su leche que se levantó antes que nosotros. Mi tío insistiendo le dijo que se lo decías siempre, pero que un vaso de leche no era desayuno suficiente, ella mirándome dijo que hoy había tomado dos. Dándola por caso perdido mi tío.



Yo ya estaba esperando a mi tía preparado, bajo con un blusón playero con el bikini debajo, bolso de playa y unas zapatillas playeras con cuña, que realzaban sus piernas pero sobre todo su culo. Mi tío nos deseó una buena mañana de playa. Nos metimos en el coche y salimos.



Al ratito de salir, ya la estaba metiendo mano, ella me decía que me estuviera quieto, que conduciendo no. Pero su coñito decía lo contrario, según la tocaba se mojaba más.



-Por favor para que así no se puede conducir.



-Calla y conduce no te vayas a despistar.



-Uuuffff, vamos a darnos un golpe. Así no puedo.



-Acostúmbrate que te meteré mano cuando y donde quiera.



-Joder sobrinito, te estas… pasando



-Es fácil, elige, así o nada. Dime tú.



No contesto nada pero ya no protesto, la follaba a placer con mis dedos. Llegamos a un sitio que el letrero ponía “Arenales del Sol”, pasamos todos los edificios hasta que llegamos a un sitio que parecía una playa salvaje. Aparcamos y cuando ya estaba parado el coche nos dimos un morreo épico. Salimos y fuimos por un caminito entre unas dunas. Todo el mundo estaba desnudo.



-¿Y esto?



-Una playa nudista. Quiero que ese pedazo de rabo que tienes se ponga moreno, moreno. Que tan blanco no me gusta.



-Vaya con mi tía, vaya lenguaje, si te oyera tu hermanita…



-Jajaja, no se escandalizaría, que te crees que tu madre no rompió ningún plato nunca. Iluso.



-Cuenta, cuenta…



-Jajaja, a ti… Jajaja



Y camino más rápido delante de mí. Se paró en un sitio y dijo aquí. Ella rápidamente se quedó desnuda, con su coñito totalmente depilado, con una franjita de pelo diminuta. Se veía perfecta y con esas tetas tan bonitas. Ahora se la veía como una diosa. Estaba embobado mirando cuando me pregunto si me hacía falta ayuda para quitarme el bañador.



Nos metimos rápido en el agua y estuvimos “jugando” dentro del agua, ella me agarro la mano para salir, pero yo no quería porque estaba empalmado, ella tiro diciéndome que mejor, que así a más de una y uno, les daría envidia.



Llevábamos un rato tumbados, teníamos cerca a tres parejas y un tío solo, estábamos medio protegidos del resto de la playa por las dunas. Como el sol estaba calentando fuerte, mi tía me dijo que me daría un poco de protección, así lo hizo hasta que llego a mi blanca y ya rojita polla, me puso un poco de crema y empezó a extenderla, yo me quede un poco cortado, era mi primera vez en una playa nudista y gente mirando.



-Están mirando.



-Ya ¿Y?



-¿No te corta?



-Todo lo contrario, sobre todo viendo a esa que estaría loca por ponerte ella la crema.



Me gire y vi a una mujer de unos 45 años mirando atentamente, mi tía la sonrió y ella le devolvió la sonrisa.



-Cuéntame que rollo tenéis el tío y tú. Porque esa persistencia del tío conmigo. ¿Y si ya que él quiere porque no darle el gusto?



-Mira, yo no era así, el me metió en todo esto, me encanto y me envicie. Pero luego le entrar los celos. Si hacíamos un trio con alguien a menudo, se encelaba, le daban ataque de cuernos y si nos encontrábamos no podíamos ni saludar. Así que para que no se encele contigo, lo mejor es que siga creyendo que tú no quieres nada. ¿Lo entiendes?



-Perfectamente.



-Te has acostado con alguna mujer.



-Jajaja, sí. Soy bisexual.



-Desde que paso lo del tío…



-Contigo solo, si es lo que quieres saber. Y no porque no haya podido, que me han “entrado” mil y un conocidos, amigos, extraños… mucho buitre. Y si he estado apuntito de “caer”.



-¿Y mujeres?



-También, o por lo menos he tenido esa sensación, con los tíos no tuve dudas.



-Lo que me he dado cuenta de que Natalia te mira de aquella manera.



-Estoy convencida de que es lesbiana. He tenido tentaciones de salir de dudas, porque además está muy bien. Pero con Manuel todo el día por casa se me quitaron las tentaciones, además así mejor, menos problemas.



¿Y tú qué? A cuantas maduritas te has llevado por delante, porque aunque tu madre y toda la familia diga que eres muy cortado, de eso nada, que te desenvuelves muy bien.



-La verdad que a varias.



-Que te gusta en el sexo y de las mujeres.



-Jajaja… todo o casi todo.



-Eso no vale, que yo te he contado más.



-Me gustan buenas tetas, buen culo, que no sean esqueléticas. Me gusta el sexo anal mucho. Me gusta dominar. El morbo total… me gusta “comer” hasta hartarme, resumiendo todo. Y eso si las mojigatas no me gustan.



-Bueno tengo buenas tetas, buen culo o por lo menos eso dicen. No soy mojigata. Y lo de dominar es lo único que… no sé.



-Intentare sacarte de dudas.



Acto seguido la cogí por el cuello suavemente y la fui llevando hacia mi polla, ella se me quedo mirando, me dijo que si no sería mejor… la interrumpí y la dije aquí y ahora. Y mira a tu “amiga” la de antes.



Ella empezó a mamármela y a mirar a la otra, yo mientras la metía mano y su coñito se iba encharcando más y más. Cuando llevaba un ratito, la hice parar, me acerque a su oído para decirla que viera como la otra mujer se tocaba con disimulo mientras el marido dormitaba. La dije que la invitara para ir más atrás de las dunas, que tenía ganas de verla con otra mujer.



Lucia me miro y me dijo que no, que en un sitio más discreto sin problemas, pero que hay la daba mucho corte. La dije que siguiera mamando y así lo hizo y nuestra vecina cada vez se hacia la paja más descaradamente, al igual que el tío que estaba solo. Mirando hacia ella, la saque la lengua jugando con ella, no tardo en seguirme el juego, la hice una señal con la mano de que se acercara, lo dudo un segundo y se acercó. Mi tía se quedó cortada, pero yo sin cortarme la dije… “Mi amiga quiere comerte mientras me la follo, ahí detrás”, no contesto se giró miro hacia donde estaba el tío durmiendo, se volvió a girar y dijo vamos.



Lucia se quedó un poco en fuera de juego, pero al final se levantó también y nos fuimos como a una hendidura en las dunas. Nada más llegar hice a Lucia que me comiera de nuevo la polla, se agacho y mientras yo me morreaba con la mujer desconocida, que se dejaba a hacer, fue tocarla el coño y notar como se retorcía y lo mojada que estaba.



Se agacho sin decirla nada y le arrebato la polla a Lucia, metiéndosela hasta el fondo, de una manera increíble. Le dije a mi tía que extendiera la esterilla que cogí y una vez lo hizo, hice tumbarse a la desconocida, a Lucia a cuatro y me dijo que ya sabía, que por el culo, que seguíamos sin condones, la dije que no se preocupara.



No hizo falta decirla nada más, se agacho y le empezó a comer el coño a la mujer, lo debía de hacer muy bien, porque se movía como una serpiente la otra al notar la boca y lengua de Lucia. Yo mientras pajeaba a Lucia que estaba loca porque se la metiera, paro un momento y me miro diciendo que esperaba para follarla.



Me coloque detrás de ella, pero no la hice caso y se la clave por el coño de una estocada. Ella dio un gemido muy fuerte y esperaba que protestara pero lo único que dijo fue…



-QUE CABRON QUE ERES, AHORA NO TE PARES, PERO CÓRRETE FUERA.



Yo la daba fuerte, ella solo se oían ruidos guturales, hasta que la otra mujer se corrió, que una vez lo hizo y no sé cómo, apareció debajo de mi tía y le comió el coño hasta que se corrió.



Yo me salí y cogí a Lucia porque estaba a punto, se comió mi polla y me corrí en su boca, se lo trago todo como en la mañana, luego se morrearon  las dos durante un buen rato.



Yo lo vi como un éxito, pero nada más alejado de la realidad. Salimos y regresamos a donde teníamos las toallas. El hombre seguía en los brazos de Morfeo. Mi tía se fue sin decirme nada al agua, al rato regreso, me miro raro. Me di yo también un baño y desde el agua pude ver como se ponía el bikini y el blusón playero. Así que salí del agua y la pregunte si pasaba algo, solo me dijo que recordó una cosa que tenía que hacer y que teníamos que marcharnos.



Ya montados en el coche y cuando iba a preguntar qué pasaba, mi tía empezó a hablar…



-Esto no puede volver a suceder. Lo que hicimos ha sido muy arriesgado aunque en estas playas sea normal. Si digo que sin condón NO, es que NO. Te has saltado todo lo que te he dicho. Me has obligado a estar con otra persona sin consultármelo.



-Pero tía yo…



-¡¡CÁLLATE QUE ESTOY HABLANDO YO!!



-Bueno no te pongas así, que no soy sordo ni soy Manuel...



-Esto ha sido todo un error, un despropósito. Lo mejor será que cuanto antes, te vayas al piso. Ya puedes hablar.



-No tengo nada que decir.



-Y que querías decir antes.



-Ya nada, pensé que te gusto, pero veo que me he equivocado y sobre lo de irme al piso, no te preocupes que en el momento que pueda aunque no esté acabado todo el arreglo, lo hare.



El resto del trayecto lo hicimos en silencio y yo la verdad que no entendía nada, porque se notó que lo paso muy bien. Pero estaba claro… FINITO.



Cuando llegamos, al oír abrir el portón, apareció el tío, que dijo que pronto habéis venido. Mi tía dijo que después de bañarse no se encontró bien y por eso volvimos. Me subí a mi habitación me duche y me vestí. A mi tío le pareció extraño verme vestido para salir y antes de que pudiera preguntar, le dije que aprovecharía para acercarme al piso para ver cómo iba todo y que ya de paso comería por ahí.



Cuando iba a salir por la puerta, mi tía que todavía no se había cambiado, me alcanzo que quería hablar conmigo. En otro momento la dije y me fui.



Llegue al piso y la verdad que muy rápido no es que fueran, pero avanzaba la obra. La fontanería y la electricidad ya estaban acabadas. Pero el resto estaba mangas por hombro. Me baje e iba dispuesto a sentarme en el bar de abajo, comer algo y de paso ver la gente que pululaba, para saber con quién compartiría el día a día.



Estando sentado en la terraza y después de ver la gente que pasaba, me di cuenta que mayoritariamente la gente rondaba entre los 35-45 años, bastantes críos y jóvenes de mi edad más o menos. Calcule que habrían unas 500 viviendas, lo que rápidamente lo traduje en maduritas. Que ya algunas de las que vi me causaron muy buena “impresión”.



Estando en estos pensamientos, se me acerco una de las mujeres que me presento mi tía, que se veía que venía de la piscina y llevaba el bikini con un pareo. Estaba mucho mejor que el otro día. Se sentó en la mesa de al lado, me reconoció y se puso a hablar conmigo, yo la seguí el rollo, ya que así me enteraría de cosas de la urbanización.



-Es un sitio grande, ¿Qué habrá unas 500 viviendas?



-Que va, más de 800. Es que además de estos bloques que ves por aquí, hay más bloques por ahí atrás y eso que ves ahí, es el colegio y eso como ya te darías cuenta es la piscina.



Me explico donde estaban las paradas de autobuses, donde ponían un mercadillo… Y estando en esto, aparecieron dos mujeres más con pareo, una vestida normal y todas eso si con bolsas con pan. Vinieron directas y se sentaron en la mesa de ella. Me miraban con disimulo pero se notaba que miraban, la mujer del otro día, que en ese momento no me acordaba del nombre. Hizo las presentaciones diciéndolas quien era yo, me preguntaron por mis padres, por mi tía, etc. Se llamaban Mercedes, Araceli y Rosa. Yo les dije mi nombre porque la vecina no se acordaba del mío tampoco y aproveche para preguntarle el suyo que no me acordaba. Ella con una sonrisa  dijo que si fuera una de 18 me acordaría seguro, yo la dije que se equivocaba mucho. Ella siguiendo con su sonrisa me dijo que se llamaba Paloma.



Se pusieron a hablar conmigo, me pusieron al día de todo, quienes eran simpáticos, antipáticos… y paso una mujer que estaba bastante bien se saludaron todas, Paloma la llamo para decirle que yo era vecino de ella, vivía en el mismo portal, no conocía a mis padre, se llamaba Mª Carmen, muy amablemente me dijo que bienvenido y que si necesitaba algo que se lo dijera diciéndome su piso, yo la dije que lo sentándome ella que ¿Por qué? Resulta que era la vecina que daba pared con pared con mi casa, por eso la pedí disculpas, por los ruidos. Ella solo dijo que hoy era yo mañana ella u otros vecinos. Se marchó y nada más marcharse, me dijeron que ella era muy amable pero que el marido era un imbécil.



Cuando me quede solo, me puse a comer, todas las mesas estaban ocupadas y mientras comía me hice el tonto, el despistado, pero vi y escuche cosas interesantes. Cuando termine y a pesar del calor, decidí dar un paseo por la zona.



A las siete pasadas de la tarde llegue al chalet, mis tíos estaban en el jardín, me acerque y les salude. Mi tío dijo…



-Creíamos que te habías fugado, Jajaja



-Estuve viendo el piso, que va lento y luego estuve paseando para conocer la zona.



-¿Y qué te pareció?



-Está muy bien, tienes de todo a un paso y luego vi un gimnasio que no tiene mala pinta. Está muy bien comunicado.



-Si es una zona muy buena, me alegro de que te haya gustado y ahí “triunfaras” seguro con las novietas que tengas.



-Jajaja, eres incorregible, siempre igual. Ahora lo único que falta es que el piso este acabado y ya no os molesto más. (Esto lo dije con toda la intención)



-¿Molestar? Se lo dije a tus padres que era una tontería que te fueras allí, aquí hay espacio para todos de sobra y puedes hacer lo que quieras.



Mi tía no entraba en la conversación, se hacia la adormilada en el balancín, pero yo sabía por su cara que estaba tensa.



-Bueno tío, me voy a poner el bañador y a darme un chapuzón que necesito refrescarme un poco.



Me levante y me fui a mi habitación, en el camino me encontré a Natalia, que estaba agachada colocando algo, esa posición era más que tentadora. La salude hablamos un poquito y mis ojos se iban al escote, no podía evitarlo. Ella siguió a lo suyo y yo me cambie rápido, bajando hacia la piscina subía mi tía, que quería hablar conmigo, yo la dije que sin problema que habláramos en la piscina. Y no di oportunidad a más, yéndome a la piscina.



Mientras me bañaba mis tíos estaban hablando de algo del fin de semana, pero no preste mucha atención. Vi que mi tío se levantaba y se iba para adentro, imaginaba que iría a ver las noticias como todas las noches. Lo que aprovecho mi tía para acercarse a la piscina.



-Carlos, tenemos que hablar.



-Si ya dijiste todo esta mañana y quedo claro clarito.



-Sé que estas enfadado.



-En un principio si me enfade, me cabree… pero luego pensándolo con calma, entendí que tienes razón. Por eso ahora mismo estoy tranquilo, alegre y feliz. Por lo que no tienes que preocuparte.



-¿Ya está?



-Sí, ya está.



-Me alegra como te lo has tomado. Aunque me cuesta creerte.



Me zambullí en el agua y seguí nadando, vi cómo me observaba y como se retiraba, viendo ese culo maravilloso alejarse.



En la cena, me contaron que varios amigos vendrían el viernes noche a una barbacoa, que les gustaría que estuviera para presentarme a sus amigos. Sin ningún problema dije.



Llego el viernes, yo estaba tumbado en la cama, a eso de las ocho oí como empezaban a llegar los amigos. Yo pensaba que serían tres, cuatro parejas máximo, pero por el bullicio tenían que ser más.



Mi tía llamo a la puerta para decirme que me querían conocer, yo sin abrir la puerta y sin decir que pasase, dije que ya bajaba. Cuando llegue a donde estaban, me sentí como un bicho raro, todos se quedaron mirando. Hasta que una rompió el silencio y con voz alta dijo…



-¡VAYA CON EL SOBRINITO! Si es más grande que todos estos. (Refiriéndose a los maridos)



Se acercó la primera me dio dos besos, diciéndome que se llamaba Isabel y su marido que es ese (señalando a uno) se llama Kiko. Ella se veía que se cuidaba y tendría unos 47. El marido tripón cervecero, medio calvo y unos 55. Luego me presentaron al resto. Carmen y Paco (39-45),  Nani y Luis (50-58), María y Francisco (40-42), Menchu y Kike (55-57), Leire y Ángel (50-50),Susana y Rafael (41-55), Rocío y Daniel (35-45) Mónica y Salva entre (40-44). Eran parejas muy dispares entre ellas, luego me entere que además de vivir en chalets próximos, todos tenían negocios entre ellos, así que eran como vecinos, amigos, clientes.



Eso si todas estaban muy bien, gimnasio, retoques… los hombres a excepción de Rafael, todos peor que ellas, el deporte, ejercicio, no debían ir con ellos, salvo el “levantamiento de vidrio” como pude comprobar a medida que pasaba el tiempo. Como los hombres hablaban de política o de sus negocios, yo me quede más con las mujeres, que todas se dirigían a mí con frases de doble sentido. Yo me hacia el tonto.



La única que no seguía esos derroteros era Susana, una mujer que tenía un par de kilos de más, pero esos kilos que hacen a una mujer totalmente voluptuosa, deseable, apetecible hasta decir basta. Pero poco hablaba, se limitaba a monosílabos prácticamente y a sonreír de vez en cuando.



Sobre las 11 de la noche, el que se llamaba Luis el mayor de todos, gordito todo el, que estaba pasado de copas como todos los que allí había, me refiero a los hombres, haciendo el idiota se cayó a la piscina, no era capaz de subir la escalerilla, por lo que mi tío dijo… Carlos, por favor tu que eres el que estas más sereno y estas fuerte, ayuda a Luis que si no pasara la noche en agua, riéndose todos a carcajadas.



Dije que un segundo y a la carrera entre a la casa me fui al tendedero y cogí uno de mis bañadores, con toda la intención cogí uno tipo slip, el más corto. Salí y me metí en el agua, ayudándole a subir, que costo un montón. Todos aplaudieron y aproveche para darme un buen chapuzón y salí del agua. Cuando lo hice Nani la mujer de Luis que estaba “alegrilla” por la bebida, dijo que si lo llega a saber se cae ella también al agua, Isabel fue más descara con sus comentarios.



Mi tía como con un ataque de celos se fue rápida por una toalla y me la dio. Tenía cara de pocas amigas. Pero a cualquiera de ellas no me hubiera importado follarmelas, pero la que más me volvió a llamar la atención fue Susana, su mirada no era normal. O era mi imaginación o la notaba totalmente libidinosa. Y cuando se cruzaron nuestras miradas varias veces por lo menos por mi parte saltaron chispas. Decidí hacer un acercamiento a ella, pero sin descartar a Isabel la que veía más lanzada.



Mi tía al momento me dijo que mejor que me fuera a vestir, a lo que la respondí que luego, que todavía me daría otro baño y varias de sus amigas al unísono dijeron… deja al sobrinito así, que nos alegremos la vista. Mi tía sonrió, pero una sonrisa totalmente falsa. Se acercó y al oído me dijo…



-Cuidado con esa que es una arpía. (Refiriéndose a Isabel)



-Pues la veo muy graciosa, se ve que es divertida.



-Es un puton, o no ves cómo te mira.



-O es tu imaginación o que estas celosilla.



-Celosa… ¿yoooo? Haz lo que quieras. Tú mismo.



Como pusieron música, nos pusimos a bailar y como los hombres se fueron a otro lado, quede yo solo con ellas. Yo con la toalla puesta en la cintura, bailaba con ellas. Alguna aprovechaba para acercarse más de la cuenta, yo me daba cuenta perfectamente y el alcohol que llevaban las hacían más lanzadas, todas menos Susana. Pero no quitaba ojo. Mi tía tampoco.



Me apetecía follar un montón, con la tontería me había puesto caliente, como alguna se pusiera a tiro, no dejaría pasar la oportunidad. De pronto dijeron de darse un chapuzón, yo me alegre porque creía que se lo darían en ropa interior o desnudas, pero mi chasco fue, que se había traído bikinis todas. Vaya faena pensé.



Mientras se fueron a cambiar, me acerque a donde estaba mis tíos y los amigos, estaban “ciegos”, madre mía como estaban. No sé cómo lograban entenderse, porque todos hablaban con la lengua trabada. Así que me volví a la piscina y me senté en un butacón grande de jardín, que era muy cómodo. Fueron llegando todas en bikini, unas con pareo y otras sin él, pero he de decir en justicia que ganaban más en bikini que vestidas.



Se fueron sentando todas, llego Isabel, estaba imponente y como estaban todas muy apretadas, no se le ocurrió otra cosa que sentarse encima de mis piernas, mirándome me dijo que pesaba poco. Yo quede callado, lo cierto que se sentó encima pero con mucho cuidado y justito en las rodillas. Mi tía no dejaba de mirar. Una saco tabaco y ofreció, Isabel se levantó cogió un cigarro lo encendió y volvió a sentarse, pero esta vez se sentó de lleno, con la tela de su bikini tan fina y la de mi bañador, que ya no tenía toalla, notaba todo y me imagino que ella también.



Ella con un movimiento imperceptible para cualquiera que estuviera mirando, pero no para mi polla, que notaba el movimiento y como presionaba de vez en cuando. Lo que hizo que se me fuera poniendo bien dura, hasta llegar a su expresión máxima. Mientras todas hablaban en alto, ella se giró un poco y mirándome me dijo… me encantaría ver lo que estoy notando, no me puedo hacer ni idea.



Mi tía y dando ejemplo dijo, vamos al agua, venga. Se fueron levantando todas y se acercó a Isabel la tendió la mano diciéndola vamos. Se fueron todas y yo me quede sentado para que no se me viera. Al momento regreso Susana empacada a por una toalla de las que había dejado mi tía. Lo que aproveche para hablarla.



-Sabes que no pegas con las demás.



-¿Y eso?



-Porque eres las más callada, discreta, prudente.



-Uy eso porque no me conoces.



-No hace falta se te nota muy diferente.



-Jajaja, las apariencias pueden engañar.



-Además eres la que mejor estas de todas.



-Jajaja, (se puso roja) Que va ellas están más delgadas. A mí me sobran unos kilitos.



-No te sobra nada, estas perfecta. Si hay diferencias pero a mejor.



-¿Qué diferencias?



-Físicamente se ve y no añado más que no quiero que nadie se moleste. Pero lo mejor tu mirada, que dice mucho.



-Uy, dime, dime que me interesa.



-Déjalo, no me quiero meter en problemas.



Cuando fue a añadir algo llegaron varias de las mujeres entre ellas mi tía, que rápido pregunto que hablábamos, a lo que Susana rápida como una gacela, respondió que como me dijo que Rafael (su marido) era arquitecto le había preguntado si su marido estaba diseñando algún edificio interesante. Mi tía me dijo que no te oiga Rafael que te vuelve loco, eso le he dicho yo dijo Susana.



Nos miramos y otra vez las miradas fueron explosivas. Me levante y cuando pase por al lado de Susana le dije, te has dado cuenta lo que te decía de la mirada, no contesto nada pero se puso roja otra vez.



Isabel dijo que mañana podía pasar por su chalet, que tenía un problema en el ordenador y como mi tío dijo que era bueno con ellos, para saber si se lo podía arreglar. Ni dije sí ni no, mañana veré.



Me acerque por bebida y mi tía me acompaño.



-No se te ocurrirá ir. ¿Verdad?



-Mujer, si se lo puedo arreglar…



-¿Pero tú sabes lo que quiere esa exactamente?



-Me imagino que… FOLLAR



Fue decirla eso y se quedó blanca. Saliendo con la bebida hacia fuera y dejándola sola.



Al rato llegaron los hombres como podían para irse a sus casas eran cerca de las dos. Iban andando porque todos vivían cerca y dos parejas que no vivían por allí, se quedaban en casa de dos de ellos. Mi tío estaba en un sillón dormido por completo, entre la bebida y la medicación se quedó K.O. Al resto los acompañamos afuera del chalet e iban como podían a sus casas.



Después de ver que todos llegaron bien, ayude a mi tía a llevar a Manuel a la cama, lo desnudamos y los deje allí. Yo me fui a mi habitación, estaba calentísimo, si no hubiera sido por mi tía, seguro que con Isabel hubiera follado. Cogí unos kleenex apague la luz, me metí en la cama y estaba dispuesto a hacerme una paja, para calmar el calentón. Me estaba tocando con calma sin prisas, dejando volar mi imaginación entre Isabel y Susana. Cuando noto como están abriendo la puerta muy lentamente, me giro un poco y como estaba desnudo me tapo con la sabana.



He oído la puerta, pero nadie se acerca, así que me giro y veo a mi tía que me dice:



-Perdona, no sabía si estabas dormido.



-¿Pasa algo?



-No, quería hablar contigo.



-¿No podías esperar a mañana?



Ella se acercó y se sentó en el borde de la cama. Empezó a hablar sin parar, cosas que no tenían nada que ver unas con otras, así que la corte…



-Quieres ir al grano y no contarme el rollo que me estas contando.



Ella se levantó y aunque estábamos a oscuras, por la luz que entraba de fuera, vi que se iba malhumorada. Me levante de un salto y la agarre de la muñeca, tirándola en la cama.



-¿Esto es lo que quieres en realidad?



-Déjame o grito.



-No me preocupa que grites, porque sabes muy bien que ni con un cañón se despertaría Manuel. (Besándola en el cuello)



-Eres un cabron, me llevas provocando toda la noche, pero no vas a conseguir nada de mí. (Ya se dejaba hacer)



-Tienes razón, habíamos quedado en que no volviera a ocurrir, discúlpame. (Quitándome de su lado y parando)



Ella no se esperaba eso, se quedó fuera de juego. Se sentó en el borde de la cama, yo seguía tumbado, totalmente desnudo y con la polla bien empalmada. Ella se giró y sin pensárselo se metió mi polla en la boca. Yo la quite y la dije…



-No, no, noooo.



-No seas así. Dijo con voz dulce.



-No quiero que te sientas luego mal.



-La necesito, te necesito, hare lo que quieras, no me volveré a enfadar.



-¿Harás todo lo que yo te diga? Pero piensa antes de contestar, porque cuando digo todo es… TODO.



-Sí, de verdad.



-Ahora pide las cosas como las tienes que pedir.



-Follame, hazme tu puta.



Nos besamos apasionadamente, nos lamiamos, nuestras manos recorrían el cuerpo del otro. Ahora no había prisas era toda mía, estaba rendida. Yo me moví incorporándome un poco, dejándola a ella tumbada boca arriba, que con la luz tenue que entraba por el ventanal, se la veía hermosísima.



Lentamente sin prisas, la bese, la mordisquee los labios, su cuello, la besaba, la lamia. Quería que desease y suplicase que me la follara. Por lo que también la mordisqueaba los lóbulos de la oreja y se las lamia. Notaba como su respiración cambiaba de ritmo. Poco a poco fui bajando hasta sus pechos, que de la excitación se notaban más hinchados al igual que esos maravillosos pezones. Los lamia y los mordisqueaba, con distinta intensidad. Cuando la notaba más acelerada, los dejaba y me iba a su abdomen, lo lamia por todas las partes, para volver a sus pezones, se notaba que lo deseaba y mientras hacia todo esto, con mis dedos no paraba de acariciar su coñito, su clítoris, propiciando una excitación perfecta, que ella me pedía que la follara y yo no la hacía caso.



Me acerque a su coñito, empecé a besarlo y lamerlo pero por la parte exterior, de una forma muy suave, despacio, sin ninguna prisa, aunque ella se movía para que mi lengua llegara donde ella quería, pero no sería así de momento. Poco a poco fui llegando a los labios menores, me detenía a cada ratito, los besaba y los lamia. 



-Sigue, no pares, no pares.



Cada vez estaba más mojada, realizaba movimientos irregulares con mi lengua, aumentado poco a poco la presión y la velocidad.



-SIIIIII, COMÉTELO TODO, CABRON.



Veía como su respiración estaba muy acelerada, al igual que sus gemidos eran más intensos. Empezaba a arquearse su espalda y me abría las piernas para facilitarme la tarea. Con mis dedos grandes se los introduje y aumente la presión, sacándolos y metiéndolos más deprisa hasta el fondo. Y acariciaba con mi pulgar suavemente su clítoris, que para entonces estaba hinchadísimo y duro.



-¡¡UUUHHHHMMMMM…!! ¡¡DIOS…!! ¡¡QUE BUENO…!!



La note tan excitada, tan apunto que puse mi lengua sin dejar de mover mis dedos, para atrapar con mis labios su clítoris, absorbiéndolo y acariciándolo con mi lengua. Para acto seguido notar como se corría en mi boca, de una manera salvaje, gimiendo y chillando, parecía que de pronto no podía respirar y es que sin esperármelo, de forma improvisada y por no haber parado con mi lengua y mis dedos, se volvió a correr, apartándome casi de golpe una vez acabo, me dijo que por la sensibilidad de cómo lo tenía.



Me atrajo hacia ella y me beso apasionadamente, diciéndome al oído que nadie se lo había hecho así nunca, que barbaridad.



Estando así tumbados, yo entre sus piernas, mi polla quedaba justo en su coñito, mientras nos besábamos, la rozaba, ella puso las piernas detrás de mi espalda, enganchándome y atrayéndome hacia ella, se la quería clavar, se la veía desesperada.



-¿Qué haces? Métela.



-No, que no llevo condón, acuérdate.



-Déjate de tonterías, MÉTELA YA, que lo necesito.



-No, no. Que te has portado muy mal conmigo.



-Déjate de tonterías y follame. Ya sabes que hare lo que quieras. Pero… ¡¡FOLLAME YA!!



De un movimiento rápido y fuerte, me desenganché de ella, la di la vuelta poniéndola boca abajo, en esa posición y desde atrás se la poco a poco en su coño. Empecé al principio suavemente, que notara como salía casi toda y como volvía a entrar hasta el fondo. Sus movimientos cada vez eran más intensos y entonces empecé a ser más duro en mis penetraciones, cuanto más duro era ella decía… SIIIIIIII, DAME MAS, SIIIIIII.



Las penetraciones eran fortísimas ya, ella mordía la almohada para que sus gritos y gemidos fueran amortiguados, hasta que se volvió a correr otra vez. Nada más hacerlo la saque y la dirigí a la entrada de su culito, ella solo dijo que se lo llenara de leche, que tenía que estar a reventar. No se equivocaba y ella consciente de ello, cimbreaba de una manera espectacular su culo, lo que hizo que me tumbara sobre ella y me corriera mordiéndola el hombro.



Ya era tardísimo, nos quedamos tumbados los dos, ella sobre mi pecho. Al empezar a amanecer se despertó me dio un beso y se fue.



No sabía la hora que era pero el sol estaba alto. Me asee y baje a la cocina. Allí estaba solo mi tío, le di los buenos días, preguntándole que tal estaba y riéndose me dijo que con un resacon bestial. Normal le dije, os bebisteis todo lo que había y más. Luego le pregunte por mi tía, me dijo que por lo que se ve le dio tanto la paliza que estaba durmiendo en otra habitación.



En eso se oyó llegar a alguien de fuera y era Natalia, que paso la noche fuera. Venia dispuesta a hacer la comida. Su cara no era de estar muy alegre, no sé si de la noche que paso, o de todo el desastre que vio fuera en las mesas.



Apareció mi tía, nos saludó y cuando mi tío pregunto qué tal estaba, dijo que estupendamente, que como no bebió mucho paso una noche fantástica como hacía mucho tiempo que no pasaba, que durmió como un bebe. Todo esto me miraba a mí y yo sonreía, mi tío dijo que suerte que yo estoy con el cuerpo y la cabeza fatal.



Mi tío se levantó y dijo que iba al jacuzzi y la sauna. Yo aproveche para tantear como estaba la cosa…



-Tía como ayer noche te quejabas otra vez de la pierna, ahora te doy un masaje mientras el tío se va al jacuzzi. ¿Vale?



-Vale dijo ella. (Pero se notaba que la pillo desprevenida)



Mi tío y yo nos fuimos para esa zona de la casa. Él se metió en la sauna como unos cinco minutos, para nada más salir meterse en el jacuzzi, que una vez que se metió se quedó medio tumbado. Yo mientras tanto moví la mesa de masajes, para que la cabecera quedara frente a mi tío y prepare el resto de cosas.



Llego mi tía en bikini, con una cara que no se bien que reflejaba, curiosidad, intriga, nerviosismo o un poco de todo. Directamente se tumbó y levantando el cuerpo un poco dijo…



-¿Manuel, te encuentras bien?



-El, quitándose la toalla de la frente y ojos, dijo que ahora mejor.



De la distancia del jacuzzi a donde estábamos nosotros y como quedábamos más altos, Manuel no podría ver lo que yo quería hacer.



No habían pasado ni cinco minutos y ya tenía mi mano masajeando su coñito, había apartado la braguita del bikini y estaba follandola con los dedos. Ella trataba de aguantar el tipo, pero yo sabía por el ritmo en que se mojaba su coñito, que no podría aguantar mucho más. Era totalmente morboso, ver a mi tío ahí tapado con la toalla y yo haciéndole lo que quería a mi tía.



Una de esas veces mi tía dio un gritito, fue cuando además de meterle varios dedos en su coñito, le metí el pulgar en su culito. Mi tío se quitó la toalla y yo seguí sin inmutarme.



-¿Qué sigues mal con el gemelo?



-Buffff, es que según lo toquen duele más o menos.



-Si en este fin de semana no se te pasa, tendrás que ir al médico.



-No hace falta, el masaje de Carlos me deja bien y estoy mejor que el otro día.



-Cuidado Carlos que al final se volverá una tirana.



Nos reímos todos. Saliéndose mi tío dl jacuzzi y dijo que se iba al sol. Se fue a su sitio de siempre y acabe de hacerla la paja a mi tía, que se corrió con “silenciador”, pero se le quedo cara de gusto. Sonriéndome me dijo…



-No sabía que mi sobrinito fuera tan osado, provocador y pervertido.



-Y yo no sabía que tenía una tía tan puta, calentona y morbosa.



-Pues no has visto todo. Agarrándome de la mano me llevo a la sauna.



Tú mira si viene alguien



Yo me quede de pie, ella se agacho y bajándome el bañador, se metió mi polla en la boca, me la mojo bien, me hacia una paja mientras me comía los huevos, que gustazo, con un dedo que se había mojado de saliva previamente, se puso a jugar con mi esfínter. Yo quería correrme rápido, porque sabía que no podíamos estar mucho más allí. Ella se metió la polla bien dentro y me puse a follarla la boca, la dieron algunas arcadas pero no paro, cuando ella noto que estaba más acelerado, me metió el dedo de golpe en el culo, no me lo espera, pero estaba a punto de correrme y siguió con el dedo hasta que la llene la boca de leche.



-No hay mejor manera de empezar el día.



-Tía, no puedo estar más de acuerdo contigo.



-Venga, vámonos.



-Pero ahora hablamos fuera.



Una vez fuera, mi tía apareció con una revista de muebles, se sentó en el balancín y me llamo para que viera muebles para la casa una vez arreglada. Mi tío riendo me dijo… estas perdido.



-¿De qué querías hablar?



-Quería solventar curiosidades.



-Adelante, pregunta.



-Quiero saber más de tus amigas.



-Además de todo lo que te dije antes, un salido. Pues todas muy putas. Te lo he resumido. Jajaja



-No generalices que todas segura que no.



-T-O-D-A-S



-Mujer, a Susana no la veo como a las demás.



-Jajaja, una vez que se emborracho me conto de todo.



-¿Como qué?



-Pues desde que ha tenido relaciones con mujeres, eso sí, en su juventud, hasta poco antes de casarse. Que su marido en la cama es un desastre, que es de gatillo flojo, como algún otro marido de alguna más. Que no se ha tenido nunca un orgasmo con él. Que no ha estado con más hombres. Que la que más la hizo “vibrar” fue una amiga muy “marimacho”, que la “zurraba”. Y que su marido es un manso, que la trata tan delicadamente que no la pone.



-Pues lo dicho tía, será puta pero solo en pensamiento. ¿Y de las demás?



-Rocío y Daniel, sé que hacen intercambio de pareja con Mónica y Salva, pero eso si en su casa. Isabel, se tira todo lo que se menea. María es una asaltacunas. Carmen de boquilla es muy lanzada como Nani, pero luego no sé. Y de las otras no lo tengo claro todavía, pero mi olfato no me engaña.



-¿Y tú y el tío?



-Ya te lo dije, le gusta verme pero el quietecito, luego se pone encelado y… todo tranquilidad y que no volverá a ocurrir, pero luego vuelve a insistir.



-¿Nunca te hicieron doble penetración?



-Jamás y bien que lo he fantaseado.



-Ahora viene lo mejor. Quiero que hagamos un trio con Natalia y con Susana.



-Se quedó muy pensativa. Ahora no era mi tía, la veía más como Lucia. La mirada estaba perdida.



-Algo tendrás que decir,



-Me has pillado… no me lo esperaba.



-Si no te ves capaz, simplemente dilo.



-Es que, es que… Lo de Susana lo veo factible, aunque yo no creo que pueda darla lo que quiere, ella por lo que me dijo le gusta fuerte, duro.



-Eso que no te preocupe, de eso me encargaría yo gustosamente.



-De Natalia, es que trabaja aquí, no se…



-No la tienes que obligar a nada, solo déjate querer y si te entra… a por ella.



-Si es así, sí.



-Pues ya puedes ir empezando, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.



La dije que ahora sí, que viera los muebles, que los eligiera y me fui a dar un chapuzón.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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1 comentarios. Página 1 de 1
invitado
invitado-invitado 26-01-2016 20:32:21

Muy pero que muy bueno

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