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Mi raja se humedece enseguida

Soy una chica bien caliente, española, bajita, de pelo negro y largo, 1.62 de estatura y unos 56 kg aproximadamente. De pecho no tengo mucho pues uso una 85 pero las tengo bien puestas, redonditas, blanquitas y suavecitas, con unos pezones rosaditos y muy suaves. Tengo un culo bastante llamativo porque es respingón y aunque soy algo modesta es de forma muy bonita. Mi coño lo tengo bien depiladito, una raja bien ardiente y que se humedece en seguida y que está hecha para lamerla con pasión y perforarla hasta dejarla bien abierta y rellena de leche.



Ahora que ya me he descrito físicamente, paso a contaros mi historia.



Como ya he dicho, soy una chica bien caliente. Conocí a un chico en una discoteca y aunque para ser sincera al primer momento no me llamo la atención porque era más joven que yo por unos cuantos años y no era físicamente como me impactaban a mí a simple vista tenía su morbo. Entre otras cosas por el perfume que llevaba (me fijo mucho en eso) y porque bailaba reggaetón… mmm.



El caso es que en un primer momento no me llamo la atención, pero bailamos bailecitos de esos calientes y estuvimos conversando de cosas que nos gustaban y fantasías sexuales y todo eso. Al final de esa noche no pasó nada más, solo nos intercambiamos los teléfonos y quedamos en que ya hablaríamos.



Un día me encontraba en el trabajo muy caliente porque me había levantado con el “día tonto” como lo llamo yo. Así que me acordé de este chico y pensé: ¿y por qué no darme y darle una oportunidad y de paso apagar este fuego? Total que le mande un sms caliente al móvil: “Estoy muy caliente, ¿podemos vernos hoy para calmar este fuego?”. Lógicamente no tardó mucho en contestar: “Estoy solo en casa. Mi dirección es… Tengo piscina, por si quieres traer bikini.”



Yo trabajaba hasta las 9 de la noche así que en el siguiente mensaje le puse que preparara algo de picar para matar el gusanillo y que preparara una botellita de champán en su cubitera para que estuviera bien fría y que sobre las 10 de la noche estaría por allí.



Salí a las 9 y fui corriendo a casa a ducharme y perfumarme para él. Elegí con esmero mi atuendo: una camiseta ajustadita sin sujetador, una mini falda con un micro tanga debajo y unos zapatos de tacón. Cogí mi pelo de cualquier forma y ya me estaba calentando solo de pensar como reaccionaria al verme así.



Llegué a su casa y le di dos besos en las mejillas pero casi rozando sus labios. Ahí ya noté que se estaba empezando a poner nerviosito y eso a mí me ponía cachonda, y se notó en que mis pezones se endurecieron y él, por supuesto, se dio cuenta y no dejaba de echarme miraditas a las tetas disimulando.



Salimos a la terraza, donde estaba la piscina y una mesa muy bien preparada con picoteo y una botella de champán enfriando en su cubo lleno de hielos. Me pregunto:



-¿picamos algo?



Yo tenía más hambre de otra cosa pero le dije:



-Vamos a comer algo para mantener el estómago entretenido.



Me senté en una hamaca, en el borde y empezamos a comer. Lo tenía justo enfrente y notaba como me lanzaba de vez en cuando miradas a mis tetas, pues aún tenía los pezones duros por la excitación. Decidí ponerlo más nervioso aun, así que como tenía las piernas cruzadas, las descruce lentamente y separándolas un poco exageradamente las volví a cruzar estilo “instinto básico”. Esto lo hice mirándolo fijamente con picardía y luego dirigí la mirada lentamente hacia su paquete que empezaba a estar muy apretado en sus pantalones.



Se levantó y me pregunto si me apetecía un poquito de champán. Le dije:



-Claro que sí, los dos necesitamos refrescarnos un poquito…



Sirvió dos copas y me dijo:



-¿Puedo pedirte algo?



-Si claro. -Le dije yo.



-Es algo que me da mucho morbo y me gustaría saber si lo harías por mí.



-Claro, dime lo que es.



-Me gustaría que te metieras vestida en la piscina y volvieras a salir para ver cómo se marca tu cuerpo debajo de la ropa mojada. –Me dijo él.



-Por supuesto que lo hago encantada.



Se agachó a mis pies y me quitó mis zapatos de tacón. Me levanté y me dirigí lentamente a la piscina. Iba a hacer lo que me había pedido pero haciéndolo sufrir un poquito. Me acerqué a la escalerilla y metí un pie, luego lentamente el otro y empecé a bajar muy, muy despacito, para notar yo también como el agua fría rozaba poco a poco toda mi piel. A medida que yo bajaba el agua subía lentamente; primero mis tobillos, lentamente hasta mis rodillas, de ahí mas poco a poco hasta el borde de la mini falda y luego empecé a notar como el agua rozaba el borde de mi culo y se colaba también entre mis piernas rozando mi coñito en el cual noté un respingo por el contraste de su calentura con el frio del agua. Seguí metiéndome hasta la cintura y poco a poco subiendo para que empezara a cubrir mis tetas. Al sumergirlas en el agua fría mis pezones se pusieron mucho más duros si es posible y luego de un chapuzón me terminé de meter y repetí el mismo proceso que al entrar a la hora de salir. En todo ese tiempo que se nos hizo eterno a los dos pero que supongo que no duraría más de 5 minutos, yo no dejaba de mirarlo y notaba como miraba con deseo y de vez en cuando se llevaba una mano a su paquete; supongo que para ir colocándosela como podía para que no le tirara tanto.



Me acerque lentamente a él y cuando llegué enfrente suyo le abracé para que notara el frescor y también mis pezones y mi cuerpo amoldándose al suyo.



“Menuda polla tiene!!!”, pensé cuando la noté pegada a mi cuerpo. Le miré otra vez con cara picara y le dije:



-Vaya que buena sorpresa me has dado…jajajaja.



No le di tiempo ni a que me contestara le besé saboreando esos labios y metiéndole la lengua en la boca hasta encontrar la suya y empezar a juntarlas y saborearnos mutuamente. Notaba en mi barriga el empuje de su polla queriendo salir del pantalón que la asfixiaba.



Me separo un poco de él y empezó a acariciar mis tetas suavemente, luego me sacó la camiseta y empezó a lamer los pezones y a mordisquearlos casi con desesperación. Me bajo la falda y, dejándome el tanga, empezó a acariciar mi culo y a frotarme su polla en mi coño.



Yo me estaba encendiendo, poniendo muy cachonda. Quería sentirlo ya dentro de mí, pero sabía que tenía que esperar y dejarlo hacer. Además yo también le había hecho padecer al meterme a la piscina, así que ahora era yo la que tenía que esperar.



Me tumbo en la hamaca y me dijo:



-Vamos a hacer un jueguecito para refrescarte un poco.



Cogió la botella de champán y se acercó a mí. Me dijo:



-Abre la boca y no amorres…



Me empezó a echar champán en la boca y, aunque lo hacía lentamente no podía evitar que resbalara de mi boca por mi cuello y me llegara a las tetas y hasta el ombligo. Echo un poquito más y de mi ombligo empezó a resbalar hasta mi micro-tanga y yo me excitaba más y más porque notaba el frescor del champán recorriendo mi coño enfebrecido.



Dejó de echarme champán y ahora con su lengua hizo el camino que había hecho el champán; primero lamió mi cuello, luego mis tetas y luego fue bajando por entre medias de ellas hasta mi ombligo. Jugó un rato en mi ombligo con su lengua y luego poco a poco siguió el camino más hacia abajo, hasta que llegó a mi tanga y siguió bajando, lamiendo a la vez el tanga y mi coño. Al notar su lengua en esta zona, no pude evitar un respingo y empezar a gemir de placer… Si seguía podía llegar al orgasmo ahí mismo, pero no era eso lo que yo quería así que tome la iniciativa.



Me puse de pie y le empecé a desnudar; la camisa, los vaqueros y sus calzoncillos… “¡Madre mía, esta polla es enorme y preciosa!!!”, pensé.



Le hice tumbarse en la hamaca que había ocupado yo hacía un momento y cogí un cubito de hielo de la cubitera del champán. “Ahora vas a padecer tu un poquito”, le dije. El no contestó, se limitó a dejarse hacer.



Empecé a pasar el cubito de hielo por su cuello y justo después del hielo, le pasaba la lengua siguiendo el camino húmedo que dejaba el cubito. Luego baje a sus pezones que se endurecieron, y luego fui siguiendo el camino hasta su ombligo. Se le notaba muy excitado y su polla no dejaba de palpitar esperando saber que era lo que le esperaba. Me deshice del cubito y cogí un poquito de champán fresquito en mi boca, y sin tragármelo, Me metí también su polla en la boca para que notara el contraste. Dio un suspiro… Con su polla aun dentro de mi boca, tragué el champán y empecé a hacerle una buena mamada. Lamía todo su capullo, el frenillo que era lo que más le excitaba y luego me sacaba la polla y lamía todo el tronco y sus huevos y volvía a empezar…



El solo atinaba a gemir y a decir: “Oooohhhh, si, que bien la chupas, sigue, me gusta….mmmmm, aaaaahhhh, sigue.”



Estuve unos 10 minutos así, saboreando aquella maravillosa polla y como estaba tan cachondo no tardó mucho en correrse en mi boca. Yo me tragué toda su leche. No quería desaprovechar nada que él me ofreciera.



Nos besamos y me dijo que mientras se reponía nos diéramos un chapuzón para quitarnos los restos de champán y refrescarnos un poquito.



Dentro del agua empezamos a frotar nuestros cuerpos y a sobarnos con la excusa de “limpiarnos”.



Su polla estaba poniéndose dura otra vez, así que salimos del agua y nos empezamos a frotar con las toallas para quitarnos la humedad. A todo esto yo seguía con mi tanga, pero él me dijo que tenía una idea muy morbosa para quitármelo. Puso la hamaca en posición de sentado, me hizo poner de rodillas en el asiento, con los brazos apoyados en la parte de arriba del respaldo y me pidió que separara las piernas un poquito y pusiera mi culo en pompa. En esa posición yo notaba mi coño y mi culo más abiertos y el hilo del tanga clavado en mi raja del culo y la poca tela de este incrustada en los labios suaves y húmedos de mi coño.



Puso una mano a cada lado de mi culo cogiendo los lados del tanga y lo fue bajando muy lentamente, de forma que yo notaba como el hilo que pasaba por toda mi raja hasta mi coño, iba despegándose de mi poquito a poco y eso, si os digo la verdad, me puso muy cachonda. Noté como empapaba la telita del micro-tanga con mis fluidos. Siguió estirando de mi tanga poquito a poco hasta que noté que se despegaba completamente de mí. Lo bajó por mis piernas y, haciéndome levantar primero una y luego la otra me lo sacó. Lo que hizo a continuación me sorprendió y me calentó más aún si cabe. Se lo acercó a la nariz y lo olió y luego lamió el trozo de tela húmedo que había estado en contacto con mi coño. Se lo restregó por la polla y luego lo lanzó a un lado.



Como yo seguía en la misma posición, se acercó, separo mis nalgas con sus manos y empezó a lamer toda mi raja, desde mi culo hasta mi coño, comiéndome también los fluidos que iban saliendo de mi coño por lo cachonda que estaba. Paró de lamerme y empezó a tantear con sus dedos. Metió 3 en mi coño, lo que no le costó mucho por lo mojada que estaba ya. Los sacó y los metió unas cuantas veces, logrando sacarme más fluidos. Con la mano empapada de esos fluidos subió uno de los dedos hacia mi culo y lo introdujo hasta dentro. No le costó mucho entrar porque iba bien lubricado… Noté como mi culo se ensanchaba un poco. Pasó ahora dos dedos por mi coño para lubricarlos y me introdujo los dos bien mojados por mi culo que empezaba a abrirse para el… Le dije que ahora se dejara de dedos y lo intentara con su polla: “Moja esa maravillosa polla en mi coño para lubricarla y clávamela en el culo hasta el fondo.”



Empezó a restregar la polla entre los labios de mi coño, empapándola bien. Dio unos lengüetazos en la entrada de mi culo y puso la polla apoyada en ese agujerito prieto. Empezó a hacer movimientos circulares hasta que entro la cabeza y luego lo agarré de sus caderas y junto con él, dimos el empujón que hacía falta para que me la clavara entera… “Ooooohhhh, siiiiii, ábremelo bien, aaaahhh, mmmmm, que pedazo de polla tienes… siiii, sigue, me encantaaaaa…” Era un dolor placentero lo que me producía, aunque el empezó a acariciar también mi clítoris mientras me follaba el culo, así que no tardamos en estar muy cachondos y tener los primeros espasmos de un maravilloso orgasmo. Yo le decía: “Siiiiii, córrete en mi culo, sigue, llénamelo de tu leche calentita…”, y él decía: “Mmmm, me corro guarra, te gusta que te follen tu culo ¿eh?, aaaahhhh, que placer, toma toda mi corrida…”



Cuando exprimió toda su polla en mi culo, la sacó y nos tumbamos en el suelo en posición del 69 y empezamos a limpiarnos, yo su polla y el mi coño.



Cuando estábamos bien limpitos yo le dije: “Recupérate pronto porque mi coñito prieto necesita sentir esa hermosa polla dentro.” Él me dijo que con la limpieza que le había hecho se le había puesto ya un poquito dura, así que yo ni corta ni perezosa le dije que yo ya tenía mi coño bien húmedo y que se la iba a mamar hasta que estuviera otra vez gorda y palpitante, preparada para abrirme el coño hasta que yo chillase de placer.



Así que agarre su polla y le empecé a hacer una buena mamada, hasta que se le puso tan dura que pensaba que se iba a correr otra vez. Me separo y me dijo: “Ponte de pie, apoya tus codos en la mesa para hacer la posición del perrito pero de pie y separa bien tus piernas que te la voy a clavar entera y te voy a pegar una follada inolvidable.”



Yo le obedecí, se me acercó por detrás, preparo su polla en la entrada de mi coño, me agarró con una mano de una teta y con otra de la cintura y de un empujón me la enterró en el fondo de mi coño. “¡Aaaaahhhhh aaaaaoooouuuffff!”



Que placer me estaba dando. El me bombeaba casi con furia metiéndomela hasta el fondo y sacándomela casi por completo para volverla a enterrar otra vez hasta el fondo.



-Ummmmm, como follas cabrón, me vas a matar del gusto, dame, sigue follándome hasta que me corra, sigue, sí, me encanta, déjame abierta, ooooo que bien lo haces sigue.



-Siiii putita te gusta mucho ¿eh?, menuda follada te estoy pegando, no te vas a poder ni sentar con tu culo y tu coño reventados, toma guarra, toda la polla, toma.



Yo en ese punto ya no gemía, daba gritos de placer, notaba toda esa polla caliente y gorda dentro de mi coño dándome placer y notaba ya un cosquilleo excitante en mi clítoris, señal de que no me faltaba mucho para correrme. ¡Qué gritos estaba pegando de placer!!



-¡Oooohhhh sí, me voy a correr, dame fuerte cabrón, ábreme bien!!



-Toma guarrita mía, toda la polla entera, yo también me corro, muévete zorrita, exprímemela bien.



Empecé a mover mis caderas yo también a un ritmo súper rápido porque estaba ya a punto de correrme, me dio un empujón de los más fuertes y note como toda su leche entraba dentro de mi coño y me llenaba entera.



-Sí, nena toma la lechita, te estoy llenando entera…



Yo seguí moviéndome porque me corría ya, me la metí y la saque unas cuantas veces más y a la vez que se la exprimía bien toda dentro de mí, empezaron los espasmos de mi orgasmo, y empecé a chillar como una loca mientras me corría y empezaba a chorrearme por las piernas mí corrida junto a la suya.



-Joder cabrón, que follada más buena. Me has dejado satisfecha por un buen rato.



-¿Cuándo te apetece que repitamos zorrita?



-Sí que voy a ser tu zorrita, pero por hoy ya hay bastante. A la próxima te vuelvo a dejar bien exprimido, tú tranquilo.



Me metí en la piscina a limpiarme un poquito y me puse la ropa que aún estaba mojada, le di un morreo y le dije:



-Me voy, pero volveré muy pronto a por otra ración de mi lechita.


Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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