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Categoría: Incestos

Mi hijo me cogió por el culo, por la boca y por mi sexo

Hola, mi nombre es Isabel. Tengo 43 años. Me considero bonita no hermosa por mi edad jaja. Me mantengo en forma, hago ejercicio los fines de semana. Mi piel es blanca, mi complexión delgada, claro. La gran mayoria dicen que me paresco a la actriz: Paget Brewster. Y yo me he analizado y diría que masomenos. Claro, la actriz es muy bonita a mi parecer, y tengo la suerte de parecerme un poco a ella. En fin. Tengo dos hermosos hijos, mi chico se llama Jorge y mi nena se llama Carolina. Ambos ya mayores de edad. Amo muchísimo a los dos, son mi vida, y mi razón de estar feliz todos los días. Cosa que no puedo decir lo mismo de mi esposo. Últimamente no ha estado en casa. Su trabajo lo consume mucho. Me gusta que sea un hombre responsable, trabajador, dedicado a lo que hace, pero no me gusta que deje aún lado a las personas que son su família. Hace unos dias pasó algo inimaginable. Algo que mi mente no comprende aún. Pero lo unico que si se es que lo disfruté como nunca. Mi hijo Jorge, tiene 21 años, es un chico muy despierto, inteligente, atento, simpatico y muy guapo, al menos para mí lo ha sido. Las madres siempre ponen en primera fila a sus hijos, obvio, pero yo lo digo con toda sinceridad. Hace unos días al salir de mi trabajo llegué a la casa como simpre. Agotada, aburrida, esperando que alguien me sorprendiera con algo nuevo. Jorge estaba haciendo su tarea, y mi hija ya estaba durmiendo. Había llegado a las 10. El trafico estaba pesado como siempre. 
- hola mi amor, saludaba a mi hijo dandole un beso en la cabeza. 
- hola ma. 
No lo quise interrumpir, y me fui a mi recamara. Al entrar me dejé caer sobre la cama. Que cansancio. El trabajo me exprimia muchísimo. Que pena que mi esposo no estaba con nosotros. Había ido de viaje. Me levante de la cama y me paré frente a mi espejo. Me veía cansada. - ¿que tienes? Me preguntaba Jorge entrando al cuarto. 
- el trabajo, hijo. Me está matando cada día. 
- Relájate, siempre hay malos días, ya llegará uno que te anime, me decía dandome masajes en los hombros. 
- jaja pues dicelo a mi jefe. 
- claro, yo se lo haré saber. 
- jaja está bien. 
Mi hijo me miraba el rostro por el espejo. Me abrazó. Diciendome: 
- a pesar de tu cansancio sigues estando hermosa. 
- jaja gracias hijo, ya me hacían falta unos lindos alagos. 
- mi papá no sabe la suerte que tiene de tenerte. 
- jaja tal vez. 
- ¿porqué lo dices? 
- no por nada, solo es un simple comentario. 
- jaja vamos dime. 
- solo...olvidalo. 
- está bien. 
Salió de la recamara. Al ver que ya no estaba. Me desabroché mi blusa blanca. La saqué de mi falda. Me retiré el sosten liberando mis pechos. 
Aunque ya estaba algo grande, mis senos mantenían su forma. No se me notaban caídos. 
A falta de unas buenas caricias y una buena cogida, quise frotarme los senos. Planté mis manos sobre ellos y con mis dedos (indice y pulgar) empecé a precionarme mis pezones. Pelliscaba mis puntas, como si quisiera exprimir mi leche. 
- oye mamá... 
¡¡Dios!! jorge había entrado sin tocar, y me descubrió tocandome. 
- ¡¡Jorge, no!!! Grité, Brinqué del susto tapandome los senos con las manos. 
- perdón, mamá. Dijo saliéndose de la recamara. 
Que pena, ¡Dios!, tuve la culpa por no poner el seguro. 
Busqué mi bata gris y me senté en la cama. Que tonta soy. Como se me ocurre hacer estás cosas. 
Tocaban la puerta. 
- mamá. Era Jorge. 
- pasa, contestaba. 
Entró caminando hacia mi. 
- quiero disculparme por haber entrado sin tocar. 
- no, descuida. Yo tuve la culpa por hacer lo que viste. 
- no tienes porque disculparte, estás en tu cuarto y tienes todo el derecho de hacer lo que quieras. 
- si, pero creo que hay que hacer las cosas con responsabilidad. 
- jeje si. 
- ¿que querías cuando entraste? 
- era una duda pero ya lo arreglé. 
- ¿seguro? 
- Ajá. 
- bien. 
Me paré frente al espejo para quitarme el labial. 
- te vez hermosa mamá. 
- ¿que dijiste? Le pregunté seriamente volteandolo a ver 
- que estás hermosa. 
- gracias pero no sigas. 
- ¿porque? 
- porque me siento algo incomoda por lo que pasó ahorita. Además eres mi hijo. 
- ¿y eso que?, ¿acaso no puedo decirte lo hermosa que estás? 
- pues si...pero...no me siento bien, ya te dije. 
Se paró de la cama y se acercó pegando su cuerpo al mío, colocando sus dos manos sobre mi cintura y oliendo mi cabello. 
- Oye, detente, ¿que te pasa? 
- ¿como que, que me pasa? 
- si, estás loquito. 
- ya mamá. Aún estás excitada. Se te ve. 
Me decía, al rodearme con sus manos metiendolas dentro de la bata. 
- Jorge, esto no está bien. 
Las manos de mi hijo me envolvía deliciosamente. No lo podía ignorar. A falta de caricias, besos, y de una gruesa y larga verga me dejé manosear. 
- ¡¡vamos mamá!! Déjame sentirte. Papá no te ha cumplido muchas cosas desde que salió. Déjame complacerte un poco, me insitaba con una voz tan suave y profunda al oído. 
Me dejé llevar un poco aún sabiendo que no estaba muy bien lo que estabamos haciendo. 
- hijo...no... 
No terminaba mi frase ya que las manos de mi hijo vagaban por mi ombligo, subiendo lentamente a mis pechitos. 
- ¿no que mamita?. Mirate que chula estás. Mi papá es muy idiota, mamá. Como puede ignorar tu hermoso cuerpo, me decía desatando al mismo momento el cinturón de la bata. 
- corazón, no podemos hacer esto, detente. Le dije poniendo mis manos sobre su cara. 
- claro que si mamita, si podemos. 
Me empezó a abrir la bata, desnudando mi ombligo y mostrando mis lindos pechitos herectos. 
Sus labios recorrían mi cuello. Recosté mi cabeza sobre su hombro consiguiendo estar comoda. Aún sin tocar mis partes me estaba excitando mucho. Podía sentir como mi vagina se estaba abriendo. 
- estoy excitada, Jorge. ¿puedes creerlo?. 
- yo también mamita. Mi verga se me está endureciendo. 
- pegala en mi culo, mi vida. Quiero sentirtela. 
Pegó su cuerpo al mío precionando mis nalguitas paradas con su duro miembro. 
- ¡Dios! La tienes muy dura y gruesa. 
- si mamá, ¿te gusta? 
- si, me encanta, y me excita. 
- que bueno mamita porqué tengo ganas de romperte el culo con eso. 
- que rico, si. Rompeme el culo. Hace tiempo que tu papito no lo hace. 
- si mamita. Mira tus chichis bien ricas. 
Se me antojan muchisimo. 
- ¿si?. Tocamelas. Son tuyas, mi vida. 
No se que me pasaba. Me estaba comportando perversamente. Estaba insitando a mi hijo a tener relaciones conmigo. Resbaló sus dedos sobre mis tetas. Que sabroso. Hacía que se me pararan los pezones. 
- ¡¡Dios, mamá!! Estás bien buenota. Tienes unas chichitas bien paraditas. 
- sii!! Aprietame las puntas, pelliscamelas, le exigía con desesperación. 
Ambos nos mirabamos en el espejo. Ver como pelliscaba y jalaba mis puntas, me calentaba muchisimo. 
- te vez tan sexy, en estas condiciones, mamá. Tienes un cuerpo como el de una veinteañera. Tu piel tan suave y blanca me encantan. Y tu trasero ni se diga, lo tienes paradito, tonificado, listo para comermelo con ganas. 
- no digas esas cosas pequeño, me perviertes más. 
- eso quiero mamita. Pervertirte hasta que cedas por completo. 
- ¿eso es lo que quieres, mi vida? 
- si mamita, quiero que me dejes disfrutar de tu cuerpo tan solo una vez. 
- ¡¡Dios!! ¿Quien te ha hecho ser así? 
- tu. Siempre cuando te veo vestirte me masturbo. 
- ¿te masturbas? 
- si mamá, me la jalo cuando te veo desnuda. Cuando te bañas y metes tus dedos en tu exquisito sexo. 
- ¿desde cuando es que haces esto? 
- desde hace mucho. Se que tienes un consolador y que te gusta usarlo en tu culo. 
- Jorge, callate. Callate y mejor cogeme. No puedo más. Follame, cogeme, rompeme este culo. 
- que linda te escuchas. Papá se molestaría mucho por esto. 
- ¡¡No!! El no tiene porqué enterarse. 
- claro que no. 
- y mucho menos tu hermanita. 
- no mamita, y si se llega a enterar, me la cogo para que aprenda 
- ¡¡noo!! A ella no la toques. Solo a mí. Ademas, ella no sería capaz de hacer lo que yo estoy haciendo. 
- está bien, descuida. 
Retiró mi bata, dejandola caer. Solo me quedaba mi falda. 
- mamita, quiero mamarte el culo. Lo tienes tan parado que me gustaría lamertelo. 
- no mi amor, ahí no, mi culo no. 
- si mamasita. Es lo que más quisiera hacerte. 
- pero esta sucio. 
- no me importa. A ti te gusta hacerlo. 
- ¿de que hablas? Le preguntaba mientras masajeaba mis tetas. 
- que, ¿acaso crees que no se que utilizas tu dildo para metertelo por el culo y luego chupartelo? 
- no lo hago siempre. 
- yo digo que si. 
- y si es así. ¿que tiene? 
- que yo también quiero probartelo. 
Decía toda la verdad. Apartó sus manos de mis pechos y empezó a subirme la falda hasta la cintura. 
- mirate mami, que chula estás. Tienes un culo blanquito y paradito. 
- si mi amor, ¿te gusta? 
- me encanta. 
- mi vida, tu hermama. La despertaremos. - no, está totalmenete dormida. 
- ¿como sabes? 
- porque la conosco. 
- cierra la puerta, porfavor y pon seguro. 
Al hacerlo regresó a mi, y se agachó. 
Tocaba mi culito. Abría y cerraba mis nalgas. Agarró mi calzón y lo hizo aún lado. 
- ¡¡Dios, mamá!! Puedo ver como tu rico ano se abre. 
- no digas eso, que me da pena. 
- no mami, al contrario, debería de excitarte. 
- ¿quieres chuparmelo? 
- si mamita, me encantaría comerte tu lindo rabito. 
Agarré bien la telita que me cubria la entrada de mi culo, dejandole ver por completo mi ano. 
- anda, bebé. Comemelo, lamele el hoyo a tu mamita. 
Miré hacia mi culo y vi como mi hijo fue acercándose a mi culo. Sentí su nariz y su boca pegandose en mi ano. 
- Aaahhh!! Vamos, bebé!! Chupamelo!!! 
Quiero sentir tu lengua!! 
Plantó sus manos en mis nalgas y las alzó. Justo en ese momento empezó a larmeme muy rico la entrada de mi culo. 
- Aaahhh!!! Si, mi amor, así!!! Cometelo!!! 
- que ricas sabes mamita. 
- ¿si bebé? ¿te gusta? 
- si, muchisimo. Nunca imaginé hacerte esto. 
- anda, sigue lamiendome el ano. Meteme la lengua, no tengas miedo. 
Puse mi mano derecha en su cabeza y la metí en entre mis nalgas. 
- así!! Que rico!!! 
Disfrutaba tanto lo que me hacía Jorge. Bajó mi calzón hasta quitarmelo y se levantó, diciendome: 
- huele mamita. Disfruta del aroma de tu vagina y de tu sucio culo. 
- ¡me encanta! Le contestaba coquetamente. 
Olí profundamente mi calzón, justo donde pongo mi culito. 
- ¿que tal huele, mamita? 
- huele muy rico. 
- quedate quieta, me dijo. 
- ¿que harás, corazón? 
Solo me miraba sin decirme nada. Y en un segundo sentí su largo dedo entrar en mi humedo ano. 
- Aaahhh!!!, gemí. Cerré mis ojos.  
- ¿te gusta, mami? 
- me encanta, hijito, metelo más hasta el fondo. Siento muy suave. 
La sensación era indescriptible. Tener su dedo hasta adentro me generaba un delicioso placer. Lo retiró lentamente, hasta sacarlo por completo. 
- metelo a mi boca, mi amor. Dejame probarlo. 
- ¿te gusta ser sucia, verdad mamita? 
- si amor, muy sucia. 
Al retirarlo de mí, lo metió todo en mi linda boca. Lo succionaba probando mi sucio culo. 
- eso mamita, pruebalo. 
Al sacarlo, me dio una fuerte nalgada. 
- aaauu!! Tranquilo!! 
- aguantate mamá. 
- sigue bebé, meteme tu verga. 
- esperate mamita, contestó bajandose de nuevo a mi trasero. 
- que rico ano tienes. No puedo creer que me estés pidiendo estas cosas. 
- lo necesitaba, mi amor. Vamos!! Hazme algo!! Meteme mi dildo si quieres. 
- ¿donde está? 
- en el buró. En el cajón de hasta abajo. 
Caminó hacia el mueble y sacó mi dildo de 20 centímetros. 
- ¡Dios mami! ¿con esto te rompes el culo tu solita? 
- si, pero ahora hazlo tú, mi amor. 
Separó mis nalgas de nuevo y me dio una rica lamida en mi ano. 
- ¿te gusta, bebé? 
- si mami, sabes bien sabrosa. 
Colocó la punta del consolador en mi ano. - Vamos mi amor, metelo. 
Al tener mi culito bien abierto, y bañado de saliva, sentí como mi hoyo se abría lentamente. 
- ¡¡woow, mamá!!. Está entrando en tu culo bien sabroso. 
- si, bebé, me está entrando. Empujalo más. Has que me entre todo completo. 
- Aaahhh!!! ¡¡Dios mío!!! Siii!!! Gemí al sentir el consolador dentro de mi. 
Puse mi mano en la base del dildo y me lo empujè con fuerza hasta llenarme. 
- si mamá, te vez hermosa. 
- Aaahhh!! Siii!!! Mirame!!! Mira como me entra este consolador. Así quiero que me lo metas. 
- Dios, mamá. ¿Como te pudo caber todo eso ahí? 
- no lo se, hijo. Solo se que me encanta. 
Ahora sacamelo muy despacito. 
Agarró la base del dildo y lo fue retirando poco a poco. 
Había sacado la mitad. El consolador me creaba una sensación de placer muy sabroso. 
- ya casi esta a fuera, mamita. 
- si corazón. Cuando me lo saques todo, quiero que me lo metas a la boca. 
- ¿eso quieres? Me preguntaba. 
- si, mi amor. 
Estaba loca de lujuria. Probar ese consolador sería una de las pocas cosas sucias que me atrevería a hacer. 
Al retirarlo, miré para asegurarme que no tuviera sucio de mi excremento. 
- mira mami, tienes el culito bien limpio. 
- si bebé. Ven acercate, metelo a mi boca. 
Saqué mi lengua y chupé la punta del consolador llevando el sabor de mi culo a mi boquita. 
- ¿quieres que te la meta, mamita? 
- si mi vida, ya metela, llename de tu verga. 
Se acercó pegando su glande en mi ano bien abierto. 
- vamos bebé!!! Metela!!! 
Cuando le pedí por última vez me insertó con fuerza su largo miembro. 
- Aaahhh!!! Dios hijo!!! 
- ¿que pasa mamita, acaso no te gustó? 
- si mi amor, me encanto, creo que me abriste más el culo de lo que ya estaba.
- que rico mamita. Estás bien ricota. ¿Como la sientes? 
- gruesa y larga, bebé. Empujamela más, has que tus huevos choquen en mis nalgas. 
Me dio un beso en el cuello, y puso manos en mi cintura. 
- ¡¡así mi amor!! Que rico!! Si!!! Sacala y metela!! 
- ¿así te gusta? Me preguntaba 
- si, así!!! 
- ¿con quién más lo has hecho así, mamá?. Heee... 
- Aaahhh!!! Con solo una persona!! 
- ¿con quién? 
- un amigo!! Del trabajo!! 
- no puedo creer...engañaste a papá!! 
- perdón, corazón!!! No podía dejarlo pasar!! 
- que zorra eres, mamá!!! 
- noo!!! No lo soy!! 
- si lo eres!!! Pero ya no lo volveras a hacer, porque ahora me tendrás a mi para hacer tudas tus porquerías!! 
- si!! Si mi vida!! 
Me tomó del cuello y me empujó al mueble penetrandome con fuerza y enojo, diciéndome: 
- ¿disfrutas mucho verdad? 
- si!! Lo goso!! Aaahhh!!! 
- te la voy a sacar y quiero que me des una buena mamada!! 
- Aaahhh!!! Siii!!! Damela!!! 
Di mi último jadeo y la retiró de mi culo. 
Sentí un rico alivió y una sabrosa sensación. Me hinqué frente a su verga y me la metí a la boca. Dios, apestaba a culo pero sabía rica. 
- eso mamita, tragatela!!! Aaahhh!!! 
Su largo miembro cubría toda mi boca. Dura y venosa que la tenía. La sacó. 
- ¡Díos mío, hijo!! Me vas a lastimar con esta cosota. 
- eso quiero mamá, romperte tu linda boca. Abrela. 
Obedecí e introdujo denuevo ese cachote de carne. 
- eso, hermosa!! Saca la lengua mamá, quiero que te entre más. 
Al hacerlo, sentí como su punta chocaba en mi paladar, llegando hasta la entrada de mi garganta. ¡¡Dios!! Puso sus manos sobre mi cabeza y empezó a penetrarme la garganta. Sentía que me quedaba sin aire. 
- tragatela!! Es toda tuya!!! Aaahhh que rico!! 
Miré su cara y vi como lo disfrutaba. Llenaba mi boquita de su tremenda verga. Deseaba que se viniera. Estaba muy excitada. Mientras me comía su miembro me empece a masturbar. Empecé a frotar mi clítoris. Quería venirme tambien. Retiré su miembro. 
- dejame respirar un poco, le decía. 
- no mamá, no quiero que pares. 
Solo di un respiro y volvió a meterme su rico pene. Abrí lo más que pude mi boquita para que me entrara bien. 
- abrela bien, mamita. 
Lo hice y metió lo más que pudo de modo que sus bolas tocaran mis labios y mi nariz. Precionó sin sacarla por unos cuentos segundos. ¡¡Dios!! Nunca me habían hecho eso. Ni siquiera mi esposo. Me estaba atragantando, no podía yo respirar, mis ojos comenzaron a soltar lagrimas, sentí que iba a vomitar. 
- tragatela hermosa!! Me dijo mi hijo. 
La sacó y le conteste tociendo y eructando: 
- si mi vida, no cabe duda que soy una puta bien hecha. Me gusta todo esto. Que me cogas, me chupes, me fuerces a hacer cosas que ni siquiera tu papá me había hecho. 
- no lo hizo porque es un pendejo. 
- si mi vida, eso es lo que es. 
Quería que se viniera dentro de mi. 
- quiero que me cogas por mi panocha y que me llenes de tu sabroso semen, corazón. 
- ¿si mamá? 
- si mi amor, te doy permiso. 
- ¿estás segura? 
- muy segura, quiero sentir tu lechita dentro de mi. 
- está bien. Ven, parate. 
Lo obedecí y me acosté sobre mi cama. 
- vamos!! Metemelo y cogeme con fuerza con desesperación. 
Me abrió las piernas para acomodarme. Ver su verga bailando me excitaba muchisimo. La tenía grande, gruesa. 
La metió. 
- aaahhhh!!!! Mi amor, que rico!!!! Siii!!! 
- si mamá!!! Se siente rico tenerla en tu vagina!!! 
- si bebé, muy rico!!! Anda cogeme!!! Que esperas!!! 
Empezó a metermela con ganas, rapido, se notaba que le faltaba poco para expusar su lechita. 
- ¡¡vamos!! Sii!! Así!!! Ahhhh!!! ¡¡Dios!! Cogeme!!! Sigue!!! Vente ya!!! 
- siii!!! Quiero venirme!!! 
- siii!!! Vamos!!! Vente!!! 
- siiii!!! Yaaa!!! Estoy a punto!!! Sii!!! 
- siii!!! Ya!! Hazlo!!! 
Justo cuando temine de insitarlo, sentí un liquido espeso, caliente. Expulsaba mucho semen. Que rico. Se había venido dentro de mí. 
- Aaahhh!!! Mamá!!! 
- siii, precioso!! Ya lo estoy sintiendo!!! Ya me bañaste de tu lechita!!! 
- ssiiii!! 
- tu termina!!! 
Nunca imaginé que fuera. A hacer semejante cosa. Mis ganas me hacían olvidar de mi esposo, de mi hija, de quien era yo. 
- prometeme que no se enterará tu papito. 
- no mamita, no te preocupes. No sabrá nada. 
- ni tu hermana. 
- mucho menos. 
- sale. Ya corazón, hay que dormirse. Me bañaré. 
- bañate mamita, hasta mañana. 
- hasta mañana mi amor, me despedí dandole un beso en la boca. Y gracias por cogerme. 

Es la primera vez que escribo, y lo que sucedió me ha cambiado mucho. Me gusta leer tanto novelas eroticas como relatos por la noches para tocarme. No se si hice bien en hacer esto con mi hijo pero no me arrepiento de haberlo hecho.

Datos del Relato
  • Autor: Isabel25
  • Código: 38065
  • Fecha: 03-04-2016
  • Categoría: Incestos
  • Media: 10
  • Votos: 7
  • Envios: 1
  • Lecturas: 12340
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Susana
invitado-Susana 06-04-2016 21:14:23

Excelente me regusto y me siento identificada con vos, mi hijo es mi amante desde hace cuatro años y soy eternamente feliz

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