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Categoría: Maduras

Mi hermano, mi tía y yo

Hola amigos, me llamo Juan, y voy a contaros una historia que me ocurrio hace mucho tiempo, cuando yo tenia 15 años y mi hermano Carlos 22.



Una tarde , fui a casa de mi tia Queti para ver si mis primos, que estaban en un internado habian venido a pasar el fin de semana y estar un rato charlando con ellos.



Cuando me acercaba por un lateral del chalet donde vivian para dirigirme a la puerta principal, me parecio ver algo por una ventana que estaba medio entornada que no podia creerme.



Volvi sobre mis pasos para espiar por la cristales y comprobar como lo que yo habia creido ver era verdad, estaba claro que mis primos no habian vuelto. Me quede de piedra, embobado, con la boca abierta, aquello que yo estaba viendo no podia ser verdad.



Mi hermano Carlos estaba enrollado con nuestra tia en el salón de su casa. El estaba sentado en el sofá , y ella, tendida de largo sobre sus piernas, volvia la cara hacia él y le sonreía picaramente mientras le sacaba la lengua y se relamia sus gordos labios.



Tia Queti vestia un vestido rojo muy corto y ajustado que, como estaba boca abajo se le pegaba a sus nalgas. Mi hermano le agarraba el culo por debajo del vestido y se lo estaba sobando y pellizcando por todas partes de forma descarada. Ella entre tanto doblaba las piernas hacia arriba y las separaba un poco para darle más falicidades. Entretanto mi tía, mi pudorosa y recatada tía, una estupenda señorona de cincuenta y pocos años, pero que aún estaba para comérsela, seguía riéndose desvergonzadamente con las guarradas que le hacia mi joven hermano.



El vestido estaba un poco levantado, así que podía vérsele el enorme culo blanco y sus braguitas rojas un poco bajadas y enrolladas entre sus muslos. El espectáculo era tremendo, de donde yo estaba oculto veía aquello y no podía creerlo, mi hermano mayor le estaba metiendo mano y se estaba dando un autentico lotazo con su propia tía.



La tía Queti, la mujer de mi tío, nos había tratado siempre como a sus hijos, y ahora él todo un joven le decía:



 



" Pensar tía Queti, que toda mi vida me moría de ganas por tocarte el precioso culo que tienes, después de esto ya me puedo morir tranquilo, eres una zorrona, pero estoy encoñado contigo. Quien podría imaginar con esa pinta de señora respetable que tienes, lo calentorra que eres luego en la cama, me vuelves loco y quiero estar siempre contigo . Mi hermano le daba de cuando en cuando suaves palmadas en sus ricas y carnosas mollas blancas mientras que ella ronroneaba, suspiraba, jadeaba y le decía con voz insinuante:



 



" Ayyy, ayyy.... que malo eres Carlos, las cosas que me dices, uffff, uffff, me haces pupita en el pompis, malo y malo, ayyy, ayyyy, cuanto me duele, no te da vergüenza tener así, tan desenrollada a tu pobre tía. Uyyy, uyyy, que niño mas malo eres, pero por fin hoy voy a entregarte ese agujerito que tanto te gusta"



 



Mi hermano estaba en la gloria, parecía que le había prometido que ese ida dejaría que la follara por el culo. Él estaba completamente en pelotas y con su miembro empalmado asomando por entre las bragas rojas enrolladas y los rollizos muslos de tía Queti.



Mi tía entre tanto no paraba de juntar y separar las piernas para pajearlo y además doblaba las rodillas hacia arriba y movía lentamente el culo para que el placer fuera mayor para su amante y para que a su vez, la raja se le abriera y su macho pudiera llegar mejor a los tesoros que escondía sin demasiado pudor allí dentro.



Carlos se agachaba y acercaba la cabeza a su raja para verlo todo mejor, también metía su nariz entre las mollas de carne y la olía a conciencia, despacio, de arriba abajo, comprobando detenidamente la diferencia que había entre sus olores más íntimos.



El ya era su macho, su hombre, su chulo, y estaba sobando y calentando a la culona como cuando un marido disfruta si tiene una hembra de banderas como aquella. La diferencia estaba en que aquella maciza mujerona se suponía que era de mi tío, y debería ser él quien gozara de sus abundantisimos encantos, pero a mi hermano aquello aprecia importarle bien poco y como ella estaba muy a gusto encima de las piernas de su sobrino enseñándole todas sus vergüenzas, y pidiéndole guerra, él le metia mano como si fuera toda suya ¡ Que suerte tenia el condenado !



Yo estaba indignado, pero excitadísimo, eran extraños los sentimiento que tenía, quería matar a Carlos, y odiaba a mi tía por la ofensa, aunque en realidad el ofendido era mi tío, pero la verdad es que toda esa mezcla de sentimientos eran un patraña. Lo que en realidad me pasaba era que me moría de envidia.



Esa era la autentica verdad, me ponía malo la envidia que le tenia a mi hermano por ser él y yo no quien estaba con aquella jamona.



Mi tío Fernando descuido bastante a su familia, nunca estaba allí.



Llegaba siempre tarde del trabajo por las noches y además viajaba con mucha frecuencia y por supuesto, también descuidó a mi tía en lo que a darle placer en el sexo se refiere, según supe después, aprecia mentira como teniendo en casa el pedazo de hembra que tenia tan solo follaran como máximo una vez al mes. Seguro que tenia una querida jovencita en alguna parte.



Mi tía Queti estaba que se subía por las paredes. Veía como se le pasaban los años y no disfrutaba nada de su cuerpo. Ella aún se ponía caliente con facilidad y sabia perfectamente que si dejaba pasar unos años mas ya no atraería a los hombres jóvenes como todavía podía hacerlo.



El zorro de mi hermano se percató de todo ello y tuvo la suficiente inteligencia para montárselo muy bien hasta el punto de intimar con ella, ligársela, llevársela a la cama y atreverse a convertirse en su amante.



Ese día que los observé por la ventana del chalet, mi corazón empezó a acelerarse cada vez más, se me salía por la boca.



¡ Qué hermoso culazo tenia mi tía ! un esplendoroso trasero lleno de carne y grasa y con unos pequeños hoyitos que empezaban a provocarle su incipiente celulitis. Todavía lo tenia suficientemente prieto para su edad y blanco porque nunca le dio el sol.



 



Los dos amantes pensaban que estaban solos y se notaba que ella estaba feliz como una quinceañera con su primer novio. Se dejaba que su hombre la sobara por todas partes.



Cuando Carlos terminó de chuparle el ojete le dio dos palmazos que les causó risa a ambos. Mi tía entonces puso el culo mas en pompa todavía, se abrió de piernas todo lo que pudo y cogiendo la mano de mi hermano por detrás, le pego la palma a su empapadisimo chumino restregandole todo su sexo por ella.



Mi hermano, loco de gusto, después de dejarla que lo hiciera varias veces, le agarro los labios vaginales y la mata de pelos que tenia colgando con fuerza mientras ella daba pequeños grititos de placer y hablaba como si fuera una niña pequeña.



 



" Ayyy, aaaay, Carlos, niño, mira que chochito mas lindo tengo, es para ti solito, mira que mojadito esta por tu culpa, mira mira, tengo hasta los pelitos chorreándome mis flujitos por lo calentona que me pones, fíjate lo calentito y suvecito que está esperando lo que tu ya sabes mi bien, mira que ganas tiene de jugar con tu aparatito"



 



Aquella guarrada de mi tía con su enorme culazo en pompa, insinuándose a mi hermano con esa voz cálida y sexy de mujer madura pero diciéndole cosas como si fuera una quinceañera, no habia tio que lo resistiera. Yo estaba loco de gusto viendola hacer aquello, cada vez mas empalmado y con ganas de meterme alli dentro y ser yo quien me follara a aquella maravilla de mujer que cada vez me gustaba más.



Ni loco me habría creído yo, si alguien me lo hubiera contado, que aquella señorona madura tan seria que era mi tía Queti pudiera jamas hacer y decir unas cosas tan obscena como las que yo estaba viendo y oyendo. Todo aquello era mas propia de auténticas putas callejeras de la peor calaña que de respetables señoras casadas y con hijos mayores.



Cuando llevaban un rato liados, mi tia se levanto y dijo que iba a la cocina a buscar no se que cosa.



 



Antes de dirigirse hacia allí se fue hacia la ventana que daba a la calle principal para ver si todo en la calle estaba con normalidad. Corrió un poquito la cortina sólo para una de sus mitades porque estaba medio desnuda. Aunque estaba a buena altura y llegaba perfectamente a la ventana, la calentona se echo hacia atrás, se coloco el picardías sobre las caderas agarrandoselo con sus manos y se inclinó un poco dejando el enorme culazo totalmente en pompa. ¡ Como estaba de buenisima !



De aquel espectáculo tan sexy se percató mi hermano enseguida. Rapidamente se agarró su hinchadisimo pene y empezo a pajearse a toda velocidad. La excitación que sintio debio ser enorme. Mi tia se volvio a verlo y se percató de lo que hacia.



Enseguida le hizo un guiño con el cuello torcido hacia atrás, se agarro al poyete de la ventana, se puso de puntillas sobre sus tacones y movió el trasero en pompa con unos movimientos circulares de lo más pornográficos que os podáis imaginar. Estaba como cualquier hembra salvaje ofreciéndole a su hombre su sexo con todo descaro. Pedía a gritos ser penetrada hasta satisfacerla.



Después, para rematar la faena, dejo de estar de puntillas y se abrió de piernas, se separo las nalgas con las manos y doblando su pecho hacia adelante, le enseño a su hombre el ojete del culo y su gigantesco chocho peludo empapado por sus propios jugos.



Al ver como Carlos la miraba se puso a mover su sexo de atrás hacia delante como si estuviera teniendo sexo con alguien por detrás. Aquella magnifica hembra que era mi tía Queti estaba haciendo los movimientos mas obscenos que yo había visto en mi vida. Nada de lo que yo había visto me gustaba tanto como aquello.



Mi hermano estaba como hipnotizado con lo que veía hizo como que se desmayaba echándose hacia atrás en el sillón, ufff, y ella sonrió pícaramente sintiéndose deseada por su hombre.



Después, para quedar mas complacida, se abrió la vagina con una mano y con la otra se metió un par de dedos dentro para pajearse. El ñaca ñaca de sus dedos rozando las lubricadas paredes de su sexo se oía perfectamente desde mi posición.



Cuando mi tía considero que ya tenia los dedos bien empapados por sus flujos, se los saco del coño y vuelta de espaldas hacia mi hermano se los lamió provocativamente hasta dejarlos bien limpios.



Mi hermano estaba como un verraco, le dijo absolutamente de todo, desde lo buenísima que estaba hasta como iba a dejarla el coño de escocido con los pollazos que pensaba darle.



Después de aquel magnifico espectáculo mi tía se incorporó un poco y se dirigió a la cocina volviendo enseguida al salón.



 



Cuando llego, Carlos la estaba esperando, la rodeo con sus brazos acariciándole la espalda y la beso largamente.



Ella le rogó que tuviera cuidado al metérsela por el culo, era la primera vez que lo iba a hacer, pues a nuestro tío nunca le había dejado hacerlo, siempre le dijo que le daba miedo y el, como casi seguro que lo haría con alguna amante, nunca insistió.



 



"No te preocupes, vida mía ,soy experto rompiendo culos y con el tuyo voy a tener machismo cuidado, sabes que estoy loco por ti, que me gusta mucho, y que no quiero hacerte ningún daño, yo a metértela con tanto cuidado como si las paredes de tu pompis fuesen de terciopelo, después de haberlo hecho conmigo por tu precioso culo, le diras al tio que ya no lo quieres y te vendrás a vivir conmigo, perderás la vergüenza y pedirás que estemos follando todas las horas del día".



 



Ella al oír esto le pidió que la llevara en brazos a la cama para empezar la faena, así que dio un pequeño saltito y mi hermano la cogió con sus brazos. Parecía una novia virgen en su noche de bodas, totalmente encoñada con hombre que iba a gozar con ella por primera vez en su vida.



 



La tía Queti se sabia todos los trucos de una veterana experta, así que acerco la boca de mi hermano a la suya para darle un buen beso de lengua y hacer que Carlos se parara. Ella mientras tanto se metía los dedos en el chocho y los sacaba empapados en sus flujos. Luego, sin perder un momento, se los restregaba por la abundante pelambrera del pubis, por el ojete del culo, por el interior de sus muslos y por las piernas. Una y otra vez se untaba las partes mas excitantes de su cuerpazo con aquel delicioso perfume. Quería que mi hermano se volviera todavía más loco por ella al olerla luego en la cama por todo su cuerpo.



Colgada de esa forma, con las piernas cruzadas y los pies bamboleándose de vez en cuando, ofrecía una vista maravillosa. Me habría encantado poder decirle a Carlos que la mantuviera un buen rato así, agarrándola con el brazo por debajo de las corvas, para que yo pudiera poder meter allí mi cara y no despegarme hasta pasado un buen rato, agarrándole y chupándole el culo y el coño hasta quedarme bien satisfecho.



Del lado en que yo estaba sólo le veía su media melena rubia casi tapada por sus rodillas y por el cabezón de mi hermano que seguía morreandose con ella, pero un poco mas abajo distinguia la vista entera de su gordo culo empapado por lo que se había untado y los babeantes labios de su sexo peludo en el centro de aquel redondo y blanquísimo pandero. Podía apreciar también sus pies calzados en los zancos rojos de tacón alto moviéndose de cuando en cuando.



Por fin mi hermano se la llevó bien caliente al dormitorio, el maldito de mi hermano, se la llevó mas caliente que nunca en su vida y se la iba a follar bien follada en su cama de matrimonio.



Qué odio, qué excitación, qué envidia, y además yo me quedaba sin ver el especatulo mas maravilloso que podria ver en mi vida.



De pronto, cuando apenas habia pasado un minuto escuche por la ventana el sonido delicioso y gutural de mi tia.



" Hay hijo, des…pa…ciii…too,..oohg,….dame mucho gustito mi amor, haz muy feliz a tu tia, aggg, uyyyy, que bien estoy asi, sigue, sigue, acariciamelo todo con tu aparato, que ganas tengo hoy de follar contigo, ahhh...ahhh, que gordisimo lo tienes mi bien, que alegria, asi, asi, siiiiiiigue, siiiiiiigue".



 



"Uff…ufff....ahhh, que bueeeena eres, tii…a Queeeti, que buenisima es...tas jamona miiiiiiiia, como me gussstas, uyyyy, que rico, aaaagg....aaagggg, eres maravillosa, asiiiii, asiiiiiiii, mira como te rozo el chumino, ahhhh....que gusto,que ganas tengo hoy de ti".



 



Yo no podia más, asi que me dirigi a la puerta trasera del chalet por si estaba abierta. Al llegar comprobe que no lo estaba, pero si una ventana, asi que sin dudarlo un momento me cole dentro de la casa.



Por el pasillo me fui acercando al dormitorio escuchando sus excitantes gemidos y andando yo con mucho cuidado para no hacer ruido. La puerta estaba casi cerrada, pero yo la empuje un poco para ver mejor lo que pasaba.



Al mirar por aquella rendija el olor a sexo que había en el dormitorio casi me tira de espaldas. Olía a coño de hembra madura en celo. Cuando me recupere un poco vi perfectamente que mi tía Queti estaba encima de la cama de espaldas a mi.



Se encontraba a cuatro patas acostada sobre sus pechos, con su rolliza popa en todo lo alto, y con las piernas un poco separadas. Tenia todavía puesto el picardias medio transparente rojo, pero se había quitado los zapatos y pude verle sus regordetes pies con las uñas pintadas de color rojo chillón. Hasta en eso quería estar provocativa.



Mi hermano Carlos se encontraba en semi cuclillas encima de ella, por detrás, agarrándola por las cartucheras y restregándole el rabo enormemente empalmado por la raja del culo. ¡ Vaya escenita ! y yo casi habia estado a punto de perdermela. De vez en cuando se echaba hacia atrás, se agachaba un poco, metiendo su pubis por debajo del culo de la maciza, la rodeaba con sus brazos por la barriga y se ponia a acariciarle la entrada del coño con el tallo de su gordisimo glande presionandole como podia un poco el clítoris.



 



"Sigue, mi amor sigue, que gustazo me estas dando ahí abajo, ahhhh... ahhh... que alegria mas grande, sigueeeee, sigueeeeee"



 



Mi hermano, muerto de gusto, la seguía apretando con sus brazos por la barriga, le besaba, lamía y chupaba las mollitas de carne que mi tía tenia en la espalda por debajo de los brazos y le suplicaba que se pusiera en posición para ser penetrada.



 



"No puedo aguantar mas tía Queti, ohhh, ohhh, tía buena, vamos a hacerlo ya o a mi me va dar algo, no aguanto mas preciosa mía, si no lo hacemos voy a correrme de gusto ahora mismo."



 



Mi tía, que estaba disfrutando como una enana con las caricias de la polla de Carlos, se compadeció de él. Cogió un bote de vaselina que tenia en la mesilla de noche, se unto una buena cantidad de ella en los dedos y agarrándole la polla a mi hermano por entre sus muslos, se puso a untársela por todas partes. Se notaba que le gustaba la tarea. Acariciar aquel enorme vergajo que pronto estaría dentro de ella le causaba placer.



Por fin Carlos se puso con el pene en la mano justo a la entrada de aquel agujerito entre marrón y rosado y lleno de estrías que era el ojete de mi tía. Ella se separo bien las nalgas con sus manos y mi hermano fue presionando con el glande hasta que este se coló en aquella deliciosa cueva.



 



"Ufff...uffff... despacito mi amor, despacito, no me hagas daño vida mia, ten cuidadito, ten cuidadito mi bien, solo un poquito y luego mas, aggg, aggg, asi, asi, suavemente Carlos, muy suavente"



 



Mi hermano cuando vio que el glande estaba bien dentro se puso a metérselo y sacárselo muy despacio, para después, también con suavidad, meterle hasta la mitad de su miembro. Entre tanto mi tía suspiraba con voz gutural.



 



"Ayyy....ayyyy....despacito, despacito, ugggg.....ugggg, como lo siento, agggg, despacio mi bien despacio, pero sin parar"-



 



Por fin, Carlos, que estaba gozando de lo lindo, se la metió con dulzura hasta los mismísimos testículos, la meneo un poco para ver que estaba bien acomodada y doblando su cuerpo hacia delante se puso a chuparle el lóbulo de la oreja a su hembra mientras le susurraba al oído.



 



"Por fin, mi vida, por fin, por fin eres mía por todas partes, ahhhh, ahhhhh, como me gustas jamona, como me tienes de enganchado a ti, prometo hacerte esto siempre que quieras".



 



Cuando estuvieron en esa postura un buen rato besándose y diciéndose uno a otro lo mucho que se gustaban, Carlos volvió a ponerse erguido, la agarro por las caderas y empezó a metérsela y a sacársela cada vez mas de prisa para que la tía Queti se fuese acostumbrando. Al rato, su miembro era una autentica taladradora perforando una y otra vez el ojete de mi tia, que una vez pasado el dolor inicial tambien estaba disfrutando de lo lindo. Al momento parecia una autentica experta berreando a pleno pulmón



 



"AHHHH...AHHHH.... que gusto, que gusto, así, así, follame bien dentro OOOOOY....OOOOOY..... que gozada, sigue, sigue mi amor, no pares, no pares, que gustazo me estas dando, uyyyyy...uyyyyyyy, QUE RIIIIIIICO, QUE RIIIIIIIIICO como me estas poniendo el culito mi amor, SIGUEEEE.....SIGUEEEEEE ".



 



Desde mi posición cada vez veía menos, pero por sus gemidos y las enormes embestida que Carlos le pegaba por detrás se notaban que los dos estaba a cien por hora y a punto de correrse.



Para darse mas gusto, mi tía se metió una mano entre las piernas y se puso a frotarse el clítoris con fuerza mientras que seguía gritando.



 



"CARLOOOOOOOS, CARLOOOOOS, me corro, me corro, vente conmigo mi amor, córrete tu también, asi, asi, AYYYYY, AYYYYYY, que gusto, que gusto, como siento tu leche caliente en mi culo, asi asi, vaciate entero dentro de mi AAAAH, AHHHH, TE QUIERO, TE QUIERO, SOY TUYAAAA.....TUYAAAAA......TUYAAAAA.......



 



Por fin tía Queti se desplomo sobre la cama cayéndole mi hermano encima con todo su peso y con su rabo volviéndose flácido dentro todavía de su culo. La culona separó un poco las piernas para que Carlos pudiera sacárselo. Cuando lo hizo, una enorme cantidad de semen pegajoso salió del interior del ojete chorreándole hacia abajo hasta llegarle hasta la vagina que también recibió su ración de leche caliente.



Mi hermano se bajo de ella y se acostó a su lado boca arriba recuperándose del esfuerzo de aquel magnifico polvo.



La jamona estuvo durante un rato despatarrada boca abajo en la cama también recuperándose.



Al cabo de un rato, tía Queti se puso a mirarle el miembro a mi hermano, le aprecio que empezaba a recuperarse, pero por si las moscas no era así, ella se lo empezó a acariciar suavemente.



 



"Mi amor, quiro que ahora follemos por el chochete, todavia estoy muy caliente y necesito que tu me bajes la calentura, pero dejame que yo me ponga arriba, ahora quiero ser yo quien domine".



 



Sin mediar mas palabras, mi tía se puso de pie sobre la cama de espaldas a mi con las piernas abiertas sobre mi hermano que seguía tumbado en la cama, empezó a bailar provocativamente enseñándole totalmente el coño, y cuando considero que estaba bien empalmado se fue agachando lentamente sobre el hasta quedar en cuclillas con su sexo justamente encima de su miembro,



Enseguida agarro la polla con su mano para tenerla bien controlada y siguio bajando su coño hasta que esta empezo a entrarle dentro.



Carlos al sentir todo aquel placer la agarro por las nalgas y por la espalda con todas sus fuerzas haciendo que mi tia se echara hacia adelante cayendo sus pechos contra el suyo y clavandose la poya de él en lo mas profundo de su vagina.



Aquello era demasiado para mi, enseguida se pusieron a follar como leones mientras que yo veía como el rabo de mi hermano subía hacia arriba con todas sus fuerzas haciendo que las mollas del culo de tía Queti se bamboleasen como si fueran un flan.



Ella se abrió bien de piernas para estar mas cómoda, estiro los pies hacia debajo de la cama y se puso a acompañar a mi hermano en sus movimientos.



El sonido de sus sexos al juntarse era delicioso, estaban totalmente empapados en sus jugos, y el hecho de que mi hermano cada vez le sacara la polla casi entera dejando ver el hinchadisimo glande para luego volver a metérsela hasta los mismisimos huevos hacia que el ñaca ñaca fuera cada vez mas ruidoso.



Yo ya no aguantaba más, así que me arme de valor, me quede totalmente en pelotas y desde donde estaba me puse a pajearme como un mono. Acompañaba con los movimientos de mi mano a mi hermano en cada una de las penetraciones que hacia en el coño de mi tía, que envidia, quien pudiera ser él.



Para ver un poco mejor me acerque un poco mas a ellos, el espectáculo de cerca era grandioso, que gozada, como se estaban poniendo los dos. Entonces sin, que yo hubiera podido intuir nada, mi tía giro hacia un lado la cabeza jadeando como una autentica perra en celo y de golpe abrió los ojos y mirándome fijamente me pillo infraganti con la polla entre las dos manos, totalmente empalmado y pajeandome a su costa. El susto que se llevo la muy zorrona fue tremendo.



 



"AYYYYYY, AYYYYY, DIOS MIO , QUE HACES TU AQUÍ, Carlos, Carlos, por Dios, deja de follar, deja de follarme".



 



Mi hermano que estaba debajo de ella tan entusiasmado con lo que hacia la tenia bien agarrada por la espalda y seguía pegándole unos pollazos enormes hacia arriba haciendo que tía Queti siguiera botando como una pelota con todas las mollas del culo desparramadas sobre sus piernas.



Por fin ella, de un salto, se bajo de él y consiguió acostarse a su lado, pero al hacerlo tuvo que abrirse de piernas enseñándome totalmente su enorme coño peludo totalmente abierto por la follada.



Despues reacciono cogiendo las sabanas que estaban enrolladas a los pies de la cama y tampandose totalmente ella y mi hermano hasta el cuello, estaba roja de vergüenza y balbuceaba sin saber muy bien que tenia que decir.



Carlos entre tanto se habia dado cuenta por fin de la situación.



 



"Pero bueno, enano, se puede saber que coño haces tu aquí, seguro que nos has estado espiándonos todo el rato, y encima despelotado y pajeandote mirándonos como fallábamos, seguro que se lo cuenta al primero que se encuentre, míralo si todavía esta empalmado. No será que a ti también te gusta la tía Queti, seguro ".



 



"Tranquilos los dos que no pienso contárselo a nadie, y la tía Queti claro que me gusta, como no iba a gustarme si esta buenisima, yo creo que no hay un solo hombre en el mundo al que no le guste una mujer tan guapa y tan bien hecha como ella".



 



Mi tía al escuchar los halagos que le decía cambió la expresión de su cara, ya se la veía mas relajada, se incorporo un poco tapándose las tetas con la sabana y después de arreglarse el pelo coquetamente con la otra mano no dijo.



 



"Bueno chicos ya esta bien mejor que no discutáis. Pero Juan, hijo, si yo soy muy mayor para ti, como puede ser que te guste tanto, si casi podría ser tu madre y apenas tienes quince años".



 



"Pero da la casualidad de que no lo eres, así que mejor que mejor porque me gustas muchisimo y cuando sea mayor quiero hacer contigo lo mismo que hace mi hermano, además hace ya mucho que puedo correrme como todo un hombre".



 



Visto lo visto mi tía que parecía alagadisima por los piropos que le había echado, fue la que decidió que deberían seguir echando el polvo que yo les había cortado, porque dijo que ella estaba muy a gusto y se había quedado con ganas, además le dijo a mi hermano que me dejara estar en el dormitorio viendo como lo hacían, que, a fin de cuentas, yo también era su sobrino y que si era verdad que tanto me gustaba pues quería dejarme que la viera desnuda todo lo que quisiera.



Después de decir todo aquello, se destapó y al tener las piernas separadas volvíó a enseñarme el chocho sin el menor pudor, repitió lo de ponerse de pie en la cama con las piernas abiertas, una a cada lado de mi hermano y dijo:



 



"Vamos Carlos, agárrate tu cosita con las manos y apunta hacia arriba que vamos a seguir con lo nuestro, y tu Juan, bonito, agárrame por la cintura y ayúdame a agacharme, que cada vez me cuesta más trabajo, pero niño, cuidadito con tocar más de la cuenta, sobre todo en los sitios que tu sabes que no debes".



 



Yo no me podía creer lo que estaba oyendo, mi tia me pedia que la agarrara por la cintura, ¡ Que bién, que alegria mas grande !



Sin perder un segundo me puse detrás de la culona.



Aquello era una autentica gozada, al estar ella de pie en la cama, tenia los hombros, la espalda, la cintura, el glorioso culo y los magníficos muslos de aquel bombón a dos palmos de mi cara.



Una aturentica gozada y ademas que olor más alucinante desprendia, mi tia olía a sexo puro y duro.



comprobé que el picardías llegaba solo un poco mas debajo de su cintura, pero yo no tenia interés en tocar seda, quería tocarle sus carnes, así que metí mis manos por debajo y la agarre suavemente acariciandole las cartucheras sin cortarme ni un pelo.



Al sentir mis caricias, la jamona volvió la cabeza, me sonrió pícaramente y me lanzó un insinuante beso, después empezó a agacharse mientras mi hermano la esperaba abajo con la polla totalmente empalmada agarrada con sus manos. Yo aproveche su bajada para pasar mis manos de su cintura a los cachetes del culo y de esa manera aprovecharme para sobárselos un poco.



A mi tía parece que aquello le gusto y se quedo a media bajada moviendo suavemente su gordo pandero para que yo pudiera seguir con mis toqueteos, incluso con mis dedos llegue a acariciarle los labios vaginales y los pelos del coño.



Mi hermano, que estaba impaciente le dijo que se diera prisa y ella siguió su descenso en cuclillas en busca del placer. Por fin cuando su sexo estaba encima del glande de Carlos, este dio un empellón hacia arriba y se lo metio en la vagina, entonces ella se dejo caer sin miramiento hasta clavarse el miembro en lo mas profundo de su coño. Quedo totalmente empalada.



Yo, para ver lo que hacían, me fui detrás y acosté mi cara en la cama para ver todo mejor en la de ver como tía Queti, con la espalda erguida, meneaba mucho el culo sobre las piernas y los huevos de mi hermano que la tenía cogida por la cintura. Seguramente hacia todo eso para que la polla le quedara bien apalancada y luego pudieran follar perfectamente.



Carlos después la agarro por los hombros y la echo hacia delante pegando su pecho al suyo. La abrazó por la espalda y enseguida , poniéndose a continuación a darle unos pollazos, mas fuerte si cabe, que los que le había dado antes.



Yo naturalmente miraba la escena, con su permiso, a menos de un metro, así que no tarde en calentarme y me puse a pajearme como un enano. Era alucinante como el culo de mi tía subia una y otra vez hacia arriba para luego tragarse entera la polla de mi hermano.



Carlos la agarraba con fuerza por los cachelletes loco de gusto, con la polla completamente empapada por los jugos de ella.



De cuando en cuando, la rubia se quedaba un tiempo abajo y se ponía a restregar su sexo por el de mi hermano.



Sus pelos se entremezclaban entre sí, enredandose los unos con los otros. Entonces él dejaba de abrazarla por la cintura y la agarraba fuertemente por las mollas del culo, restregándole también su sexo con fuerza.



 



" Aaaaahhhh......aaaaahhhhh, que gusto, que gusto, que buena esta jamona mía, me tienes loco, toma, toma, hasta dentro".



 



Estuvieron así un rato enorme, jadeando a veces uno a veces otro y otras veces los dos a la vez.



Al rato mi tía, se volvió hacia mi para ver como me sobaba el miembro. Pense enseguida que era el momento de enseñarle como lo tenia, así que deje de tocárme y poniéndome de pie y con mi pubis totalmente sacado hacia delante, empece a hacer con él movimientos circulares.



Después empece a menearla de arriba abajo para que no tuviera duda de que, si no era tan grande como la de Carlos, poco le faltaba. Yo parecía un pavo real enseñándole a su hembra todo sus encantos, pero lo curioso fue que el numerito dio resultado.



Tía Queti, sin dejar de follar con Carlos, me indico con el dedo que me acercara a ella, y en el momento que estuve a la distancia adecuada no tardo en cogerme el miembro y metérselo en su boca.



¡ Que gustazo me dio ! aquello me parecía imposible pero era verdad, note como me lo chupaba con gusto y como sus mofletes se hinchaban y desinchaban por culpa de mi polla. Movía la lengua que era para volverse loco.



Mi maravillosa tía, para que estuviera más a gusto, también se puso a acariciarme los huevos. Que bien lo hacia, que alegría más grande tenia, como me los apretaba y soltaba con todo mimo.



Por fin cuando paso un buen rato se saco la polla de la boca y me pidió que me agachara. Enseguida aprovecho para rodearme con sus brazos y meterme toda su lengua dentro de mi boca.



La tenía riquísima gorda y jugosa, yo me harte de chupársela todo lo que quise pues ella parecía que no quería que el beso acabara.



 



"Ay Juan, Juan, que hambre de sexo tienes hijo mío , estoy segura que te encantaría follar conmigo miles de veces"



 



Le respondí que por supuesto que si, así que me dijo que me untara vaselina en el pene, me montara por detrás encima de ella y que no me lo pensara más, que se la metiera enterita por el culo, que ya se encargaría ella de que me gustara muchismo.



¡ Dios mío, íbamos a hacer un trío ¡ mi hermano Carlos, mi tía y yo. Me iba a poder follar a aquella estupendísima señorona aunque fuera compartiendola con mi hermano.



Lo que pasó a continuación, la llamada telefónica que Tía Queti hizo a mi casa diciendo que había oido ruidos extraños en su casa y que, como le daba miedo estar sola, queria que mi hermano y yo pasaramos la noche con ella y el porque al día siguiente los tres estabamos totalmente escocidos y con nuestros sexos enrojecidos, es algo que, para no alargarme más, contare en otra historia.



Hasta entonces, saludos cordiales a todos.


Datos del Relato
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