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Categoría: Incestos

Mi hermana Arantxa (segunda parte)

Llegue a casa después de pasar por el videoclub y alquilar un par de pelis, de camino a mi habitación, pase por delante del salón donde vi que Arantxa estaba tumbada durmiendo la siesta, no pude dejar de observa sus tetazas que se salían del asiento del sofá únicamente sujetadas por una camiseta blanca de fanta, me acerque sigilosamente y vi que tenía la camiseta estirada y separada de su vientre debido al peso de las tetas lo que dejaba ver sus dos enormes tetas una encima de otra colgando únicamente sujetadas por aquella camiseta, creo que si le hubiere hecho un pequeño corte la gravedad hubiera hecho el resto y la camiseta se hubiera rasgado sola dejando salir aquellos dos melones, una parte de mi me decía ¡sácate la polla y métesela en la boca! Y la otra ¡por favor es tu hermana! A sí que me fui a mi habitación me metí un par de rayas y me hice una paja pues estaba bastante caliente por lo que acaba de ver.



Después de un rato tirado en la cama escuchando música, me dispuse a salir de la habitación, cuando al salir ¡SORPRESA! debo decir que mi habitación está enfrente de la de mi hermana allí estaba mi hermana de espaldas a la puerta en albornoz entonces en un acto intuitivo cerré la puerta de mi habitación suavemente y rápidamente pero sigilosamente baje la persiana de la habitación quedando a oscuras, abrí la puerta como unos cuatro dedos y me separe uno centímetros (supongo que no se debió de dar cuenta que yo estaba en casa) y allí estaba ya se había quitado el albornoz y se había puesto unas bragas negras que por la parte de adelante se metían bajo su barriga, pero pude ver por segunda vez aquello que tanto ansiaba aquellas dos enormes y blancas tetas, estuve tentado a salir desnudo con aquella tremenda erección que tenía y que fuera lo que dios quisiera pero mi parte racional me decía ¡que cojones haces!



Seguí allí un rato viendo cómo se echaba crema y se peinaba y volvía a ponerse la camiseta de fanta momento que aproveche para salir que haces? le pregunte ¡AH! Joder que susto cuando has vuelto? Me pregunto, hace unos minutos le respondí estaría en la ducha cuando has entrado por eso no te oí al entrar me dijo seria eso le conteste, voy a preparar la cena me dijo, he de decir que durante aquella conversación tuve que disimular mi erección.



Después de cenar me fui al salón, no vienes? Le pregunte ¡ahora voy! Me contesto, entonces la vi aparecer con la cesta de costura de mi madre, se sentó en el lado izquierdo del sofá, abrió la cesta y se sacó un sujetador y una especie de espuma que empezó a coser en uno de los tirantes del sujetador ¿qué haces? Le pregunte, pues estoy forrando con esta espuma los tirantes pues son muy estrechos y con lo que yo tengo me rozan el hombro y ma hacen herida me contesto ¿pero que tienes? Le pregunte ¡que eres tonto! Me respondió ¡joder no sé a qué te refieres! Le dije ¡a mis tetas joder que con los grandes que son mira lo que me hacen! Me contesto mientras se apartaba la camiseta del hombro dejándome ver una herida causada como por un rozamiento, y le chas algo le pregunte, si una pomada me respondió, ahora entendí por qué en casa nunca llevaba puesto el sujetador y la crema que vi cómo se echaba horas antes, a ver si me operan ya de una vez me dijo, como está el mundo unas para ponerse tetas y tú para quitártelas el mundo al revés, le respondí, no creo que ninguna mujer quiera tener esto, tú no sabes lo que es cargar todos los días con este peso y no te cuento para encontrar ropa, me respondió, en ese momento yo ya estaba cada vez más lanzado entonces en un momento de excitación le pregunte ¿tanto te pesan? Que si pesao son muy molestas, me respondió, pero ¿cómo de pesadas son? Le volví a preguntar, espera que voy a por una pesa y las peso no te jode me, estas pesado con el tema me respondió, es curiosidad y una cosa ¿me dejarías levantarlas para ver lo que pesan? Entonces se quedó como en estado catatónico por la pregunta que le había hecho ¡qué dices! Grito tu estas mal de la cabeza, creo que te has pasado con la coca, enseñarte las tetas tu estas muy mal, solo me las ha visto Gorka que es mi novio te las voy a enseñar a ti que eres mi hermano, estoy flipando me respondió, quien dijo que me las enseñases, solo te dije que si podía levantarlas para ver lo que pesan, además porque somos hermanos por eso te lo pregunto ni que fuera un desconocido le dije, pero ¿tú sabes lo que me estás pidiendo Patxi? Que somos hermanos joder me respondió, tranquila no te pongas así yo te pregunte sin mala intención, simplemente por curiosidad, como dices que pesan tanto era para hacerme un idea, entonces hoy dos palabras que jamás olvidaré y que nunca pensé que saldrían de su boca, ¡ESTA BIEN! Pero ponte por detrás porque si te veo la cara no se me da cosa, vale sin problema le respondí.



Entonces se giró dándome la espalda, me puse detrás de ella de rodillas en el sofá, sin decir que estaba como una moto tenía el corazón a mil y la polla creo que también me palpitaba, por fin había llegado aquello que tanto ansiaba, ¡QUE A QUE ESPERAS! Me voy arrepentir, no no tranquila, le contesté, me arrime a ella dejando una distancia prudencial entre su espalda y mi polla no fuera a que notase mi erección y se arrepintiera, apoyé mi barbilla sobre su hombre y acto seguido pude notar como se había acelerado su pulso, adelante mis brazos, desdice mis manos desde la parte superior hasta la parte inferior notando sus pezones sobre mis manos, al llegar a la parte inferior aquellos enormes globos hice el ademan de levantarlos, pero la camiseta estaba pillada entre su vientre y sus muslos, al ver que no podía levantarlos y antes de que yo dijera algo, me dijo ¡ESPERA! Se levantó la camiseta entonces sus tetas cayeron sobre mis manos, quedándome las manos atrapadas entre sus tetas y sus muslos, podía sentir como había acelerado la respiración y había cerrado los ojos, levante aquellas enormes tetas un par de veces mientras no dejaba de estrujarlas, por aquel momento la respiración de Arantxa ya se acelerado bastante casi eran resoplidos, aproveche y cogí los pezones entre los dedos índice y medio, ya estaban durísimos, le empezó a besar en el cuello mientras ya le apretaba mi polla sobre su espalda, la respiración ya pasaba a gemidos, ya se estaba mordiendo los labios, me incliné un poco más a la vez que le subía una teta y se la chupaba, entonces llego el colofón paso su brazo para atrás y pude sentir como su mano me sobaba la polla, en un momento me bajo la parte delantera del pantalón de pijama y ya había empezado a meneármela yo estaba ya como una locomotora, ya estaba cegado aquella ya no era mi hermana, aquello eran dos tetas y un coño al que tenía que follarme, la incliné hacia un lado y un poco hacia atrás, entonces le metí la mano hasta llegar al coño, fue en ese momento cuando de un salto brusco se levantó del sofá exclamando ¡NO PUEDE SER! ¡DÉJAME! Y salió corriendo hacia su habitación.



Continuará


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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