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Categoría: Incestos

Mi encuentro con mi madre y con Alicia

Ignoro cundo inicio mi tentación por el encanto que me provocaron los pies femeninos, las piernas, las medias, el nylon, pero sobre todo las pantaletas sucias, pero lo que es seguro es que fue mi despertar al delicioso e irrenunciable deseo sexual.

La historia se inicia en la confortante convivencia familiar de mi casa, donde solía ver televisión después de cenar. Ya instalados en la sala mi padre ocupaba su cómodo sillón reclinable, mi madre y yo solíamos compartir el sofá mi madre casi siempre se acostaba de lado, con los pies hacia mí. Yo era el más joven de varios hermanos, estos se habían casado muy jóvenes, por lo que ya no vivían en la casa.

Aun a pesar de ello mi madre tendría apenas cuarenta años y mi padre algo mayor que ella. En invierno, cada noche mi madre se recostaba a ver la televisión y se ponía encima una mantita para cubrirse las piernas. Yo me acomodaba a su lado de tal forma que sus piernas quedaban encima de las mías y así compartíamos aquella manta. De nada serviría hacerme el tonto, me encantaba el grato calorcito de sus piernas en las mías, mi tentación se hizo presente un día que sus pies no lograron cubrirse del todo, bajo el matiz que sus pantis le provocaban, hizo surgir en mí una sensación desconocida, me excite, no puedo explicarlo porque solo sé que sus pies me hechizaron, delgados níveos graciosos, tersos, sencillamente me encanto su suavidad, su aroma.

Tenía que estar atento a cualquier movimiento de mi madre, o descubriría sin remedio el estado febril en que encontraba, era algo que estaba muy por encima de mi voluntad, mi verga se endureció casi al instante en que hacia contacto con ella, para fortuna mía esto se repetía noche a noche, desnudos o adornados por sus medias, para mí siempre fueron todo un privilegio poder observarlos, sin embargo un día fue tanta mi tentación que le ofrecí a mi madre darle un masaje, ella aceptó sin imaginar que sus pies me perturbaban, los tome en mis manos y los frote suavemente, por suerte mi padre no se encontraba y me di un banquete acariciando sus lindos pies, causantes de mi desazón, creo que mi “masaje” fue muy agradable para mama, se relajó tanto que se quedó dormida un fuerte ronquido así me lo indico, ello dio luz verde a mis deseos porque comencé a acariciar sus pies hasta las rodillas, mama no traía pantis ese día, el contacto fue total con su cálida piel, me porte más atrevido y subí mi mano hasta sus piernas, sentí que el corazón estallaba en mi pecho, sabia de sobra que eso estaba mal, pero no podía dejar de acariciar las suaves piernas de mama. Después de un buen rato de goce intenso, regrese la falda de mama a su sitio pues mis ansiosas manos le habían movido de su sitio, segundos después mama despertó y me dijo que se iba a su habitación a dormir, le dije que yo me quedaría un rato más, mi padre había cambiado de trabajo y también de horario llegaba a casa de mañana. Esa noche pensé que dormiría tranquilo pero no fue así, toda la noche soñé con ella, desnuda ofreciéndome sus encantos, jamás hasta ese momento había mirado a mama desnuda, pero aquella imagen fue hermosa en verdad, la figura de mi madre la conocía de sobra, solo que con ropa, pero aquella imagen era un real reflejo de ella, mama conservaba un cuerpo bastante atractivo, para mí no era necesario verla desnuda para admitir que ese sueño le hacía bastante justicia a su bella figura.            

La siguiente noche la estuve esperando con verdadera ansiedad, ojala no cambiara aquella rutina que tanto me gustaba, y tanto placer me estaba causando, ya estaba yo en el sofá, cuando mama llego con su manta y me dijo que me acomodara para que se recostara y así estar bien calientitos los dos, no me hice del rogar de inmediato le hice espacio y ella se acomodó como era su costumbre, siempre era muy cuidadosa para cubrirse pero ese día la falda se subió más de lo que ella hubiera deseado y me mostro sus pantaletas. Mire aquella escena hasta que ella volteo a mirarme y yo fingí no prestar atención a ese incomodo momento. Ese instante me dejo serio no quería ni moverme, sin embargo, ella me saco de mi trance, cuando me pidió que masajeara sus pies, me encantaba hacer todo aquello, sobre todo porque albergaba la ilusión de aprovecharme del pesado sueño de mi madre. Cuanto duraba aquello no lo sé nunca medí el tiempo, pero lo que si se es que a ella le gustaba tanto como a mí, y lo digo porque ella siempre me pedía que lo hiciera, el pretexto era el frio que sentía en ellos y que mis manos siempre estaban calientitas y eso le daba consuelo a sus friolentos pies, llego el momento en que estaba convencido que mi madre quería algo más pues algunas veces emitía un ruido que bien parecía gemido, un día cometí una imprudencia estaba despierta con sus ojos muy abiertos, tentado por mis pensamientos decidí avanzar con mi “masaje” hacia sus piernas, pero al sentir que mis manos avanzaban más allá de lo prudente me detuvo.

—oh, oh, hasta ahí nada más jovencito.

Me sentí avergonzado, pero continúe masajeando sus pies hasta que se quedó dormida. Llego mi oportunidad de hacer con ella lo que me diera la gana, me arme de valor, y subí mi mano más allá de lo que me era permitido, esa ocasión, después de acariciar largo rato sus piernas, metí mano dentro de sus pantaletas, por primera vez sentí los excitantes y gruesos pelos de su sexo entre mis dedos, bajo mi pantalón, mi verga crecía y crecía hasta su máxima extensión, por momentos me alarmaba al ver que se movía como queriendo despertar, sin embargo continuaba durmiendo dejando su deliciosa intimidad abandonada a mis caprichos.

Como debía interpretar aquello tal parecía que mama sentía mis caricias su panocha estaba húmeda, excitada estoy seguro. Saque mi mano para sacar mi verga de su prisión y en eso despertó mama para levantarse e irse a su habitación, estaba agitado y perturbado pero tal parece que lo adormecida que estaba no le dio tiempo de darse cuenta, cubierto con la manta tratando de ocultar mi erección, y con los dedos empapados de su liquido lubricante, me quede quieto unos segundos, después me lleve la mano a la nariz, era increíble lo delicioso que resulto el aroma de la panocha de mama, tan delicioso me pareció que después lo lleve a mi boca y lo chupe como si fuera un bebe, me dirigía a mi cuarto pero antes debía asear mi boca, tallaba con fuerza mi dentadura y al mirar al suelo encontré las pantaletas de mama en el piso, nunca las dejaba tiradas, pero para mí fue un afortunado descuido, pegue con mi cabeza en el lavabo por mi premura de apoderarme de ellas, sobra decirles que fue un festín para mi olfato, el hallazgo de las pantaletas sucias de mi madre, fue tanta mi excitación que me masturbe hasta dejarlas empapadas con mi semen.

Días después olvide decirle a mi madre que el día siguiente no tenía clases, y como salía muy de mañana, pensó que no estaba en casa. Acostumbrado a despertar temprano oí cuando cerca de las 9, papa llego de trabajar, mama le pregunto si quería de desayunar y el confiado en que estaban solos le dijo no mujer, mejor vente a la recamara tengo unas enormes ganas de meterte la verga en tu panchita, un día hice un hoyo para espiarlos al escuchar sus gemidos íntimos, nunca logre verlos siempre apagaban la luz, pero era de día y a su habitación entraba mucha luz, la suficiente para ver más que claro todo lo que estaba por ocurrir, vaya que papa estaba urgido más tardo en entrar a la habitación que en desnudarse me quede boca abierta al mirar las enormes dimensiones de la verga de mi padre, mama le quedo mirando y de inmediato se comenzó a desnudar, fueron cayendo una a una sus sensuales prendas, bajo la intensa lascivia de mis ojos mama era un verdadero bombón, ahora veía en todo su esplendor esos pies y piernas que tanto placer me causaba acariciar, al caer sus pantaletas, mire embelesado el oscuro triángulo de su adorado sexo, que yo había sentido escurrir en algunas ocasiones, sentí una envidia inclemente al ver que mi padre con toda confianza metía su mano entre sus pliegues, la beso con tanto amor como el que yo sentía por ella, con toda delicadeza la acomodo atravesada sobre la cama, cosa que yo agradecí porque pude ver con claridad el momento en que mi padre tomo posesión del grato interior de mi madre, era impresionante la fuerza que mi padre ocupaba para sepultar su enorme trozo en las verijas de mama, como impresionante era ver como mama desaparecía aquel enfurecido coloso, aquel combate parecía no tener final, admirado veía como papa hacía gala de resistencia prolongando su explosión más allá de lo que creí que fuera posible, la panocha de mama estaba anegada y el péndulo de mi padre entrando y saliendo ayudado por esa misma causa, mama gemía, chillaba, de pronto se estiro bajo el cuerpo de mi padre y grito con todas sus fuerzas mi padre acrecentó la fuerza y rapidez de sus embestidas y se unió a las estertores de mi madre, finalmente exhausto dejo caer su peso sobre ella, pero eso no evito que viera como un líquido blanco escapaba de la panocha de mama, escurriendo incontrolable hasta sus nalgas, no vayan a creer que eso fue todo, no, mama me dio una sorpresa increíble papa no era el único sediento de amor, papa yacía boca arriba después de desmontarla mama se levantó y le propino una mamada a papa que creo que me vine al mismo tiempo que él, por poco se me escapa un grito, cogieron todo el día mama no salió de la habitación un solo instante, papa descansaba y entraría al día siguiente por la noche, así que mi noche en el sofá se la había llevado la mierda.

La siguiente noche mire a mi padre cuando salió a trabajar, nuestra acostumbrada sesión en el sofá se volvió a presentar con todo su excitante contenido, después de verla coger con mi padre mi madre se me hizo más deseable, espere a que durmiera y antes de hacer cualquier cosa me saque la verga y la frote en sus pantorrillas, pero no quede satisfecho su hueco era lo que más deseaba y estaba situado a poca distancia de mi verga, estaba decidido mi deseo era más fuerte que mi temor, me acerque hasta ella hasta colocar mis piernas pegadas a sus nalgas, espere su reacción pero esta no sucedió gire mi cuerpo todo lo que pude de tal forma que mi verga alcanzo a puntear su panochita, estaba tan enloquecido, tanto que no me importo si despertaba y aunque suavemente embestí aquel delicioso resquicio, percibí como la cabeza de mi verga se alojaba entre los labios de su vagina, muy a pesar de la oposición que presentaba la tenue tela de sus pantaletas, era nada comparado con la dureza de mi tolete, mi emoción estaba desbordada al máximo, tanto que no pude aguantar y eyacule con tanta abundancia que sentí vacíos mis testículos, después del arrebato regreso el temor de ser descubierto, con todo cuidado me separe de ella dejando libres sus pierna, apenas recobraba el aliento cuando mama se levantó y sin decir una sola palabra se fue a su habitación, resople y volví a preguntarme, ¿en verdad no sentirá nada? sus pantaletas escurrían de semen, creo que si está consciente.

Me fui a mi habitación también estaba cansado, insatisfecho si alguna duda tenía mi verga estirada mostraba lo contrario, me desnude totalmente me tendí boca arriba sobre mi cama, frustrado cansado cerré mis ojos momentos después escuche como se abría la puerta de mi habitación, no sé si trataba de una alucinación pero mi madre entro en mi habitación con una bata trasparente, tanto que se apreciaban con claridad sus sensuales pantaletas, esas mismas pantaletas que instantes antes había dejado empapadas de semen, pensé que iba a reclamarme, abrí mis ojos con amplitud al verla entrar, casi salen de las cuencas al verla despojarse de sus dos únicas prendas, mire caer sus pantaletas al piso y mi corazón latió con toda su fuerza, desnuda frente a mí no podía creerlo, demasiada gloria para ser real, seguramente había sentido lo que le había hecho y excitada regreso a mi lado, alguna vez tuve deseo de verla junto a mi dándome una mamada como la que le propino a mi papa, montarse sombre mi verga dura como una roca, y devorarla con su panocha hasta hacerme explotar. Pero ahora estaba ahí en mi habitación desnuda y dispuesta. Mama percibió mi timidez y pasmo y me dijo:

—ven mi amor es tiempo de dejar de atormentarnos.

Entonces era cierto, estaba consciente cada vez que yo me regodeaba en sus encantos, más que importaba todo eso ante lo que estaba a punto de suceder, mama quería coger y yo también moría por la misma causa, iba a levantarme cuando ella se lanzó sobre mí, de manera sorprendente se prendió de mi duro péndulo y lo mamo tan delicioso que sentí desmayarme, succionaba tan delicioso que deseaba que eso nunca terminara que se prolongara por mucho tiempo, pero no fue así, le dio un tierno beso a la punta de mi verga y tan sorprendente como en la primera acción se sentó a horcajadas sobre mi verga, y dejó caer su trasero hasta devorarme totalmente, no sé cómo pude soportar semejante delicia, mama me tenía atrapado con su panochita y me apretaba con ella matándome de placer. Me uní a sus movimientos y clavé mi aguijón hasta el fondo de sus entrañas parecíamos fieras en lucha sin cuartel, sudando y entregando en ello hasta el último halito.

Llegamos juntos al clímax y nos recostamos para recuperar el aliento, cogimos toda la noche, según yo estaba despierto pero no quería abrir los ojos, algo sucedía en mi entorno que me dio la suficiente curiosidad y abrí mis ojos, allí estaba mama con su rostro muy junto a mi verga estirada y vigorosa, sus suaves dedos rodeando mi tranca dura como una roca, me resultaba excitante ver su cara atenta a mi virilidad, sudaba y parecía tener una mano sumergida en su entrepierna, no debía seguir fingiendo dormir, frote suavemente su espalda, mire iluminarse su carita al verme despierto, eso deseaba lo vi con toda claridad, solo me dedico una sonrisa y sin decir palabra se metió mi verga en su boquita, deslizó con maestría su lengua a lo largo de mi tronco, lo volvió a meter en su boca lo apretó con sus labios logrando que unas gotas escaparan por la “boca” de mi desafiante verga, seguramente mi padre disfrutaba ampliamente de la maestría que mi madre mostraba al mamar tan delicioso, hizo una pausa dando espacio a que recobrara mi control, pensé que aquello había llegado as u fin y de pronto volví a sentir la grata sensación de su mucosa bucal atrapando la cabeza de mi verga, tomo mis huevos con una de sus manos y los frotaba con su suavidad y de repente los apretaba provocándome una sensación enloquecedora, había tomado uno de sus pechos y lo apretaba sin hacerle daño pero parecía no estar atenta a mis caricias, pensé que terminaríamos copulando, pero dude aquello porque mama parecía una cría hambrienta saboreando con placer la mamada que me estaba propinando, no pude más y pensé que al verme gemir al borde del orgasmo soltaría de su boca su adorado caramelo pero fue así se aferró a mi verga y recibió toda mi descarga en su boca a la vez que apretaba un poco más fuerte mis testículos, incrementado con ello los borbotones de semen que repletaron su boca, volteo a mirarme, abrió su boca y una cascada lechosa escurrió por su barbilla. Todo esto fue muy hermoso de no ser porque solo se trató de un hermoso y placentero sueño, mis sabanas estaban mojadas abundantemente, eso era lo único real, me había escurrido todas las veces que lo había hecho durante el sueño, pero nada más. 

Papa fue cambiado de trabajo y ahora era trasladado a una comunidad más lejana que no le permitía regresar a casa, a veces ni cada ocho días, mama resintió mucho aquel inesperado trastorno sus hábitos se vieron afectados, tanto como los de papa, yo más que nadie sabía lo que lo que a mis padres les gustaba coger. Y que el estar separados seria infernal para los dos, pero no había alternativa, durante mucho tiempo la afición que teníamos dejo de suceder, mama parecía abandonada temprano se iba a su habitación quizá a intentar controlar sus deseos de ser copulada, realmente no lo sé, pero a mí me pasaba lo mismo, extrañaba verla dormir con sus piernas en mis piernas, permitiendo con ello que la manoseara a mi antojo. ¿Acaso me estaba evadiendo Como demonios saberlo?

Una de tantas tardes estaba sentada en sala, esto me sorprendió, pero como si quisiera conquistarla intente ser agradable con ella y logre entablar charla, le pregunte cuando retomaría su vida con normalidad, afortunadamente papa no está muerto, solo lejos anímate, para buena suerte mama aquel día estaba de buen ánimo, me escucho y entendió que no estaba tomando la situación de la manera más adecuada, aun así se metió en su habitación pero esta vez sí salió a la hora de la cena. Al menos dio señales de vida me dije. Después de la cena me fui a la sala a ver el televisor como de costumbre, de pronto mi madre estaba frente a mí con su manto favorito entre sus manos.

—no piensas hacerme un lugarcito.

Me quedé abstraído sabiendo lo que aquello significaba, mi sangre se agolpó en mi cerebro y mi lascivia se hizo patente en segundos, se repitió la escena donde al recostarse me mostro sus pantaletas, pero esta vez no disimulé, no pude fui vencido por mi deseo, tampoco mi madre se mostró apenada, le restó importancia al detalle. Sonriendo me pidió que cubriera sus piernas. Cosa que fue una verdadera pena, pues evitó que pudiera observar la belleza de sus lindas piernas, todo fue hacer contacto con ella, que mi erección comenzó a progresar al instante.

—Tu masaje mami.

—¡hay si por favor!

Así empezó este episodio que ni ella ni yo teníamos idea hasta donde podía llegar. Frote sus dedos, las plantas de sus pies, el empeine, sus pequeños pies estaban un poco fríos por ello mismo el calor que mis manos le transmitían una grata sensación, me sentía muy nervioso, deseaba que durmiera con rapidez, pero sentía consuelo al pensar que al menos ya estaba ahí y debía armarme de paciencia, había un factor que yo consideraba digno de ser tomado en cuenta, mama tenía varias semanas, y que se habían convertido en meses sin copular, eso podría obrar en mi favor, la mire al rostro y pude darme cuenta que empezaba a pestañear mostrando que el sueño la comenzaba a vencer, que importaba si dormía o no, era la prueba de fuego debía ser más atrevido. Lentamente comencé a subir mis manos y llegue hasta la rodilla disimulando sin disimular rosaba con mis dedos el inicio de sus piernas mire hacia su rostro y vi como cerro sus ojos me pregunte ¿sueño o trance? Debía averiguarlo, y a eso estaba muy decidido me dije ¡animo un poco más! Así lo hice, audazmente comencé deslizar mi mano sobre sus muslos mama abrió sus ojos y pregunto con voz apagada.

—ah ¿qué haces?

—tu masaje mami, quédate quieta.

Volvió a cerrar sus ojos y aproxime mi mano muy cerca de su panochita, mi garganta se reseco ante la cercanía del objeto de mi deseo, estaba en lo cierto porque en el siguiente movimiento sentí la tela de sus pantaletas, supongo que percibió aquello porque gimió muy levemente, mostrando abandono a mis audaces caricias, era luz verde, al sentir como se relajaba. en el siguiente movimiento mi mano estaba posada sobre su panocha, solo un dedo utilice para deslizarlo lentamente en su rendija, sé que no dormía su respiración así lo indicaba, no sé qué pasaba por su mente, pero se dejaba acariciar sin intensión de oponerse, muy al contrario, me sorprendió gratamente cuando separo sus piernas dando libertad a mi mano para hurgar en su intimidad, aproveche esa oportunidad y metí la mano por el resorte que oprimía su pierna, hundí el dedo mayor en su puchita hasta los nudillos, mama temblaba víctima de mis audaces caricias y gemía complacida al percibir el movimiento de mi dedo invasor, era mía, ya no había marcha atrás la humedad de su vagina mostraba su rendición, quizá me precipite un poco, pero no quise arriesgarme, quizá aquello no volvería a repetirse por ello mismo no podía dejarla escapar, puedo decir que prácticamente le arranque sus pantaletas y ella coopero todo lo que estuvo a su alcance, el manto yacía en el piso junto a las pantaletas de mi madre, ella lucia medio cuerpo desnudo, con todo el nerviosismo que me atacaba en ese momento logre liberar mi verga sin bajarme los pantalones, mama tenia ojos abiertos esperando ansiosa que embistiera su intimidad, la penetre así de lado pero era evidente que no estaba cómodo ni yo ni ella. 

—espera ven bájate tu pantalón cuando menos hasta las rodillas.

Mama tomo mejor posición y me indico me montara encima de ella, así lo hice, de repente sentí como su mano se apodero de mi verga y la guio a la entrada de su vagina, empecé a penetrarla con toda mi fuerza y aun ritmo demasiado acelerado,

—despacio mi amor no corras.

Me dijo a la vez que emitía fuertes gemidos, amaine mi ímpetu y adopte un ritmo similar al que mi padre uso el día que lo vi montado encima de ella, esto fue muy acertado mama parecía estar familiarizada con aquel ritmo, y agitaba sus caderas de manera deliciosa, su movimiento coincidía con mi vigorosa visita al fondo de sus entrañas, mama parecía tener una ventosa entre sus piernas, su panochita se aferraba poderosamente a mi endurecida verga, me sentí mal porque pensé que inevitablemente me iba a derramar y dejarla insatisfecha, por fortuna no fue así, sus piernas se apoderaron de mi cintura dejándome totalmente inmóvil se sacudió y grito enterrándome las uñas en la espalda en ese mismo instante derrame mi lechosa descarga en su deliciosa y ceñida cavidad.

Estoy muy contento mi primera vez fue sensacional mejor maestra no pude tener, ella simplemente es la mejor amante que pude haber soñado, llevamos una relación realmente hermosa, decidimos borrar de nuestras mentes nuestra relación fraterna esta solo existía cuando papa ocasionalmente regresaba a casa, me adapte a la situación dormía junto a ella todos los días excepto cuando calculábamos la visita de mi padre, durante esos días, mama debía cumplir su deber conyugal y cogía con mi ardiente padre que no la soltaba un instante, apagaba con creces la abstinencia a la que estaba sometido, mama se veía obligada a mentirle en algunas de sus inquietas preguntas.

Yo también me inquietaba con ellas, yo también quería ser el mejor de sus amantes, a pesar de eso tuve la suficiente cordura de no preguntar jamás, en el fondo sabía que no era necesario, si no disfrutara conmigo no me dejaría dormir a su lado, ni mucho menos se empeñaría en satisfacer tan deliciosamente mis necesidades, creo que ella jamás se arrepintió de lo nuestro nunca me lo dijo y yo se lo agradezco porque de ese modo evito que yo tampoco sintiera remordimiento, varios años después mama dejo de recibir mensajes de papa, que sucedió no lo sé, yo trabajaba ya, de esa forma yo asumí el mantenimiento de mi casa, meses después nos llegó la infausta noticia, papa había muerto en un accidente de carretera, los dos lo sentimos mucho mis hermanos regresaron a casa para estar cerca de mama, mi hermana Alicia estuvo varios meses con nosotros, se había separado de su marido y no tenía compromiso alguno, esto entorpeció un poco nuestra relación pues Alicia se empeñó en dormir con mama, en fin todo eso que tuvimos que superar, pero no era lo peor Alicia regresó para quedarse, fue un verdadero trastorno, al menos en aquel momento, todos querían rescatar a mama, sin saber que el único que lo podía hacer era yo.

Mi hermano Lucio la llevo con él un tiempo a su casa, no me pareció, pero no tuve argumentos para evitarlo, mi hermano tenía razón en cuanto a lo que proponía. La vida seguía dando sorpresas, me llevaba a situaciones que yo no buscaba del todo, como si estuviera destinado para ello. La abstinencia me traía loco, entre esto y aquello tenía más de dos meses de no dar alegría a mi cuerpo. Sucedió algo que no me esperaba necesitaba algunos documentos y un papel importante que había dejado en la recamara que compartía con mama, no sé porque, pero olvide de momento que Alicia estaba conmigo en la casa, hasta ese momento mi hermana había pasado indiferente para mí, después de algunos años de no verla hasta me sentía extraño con su presencia, ella intentaba ser amable conmigo, pero yo me sentía cohibido con ella. Acostumbrado a no llamar al entrar al cuarto de mama, abrí la puerta y mi sorpresa no tuvo límite Alicia dormía completamente desnuda, me quede parado junto a la puerta, las nalgas de Alicia lucían fenomenales, quizá la posición que guardaba hacían resaltar más el volumen de sus enormes cachetes, pues guardaba una posición fetal ligeramente atravesada en el lecho, de tal forma que su vagina quedaba muy visible a pesar de sus voluminosas nalgas, era muy hermosa y tentadora esa imagen, mi hermana tenía un cuerpo sumamente atractivo y aún más si se toma en cuenta su generosa desnudez, de pronto Alicia se dio media vuelta y ahora estaba boca arriba, con las rodillas encogidas y separadas su panocha peluda y abierta dejaba ver su rosada mucosa interna. La sangre se me heló cuando absorto con la vista fija en su puchita, no repare que Alicia estaba despierta.

—Perdón no pensé encontrarte así.

—ven acá eso no tiene importancia mira me tapo y se acabó tu incomodidad —yo seguía parado en la puerta sin mover un dedo— ven no pasa nada, hay muchas que tengo que platicar contigo.

En ese momento no podía explicarme ciertas cosas que después me quedaron muy claras, Alicia no parecía apenada por verse desnuda frente a mí, de hecho, no cubrió totalmente sus enormes senos, la sabana resbaló sobre ellos dejándolos semi descubiertos, sin que yo pudiera dejar de verlos.

—anda ven acuéstate aquí, a mi lado —era una abierta invitación al placer lo podía ver en su cara, me senté en la orilla de la cama y ella me jalo y ayudo a recostarme— ¿dime una cosa hermanito porque sigues soltero?

—la verdad no me preocupado por ello.

—¿tienes novia?

—no de momento.

—¿pero has tenido?

—si por supuesto.

—¿y te las has cogido?

Pensé que sería favorable para mí, hacer creer a mi hermana que era célibe.

—no, no he querido comprometerme con nadie.

—puedes coger sin comprometerte, todo es que tú quieras.

De esa forma me di cuenta que Alicia era una gran puta, y que no le importaba coger con quien estuviera dispuesto, en este caso me había escogido de víctima, quizá ella lo decidió desde el momento en que volvió a verme por eso mismo se había portado demasiado amable conmigo, en fin, yo también decidí dejarme seducir por mi puta hermana, mi táctica estaba en marcha porque note que a mi hermana le excitaba “mi timidez”.

—si supieras hermanito las cosas ricas que puede hacer una mujer para complacer a un hombre.  

—¿en serio, como qué?           

—¿quieres que te muestre?

Le hice creer que dudaba y con ello noté que se encendía más.

—no se tal vez si… —al decir aquella frase Alicia se había aproximado mucho a mí— lo único que sé es que no te vas arrepentir hermanito —aunado a su dicho Alicia posó su mano al frente mi pantalón frotó en movimiento ascendente y descendente logrando paulatinamente su propósito— tienes una verga bien respondona papito.

Y demasiado castigada últimamente me dije a mi mismo, lo que exprese anteriormente con respecto a mi hermana, fue porque descubrí que era bien promiscua, pero como mujer era muy apetecible y como amante esplendorosa, pase a su lado momentos que quedaron grabados en mi mente para toda mi vida, lo que relaté se queda corto para lo intensamente feliz que me hizo con sus caricias, mi hermosa y sensual hermana de la cual me enamore locamente, froto y froto sin sacar mi vigoroso instrumento, mientras besaba suavemente mi cuello antes de chocar su boca con la mía, que labios los de Alicia y que forma más candente de besar, quizá fue la causa más fuerte por la que me logro hechizar. Sus besos apasionados, devorando y chupando mi lengua con ternura sin igual. Y llevándome de una sorpresa a otra, yo que después de haberme cogido a mama, creí saberlo todo, y sin embargo la paloma estaba devorando al gavilán. Alicia poseía una habilidad increíble mientras me besaba se las arregló para liberar mi verga de su prisión y me masturbaba con suavidad incrementando la dureza de ni tranca. Era de no creerse mis manos estaban quietas, tan solo concentrado en el placer que estaba recibiendo. Al darme cuenta de ello me apodere de uno de sus senos y lo frote y apretuje con ternura, tenía que ponerme a tono con ella y baje ansioso mi mano buscando entre sus piernas su anhelado arbusto, Alicia, incomoda como estaba se colocó de tal forma que mis dedos se hundieron fácilmente en su húmedo canal, sus besos se manifestaron más ardientes, al percibir como estimulaba su fogosa panocha, los dos estábamos ardiendo de pronto Alicia rompió el contacto y se tendió de espaldas sobre la cama, ¿cuántas veces hemos tenido a una hermosa mujer en esa posición? al menos en una ocasión, frente a ellas con su sexo descubierto y su mirada tierna de febril entrega. creo sin equivocarme que jamás apreciare lo suficiente semejante actitud de mansa disposición.

Alicia levanto las piernas sujetándolas con sus temblorosas manos, abriéndome las puertas de su preciado paraíso, me deshacía de mis prendas sin poder dejar de mirar aquella ardiente trinchera en que había de ocultar mi viril lanceta, Alicia parecía apurarme con su lánguida mirada, yo también deseaba internarme en su húmeda cavidad, pero contemplar su puchita abierta y la hambrienta entrada de su vagina enervaba mis sentidos, mi verga estirada al máximo apuntaba desafiante al frente. la empuñé en mi mano y la campaneé orgulloso ante los ojos ávidos de Alicia, sin más preámbulos la guie directo a donde Alicia deseaba su presencia y se la empuje suavemente, estaba tan húmeda que casi la mitad de mi trozo se incrusto entre sus pliegues, aaah que calorcito más agradable que humedad más lisa, Alicia agito sus caderas de tal forma que cuando me di cuenta mi verga había llegado al fondo de sus entrañas. La unión de nuestras carnes creó destellos que avivaron de forma violenta nuestros instintos, la violencia con que nuestros labios chocaban coincidían con la forma voraz en que la panocha de Alicia engullía mi virilidad, sus lindos senos permanecían erizados, y su delicioso aliento desatando con mayor fuerza mi lujuria, dudo mucho que exista un manual de amor que sea la guía perfecta y que logre llevar a un par de apasionados hasta el punto al que Alicia y yo habíamos llegado.

Había logrado arrancarle los más sensibles e intensos los gemidos, sus dientes de pronto chocaban entre sí como armónicas castañuelas, removiéndose estremeciéndose, al roce de mi verga en su placentera y ceñida rendija, era toda mía y me regalaba en cada expresión el alimento indispensable para alimentar mi ego de macho alfa, sus jadeos incontables acompañados de los arqueos de su espalda en busca de una estocada más profunda, Alicia suspiró muy profundo con su tesoro inundado, temblando empujando y revolviendo sus caderas, y al fin sus poderosas sacudidas, indicaron el momento excelso de placer, acompañado de un dilatado y agónico grito, provocado por intensas contracciones de su deliciosa vagina, placentero instante que provoco mi explosión anegando con mi lechoso contenido su ardiente interior, tiempo de calma necesario descanso del intenso fragor de nuestro ardiente encuentro, minutos después ella lucia relajada, mimosa, contenta, satisfecha, con sus ojos muy brillantes, ofertando de nuevo su boca y su mano empuñando mi verga que empezaba a endurecer de nueva cuenta.

 

Considero que el relato debe concluir aquí lo demás queda a su consideración. Recordando que esto es una fantasía que busca dar entretenimiento, de cual yo también soy beneficiado me encanta escribir. Gracias.

Datos del Relato
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