Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Confesiones

Mi encuentro con la naturaleza

Luego de mi primera aventura con Roberto Reggini, yo, Alfonsina, esa madrugada, llegué a mi casa, estaba tan sofocada, ruborizada, con mi conchita que me dolía y ardía después de semejante cogida que tuve con Roberto, mi amante, llegué a mi habitación, me desvestí, quité mi brazier y mi tanguita, llena de semen acumulado, lo que impidió que la leche de Roberto se regase en mis piernas, así desnuda y todo me acosté en mi camita, cansada de una noche de revolución con mi amante Roberto.



Al despertar, fue un domingo, siquiera serían las 10am, noté que las sábanas de mi cama estaban manchadas un poco del semen de Roberto, me puse bata y fui a la cocina a hacer el desayuno, me preguntó mi hijo que a qué hora regresé, le dije que a las 4:30 am, y no se molestó, porque entendió que yo también debo distraerme, bueno, me refresqué, limpié bien mi vagina, llena de leche caliente, y puse a lavar mi taje, y ropa interior, al menos mi tanga que estaba oliendo a macho.



Mis encuentros con Ricardo fueron de a 3 por semana, por lo general un fin de semana (sábado), así manteníamos nuestra rutina, hasta que llegó esa fecha de junio de hace 2 años que fue que me comunicaron la muerte de Alejandro, esa noticia me cayó como balde de agua helada, sin duda, él fue el gran amor que tuve, a pesar de todo, siempre estuvo en los peores momentos que pasó mi familia, prácticamente, ya Daniel se comprometió con Martina, su novia, fueron a vivir a su departamento, y quedé yo, sola, estaba tan dolida por la ausencia de mi hombre, que decidí, no enamorarme nunca más...



Mi hijo y mi nuera me hablaban que saliera a divertirme, con mis amigas, como lo hacía antes se casarme con Alejandro, ellas también me lo decía, incluso me presentaban amigos suyos, muy guapos, pero no quería saber nada de amor, de nada, hasta que habló mi consuegra, la madre de Martina, ella pasó por lo mismo, también falleció su esposo, vivía la misma situación que yo, sin saber nada, hasta que me dijo que yo soy joven, que puedo rehacer mi vida, que Alejandro se pondrá desde el cielo muy contento, que hiciera cosas nuevas, como el ir a acampar (lo hacía cuando era soltera con mis amigas), el irme de viaje, el hacer muchas cosas, hasta el volverme a enamorar, como Graciela (mi consuegra), que tiene una relación con un joven, según me contó ella, así que esa noche, fue mi última que lloré a cántaros por Alejandro y aunque no es fácil, decidí rehacer mi vida.



Me encontré con Roberto al otro día, contento por el embarazo de Edita (cuyo hijo no es de él, sino de Alejandro (+)), entendí que debía estar con su esposa, y nuestros encuentros ya no eran los mismos, por no decir que ya no los teníamos. Así que decidí, después de salir de mi trabajo, ir a entrenarme, a un polideportivo, donde había un gimnasio, canchas, piscinas, etc.



Sería un mes y medio después de decidir rehacer mi vida, cuando se me ocurrió, de repente en irme a realizar una aventura que lo soñaba hace bastante, el irme con mi bicicleta a un parque forestal, a disfrutar de la naturaleza, es decir, a acampar, al menos una noche, como lo hacía cuando era joven, con mis amigas, lo hablé con mi hijo, él me apoyó, me pidió ser mi compañía, pero de dije que iría sola, él lo entendió, así que fui a mi habitación, a preparar mi equipo de camping, mi bicicleta, para ir a acampar mañana. Vestía un pantalón tipo licra, para que no estorbe al pedalear, una gran mochila y con una chompa color verde, abrigada. Con un sol radiante, tipo 10 am, salí con mi bicicleta a contemplar la naturaleza.



Ya dentro del bosque, en la ciclo vía, pedaleaba mucho, intensamente, gané resistencia al momento de entrenar nuevamente, hasta que cansada de tanto pedalear, decidí tomar un descanso. Mientras lo hacía, me encontré con un tipo, que venía igual que yo, realizando un ciclo paseo, se detuvo, y me reconoció, al escuchar su voz, era Roberto, sí, mi amante, hacia mí, me vino un suspiro, mi vagina comenzó a mojarse, no sé de que, si ya no lo veía desde mucho tiempo, nos pusimos a conversar, ya recuperado mi aliento, fuimos con él bosque adentro.



Serían tipo 4:30pm, cuando decidí descansar de nuevo, esta vez con Roberto presente, conversamos de todo, cuando:



Roberto: Una vez más, lo siento lo de tu esposo, me apenó mucho verte triste, pero lo entiendo.



Yo: Gracias, Roberto, y cierto, felicidades por tu hijo varón, ya que lo buscabas mucho tiempo.



En eso, lo abrazo como muestra de felicitación, y si, viéndonos las caras, abrazados, nos dimos un beso, al seguir con el mismo, paré de repente.



Yo: No es justo Roberto, tú eres papá hace 1 año, y no quiero que el niño se quede sin papá, entiéndeme Roberto.



Roberto: Alfi, mira, yo a ti te amo, te extrañé durante mucho tiempo, amor, por favor, debes rehacer tu vida, conmigo o no,



Me separé de Roberto, cuando, insistió, a que estemos juntos, lo pensé mucho, no sé porque, pero ya tenía mucho tiempo, a mis 48 años, que no hacía el amor, que no era tarde para enamorarse, pero él estaba casado, algo que me impedía, y recordé lo que me dijo Graciela, mamá de Martina, así que fui donde Roberto:



Yo: Roberto, mira, desde que murió mi esposo, no quería saber nada de nadie, pero de pronto me dije que yo no me podía quedar así, sola, triste, por eso vine a acampar acá, y no pensé que te encontraría acá.



Roberto: Que me quieres decir Alfonsina



Yo: Que quiero sentirme nuevamente amada, deseada, que me poseyeran, que me hagan el amor, como cuando lo hacía con Alejandro (+) y en ti Roberto, encontré a ese hombre.



Roberto se quedó sorprendido, cuando me acerqué a él, rodeé con mis brazos su cuello, y le planteé un pico, cosa que Roberto me respondió con un beso apasionado, lo hacíamos con mucha fogosidad, nos comíamos la boca, paró él:



Roberto: Alfonsina, regresemos hacia la ciudad, para hacerte el amor como en los viejos tiempos, vamos sí.



Yo: No Roberto, quiero experimentar cosas nuevas, así que, hazme el amor aquí, si, aquí, en medio de la naturaleza, quiero tener esta aventura aquí.



Nos seguíamos besando, cuando él se quitó su rompe vientos, su buzo, camiseta, quedando desnudo de torso, pese a que hacía sol, en primavera, sería más o menos las 6pm, aún no había señales de que anocheciera,



Yo: Amor, hazme sentirme tuya, aquí en el bosque, desnúdame, si, por favor. No importa si hace frío.



En ello, él me quita mi chompa, mi buzo, mi sostén y mis pechos estaban erectos, del frío y de la excitación que llevaba, a punta de besos, me recorría mi pecho, comía los mismos, lo hacía con locura, sin duda, yo lo deseaba, hacer el amor en medio de un bosque, seguía besando mi boca y con mi mano, toqué y acaricié su bulto, sin duda, estaba bien parado, con sus manos, comenzó a acariciar mis nalgas, lo mismo hacia yo con las suyas, desabroché su pantalón, bajé su bóxer, y vi su verga rica y grande, al aire libre, ante la naturaleza, sin duda, me bajé y comencé a hacerle la felación, lo hice con todas mis ganas, aunque el frío ya llegaba de a poco, pero no me importaba, seguía con la mamada rica y deliciosa, chupaba sus bolas, mis manos, agarraban su trasero, él gemía, le encantó:



Roberto: ooohh eres una golosa, te comes todo mi palo, te metes a la boca mis bolas, sii, que rico, siii, sii, ohh te gusta hacerlo.



Yo: esta verga está rica, me la meto toda en mi boca, que rica...



En eso, ni a la verga de Alejandro (+), le hice lo que le hice a la de Roberto, sí, me la metí todita, le hice la garganta profunda, es decir, todo su palo estaba dentro de mi boca, fue sin duda una sensación rica, mientras la tenía dentro de mi boquita, mi vagina se mojó más y comencé a regar mis jugos en el suelo. Saqué su verga de mi boca:



Yo: el tenerla toda en mi boquita, me hizo tener un rico orgasmo Robby, me mojé todita...



Roberto: sí que sabes hacerlo, mi cosita, se nota que te gusta al aire libre...



Me puse de pie, lo besé con tanta pasión, sin duda, le gustó que le haga garganta profunda, fue hermoso tener semejante trozo de carne dentro de mí, él se separó, fue a buscar en sus cosas y sacó un sleeping grande, como para 2 personas, el mío es pequeño y solo para mí, lo puso en el suelo, y me acosté boca arriba, mi amante se puso encima mío, nos besamos con toda la pasión, aun no oscurecía, mi hombre comía mis pechos, bajaba a mi ombligo, y de manera sexy, abrió mis piernas, y mi vagina quedó a la disposición de mi macho,



Roberto: esta rica tu conchita, me la voy a comer todita, aquí en el bosque...



Yo: cómeme todita mi cosita, hazme gozar y gemir como una loca de sexo y amor...



Con la lengua, él comenzó el juego con mi clítoris, sentí como una especie de descarga eléctrica, quizá fue producto de mi excitación, bueno, pero su juego con mi vagina dio inicio, chupaba mis labios vaginales, lo hacía de una manera muy placentera, poco a poco iba cayendo la tarde, y comencé a tener otro delicioso orgasmo, claro, con la boca de Roberto en mi vagina, movía mis caderas como si m e estuvieran penetrando:



Yo: aaaaahhh siii, rico, siii, así, así, no pares, siiii.



Roberto: mi cosita, disfruta, acaba rico, dame tus jugos, quiero chuparlos todos... Así, así, rico, goza rico mi cosita...



Comencé a eyacular, si a eyacular su boca, estaba toda inundada con mis juguitos, los bebía como agua, subió hacia mí, y me besó, rico, su saliva estaba mezclada con mis jugos saladitos, sin duda, fue espectacular.



Roberto colocó su pene en la entrada de mi vagina, y poco a poco comenzó a penetrarme, sin duda, el atardecer fue hermoso, teniendo sexo con un verdadero macho, lo hacía poco a poco, hasta que mi conchita los recibió a la perfección la verga de 18cm de largo y siquiera unos 12 cm de diámetro, sin duda tremendo pedazo de carne estaba dentro de mí, sus embates fueron acelerando, hasta tomar un ritmo muy frenético, de placer, de gozo.



Yo: aaaaahhh que rico, así, papi, así, dame más, mas, que rico es tu paquete, sii, clávamelo entero, siii, siiii.



Roberto: toma mi cosita rica, duro, toma, toma, sin duda somos uno con la naturaleza, sin duda eres toda una golosa, al culearte aquí, al aire libre, eres una hembra hacha y derecha...



Seguíamos en ese ritmo, hasta que tuve un temblor en mi cuerpo, producto de otro orgasmo delicioso, se siente mi hombre, y yo, ensartada en él, me coloco frente a Roberto y otra vez comenzamos el mete y saca, nuestros cuerpos, sudados y todo, estaban a la vista de todos, gritaba de placer, me besaba con pasión, al mismo tiempo que culeábamos, era un espectáculo hermoso,



Yo: aaaahhh si, cógeme así, sii, siii, que rico que eres, culeas bien asii siii



Roberto: así te voy a coger siempre, cosita, nadie te va a coger rico como yo, te gusta, ehh



Yo contesté solo con el movimiento de mi cabeza, hasta que otra vez me vine, y Roberto se recostó, seguí cabalgando como una jinete en su caballo, me movía de manera circular, y el arriba-abajo de mi fue excitante, ya decaía por el ritmo de mi cabalgata, treparme en esa verga rica es emocionante, gemía, digo, gritaba como una loca, ya perdía el conocimiento, de tanta revolución, hasta que:



Roberto: que rica eres, me vengo cosita, me vengo en ti, sii, oooohhh, toma mi leche caliente, sii.



Yo: aaaahhh acábame adentro, si termina dentro mío, siii, siii, siiii.



Y Roberto descargó en mí una gran cantidad de semen, que inundó mi conchita, estaba tan cansada y exhausta que me recosté en el pecho de mi hombre, mi macho, mi semental, llamado Roberto.



Desnudos, y dormidos, al aire libre, sentí ya era quizás las 8 de la noche, ya estaba oscuro, sentí unos pasos, al despertarme, era Roberto, armando su casa de campo, que era grande, y prendió una fogata, él estaba sólo con su buzo y su bóxer, mientras yo estaba desnuda, sentía frío, él de manera comedida me cedió su frazada, que enseguida abrigué mi cuerpo desnudo.



Me sorprendió cuando salió de su tienda con una guitarra, me cantó, al calor de la fogata, solo estaba con la frazada, me abrazó y cenamos, estaba viviendo un momento lindo, con la naturaleza, terminamos nuestros enlatados, me levanté, fui hacia mi bicicleta, donde estaba mi bolso de campaña:



Yo: voy a construir mi tienda para descansar, estará junto a la tuya...



Vino Roberto y:



Roberto: mi amor, mi tienda es grande, para estar los 2, juntitos, dándonos calor toda la noche mi alma gemela...



Me clava un rico y tierno beso, apasionado, como a mí me gusta, se quitó su buzo, sus bóxer, me quitó la frazada, la puso en el suelo, y junto a la fogata, disfrutamos haciendo el amor, fue hermoso, sentir, aparte de mi calor corporal, el calor de la fogata, hicimos un rico 69, y me penetró rico y duro, como a mí me gusta, las posiciones de misionero y cucharita fuero suficientes para sentirme con un rico placer, hacerlo con una fogata prendida, desnudos, en la noche y al aire libre, terminé inseminada, el calor de la fogata y del semen de mi hombre, que estaba dentro mío, claro, que yo tuve mis orgasmos ricos y deliciosos..



Serían casi las 11pm, que mi macho me despierta, y como en matrimonio, me lleva a su tienda, donde, con su fuerza, pese a ser casi cincuentón, con Roberto hicimos el amor dentro de la tienda, fueron, si no recuerdo, 3 veces que lo hicimos ahí durante esa noche, tuve muchísimos orgasmos, y siempre terminaba inseminada, fue lindo y maravilloso, disfrutar del placer del sexo, en medio de la naturaleza. Desnudos y todo, abrazados, con su verga erecta rozando mis nalguitas, nos dormimos y amanecimos en el bosque, claro está, tuvimos nuestro rico y delicioso mañanero, ya mi conchita albergaba tanta leche caliente, que quizá era como un vaso lleno a su capacidad.



Como era domingo, un día típico que la gente visita el bosque, tipo 10am, salimos de la tienda, desnudos ambos, buscamos nuestras prendas, no encontré mi tanga, bueno, nos vestimos, desarmó Roberto su tienda de campaña, nos besamos, ya vestidos, claro que miré mi entrepierna, y noté mis labios vaginales hinchados, producto de tanto sexo que tuve con mi amante, cada uno cogió su bicicleta y fuimos hacia la ciudad. Al llegar a la misma, nos despedimos, con un beso y un pico, cada uno tomó rumbos hacia nuestras casas.



Sin duda, esta fue una de mis experiencias espectaculares, nunca lo viví en mi vida, lo voy a recordar por mucho tiempo, y os aconsejo que vayan a acampar, y si puede, con su amante, para que ambos, sean uno con la naturaleza.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1066
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 54.196.105.235

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.797
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.815
»Total Votos: 511.744
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.922.139