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Categoría: Confesiones

Mi comadre y sus ganas de macho

Estas historias son reales... Los nombres de sus protagonistas han sido cambiados pero lo contado aquí paso tal como se cuenta...

Luciana (mi esposa) y Karen (mi comadre) se conocen desde niñas, crecieron siendo vecinas en una colonia de buena posición social de nuestra ciudad, por azares del destino dejaron de verse cuando ambas tuvieron su primer matrimonio… y volvieron a frecuentarse cuando yo me case con Luciana, conocí a Karen en casa de la familia de mi esposa, el día que fue a saludarla y felicitarla por nuestra unión, Karen es una mujer guapa, pelirroja blanca alta y de caderas anchas y pechos pequeño, algunas pecas le dan un aspecto juvenil a su rostro a pesar de sus 40 años en ese momento... Ella es atractiva, pero en ese momento no la vi de esa manera, después de todo yo me concentraba en mi nueva relación después de mi primer matrimonio y mi respectiva etapa de destrampe que en otra ocasión les contare, ya que hay algunas historias por ahí... En fin, como les decía Karen es atractiva, si te gustan las mujeres de grandes caderas y sabes apreciar el cuerpo de una mujer real, aquel que ya tuvo un par de embarazos y que a pesar de no ser perfecto aun logra con facilidad hacer que le veas el trasero grande y redondo en cada reunión y convivo en los que la ves, ya que yo no perdía oportunidad de gozarme su gran trasero cada vez que podía observarla sin miedo a ser sorprendido... Así me empezó a gustar su cuerpo… resulta que Karen estaba separada, y empezó a tener problemas económicos y emocionales a causa de ello, como suele suceder acudió a su amiga para poder descargar su frustración... Y empezó a compartir también conmigo tales historias...

Empezamos a tenernos confianza, yo por mi parte le apoye en lo que pude, en todos los aspectos, y debo aceptar que con cierta ventaja le empecé a facilitar algo de dinero, a espaldas de mi esposa, diciéndole que no quería que Luciana se enterara para que no me reclamara, después de todo no estábamos en una posición muy boyante aunque no precaria tampoco, en esto, yo llevaba la esperanza de llegarle un poco al sentimiento de Karen, lo cual finalmente sucedió un día que platicando después de una comida dominical a la cual la invitamos y mientras mi esposa iba al baño y retocaba su maquillaje (error mujeres, no pasen tiempo lejos de su marido y otras mujeres) ella me agradeció que la hubiera apoyado tanto, y yo le conteste que no era necesario, que lo había hecho de buena fe (si pero con ganas de otra cosa) a lo que ella me contesta:

"pues si compadre, pero te has preocupado más por mí y mis hijos que su mismo papa y nos has ayudado, es más, tanto así, que más parecen tuyos que de él"

Esbozo entonces una enigmática sonrisa que me hizo entender que mis semillas habían caído en terreno fértil, y que después de dos años las cosas se me ponían muy favorables, así que conteste después de titubear unos segundos

"pues si comadrita, lo único malo es que pues no he creado ningún derecho con la mama de estos nuevos hijos, ni cómo hacerle para poder calle consuelo a otras necesidades básicas que también ella debe tener no?"

Su rosto se sonrojo pero se repuso rápidamente y me dijo: " quien dice que no?, ahora tienes todo el derecho que quieras de atender las necesidades de la mama de esos niños, que es mucha su necesidad de atención y afecto que tiene, por que cada noche se va a la cama deseando tenerte ahí para agradecerte como mereces tu trato"

A pesar de que esperaba algo así, aun me sorprendió su respuesta, pero rápidamente alcance a balbucear unas frases y obtener un como cuando y donde, la cita seria al día siguiente, lunes, en su casa a las 9 am, cuando sus hijos ya no estuvieran y yo también hubiera ya salido de casa a mis labores como comerciante.

Esa noche dormí poco y mal a causa de la emoción, debes entender querido lector que lo mío lo mío son este tipo de casos, la emoción de la cacería, de las presas mas difíciles, aquellas que son cercanas a tu pareja, sé que es hasta estúpido arriesgarse así, pero me produce una adrenalina y emoción difíciles de controlar, lo que si aprendí fue a ser muy paciente y a esperar que ellas den ese paso que tú no debes dar, una vez que ellas deciden, el balón está en tu cancha... Y te aseguro que si juegas bien tus cartas alcanzaras el objetivo, claro que es moralmente cuestionable manipular las emociones de una mujer cuando sus barreras están caídas, pero no estamos aquí buscando moralidad, así que permíteme continuar...

Llegados el día y la hora, llegue a casa de Karen, estacione a dos cuadras y camine el resto del camino, no podía dejar que vieran mi auto ahí ese día y a esa hora, en el trayecto le marque al celular y confirme todo, la puerta estaría abierta y ella dentro esperando, solo debía evadir las miradas de cualquier vecino, pero la calle estaba desierta, era lunes como comente antes y ya todos estaban en sus quehaceres, así sin dificultad alcance la sala de casa de Karen, y ella estaba ahí, en la penumbra que daban las cortinas corridas, me acerque y ella también, nos encontramos a media sala, y sin decir palabra juntamos nuestros cuerpos, mis manos tocaban por fin esas caderas pronunciadas y ella tenía su mano izquierda en mi hombro y con la derecha me toco el trasero y me pego más a ella, lanzo un pequeño suspiro y nos unimos en un beso profundo largo y húmedo, su acción me hizo tener más confianza y mis manos bajaron a su trasero, mis manos abiertas masajeaban sus opulentas nalgas y quedaba mucho trasero que tocar, realmente ella tiene un culo muy grande y redondo, ya que vestía un mallon de algodón muy delgado, pude sentir que a pesar de su tamaño ese trasero era muy firme... el beso siguió y siguió entre respiraciones entrecortadas y, cada vez más intensamente nos tocábamos, sentí su deseo, sus ganas de hombre, su ansia por sentirse mujer y poder excitar a un hombre al máximo, mis manos fueron a su pecho que aunque no es grande es muy firme y simétrico, sentí unos pezones enormes para sus senos medianos, fue una agradable sorpresa, su agitación crecía y mi bulto también, me jalo hacia su recamara y rápidamente estábamos ahí, habían pasado ya cuatro o cinco minutos de besos y caricias ( recuerden que hay que ser paciente) cuando decidí bajar su mallon, no había tanga o panti alguna, así que al bajarlo pude ver como un hilo de lubricante espeso y brillante se estiraba pegado entre su mallon y su pastelito vaginal, eso me volvió loco de deseo, desabroche mi pantalón baje junto con mi trusa hasta las rodillas y así, de pie empecé a tocar su clítoris con mi verga ya muy tiesa y húmeda, sorpresivamente en determinado momento mi pene resbalo hasta la mitad en su caverna mojada y caliente, gimió, me pareció difícil de creer pero por nuestras alturas, yo mido 1.72 y ella como 1.68, solo debí doblar muy poco las rodillas y obtuve el ángulo correcto para dejar pasar mi verga hasta donde pudo entrar en esa vagina profunda, carnosa y rosada que parecía estar muy ávida de carne y semen, después de todo yo sabía que tenía dos años y medio sin gozar un pene, y por eso bastaron dos minutos de acometidas lentas y profundas, para que sintiera como un líquido espeso y caliente empapaba mi verga y un gemido largo y entrecortado endulzaba mis oídos... siguió ir a la cama, abrir sus ricas piernas gruesas sin ser gordas, y ver esa vagina afeitada recién, que roja y palpitante parecía gritar MAS!!

Tome a Karen por las piernas y lleve sus tobillos a mis hombros, prepare la embestida y entre de golpe hasta el tope, sus ojos se abrieron mucho y dijo espera no espera! No hice caso, sin piedad acelere mi ritmo y la penetre profundamente, intento frenarme pero pronto sus brazos cayeron sobre la almohada que sostenía su cabeza, su cabello aun húmedo parecía mas rojo, sus ojos pasaban de abiertos a cerrados, de cerrados a abiertos y en blanco a una mirada perdida más allá de esa habitación… siempre me he preguntado a dónde va la mente de una mujer durante esos orgasmos largos y potentes que muchas pueden lograr, pues eso era lo que estaba pasando, su segundo orgasmo llego con la fuerza de la presa que revienta un dique fue largo fuerte muy húmedo y muy sonoro, Karen grito y lo hizo fuerte... salí de ella, necesitaba retener mi propia venida, valía la pena esperar para gozar más de esa mujer que estaba ahí pidiéndome mas... Fui directo a su sexo, empecé a lamer su clítoris, sus labios y entre de a poco a su vagina, la humedad crecía al mezclar sus jugos y mi saliva, ella gozaba, levante la mirada y la vi mordiéndose la mano, los ojos cerrados, levante sus piernas hasta ese punto donde las nalgas se abren por si solas y ahí estaba su ano, un agujero rosado y pequeño, lampiño y ya mojado por los fluidos que de a poco habían escurrido de su rica y turgente vagina, sin aviso fui a por él, llegue y lamí con decisión, ella se sorprendió y quiso evitarlo pero su fuerza era menor a su deseo para entonces, no lucho por que sintió mi lengua atravesar su ano, las sensaciones nuevas la llenaron y simplemente se dispuso a entregar aquello que nunca quiso dar antes, comprendí que mi hora había sonadado, los dioses del placer premiaban mi paciencia y perseverancia, y ahora mi glande tocaba a la puerta de ese culo nuevo y virginal, tome cuanto fluido pude de su vagina y lo coloque sobre ese glorioso ano, y entonces sucedió:

"compadre que haces? Yo no hago estas co... ayy ayyy ayyyyy compadre, ay ay que rico, que rico siento, despacio compadre, despacio, ayyy no tan adentro ayy que cabron eres, que rico coges cabron, ahaaaa ahaaaaaaaa si, si ahaaaaaaaaaa"

Sus manos tocaban mi espalda y me apretaban, gemía y gritaba intentando callar, yo estaba sobre ella, estilo misionero, y medio pene entraba y salía ya con toda facilidad de ese ano caliente y estrecho, así que abrí mas sus piernas, me acerque a su rostro y abrí su boca con mi lengua, ella respondió el beso dejando fluir nuestras lenguas profundamente y entonces salí casi totalmente de ella, dejando un centímetro de verga dentro, sentí la gruesa liga de su esfínter acariciar la cabeza de mi verga con ese apretón tan propio de una culeada, y entonces con un solo movimiento lento pero firme deslice la verga hasta el tope, su boca quiso reaccionar pero se decidió por seguir con ese beso profundo, su culo quiso protestar pero solo apretó con más firmeza el trozo de carne que lo poseía, las estocadas aumentaron de fuerza y ritmo, sentí algo caliente y húmedo, al ver, mis ojos descubrieron que un hilo de líquido rezumaba de su vagina para encontrarse con mi verga y su ano, esto nos dio más lubricación y placer, empecé a sentir como mi pene avisaba la descarga, me levante un poco, doble mi espalda, escuche a Karen ya sin mi lengua silenciándola como gemía y gritaba sentí como su mano llegaba a su clítoris y como frenéticamente se manipulaba con desesperación, la oí gritar en un nuevo y poderoso orgasmo... eso fue suficiente para mí, sentí uno, dos, tres y cuatro chorros de semen salir con fuerza e inundar ese interior, Karen sintió también el cambio de textura y aun en los estertores de su orgasmo se comenzó a menear en forma circular, eso hizo que mi venida fuera plena y completa, me hizo sacar con gran placer hasta la última gota de semen y se apropió de todo para ella, jadeantes volvimos a besarnos con profundidad y entones aun conmigo dentro me pregunto con voz agitada aun

Compadrito querido, porque me has cogido así, de esta forma tan fuerte, tan intensa?

Respondí: " porque quiero que vuelvas por mas, por mucho más"

Y volvió por mas y siguieron dos años de muy buen sexo y buenos ratos, nuestra confianza creció y ella se volvió mis ojos y oídos con Luciana, mi esposa, que por la gran confianza que le tiene le cuenta todo, así que tengo una comadre, amiga amante, cómplice y espía a mi lado, pero esas y otras historias vendrán después, si sus comentarios y votos indican su gusto por mi historia con las amigas y familiares de mi amada Luciana...

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 10
  • Votos: 3
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1972
  • Valoración:
  •  
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