En el tren hacia el campo.

Mi nombre es Anabella, tengo 24 años y a continuación me describo para que sepan como soy: Morocha, 1.55 mts. de altura, tez blanca, dicen que muy bonita de cara, rellenita (algo que gusta mucho a los hombres), con un busto tirando a grande para mi cuerpo y unos pezones grandes y rosados que responden de inmediato a cualquier estímulo y si los besan mejor, pero lo que realmente vuelve locos a los hombres es mi cola, paradita, de caderas anchas y redonda, cosa que además me encanta entregar si un tipo me calienta lo suficiente.

Esto sucedió cuando un fin de semana un amigo de mi novio nos invitó al campo de su suegro a jugar polo. Estábamos en el tren viajando muy incómodos ya que iba demasiado lleno. Debido a esto nosotros nos instalamos en la zona de las puertas y como había una que estaba clausurada ahí nos quedamos, contra un rincón.

A unos pasos de nosotros se encontraba un muchacho alto, morocho, muy lindo, vestido de traje y sobretodo (hacia frío pero yo siempre con mis minifaldas tableadas), que se ve que volvía de trabajar, lo miré y cuando miró donde yo estaba, le sonreí y baje mi vista para volver a charlar con mi chico.

En las estaciones siguientes subió mucha gente y eso hizo que el muchacho se acercara a mi costado, pegado a mí. Yo me encontraba de espaldas a la pared y con la puerta a mi izquierda, pero dado que había lugar entre ella y yo, fue allí donde se apostó ese chico. A mi novio lo tenía a mi derecha de frente al muchacho. Realmente estábamos incómodos, había muchísima gente y ya no nos podíamos mover, para colmo, faltaba como una hora de viaje.

Me encontraba hablando con mi chico cuando siento una mano que se posa al costado de mi nalga izquierda, me giro lentamente y el chico me sonríe disimuladamente, yo respondo con otra sonrisa y me vuelvo hacia mi novio. Se me ocurrió una idea que haría más placentero el viaje. Me acerco a mi novio y al oído le digo:

-El muchacho que está a mi izquierda me está tocando la cola. El sonríe y me dice:

-Y vos ¿querés que él te toque?

-¿La verdad?........ sí, me está excitando mucho -le respondo.

-Y entonces ¿cuál es el problema?

-Y diciendo esto me besa obligándome a ponerme de frente a él y de espaldas al chico. Mi novio se separa de mí y dice:

-Quedate así, es más tentador ¿no te parece? - yo asiento con una sonrisa.

Estuvimos un rato así sin que pasara nada hasta que al subir más gente mi novio me empuja hacia atrás y quedo pegando mi culito contra el pene de aquel chico, que se empezaba a erectar al sentir mi cuerpo. Al sentir esto, respingo un poco mi cola para sentirla mejor y sintiendo esto el muchacho pasa su mano por debajo de mi falda (nadie podía verlo ya que de ese lado estaba la pared) y comienza a acariciar mi culito. Cierro los ojos por el placer que me causaba y acercándome al oído de mi novio (que se encontraba pegado frente a mí) le digo -me está apoyando su verga en el culo y con la mano me lo está acariciando. El solo me dice: -Disfrutalo.

Era difícil recibir bien su caricia ya que me encontraba empujando mi cola hacia atrás para sentir mejor su pija, así que notando esto, el chico pasó su mano hacia adelante (siempre bajo mi falda) y comenzó a acariciar mi conchita presionando mi cuerpo hacia él. Yo que me encontraba pegada a mi novio le digo:

-Ahora me apoya y con su mano me acaricia la conchita.

¿Te gusta? -pregunta él.

-Me encanta, estoy re-caliente, quiero que me coja acá mismo.

-Haceselo saber entonces -y diciendo esto me besa.

Era una locura pero eso me excitaba muchísimo, paso mi mano derecha hacia atrás, me separo un poco, desabrocho su pantalón, meto la mano en su calzón y le saco la pija que era de un tamaño considerable (como tenía el sobretodo abierto hacía de cortina). Comienzo a pajearlo suavemente (para no despertar sospechas) mientras él seguía en mi conchita. Me acerco a mi chico y le digo:

-Le saqué la pija y lo estoy pajeando.

-Me encantás mi putita -me dice él.

-Ahora me lo voy a coger, hacé lo que quieras, amor -y me sonrió.

Solté la pija del muchacho, metí la mano por detrás bajo mi falda, corrí mi tanga y apoyé su pija en la entrada de mi mojadísima conchita. Miro a mi chico y le digo:

-La tengo en la entrada y me la voy a meter hasta el fondo.

El solo sonrió y, tras decir esto, empujo hacia atrás hasta chocar con el muchacho.

-Me la metí hasta el fondo y me encanta amor - le decía a mi novio mientras nos movíamos suavemente -pero la quiero bien en mi culito.

-No podés con tu genio, tu culito es un vicio para vos -me dijo mientras me sostenía y ayudaba mis movimientos, y también los cubría con su cuerpo.

Tras dos bombazos me la sacó y la apoyo en mi orificio chico (es una forma de decir, porque yo lo uso mucho mas que el otro y no es tan chico), el muchacho loco por el cambio, comenzó a empujar hacia delante mientras yo lo hacía hacia atrás.

Yo le seguía hablando a mi chico -me la está metiendo atrás, me está entrando, .... ooohhh... que placer.... amor me está cogiendo el culo delante tuyo.... aaaahhhh.

El solo sonreía. Cuando entró toda, mi placer tocaba el cielo -amooor, la tengo toda adentro y estoy acabando -diciendo esto lo beso para apaciguar el grito.

Seguimos cogiendo acompañados por el movimiento del tren mientras el muchacho me agarraba de mi panza, hasta que siento que se queda quieto y un líquido caliente corre por mi interior -me acabó... me acabó todaaa .. siento su leche... amor te amo... -dije a mi novio mientras volvíamos a movernos lentamente para prolongar el placer.

Estuvimos un rato mas así, pero con la intención de sentirnos mutuamente, no de acabar ya que había sido tan intenso que me encontraba satisfecha y al parecer el muchacho también.

Faltando una estación para que me bajara, me la saco, él se acomoda la ropa, yo mi tanga (no sin antes retirar con mi manito el excedente de semen y tragármelo frente a mi novio) y cuando el tren llegó a la estación, nos bajamos (a mí me temblaban las piernas) y nos encontramos con nuestros amigos.

Mi novio me besó y me dijo -te amo mas que nunca.

Y nos fuimos para el campo con mi culito lleno de leche.

Si quieren opinar, o mandarme su experiencia, escríbanme.

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