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Categoría: Infidelidad

Lucia una mujer de color

Mi nombre es Jaime, de nacionalidad mexicana, a los 26 años separado de mi primer esposa me fui a trabajar a Colombia, un país hermoso y con gente maravillosa, en ese tiempo era de complexión delgada, pelo chino, 1.80 de estatura, recio de carácter y muy serio según decían por ahí, trabajaba en una empresa pesquera administrando embarcaciones de bandera mexicana, como parte del convenio que teníamos con una empresa pesquera colombiana contratamos tripulantes locales para salir a pescar, cuando los barcos zarpaban a viaje me quedaba solo en la oficina con mi secretaria, en una ocasión una de las embarcaciones salió a trabajar por tres meses a alta mar, los familiares de los tripulantes iban a cobrar a la oficina su la paga correspondiente de la semana, Lucia la esposa de uno de ellos, una mujer de color, con muy bonitas facciones, ojos café claro muy bonitos, unos pechos grandes que resaltaban por su blusa, un trasero suculento, nalgas paraditas, unas piernas sumamente hermosas.



Lucia era toda una hembra, una belleza de mujer, llegaba y sé ponía a platicar conmigo buen rato, así paso el primer mes cuando llega nuevamente a cobrar la semana de su esposo, en la plática me dice algo seria y un poco apenada que se sentía mal porque no estaba su esposo, que se estaba enfermando, le pregunte que si ya había ido a checarse con el médico, me dijo que sí, que el médico le había dicho que la estaba afectando la falta de relaciones sexuales que en eso no podía ayudarla, me quede de una pieza cuando escuche eso, ella continuo diciendo que tenía muchas ganas de quitarse la calentura porque se estaba enfermando, le digo busca a alguien para que te la quites, yo no quería comprometerme, a lo que me respondió que no tenía confianza con nadie del puerto porque la gente es bochinchera (mitotera) entre el nerviosismo de escuchar lo que decía y tener enfrente a semejante mujer con esa necesidad, me empalme de inmediato y aun mas cuando fue directa conmigo diciendo y usted licenciado me haría el favor, por dios que fue como un balde de agua fría, claro que mi repuesta fue un rotundo sí.



Nos pusimos de acuerdo en que viajaríamos el sábado a un pueblo cercano para que estuviera tranquila, al despedirse se levanta, se acerca para darme un beso al pararme para recibirlo ella observa el bulto, mi erección era más que notoria, va a la puerta pone llave al privado, se me acerca la tomo de la cintura pegándola a mi cuerpo la beso ella jadeaba baja su mano y soba mi pene por encima del pantalón diciéndome también yo te voy a quitar la calentura, se separa y sale de la oficina dejándome con un calenturón enorme, era día jueves así que tendría que esperar hasta el sábado para quitarme las ganas, no hay plazo que no se cumpla, llego el día me despierto temprano y procedo a darme un regaderazo, me visto, salgo en mi carro a recoger a lucia, estaba esperándome a la salida del puerto, me quedo de una pieza al verla con un vestido blanco, largo,  bien maquillada, se sube al carro y le digo que se ve muy bella, nos dirigimos al pueblo cercano durante el trayecto platicamos de muchas cosas entre la plática se me acercaba, me besaba, me acariciaba el pene, el trayecto duro hora y media, al llegar buscamos un buen hotel y nos hospedamos, era un día lluvioso parecía mandado a escoger para lo que queríamos hacer, al entrar al cuarto no perdemos tiempo, estaba ansioso por ver el cuerpo de lucia desnudo, nos besamos frenéticamente, ella empieza a quitarme la ropa desesperadamente, al quedar desnudo toma mi pene y se lo mete en la boca comenzando a darme una mamada increíble,  usando su garganta como si fuera su vagina, comenzó a clavárselo brutalmente. Yo estaba maravillado, masajeaba mis testículos mientras insertaba mi pene hasta el fondo, su boca esta tan caliente que casi me hace venir, la levanto, le quito el vestido dejando al descubierto su cuerpo, era sumamente preciosa, un cuerpo espectacular y un trasero de revista porno, de buena gana me le hubiera abalanzado pero me contuve, quería hacerla disfrutar al máximo, tenía que calmar su enfermedad.....



Lucia ansiosa por sentir y tener su cura, se acuesta en la cama boca arriba me pongo encima de ella, besando su boca, su cuello, bajo a la altura de sus tetas, las  comienzo a lamer, chupar esos pezones negros, los mordisquee y vi como se iluminaban sus ojos por el placer, bajo por su vientre, recorro con mi boca sus piernas, llego a su conchita estaba peludita roja tirando a morado y muy mojada, paso mi lengua por su rajita, al sentir mi lengua acariciarla suelta un grito de placer, Me tenía pasmado ver que cada vez que le tocaba su botón del placer soltaba al exterior su flujo, por lo que decidí probar su sabor. , me dice desesperadamente cojéeme , me pongo en posición y la penetro, su vagina era un horno, al sentir esa calor tan intenso en mi pene provoco que me viniera rápidamente, era la primera vez que estaba con una mujer de color, ella al sentirlo me dice tenemos todo el día el siguiente estarás más relajado, para ser honesto relajado estaba solo que sentir esa vagina tan caliente me hizo explotar, bajamos a desayunar, caminamos un rato por los locales del pueblito viendo artesanías, regresamos al hotel, al entrar al cuarto me dice te traje un preparado de ron para que entres en calor, era una botella oscura me sirvió una copa, el liquido olía a ron pero parecía más bien licor de café, me tome dos copas platicando con ella, se levanta y me dice vamos a la regadera, nos desnudamos y nos metimos a bañar, le enjabone su hermoso cuerpo, se arrodilla agarrando pene, lo empieza a mamar poniéndolo duro rápidamente, salimos del baño nos vamos dirigimos a la cama, Yo no dejaba de pasar mis manos por su espalda acariciándola y jugueteando con su larga melena morena  Entonces la tumbé sobre la cama y le sujeté las dos manos indicándole que me dejara hacer.



Lentamente fui tocando su rostro con la punta de las yemas de mis dedos y jugueteando con sus labios, tratando de no dejar que ella mordiera mis dedos cuando lo intentaba. Luego bajé por su cuello  muy despacio dejé que mis dedos marcarán circunferencias que se cerraban sobre sus senos hasta que mis dedos llegaban a rozar la punta de sus pezones. Entonces me dediqué a jugar con ellos hasta que se endurecieron tanto como mi pene en ese momento. Mi mano continuó bajando, pasando por su vientre. Podía notar por el tacto los negros pelos, así es como comenzaba la raja de su vulva que escondía su monte de Venus. Marque con mis movimientos los labios de su vagina tocando libremente su húmedas conchita mis besos y sobre todo mi lengua, apagaban los gemidos de gozo que su garganta emitía cada vez que mis escurridizos dedos pulsaban su clítoris. Recorriendo su cuerpo a besos llegue a su conchita poniéndome a chupar los labios de su vagina con mi boca no dejaba de lamer y chupar buscando que el placer que obtuviera fuera infinito. Con mucho cuidado mis dedos se introdujeron en su fogosa cueva y comenzaron a explorarla con movimientos circulares. Su respiración entrecortada hizo que mis dedos de repente comenzaran a entrar y salir de su conchita buscando que alcanzara un genial orgasmo que hizo que se estremeciera de arriba abajo. Sonriendo me miró a los ojos  Entonces hizo que me tumbara y me devolvió el favor agarró mi verga con delicadeza y empezó a acariciarla buscando que alcanzara su máxima erección al excitarme. Cuando lo consiguió la introdujo lentamente en su boca y comenzó a succionar como si de un helado se tratara. Los besos en mi glande se intercalaban con largas lamidas de su lengua a lo largo de mi pene cosa que hacía que me volviera loco de placer, luego la volvía a introducir en su boca y simulaba hacerme una paja con su labios. Yo mientras tanto seguía tocando sus nalgas,  como podía y cuando la postura me permitió volví a introducir mis dedos en su chorreante conchita. Así estuvimos un buen rato hasta que tuve que hacer que parara para no aguara la fiesta, no quería venirme.



La coloco en posición de perrito, veo su hermoso trasero negro, de su conchita le escurren sus flujos me acerco con mi pene duro y la empiezo a penetrar, ella jadeaba, resoplaba de placer mientras yo veía como el culo de la negra se devoraba mi pene, movía su trasero para clavarse más, acelero el ritmo de las envestidas arrancándole un fuerte grito mientras está teniendo un abundante orgasmo se notaba no solo por sus gritos sus jugos le escurrían por sus muslos, se tira en la cama pensé que iba a descansar un momento pero inmediatamente se colocó sobre mí tratando de imponerse. Lentamente comenzó a balancearse adelante y atrás frotando su clítoris contra mi vientre a la vez que mi pene se incrustaba más y más hondo en su empapada conchita. Sus manos sujetaban a las mías para que tocara su tersa piel morena y juguetearan con sus oscuros pezones. Cuando yo buscaba acelerar ella me sujetaba con sus piernas y me mantenía a raya.



Cuando vio que ya no aguantaba más aceleró el compás e hizo que su último orgasmo se confundiera con el mío y que yo gritara de placer, mientras mi pene descargaba toda su leche en su interior. Tras besarnos y tocarnos suavemente sin hablar nos quedamos abrazados después de un rato baja su mano y acaricia mi pene, baja su cabeza y empieza a mamarlo enérgicamente poniéndolo duro nuevamente, sonriendo con una mirada picara me dice ¡sí que funciona el preparado que te di! La negra seguía caliente! La coloco boca arriba, abriendo sus piernas  empiezo a penetrarla de pronto siento sus piernas que abrazan mi cintura con fuerza mientras ella misma es esta moviendo frenéticamente, siento que me va a partir en dos, le agarro sus pezones, los pellizco dándole más placer, me inclino y se los muerdo para que soltara un poco pero más apretaba las piernas, las mordidas en los pezones le provocaron el mayor orgasmo que haya sentido, por fin suelta mi cintura bajando sus piernas, adolorido me separo de ella observando que de su vagina le salían un chorro de flujos, ahí descubrí lo que realmente le gustaba, la tomo del pelo y la acerco a mi pene diciéndole, a ver perra caliente límpiame todo, pasa su boca, su lengua por mis empapados testículos y pene dejándome seco, limpio, La pongo en mis piernas y diciéndole ahora vas a sentir lo que quieres, le doy de nalgadas cada vez que sentía mi mano gemía pidiéndome más, tanto lo disfrutaba que su respiración estaba muy agitada, la puse en cuatro con sus mismos flujos le lubrique el culito, lo metí de un solo golpe haciéndola gritar, así métela toda me decía, se la metía y sacaba con fuerza sintiendo el culito de esa hermosa mujer siendo penetrado por mí, estaba tan caliente que me pedía que le diera mas nalgadas mientras la penetraba, así lo hice, en cuestión de unos minutos le solté lo que me quedaba de semen en sus entrañas, ella al sentirlo le viene otros orgasmo mundial aun más abundante que el anterior quedamos tirados en la cama hasta que finalmente nos fuimos a bañar al salir nos dirigimos a la cama en donde nos quedamos dormidos unas horas antes salir de regreso al puerto.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 10
  • Votos: 1
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