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Categoría: Confesiones

Los caprichos de Antonia

Salí a caminar como todos los días pero estaba particularmente excitada por los permisos que me estaba dando mi marido, a quien le encanta que sea una mujer descarada y ligera.
Decidí caminar por dónde estaba un grupo de obreros que en días anteriores repararon una tubería en mi casa.
Enseguida me salió al paso uno de ellos, el que me gustaba, y comencé mi juego de seducción:
– Hola nena. Que haces por aquí a esta hora.
– Solo camino un rato para aliviar mi estrés
Y aproveché para pones mi mano en su pecho y notar lo fuerte y bien dotado que estaba.
– Sabes que me encantó la día que me mirabas cuando estabas trabajando. No creas que pasó desapercibido, me miraste con deseo.
– No señora usted es una mujer casada y yo la respeto, eso no significa que no reconozca que esta divina.
Y aprovechando la situación le di la espalda y recosté mi culote de su verga que ya estaba durísima.
Me tomo por mis pechos y comenzó el jaleo a mil por hora en plata calle
– Señora porque no vamos adentro y lo hacemos cómodos
– Llévame a dónde quieras
Y entramos a la casa en construcción, me metió en un cuarto un tanto lúgubre con tres colchones puestos en el suelo y olor a sudor, obrero y marihuana.
Me desnudo totalmente y comenzó a tragarse mi concha que ya era pura agua. Le saque su verga y era larga, gruesa y dura como me gustaba. Y antes que me lo metiera lo detuve…
– Espérate
– Hay sra no tengo condones…
– No chico. Yo quiero que me llenes de tu leche
– Bueno si le apetece
– Yo lo que quiero es que me des un porro
A lo que el obrero corrió y trajo uno encendido, lo que nos permitió frotarnos divino y atraer a otros 3 obreros que estaban atónitos al verme tirada en su cama, drogada y pidiendo sexo.
Se desnudaron todos y comencé a mamarselos a cada uno, tal como le gustaba a mi marido. Es más si hubiese estado aqui, el le habría sacado la leche a más de uno.
Me cogió el que me gustaba, me dió riquísimo. Su verga entro apretadisima en mi vagina. Me lleno de leche, el siguiente tenía rato dilatando me mi culo hasta que lo logró meter todito. Era menos dotado pero estaba muy bien. Me lleno el culo d e leche. Luego el tercero me dijo que no quería batir la leche de sus compañero y se dispuso a acabar en mi boca .
Creo que me quedé dormida por unos minutos. Ellos se fueron y me dejaron sola. Me vesti, recogí mi teléfono y tenía una llamada perdida de mi esposo. Llegué a la casa como a las 10 pm y el con picardía me preguntó…
– Estabas visitando a tus obreros?
– Si amor. Que rico me dieron.
– Deja ver
En efecto estaba llena de leche por todas partes, a lo que el d e dedico a mamarla y colocarla en mi boca lo que nos aumento el morbo. No hicos esa noche el amor pero me hizo prometerle que mañana iría a caminar por la misma calle pera recibir una buena dosis de sexo.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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