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La puta y el cornudo

~~Lola era una morenaza de pelo negro, esbelta, con unos muslazos de miedo, unas poderosas caderas y un culo duro, turgido y prominente que se movia al caminar llamando a filas. Vestia siempre con pantalones ceñidos o con faldas muy cortas plisadas o con tablas, y que al caminar se movian al compas de sus andares y dejaban atisbar sus recios muslazos. Yo me enamore de ella nada mas verla en la cafeteria en la que coincidiamos todas las mañanas y cuando se marcho despues de tomar cafe, la segui hasta su casa procurando que no me viera. Y asi un dia tras otro, aunque creo que ella sabia que la seguia porque de vez en cuando hacia como que se echaba el pelo por detras de la oreja y me miraba. Yo me escondia y luego la volvia a seguir hasta que llegaba a su casa.
 Hasta que un dia se volvio, se vino hacia mi y me pregunto porque la seguia. Y yo le dije que me gustaba mucho, que soñaba todos los dias con ella, que la amaba platonicamente, pero que como era timido, no me atrevia a decirle nada. Ella sonrio y me dio un beso en la mejilla. A partir de ese momento nos encontramos mas veces, tomabamos cafe y luego dabamos alguna vuelta por el pueblo. Yo un dia le propuse que salieramos en serio, que fuesemos novios, pero ella me contesto que no, que no podia. ?No puedes? le pregunto uno extrañado. No, no puedo replico ella muy seria , y no me preguntes mas.
 Y seguimos saliendo y paseando, disfrutando del momento de estar con ella y sin proponerla nada mas, hasta que un dia un conocido se acerco a mi y me dijo que la chica aquella, ?tu novia?, trabajaba en una casa de masajes de la capital. No lo crei, claro, estuve a punto de cogerlo del cuello, pero pense que a el tambien le gustaba ella y que estaria celoso. Pero la segui. Y comprobe que, si, que por las mañanas cogia el autobus y se iba a la capital para trabajar alli en un piso de putas y por la noche volvia a la localidad, sin que nadie pudiera haber sospechado nada. Tenia horario laboral de mañana, como muchas de sus compañeras casadas que oficiaban de putas por el dia y por la tarde, mientras sus maridos estaban fuera. Pero ella era soltera. ?Como se explicaba que una chica soltera, guapa y con un cuerpazo de ensueño, trabajara de puta? Se lo pregunte y sonrio. Por el dinero, obviamente, me contesto. Y porque me gusta ser puta, sentir como un macho se pone cachondo al verme, como se le pone dura, como me desea y como anhela follarme. Y si encima me pagan y bien, miel sobre hojuelas, aunque si no fuera asi seguiria yendo al piso para hacerlo gratis, es superior a mis fuerzas, me gustan todos los hombres de verdad, los verdaderos machos y se me moja el coño nada mas advertir que a ellos se les pone dura.
 Me quede asombrado, pero a esas alturas ya la amaba con toda mi alma, con todo mi ser y con cada poro de mi piel. Y se lo dije. Ella contesto que tambien me apreciaba mucho, pero que las cosas estaban asi y que no podian cambiar. Ella no queria que cambiaran, pues era feliz sintiendose puta y gozando como una puta. Y yo, sorpresivamente, le dije que no me importaba, que la queria tanto que no me importaba compartirla con otros y que siguiera sintiendose puta.
 ?Seguro?
 Si, seguro
 ?No te importa ser un cornudo sumiso y consentido?
 No, no me importa.
 Ella cabeceo de un lado a otro, no se lo creia; pero cuando bajo la mirada y vio que el pantalon me abultaba, me echo mano a la polla y comprobo que si, que efectivamente estaba dura, muy dura.
 Asi es que ademas de cornudo, te gusta que te humille al recordarte que lo eres me dijo, mientras se abrazaba a mi y me besaba . Somos la pareja perfecta: la puta y el cornudo añadio.
 Y nos casamos, porque ella insistio en ello porque asi no tendria que esconderse tanto para sus viajes a la capital, tendria coartada porque al unico que se suponia que tendria que darle explicaciones, a mi, no se las iba a dar obviamente. Y porque los verdaderos cuernos son el matrimonio, los legitimos, los que de verdad se lucen segun me decia ella , los mas honrosos, los cuernos de verdad. Para preciarte de ser cornudo, para sentirte humillado de verdad al serlo y que yo pueda humillarte recordandote cada dia que lo eres, tenemos que casarnos, me dijo con una logica aristotelica. Y yo comprendi que era asi, que para mi verdadera felicidad como cornudo, tendriamos que casarnos.
 Nuestra noche de bodas fue muy clasica, si exceptuamos que era entre una puta y un cornudo sumiso, y que por tanto ella se la paso follando con unos gigolos compañeros suyos y yo, pajeandome, mientras miraba desde un sillon, porque ella a estas alturas me queria ya mucho, segun me dijo y me prometio que me dejaria ver todas sus folladas como puta, que estaria siempre delante y que nunca follaria sin que yo lo viera. ?Como? Pues hablo con el dueño del piso de masajes y le explico las circunstancias, por lo que llegaron a la conclusion de que lo mejor seria que ella prestara un nuevo servicio en el piso, que ademas estaba muy demandado por la sociedad. Y asi fue como un dia salio un nuevo anuncio en la seccion de contactos del periodico regional: Mi marido es cornudo sumiso, le gusta ver como lo hago cornudo y sentirse cornudo, si quieres follarme a mi y que lo humillemos a el, llamame. Precios razonables.
 Y con mucho exito porque a partir de ese dia ella fue una de las chicas mas solicitadas para entrar en aquella habitacion en la que sobre el cabecero de la cama colgaba, con un precioso marco dorado, la fotocopia de nuestro libro de familia en la que aparecian las fotos de los dos, para que ningun cliente tuviera dudas de que ponia los cuernos. Verdaderos cuernos. Y ellos siempre miraban primero la fotocopia, luego a los dos, y entonces ya se desnudaban complacidos.
 El nuevo servicio fue de lo mas solicitado desde que se ofrecio al personal y aumento cuando se le añadieron otros complementos como, por ejemplo, que el cliente pagara una cantidad mayor si, ademas del servicio normal de puta y cornudo, queria que ella me doblara sobre sus rodillas y me azotara el culo con una zapatilla y ver asi como se me ponia la polla dura al sentirme literalmente cornudo y apaleado, que es como se llamaba a este servicio. Y un servidor con la polla tiesa y ella con los labios de su coño humedos y brillantes.
 Tan humedos que despues de quitarme de sus muslos ella se echaba en la cama y se abria de piernas para ofrecerse a los clientes y que ellos pudieran meterle el dedo en su coño y sacarlo mojado, debido a su excitacion, despues de hacerme cornudo y ademas apaleado. Porque ella se excitaba tanto como yo o mas, todo hay que decirlo. La verdad es que eramos la pareja perfecta. La puta y el cornudo, nos decian los demas compañeros del piso, porque era verdad ya que ella a partir de nuestra boda follo todavia mas que antes, con mas tios y durante mayor tiempo, y yo era cornudo absoluto porque no habia follado aun con ella. No la habia catado, porque ella misma me lo habia prohibido ya que decia que los clientes, al saberlo, se excitaban mas, repetian, y ella asi se sentia mas puta y gozaba mas al hacerme mas cornudo aun. Porque segun decia su placer no solo estaba en follar con los tios, sino en saber que su marido era feliz siendo cornudo sumiso. Eso le daba un gozo añadido inusitado que no queria perder. Se refirio incluso a que pensaba infibularme la polla con una anilla clavada en el prepucio para que jamas pudiera follarla, para que todos supieran que jamas podria follar con mi mujer mientras que cualquier macho, previo pase por caja, si podia hacerlo. Esto era aun mas humillante para mi y mas excitante para ella. De hecho yo le preguntaba al cliente que la acababa de penetrar que tal era su coño, si estaba calido, estrechito, acogedor. Y el me solia decir que si, que muy bueno, muy confortable y que le daba mucho gusto porque mi mujer era tan puta que ademas lo cerraba y abria para acoger mejor su polla, para darle mas gusto. No sabes el coño que te pierdes, me solia decir alguno de ellos, mientras seguia follandose a mi mujer.
 Pero esa es otra historia, aunque sea parte de la misma, la de siempre, la que voy a seguir el resto de mi vida hasta que me muera: la de ser un cornudo consentido que se excita y goza viendo como su mujer folla con los demas machos, menos con el, y sabiendo que ella goza mas todavia al hacerme cada dia mas cornudo sumiso.
 

Datos del Relato
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