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LA PRACTICANTE

Conocí a Cecilia cuando yo tenía 8 años, ella tenía 17 y era novia de el hermano mayor de Rolando, un amigo de infancia. Ella cuando me veía siempre me decía que cuando tuviera un hijo desearía que fuera como yo, rubio y de ojos azules, y me daba un beso en la boca chupandome los labios. Pasó el tiempo y no la volví a ver, era una chica muy linda y de un cuerpazo espectacular, dos veces los espiamos con Rolando cuando cogían con su hermano.

Yo tenía ya 27 años, ella 37 ó 38, cuando casualmente nos encontramos en un almacén de ropa, ella iba acompañada de su hija de 17 años, y cuando la ví la reconocí porque realmente ella no había cambiado nada, seguía siendo una hermosa mujer y de un cuerpazo soberbio, le pregunté si ella era Cecilia, y luego de identificarnos, fuimos a tomar un café, y platicamos de muchas cosas, ella me comentó que se había casado con un médico de origen Salvadoreño, pero que tenían ocho meses de estar separados, nos dimos teléfonos y nos despedimos. Unas semanas después me llamó por teléfono, y me dijo que estaba un poco aburrida y que si tomabámos un café, esa tarde la fuí a encaminar a su apartamento, entramos, y me dijo que si cuando era un niño era adorable, ahora como hombre era muy atractivo y guapo, y si antes deseaba tener un hijo como yo ahora quería un hombre en la cama como yo y por eso me había llamado, antes de ir a su recámara le pregunté por su hija, y me dijo que no había problema ella tiene una actividad en el colegio, y regresa a las diez de la noche, la traen los padres de la vecina, y apenas eran las cinco de la tarde, nos empezamos a besar apasionadamente, con lujuria, con deseo, la empezé a desvestir y tenía unas tetas formidables de pezones grandes que se endurecieron al contacto de mi lengua, su vagina exquisita, de labios gruesos, y de clítoris enorme, era casi del tamaño de la yema de su dedo meñique, estaba totalmente mojada, casi instantaneamente se vino en un orgasmo y me decía papacito hazlo rico tengo mas de ocho meses de no tener macho, ella se encargó de terminarme de desvestir, cuando vió mi polla en toda su intensidad se sorprendió del tamaño y del grosor, y relamiendose los labios me dijo, nunca me imaginé que iba a tener un miembro de ese tamaño, métela despacio, cuando la tenía al tope empezamos a tener un movimiento uniforme ella abajo y la penetraba al fondo ella arriba y se la hundía completa, al final ella estaba sobre mi, se fué en un orgasmo terrible, grito como pudo la gozó a la grande, fué un grito de placer, de gozo infinito que creo que el vecindario lo oyó, luego se recostó sobre mi pecho, yo empezé a chuparle los senos mientras la bombeaba buscando mi placer, ella me dijo cuando vayas a acabar me avisas no me cuido porque no tengo marido y un embarazo no lo quiero, cuando estaba a punto le dije casi, ella se zafó y se puso la cabeza en la entrada de su soberbio culo y poco a poco se la ensarto hasta la mitad, y me dijo bombea allí, tres bombiadas más y le dejé ir mi chorro de semen. A partit de ese día cogíamos dos o tres veces por semana, por séis meses estuvimos así. Una tarde llegó a mi oficina y me dijo que quería hablar conmigo de dos asuntos importantes, pero primero quería coger conmigo, la llevé a la recámara contigua de mi oficina y después de una hora de lujuria, ya recostados los dos, me comentó que su marido había regresado con ella el día anterior y que su visita había sido como una despedida, el otro motivo era que a su hija le faltaban tres meses, para salir del colegio como secretaria bilingue, y como su esposo tenía un excelente trabajo como gerente de un sanatorio de mucho prestigio en El Salvador, habían acordado que Edith, la hija siguiera viviendo en el apartamento sola, pero que necesitaba un lugar donde ejercer su práctica, y dado que la fábrica de nuestra propiedad era una de las más grandes de Centroamérica, para ella sería de mucho beneficio, en su carrera por lo que estuvimos de acuerdo.

Una semana después se presentó Edith a la oficina, llegó con su uniforme de practica, falda y saco azul marino, y su blusa blanca, delgada, donde se apreciaba su brasier blanco, y se notaba bajo su blusa que era de media copa, y la verdad que si algo heredó de su madre era ese espectacular par de tetas, era delgada pero de una piernas hermosas que se destacaban más por el zapato de tacón alto, su rostro de niña hermosa y de facciones preciosas, la instalé como auxiliar de mi secretaria, una señora ya entrada en años más fea que una orden de captura, pero mi madre me la había impuesto sabiendo de mi gusto por las faldas. Como me había sido confiada, todos los días la pasaba dejando a su casa, por lo que me esperaba a veces una hora, después de la salida de todos los trabajadore, la dejaba en la puerta del apartamento.

Pasó el tiempo, y como ya casi terminaba el período de práctica, apenas faltaba ya una semana, y como ella me había comentado que no quería vivir en El Salvador, quería seguir estudiando en una Universidad de Guatemala, pero deseaba trabajar para independizarse de sus padres, le comenté que a través de unas amistades al terminar sus estudios, le había conseguido un empleo en uno de los Bancos de mayor prestigio en Guatemala, y con un sueldo superior a cualquiera de mi oficina. Dos días antes de terminar su práctica, y salir el personal de mi oficina, llegó a mi despacho, se sentó y me dijo algo que me dejó perplejo, empezó así: Yo sé que Usted y mi madre tuvieron un romance, una tarde yo tenía una actividad en el colegio, ésta fué suspendida, yo me dormí esa tarde que ustedes llegaron, cuando desperté escuché voces y gemidos, y me acerqué a la habitación de mamá, ustedes estaban teniendo sexo, ella estaba arriba de usted, por curiosidad y morbo no me fuí, solo podía ver la vagina de mamá, y parte de su pene, me llamó la atención lo grueso que era, y como mamá gritaba de placer, a partir de ese día yo me masturbo pensando en la parte de su pene que ví, ahora que estoy por irme, quiero pedirle que me lo muestre y me deje acariciarlo, solo atiné a decirle si ya lo había pendaso bién y lo peligroso que era para ella ese tipo de contacto, a lo cual me respondió que sí, y que todavía no había pensado en perder su virginidad. Nos fuimos a la habitación contigua y empezé a besarla, no sabía besar, nunca había tenido novio, lentamente le fuí desvistiendo, mientras besaba centimetro a centimetro, las partes del cuerpo que desvestía, besé esos pechos virginales, no tenía pezón solo una aurela rosadits, lisa y exquisita, besé ese vientre blanco hermoso, que se enchinaba al contacto de mis labios y lengua, besé sus pies, chupandole sus dedos, subí por esas exquisitas y deliciosisimas piernas delgadas y torneadas, hasta depositar mis labios en su vaginita de labios y clitoris rosados, casi naranjas, su clitoris pequeñito que pulsaba cada vez que mi lengua lo rosaba, me desvestí y puse la pija en su boca, ella estaba estasiada de chupar y mamar ese rollo de ocho pulgadas, nos pusimos en el típico 69, la sentí acabar, sus líquidos vaginales inundaron mi boca, y fué cuando ella me pidió que se la metiera en el culo, así como había visto que se la metí a su madre, tomé el tubo de gel me lubriqúe, toda la polla y con dos dedos le empezé a dilatar el culito virgen, mientras chupaba su cliroris, cuando ya tres dedos entraban sin dificultad la puse en perrito y centimetro a centimetro, fué penetrando mi polla hsta la mitad, no entré más porque era evidente el dolor que sentía pero no protestaba, ahí empezé a acariciarle su clitoris mientras lentamente la envestía, estuvimos así por un lapso de cinco minutos, por el movimiento de mis dedos en su clítoris, se movía rápido y eso permitía que mi pene entrara más, sentí cuando apretó las paredes de su ano, estaba teniendo un orgasmo, esa presión hizo excitarme más, y cuando ella terminó de tener su orgasmo, aflojó su cuerpo y yo entre en mi totalidad en su culito, gimió de dolor y placer y le solté mis chorros de semen caliente en sus enrañas.

Al día siguiente, no llegó a la hora acostumbrada, pasaron las horas terminó la jornada laboral y no llegó, como a las séis de la tarde yo estaba por marcharme, cuando apareció, llegó con una falda blanca corta, y una t-shirt azul, se veía preciosa, entró me besó con amor, pasión que se yo, me tomó de la mano, me llevó a la recámara, y me dijo quiero ser suya, hágame mujer. Cuando la poseí, no se como relatarselos, tuvo dos orgasmos orales, yo uno, cuando le puse la polla en la entrada de su vagina, estaba mojadísima por sus jugos vaginales, le entró toda la cabeza y senti lo durito de su himen, en la primera envestida se rompió y deslizé toda mi polla, ella gimió, y me besó casi con furia, en sus labios se sentía el dolor y ardor por el que estaba pasando, luego empezó a moverse a mi ritmo, sentí cuando ya se venía y yo le empezé a darle más rápido, se vino y casi al instante me corrí dentro de ella, al sentir mis chorros de semen csliente, solo decía papito juro que por el resto de mi vida seré solo tuya´. De eso pasaron cinco años, seguía viviendo en el apartamento que yo cubría, a veces se sentía sola y me consultó que si podía embarazarse, accedí y tuvo un precioso bebé, su madre vino para cuando el niño nació, y el único comentario que me hizo fué: como envidio a mi hija por ser dueña de esa hermosa verga, que un tiempo fué mía.
Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
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