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Categoría: Incestos

La insospechada carencia de mamá 2ª parte

Eran las ocho de la mañana aproximadamente. Solo se escuchaban los ronquidos de mi padre y la puerta del dormitorio la tenían abierta. Me asomé y solo vi a mi padre durmiendo, ella no estaba. Caminé hacia la sala de estar, tampoco la vi, miré en el baño, no estaba. La busqué en la cocina, tampoco. Pero escucho movimientos en la lavandería. Me acerco lentamente y la veo metiendo ropa en la lavadora, agachada con su culo en pompa y sin nada que lo tapara, ya que su camisón de dormir es demasiado corto para cubrir el culo estando estirada, mucho menos agachada a noventa grado. No llevaba bragas… Me fascinó la vista, por lo me quedé inmóvil admirándola en silencio. Salvo por mi mano derecha que tenía a mi verga fuera de mi pantalón, pajeándome lentamente. De la nada se quedó quieta ofreciéndome la vista posterior de su raja, agachada sin flectar las rodillas. Luego tomo uno de mis calzoncillos cubierto con una gran macha de semen, con el que me había limpiado la corrida la noche en que la espié. Se dio la vuelta con la prenda usada en su nariz… lamió los restos de semen y se me acercó lentamente…, la muy zorra sabía que me hallaba mirándola detrás y se recreó mostrándome el culo sin bragas y ya de paso su abultado conejo de enormes labios jugosos plagado de pliegues.



En su caminar trataba de mover lo más posible sus carnes para provocarme. Y claro que lo lograba, mi verga estaba como un mástil y yo no paraba de cascármela. Sus pezones eran apenas tapados por su prenda de tirantes de tela delgada. Sus tetas bamboleaban amenazaban con salirse de la prenda en cualquier momento, ya que tan solo una pequeña parte de ellas estaba tapada. Solté mi verga para que ella tomara el relevo, y así lo hizo. La asió como una experta dándome par de sacudidas dejando mi glande lo más expuesto. Dirigió la cabeza que forma el ariete de mi polla, hacia su ingle para darle refregones suavemente. Luego levantó su ropa y se dio la vuelta para volver a agacharse sin doblar las piernas. Llevo la punta de mi falo a su raja y comenzó a rozarla sin penetrar recorriendo de extremo a extremo mi cabeza, entreteniéndose un poco más en su pepita que se sentía dura en mi sensible capullo. Movía su culo acompañado con el recorrido de mi glande por su húmedo canal. Las veces que fueron suficientes para que todo quedara empapado con sus jugos. Acomodó mi verga entre sus labios vaginales, sin metérsela ¡No sé qué fuerza me contenía para no empujar y enterrarla en su sabroso coño de labios carnosos! Estos abrazaban la parte superior de mi mazo. Tomo mis manos y las llevo a sus caderas. Entendí su intención provocadora, por lo que la tomé fuerte y comencé a rozar mi verga en su raja lentamente. Más tarde comprendí que en realidad solo deseaba estimular su clítoris, en este tipo de sexo sin consumar la penetración. Mis manos se hundían en su hermoso y curvilíneo cuerpo como asegurando fuertemente cada empellón de mi bálano. Así fueron varios minutos de roces constantes. Donde sentía el calor de nuestros genitales mezclarse, sin ser algo completo.



En un momento me retraje un poco más y mi glande se acomodó en la entrada de su lubricada cueva. Al reincorporarme comencé a penetrarla suavemente. Pese a no ser virgen pues ya me había follado a más de una choni de turno del instituto, como a la tal Jésica, puta como ella sola, aquel acto impúdico en ese instante fue un descubrimiento. La sensación más placentera de mi vida, fue la que sentí al notar como su cavidad ardiente me recibía acomodándose a la forma de mi cipote. Sus labios menores me envolvieron con la mayor de las suavidades en un cálido abrazo, casi quemando a mi ansioso ariete en la parte inicial de glande y poco más. Su hambrienta vagina, completamente lubricada no estaba poniendo resistencias a mi incestuosa internación en su misterioso interior. Por primera vez invadía el coño de una verdadera mujer y este era de mi propia madre. La penetré lentamente, un poco temeroso al no poder asimilar en ese momento con claridad los nuevos sentires que estaba viviendo al entrar en la vagina por donde hace casi 17 años salí. Tras la incursión de mi glande en su acogedora vagina, continúe entrando unos centímetros con mi excitación a los más altos niveles. Mi verga comenzó con los espasmos como los previos a la eyaculación, sin llegar a serlo, solo era pura excitación extrema promovida por parte psíquica más que por la física. Las cosquillas, la presión entre mis testículos y el retraimiento de estos daban signos de correrme, mi madre se percató, y se dio la vuelta sacándome de su interior… sabía cómo calentar a un macho, una autentica zorra calienta pollas. Me dolían los huevos una barbaridad y me dejó sin aliviarlos cuando…



-”Eso ha sido solo un adelanto… Tendrás que ganarte ser mi nuevo semental”, dijo victoriosa mirándome. “Pero no voy a ser tan mala… quiero que sepas que tu mami te quiere y no desea que sufran tus huevos condolidos ¿Verdad que te duelen bastante? Pues ahora tu mami lo va a remediar…”.



Se agachó delante de mí y comenzó a pajearme rápidamente apuntando a su cara, se sacó sus tetas por el escote y me cascó la verga ensalivando su palma derecha… me dio palique muy seguido con contundencia hasta en un escaso minuto comencé a eyacular sobre ella en apenas poder reprimirme. El primero gran chorro de leche se encrespó sobre su ojo derecho, ceja y cabello, los segundos apunto a su boca como solo saben hacer las putas golosas, llegándole al mismo galillo… los otros con menos presión fueron derramándose en sus tetas y las últimas gotas de semen las tomó directamente con su lengua desde mi glande con la punta, justo en el agujerito de salida de mi uretra con su mirada clavada en mi verga regocijándose de su nuevo éxito. Siguió unos segundos más meneando mi estoque erecto y rígido hasta que ya no salió más dejándolo fielmente escurrido. Con uno de sus índices tomo el semen que estaba en su cara, ojo y ceja… se los llevó a la boca, chupándose el dedo se los trago, hizo lo mismo con contenido espermático que quedó en sus tetas. Yo estaba fascinado mirando como rebañaba mi lefa, ¡Disfrutaba de la morbosa situación! Luego se limpió más a fondo con mis calzoncillos usados que había tomado del canasto y lo metió en la lavadora. Ya compuesta, arregló su camisón de dormir, programó la lavadora y dijo… -“¡Ya, lavadora andando!”. Con una sonrisa y mirada coqueta se fue de ahí, bamboleando sus curvas y dejándome solo. Me quedé pegado mirando su culo cuando se alejaba con mi polla aún tiesa cual viga empotrada. Tomé un vaso de agua en la cocina y volví a acostarme. Desperté solo para almorzar. Todo normal, como acostumbraba a disimular mamá tras de cualquier morbosidad aventurera conmigo, se portaba como una bruja teniéndome en vilo. Y volví a mi dormitorio a estudiar, era domingo y se venía encima una semana de exámenes en el instituto. Tengo un escritorio en mi dormitorio donde suelo estudiar, y es en ese lugar precisamente donde estaba en la tarde del lunes siguiente al episodio de la lavandería…



Eran las siete de la tarde hora en la que mamá llegada regularmente, algo de ansiedad comenzó a apoderarse de mí. Los recuerdos de nuestras últimas aventuras afloraban entre los textos de las materias que estudiaba. Mi polla se estaba poniendo dura con los flashes hacia la suculenta anatomía de mamá. Quería que llegara luego y me masturbara y/o jugará con mi polla. Pero más que eso, la verdad es que deseaba penetrarla completamente, y llenar su interior de esperma hasta lograr vaciarme mis huevos. La sola idea me excitó tanto que tuve que liberar mi mostrenco y comenzar a pajearme lentamente, estimulaba mi glande recorriendo el prepucio en esa área, con movimientos cortos con mi pulgar derecho. Trataba de hacerlo mientras leía, pero la concentración en los textos se estaba tornando esquiva….La puerta se abrió, era ella.



– “Hola”, dijo contenta.



– “Hola”.



– “¡Estudiando ah! ¡Qué bien!, me alegro que estés tan aplicado…”.



–“Si mañana tengo una prueba importante de Tecnología Industrial”. Se adentró en cuarto al lado de mi mesa. – “Te veo un poco estresado”. Sabiendo sus pretensiones y mi necesidad flagrante…



– “No imaginas cuánto”. Se acercó lentamente sonriendo con ternura y acariciando mis hombros y mi pecho…



– “Parece que necesitas ayuda de mamá hoy también ¡Y no voy a permitir que suspendas por falta de concentración en los estudios! Mamá te hará lo que tiene que hacer con su nene…”.



– “La verdad es que estoy muy tenso, es mucha la responsabilidad la de este examen”.



– “¿En serio?” Decía coqueta arrodillándose entre mis piernas. “Entonces estamos tardando en dar una solución”. Sacó mi mano de mi verga y comenzó con sus caricias ajándolo con fortaleza queriéndola estrangular. Empezó con una paja cadenciosa poniendo su cara a escasos centímetros de mi falo.



– “Espera”, dije levantándome y bajando mis pantalones para dejar despejados mis huevos también.



Al volver a sentarme ella retomó su labor masturbadora con su mano derecha y con su pulgar izquierdo presionaba mi escroto hacia abajo entre mis testículos. Estirando aún más la piel de mi rabo. No fue necesario mucho rato para hacer que mi estoque llegará a sus dimensiones máximas. Tras lograr una erección completa, tiro del prepucio para dejar descubierto mi tenso, rosado y brillante glande. Para proseguir con pequeños besos en la punta, muchos y suaves, provocándome pequeñas cosquillas con lamidas cortas y suaves, para continuar con unas más largas y cargadas de lengua y fortaleza, hasta lograr lamerlo en toda su extensión, soltando su mano derecha. Besó mis bolas, las lamió y succionó cada unas tragándoselas una a una. Tras el castigo de jugar con ellas dentro de su boca con la lengua, volvió lamiendo mi tallo desde la base hasta la punta. Para engullirlo finalmente en un ritmo frenético, profesional, con sus manos en mis caderas en mamada libre. Lo tragaba como una Puta experta. Mis manos estaban en los brazos de la silla. Extasiado miraba como se perdía mi verga en su boca con cada engullida. Su lengua envolvía cálidamente mi cetro endurecido dentro de su boca. Sus labios daban  la presión justa a mi rabo, adaptándose en su recorrido a la forma de éste ensalivándolo por completo. A pesar de lo placentero de su actuar no estaba logrando hacerme correrme con tanta facilidad como otras veces, porque mi cuerpo comenzaba a aprender las maneras de proceder de mi madre y no pararía hasta obtener su preciado néctar. Así comprendí que mi madre gozaba con las felaciones tragándose la leche del macho.



–“Mamá… Necesito algo más de ti, con lo de ayer… No puedo sacar de mi cabeza lo que sentí…al momento en que entre en tu vagina…”. Dije entre jadeos. Ella sacó mi falo de su boca y sonriendo dijo…



– “¿A sí…? Parece que te estás poniendo más exigente ¡Un jodido cabrón que quiere follarse a mamá! Y si me dejo también querrás preñarme ¡¿No?! ¡Porque no te importará un carajo rellanarme de semen!”.



– “No se trata de eso, es que quiero sentir el placer que significa penetrarte…”.



– “¡Mmmm…! ¡¿Seguro que No quieres decir que quieres follarme para llenarme…?! Bueno nene, No lo descarto, pero aun así creo que es muy pronto… Pero puedo ofrecerte otra cosa antes”. Se puso de pie y desabrochó su blusa, dejándola caer al piso. Dejando a la altura de mi cara sus rebosantes tetas atrapadas en su sostén. “¿Te gustan?”



– “Me encantan ¡Son las mejores que he visto en mi vida!”.



– “¡¿Y cómo sabes que te encantan si aún no las has probado como debes atontado?! Además cuantas has visto en tu vida… ningunas como la de tu madre” Y en verdad era así, mucho menos con esos pezones.



Llevo sus manos al broche en su espalda para soltar su sostén. Apenas soltó la prenda sus ubres se descolgaron pesadas según su caída natural, tras las copas del sujetador. Mi ansiedad hizo que por mi cuenta soltara los breteles moviéndola por encima de sus hombros para que cayeran hacia los lados. Y sus tetazas maravillosas quedaron al descubierto. Eran hermosas, gigantes, blancas, con unas aureolas oscuras de unos casi 7 cm diámetro y unos pezones grandes y erectos de unos 2 cm de largo. No aguanté y con una en cada mano las tomé desde abajo sintiendo su peso reposar en las palmas de esas enormes masas, a medida que las levantaba. Las junté en el centro y me acerqué a besarlas con hambre. Sus pezones apuntaban a mí llamándome a chuparlos, lamer y succionar como un mamón pervertido. Disfruté del contacto cálido de sus tetazas con mi cara, el sabor de su piel y su suavidad al colarse entre mis dedos. La abracé con mi brazo izquierdo, atrayéndola con fuerza mientras mamaba su pezón izquierdo y amasaba su otra teta. Ella se sentó encima de mis piernas con un brazo en mi cuello, su otra mano se deslizó bajando para seguir ordeñando mi verga. La sujeté del culazo mientras seguía chupando golosamente sus tetas y ella continuaba con la paja.



– “¡Avísame cuando estés a punto de correrte!” Dijo en plena machacada, y así continuamos un buen rato hasta que me vino el subidón de adrenalina… – “¡¡Ahora me corro!!”



https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=1871847362



Se bajó y volvió a arrodillarse entre mis piernas. Para volver a engullir mi falo mucho más endurecido con la venas a punto de estallarme. Mamó un par de veces y espero chupando el glande como si fuera un sorbete. Con una de sus manos tiraba de mi prepucio y con la otra mi escroto era amasado y escurrido como sí así lograse extraer más leche de ellos ordeñándome los cojones. Sentía como dentro de su boca masajeaba con la punta de su lengua la parte inferior del glande, donde está el frenillo, y la otra parte de mi bálano se frotaba apretando y soltando contra su paladar. Tanto estímulo focalizado me hizo acabar de manera rotunda en su boca. Noté como salió el primer chorro de leche y como lo recibió sorpresivamente, en cambio los siguientes los acogió con mayor agrado. Todo lo liberado fue tragado por ella, sin dejar una sola gota. Jugó con su lengua y mi glande hasta terminar de eyacular. Y volvió a mamar un par de veces sin perder la erección, todo mi engrudo se hallaba en su boca y me lo enseñó en señal de su hazaña, con un gesto coqueto se los engulló directo a su estómago. Cuando lo hacía relamiendo su boca, aún me pajeaba con la verga casi erecta, se hallaba brillante y limpia, solo mojada con su saliva.



–“Ya, ahora que estás más relajado espero que puedas concentrarte en tus estudios…”.



–“Lo intentaré mamá, pero queda una cuenta pendiente por saldar”.



–“¡De eso hablaremos! …Ya he pasado por el supermercado a comprar, así que no tienes que salir…”, hablaba mientras se ordenaba sus mamas dentro del sostén.



–“¡Qué bien, gracias mamá! ¡Siempre pensado en mí!”



–“No te preocupes por nada hoy… ¡Ya sabes que lo hago todo por mi amor! Tu padre y yo nos preocupamos porque estés bien y consigas buenas notas en bachiller para una buena carrera”.



Abotonado su blusa y guiñándome un ojo… Se fue cerrando la puerta tras ella. La verdad es que su intervención sirvió bastante para relajarme, y lograr enfocarme en lo que tenía que hacer pese a su cinismo. Al día siguiente rendí en mi prueba lo que esperaba de ella. La tarde del día siguiente también la destiné a estudiar. Solo con el detalle de que mi madre llegó tarde junto con papá, por lo que no pude disfrutar de sus “atenciones”. Lo mismo pasó el día del miércoles y el jueves. Las cosas se pusieron complejas. Por un lado tenía la presión de mis estudios y por el otro sentía la presión de desahogar mis ganas con mis testículos cada vez más cargados. He de reconocer que después de los acontecimientos descritos, la idea de solo masturbarme ya no me era llamativa. Lo intenté durante esos días donde no tuve “encuentros” con mi madre, y la verdad es que sí lograba terminar, pero ya no eran tan placenteras las pajas solitarias, sentía que algo me faltaba. Quería seguir experimentando con ella, llegar más allá… Y por fin fue el viernes cuando mamá apareció temprano por casa y sola. Yo estudiaba para el lunes siguiente sin prisas ni mucha presión, lo tenía todo bien organizado. Apareció en mi habitación muy sonriente.



– “Así me gusta mi chico… tan estudioso y aplicado en su tarea. ¿Me has extrañado estos días…?”



– “¿Tu qué crees? Me tienes abandonado como un perro en medio de la lluvia”.



– “¡Ahí pobrecito mi nene! Me besó en la frente en un acto maternal. Hay que dosificar cariño. No podemos ser tan golosos. Un descanso con expectativas hace bien al cuerpo y al alma por eso es recomendable parar un poco la euforia”.



– “Mmmm… puede ser, aunque el stress me tiene atenazado. Necesito relajarme un poco y la verdad es que las pajas en solitario ya no me ayudan tanto como lo hacían antes de que tú me las hicieras…”.



– “¡Ah, Qué problema hay con eso…! Mami está aquí para ayudarte ¡Yo también te he extrañado!”.



Se acercó a mí desabotonando su blusa hasta la mitad, dejando al descubierto su sostén color burdeos con encajes y transparencias, muy erótico. Por el tipo de prenda, lo tenía planeado. Tras eso, me dio la espalda y abrió el cierre de su falda, para luego bajársela regalándome una vista en todo esplendor de su culo a unos escasos 30 cm de mi cara ¡Todo un estriptis! Llevaba puesto unas bragas del mismo tono de su sostén, que se perdía entre sus contundentes nalgas. Se giró hacia mí y me dijo…



– “Tengo una idea”, sentándose en mis piernas. “Muéstrame uno de esos videos que te gustan tanto”.



– “¿Porno…?”



– “Sí. Muéstrame como te gustan las mujeres con las que te haces tus pajas…”.



– “¿Estás segura…? ¿Te gustan esas cosas?”



– “Me gusta el sexo como a todo el mundo y siempre estoy abierta a aprender algo más”.



Mi verga ya estaba como el acero con la situación. Por lo que, fue difícil para ella saber dónde tenía que apoyar su raja. Y aprovechando le pedí que se levantara un poco para “acomodarme”. Así que apenas se levantó bajé mi pantalón y calzoncillos a la vez, quedando desnudo desde la cintura para abajo. Mi verga saltó como un resorte bien tiesa mirando al techo, pero ella la acomodó en su raja al volver a posar su ardiente conejo en mi verga, el contacto fue casi directo entre nuestros genitales, claro que solo separados por la delgada tela de su ropa interior.



– “Me gustan voluptuosas, maduras, grandes tetas y culonas. Así como tú. Mujeres con las carnes abundantes y macizas con todo en su sitio”. Le comentaba mientras buscada la página de internet.



– “Jajajaja”, rio mirándome hacia atrás y restregándome su raja sobre mi verga en movimientos cortitos, a un ritmo suave y constante.



Busque un video donde saliera una mujer con proporciones y color de piel similares a ella, encontré uno de Katie Cummings que se llama “HOT BABE KATIE FUCKS PLUMBER”. El video comienza con un ama de casa curvilínea que atiende a un fontanero envuelta en una toalla.



https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=1025766734



– “¿Y ella dices que es como yo…?”  – “Bueno si, encuentro que tienen un físico parecido”.



– “Pero es más joven y un poco más morena”.



– “Pero no tienes nada que envidiarle mamá, además tú tienes mucho más morbo”. Se rió a carcajadas…



– “Mmm… así que te gustan rellenitas, con buenas tetas y culonas…”.



– “Me gusta tener donde agarrarme”, le dije tomándola de las tetas sobre su sujetador.



– “Adelántalo un poco que hablan mucho… donde empieza la acción. Si al menos supiéramos inglés”.



Llegamos a la parte donde ella se desnuda mostrando su apetitoso cuerpo. Mi madre miraba el video concentrada, restregando su mullida vulva vaginal contra mi polla. Seguimos avanzando hasta la parte en que la actriz estaba sobre el mueble de la cocina con el tipo comiéndole el coño como un caníbal, yo también lo haría con gusto.



– “Uyyyy eso me encanta, que me coman el coño, tu padre ya no me hace esas cosas y eso que tengo un coño sabroso, gordo y siempre mojado”. Siguió concentrada en el video, sin parar de moverse sobre mí.



–“Me dio un poco de calor”, se sacó la blusa.



Aproveché para besarla en el cuello y hombros mientras que con mis manos la acariciaba por donde más pudiese. Ella no perdía detalle del cunnilingus. Así que aproveché para desabrochar su sostén. No dijo nada, solo lo arrojó a un costado cuando lo sintió suelto. Comencé a amasar sus tetas desde atrás, ella soltó un gemido suave cuando mis manos entraron en contacto con sus fastuosas mamas. Bajé con mi mano derecha hasta su vagina, metiéndome en sus bragas, ya mojadas por sus jugos, para estimular su clítoris, trate de seguir el ritmo del actor mientras jugaba con el clítoris de “Katie” en el video. Ella comenzó a gemir, primero suave y luego fuerte, acompasada por mis caricias.



Todo cambio en el instante en que el actor deja de comerle el chocho a la actriz y se pone de pie para penetrarla. En ese momento mamá cambio de su actitud pasiva a amazona. Se levantó para poder bajarse las bragas que cayeron a plomo a sus tobillos y luego se desentendió de ellas con un juego de pies… se volvió a subir sobre mí, ahora de frente. Agarró mi tranca agarrándola de medio palo y se comenzó a restregar mi glande tipo seta completamente hinchado por toda su raja, se encarnizó en el clítoris pajeándose… al cabo de un rato acomodó mi inflado capullo asiendo firme la polla, en la entrada de su cueva para bajar fuertemente en un primer envión a meda tranca. Me puso las tetas en la cara, sus brazos alrededor de mi cuello y comenzó a cabalgarme como poseída buscando a cada sube-baja mayor profundidad. Mi gordo capullo comenzaba a conquistar la gruta prohibida sintiendo en ella sus paredes plisándose con una maravillosa presión sobre mi sensible glande. Fascinado en sus carnes disfrutaba de sus asombrosas tetas golpeando mi cara que campaneaban juntándose en su gran canalillo y contra mi cara. Sus deliciosos pezones eran el festín más sabroso que había probado. Pero el mayor placer estaba en cómo se sentía su vagina a través de mi sensible polla teniéndola completamente empalada ¡Ya hubo conseguido pegar sus labios vaginales a mis huevos! Lo conseguía una y otra vez en cada sentón. El calor de su sexo envolvió a mi miembro viril de manera total, con sus húmedas paredes de suavidad absoluta, me estaba llevando al séptimo cielo. Sus músculos vaginales recorrían la longitud de mi falo estimulándolo en toda su extensión.



Lo más delicioso era la sensación de mi glande apretarse en lo más profundo de ella cada vez que bajaba con fuerza. Mis manos ayudaban a llevar el ritmo sujetándola desde sus nalgas inmensas. Sin dejar de mamarle las tetas, éstas chocaban con mi cara alternadamente dándome su aroma tan familiar que me recordaba a mi infancia…, por unos momentos sentí toda aquella felicidad infantil de cuando me alimentaba con ellas, lo debía de tener tan grabado en el subconsciente como mi instinto animal de fecundar a mi madre cual hembra. Estaba en el paraíso disfrutando uno de los mayores placeres que se nos ha regalado, el sexo ardiente, con una hembra ardiente y hermosa. Me sentía envuelto por su cuerpo usándome como su objeto de placer. Mi rabo entraba y salía de su vulva partiéndola por aquella raja de cremosos labios vaginales tan carnosos como envolventes empapados totalmente. Con empaladas más lentas y profundas siguió moviéndose, manteniéndose abajo apretando mi glande lo más adentro presionando con sus músculos internos. Yo sentía que acabaría en cualquier momento y la abracé, tomándola desde sus hombros para presionarla hacia abajo. Logré que me entendiera y se la enterró para mantenerse un rato ahí. Fue como presionar un botón en la punta de mi glande.



Ella se apoyaba en mi cuello y hombros, yo la sujetaba de las caderas, la acariciaba por la espalda y apretaba con ambas manos sus nalgas buscando el orificio de su ano, le clavé el dedo y ella dio un respingo pegando un sentó más duro en respuesta a mi atrevimiento. Pese a ser una mujer madura, se mantenía en muy buena forma porque con los pies en suelo no paraba de hacer sentadillas embutiéndose sin cesar mi falo hasta los mismos huevos una y otra vez a ritmo rápidos y otros más lentos, haciendo contornear sus cintura que producía un roce por todo mi bálano…, sin duda mi madre era una experta folladora, se podría ganar muy bien la vida de Puta. Su olor dulce me embargaba y el calo me empezaba a subir, noté que mi cuerpo se tensaba y la gran corrida se avecinaba, fue entonces cuando me incorporé a su ritmo moviendo mis caderas sincronizadas con sus vaivenes, ella vio en mi actitud la que su hijo estaba a punto de correrse y ejecutó lo más increíble, además de meter y sacar con avidez, sus músculos vaginales comenzaron a trabajar succionando mi estoque, así era la muerte dulce.



Apenas sentí como éste se apretaba en sus profundidades, mi miembro inició sus convulsiones para comenzar con la eyaculación. Mi orgasmo engatilló el primer disparo de lefa que salió de mi uretra con una presión incólume. La apreté fuertemente para que no se moviera. Ella apretó su abrazo en mi cuello y gritó gimiendo de placer… seguramente se escucharon en la calle. Sentí que liberé litros de leche en sus entrañas en varios disparos que no dejaban de salir de mi glande. ¡¡Ella se estremecía con cada uno!! Sentía como temblaban sus carnes sobre mi cuerpo. Yo disparaba chorro tras chorro de esperma sin el menor recato, como si en ello me fuera la vida lo fuese el culmen de la misma, la punzaba con mi verga haciendo descargar toda la carga seminal en su misma cérvix, viviendo la sensación ancestral que todo macho siente al marcar a la hembra Preñándola. La presión de la sangre en mi cabeza me atolondraba disparando sin cesar mi leche donde hace casi 17 me engendraron… al cabo de un poco más de un minuto, todo se fue menguando pasados unos segundos dentro de ella asegurando la inseminación, como hacen los perros con sus perras, pero ya no nos movíamos. Quizás temíamos lo que pudiera suceder después. Fornicar era algo que estábamos buscando ambos, sin duda. Pero una vez concluido eso no habíamos pensado en que consecuencia nos traería, tanto anímicas como físicas para ella. Mi verga ya cuasi rígida se Salió de su vagina cuando ella se enderezó y nos miramos a los ojos. Sin palabras nos besamos tiernamente con un poco de mayor pasión que otras veces, no en vano habíamos realizado un acto especial que no están común entre una madre y su hijo, un acto ponderadamente íntimo entre un macho y su hembra.



– “Tu padre llegará en un rato, no sería bueno que nos encontrará así enganchados como conejos fornicadores”.



– “Tienes razón mamá, ¡Ha sido tan espectacular que…! Además debo seguir estudiando”.



– “Bueno, me voy de aquí para dejarte tranquilo… solo quiero que te concentres en estudiar”.



Se levantó y se fue desnuda, con su ropa en las manos. Lo último que vi fue su culo antes de que cerrara la puerta tras ella. La escuché entrar al baño a ducharse supuse. Pasada menos de una hora, llegó papá y las cosas siguieron como si nada hubiese pasado, solo que esa noche era diferente, ahora sabía que mi madre mientras charlaba con su marido, su coño más profundo albergaba bien caliente allí adentro la leche de la mayor corrida que había tenido su hijo en sus 5 años de madurez sexual…, una vagina repleta con mis millones de bichitos trepando por sus trompas de Falopio… solo con pensar en el esperma que unas horas antes llenaban mis huevos, se encontraba rellenando el útero de mamá, me la ponía dura y sobreexcitado. Todo eso pasó a ser normal como antes… una madre inquisitorial y un padre ausente en cuerpo y espíritu. Lo único a lo que prestó atención mi madre fue a su estatus de mujer trabajadora y honrada, por eso me explicó categóricamente que nuestros encuentros permanecerían en secreto hasta la muerte, y que las sesiones las impondría ella a su libre albedrío sin previo acuerdo. Nuestros escenarios más recurrentes comenzaron a ser mi habitación, el baño y



Tras unas semanas muy ocupadas con los exámenes, estaba nervioso por el momento en  que llegara la lavandería… ella sabía que un chico adolescente siempre está preparado, así que se servía de mí a su entera complacencia como quien va al supermercado a tomar lo que necesita y cuando lo necesita, estuviese mi padre o no en casa buscaba la instancia adecuada y se aprovechaba de mis candidez y excitación permanente. Sin embargo tenerme pendiente de sus deseos arbitrarios no me complacía del todo, como macho necesitaba tener a mi madre como hembra a mi disposición según mis apetencias, así que algo tendría que hacer… Lasitud 



COTINÚA...



Este es mi correo...  trovo_decimo@hotmail.com  por si deseas contactar conmigo, sugerirme o contarme alguna de tus fantasias que leeré encantado. ¡Muchas gracias!


Datos del Relato
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