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Categoría: Confesiones

La fruta prohibida (1 de 2)

Mi nombre es MANUEL teñía 32 años cuando sucedieron los hechos. Todos en mi barrio de cariño me decían MANOLITO, muy pocos me llaman MAÑU por fastidiarme, claro que yo sabia, el porqué me llamaban así, estudie CONTABILIDAD en una UNIVERSIDAD de la ciudad de Lima.

He decidido contar el siguiente relato, porque fue algo extraño lo que me paso, tal vez no me entiendan o me critiquen por lo que hice, pero ese momento fue maravilloso lo que sentí, no soy de las personas que acostumbra a contar sus experiencias sexuales en reunión de amigos, esta cualidad me permitió estar con muchas jóvenes menores, incluso a una de ellas, le doblaba la edad.

Después de ocho años de una relación formal, mi enamorada me dejo para irse con otro, desde ese momento mi vida cambio totalmente; me volví un mujeriego empedernido, fue así que después de tantas experiencias pasajeras conocí y comencé a salir con MARTHA, el amor de mi vida (bueno de esa época), una chica preciosa de 21 años, desde luego ella sabia cual eran sus encantos y erguía la cabeza con tanto orgullo y coquetería al caminar. No era difícil ver como despertaba admiración al observar las miradas de anhelo y lujuria que le dirigían los jóvenes de su edad, y a veces también los hombres ya maduros, cualidades que la había heredado de su madre la señora CARMEN.

La señora CARMEN de unos 40 años, con ella mantenía una confianza de buenos amigos, era una persona que siempre te decía lo sentía, a veces me molestaba cuando veía pasar una chica, diciéndome MANOLITO allí pasa tu amor; a ella también te la has agarrado, yo siempre negaba todo lo que me decía para no entrar en detalles, hasta que note ciertos actos, especialmente cuando nos hallamos solos; se acercaba y me saludaba con un beso en el cuello, mientras que con su mano levantaba mi polo para acariciarme la espalda con la yema de sus dedos, y me decía hay MANOLITO?, que tendrás que me hija se ha enamorado de ti, esa era la frase que siempre repetía.

Pero en vez de llamarle la atención por la forma tan atrevida de saludarme, debo confesar que me gustaba, incluso me excitaba, me sentía algo extraño, no sabia que hacer si detenerlo todo o seguir con ese juego, pero esa sensación era muy diferente, a lo que percibía de la chicas jóvenes con las que había estado, incluso con la de su hija MARTHA. Yo notaba como me miraba y en vez de detener todo esto, comencé a coquetear con ella sin que su hija descubriera nada extraño entre nosotros dos.

Cuando iba a su casa de casualidad y no había nadie, ella me recibía con el clásico beso en el cuello como queriéndome decir "no hay nadie". Yo sabia que ella a pesar de su edad no quería quedarse con la duda, ¿Qué era, lo que las chicas habían encontrado en mi?, no voy ha negar que siempre me gustaron las chicas menores, pero nunca una mujer madura y menos la mamá de mi enamorada MARTHA.

Un día como de costumbre fui a casa de MARTHA; pero ella no estaba, su mama me recibió con el clásico beso. Ese día conversamos de muchos temas, hasta me contó como se conoció y las intimidades que tuvo con su esposo Don BENANCIO; una persona de tez trigueña de unos 68 años, de cuerpo atlético a pesar de sus años.

Ese día saco un álbum de fotos de mi enamorada MARTHA cuando era niña, no se porque motivos después de culminarlas de observarlas cogí una de las fotos y le dije que me lo llevaría de recuerdo, me pare de la silla donde estaba sentado, y lleve mis manos con la foto a la altura de mi espalda, ella me indico que no me la lleve se me acercó y pego su escultural cuerpo junto al mío mientras sus dos manos los cruzo alrededor de mi cintura tratando de alcanzarlas con el fin de quitármelas.

El calor de su cuerpo y su respiración agitada junto a mi pecho provoco que sintiera un calambre y un aire frío que recorrió mis espaldas, entretanto sus entrepiernas la ubico a la altura de mi bragueta, que despertó de una forma brusca a mi miembro que se hinchaba a cada momento formando un prominente bulto, ella al sentir lo que me estaba provocando continúo forcejeando en forma disimulada frotando su vulva cubierta por su falda contra mi rinoceronte dispuesto a atacar; por un momento pense soltar la foto abrazarla y cabalgarla en su propia casa, pero mi formación cultural y la educación que me dieron mis padres, adicionada por el temor a que MARTHA me encontrará en esa posición, pudo mas que mi instinto animal, por primera vez me puse nervioso, tratando de acabar con el juego le devolví la foto y me retire a mi casa.

En mi cuarto trate de olvidar lo sucedido, prendí mi computadora, para preparar un informe, cuando estaba por culminar sonó mi puerta, era la señora CARMEN, con el cabello húmedo, su blusa escotada en forma sensual y seductora mostraba la línea donde se juntaban sus exquisitos melones redondos; y me dijo que se había olvidado que MARTHA le encargo, para que me dijera que le prepare una solicitud pidiendo certificados a su colegio, bueno la hice pasar, para que me dicte todos los datos, a lo que ella aceptó.

Antes de comenzar a elaborar la solicitud, puse en la lectora de CD ROM una balada, que la señora CARMEN, lanzo un suspiro.

-¡Oh MANOLITO que bonita música! ¿MANOLITO bailamos? – Me dijo en forma coqueta

-Yo no sé bailar. De repente le piso los zapatos – le conteste

-Yo te enseño no preocupes- me contesto. Poniéndose de pie en medio de la sala

Me acerque a ella y rodee mis brazos alrededor de su esbelta cintura, ella pegando su cuerpo junto al mío hizo lo mismo con sus brazos encima de mi cuello

-¿A qué no sabías bailar? - me dijo ensayando una picara sonrisa

Mientras sus dos lindos y exquisitos melones se iban pegando poco a poco a mi cuerpo, Nos movíamos lentamente al ritmo de la música, note como nuevamente se me hinchaba la bragueta mientras ella en cada cambio de paso lo trataba de frotar con sus entrepiernas en una forma muy disimulaba con mucho agrado y deleite.

Nuestros cuerpos calientes llenos de pasión y lujuria se movían al compás de la música, los dos éramos conscientes de lo que estaba pasando, nuestro instinto animal se sobreponía a la razón y a los valores morales.

Deslice suavemente mis temblorosas manos desde la altura de su cintura hacia sus contorneadas y hermosas nalgas, y las regrese a la posición inicial pensando que me llamaría la atención, pero al ver que no me dijo nada, continúe explorando y acariciando sus hermosos cachetes con mayor confianza apretujándolas hacia mi sexo, ella ni se inmuto, era increíble lo que estaba pasando, yo pense que todo esto era una fantasía......pero se estaba haciendo realidad..... Como respuesta a lo que ya había iniciado, totalmente excitada me comenzó a besarme la parte delantera de mi cuello, despertando las llamas de nuestro deseo carnal que nos iba envolviendo poco a poco.

Ella continuo con sus besos dirigiendo sus labios hacia mi mentón, hasta que no se como se encontró frente a frente y nos enredamos en un apasionado beso lleno de ternura, como si los dos hubiéramos estado esperando ese momento; a cada instante pasaba la punta de mi lengua por el medio de sus labios, hasta que esta se abrió e hizo su ingreso juntándose a los de ella, excitada la comenzó a mamar y a chuparla como si tuviera un miembro dentro de su cavidad bucal, mientras mis manos acariciaban todo el entorno de sus exquisitas nalgas, frotándolas desde la cintura hacia abajo, donde comenzaban sus muslos.

No había duda era una mujer con mucha experiencia, ya ni la música sonaba, pero para nosotros dos eso no importaba, seguíamos enredados con nuestros cuerpos totalmente calientes sobándonos uno a otro, guiados por nuestro instinto animal de la preservación de la especie humana.

Poco a poco con las caricias que le daba a sus enormes nalgas, su falda deslice hasta su cintura y le comencé ha bajar su trusa color rojo poco a poco por todo el entorno de su cuerpo caliente, ella me correspondió con beso apasionado, y abrió sus piernas quedando su ropa interior en medio del piso. Ella hizo lo mismo con mi polo, y comenzó ha desabotonarme el pantalón, y luego el cierre de la bragueta, diriguiéndose en forma desesperante su mano derecha dentro de mi trusa y con sus dedos rodeo todo entorno del tronco de mi miembro erecto y mojado, hasta sacarlo de su encierro en forma brusca, dejándolo al descubierto, mientras la enrojecida cabeza se alzaba con aire amenazador. Su incandescente mirada recorrió todo el largo de mi descomunal miembro.

-¡!!Oh MANOLITO...que grande lo tienes...!!!! ¿ Tu has tenido sexo con mi hija?

-No CARMEN . ¿Cómo se te ocurre? Le dije tratando de tutearla.

-MANOLITO; solo te pido una cosa, que esto no le cuentes a nadie,

-No, no te preocupes, esto quedara entre nosotros dos, este secreto lo llevare a la tumba.

Mientras mis dedos frotaban sus vellos pubianos y sus labios vaginales rojos totalmente mojados, ella hacia lo mismo con aquella gruesa y rígida masa de músculo palpitante que tenia en el medio de sus manos, se agacho suavemente y la enorme cabeza espumante la llevo hacia el interior de sus húmedos labios, y comenzó a mamarlo apretujando con su lengua hacia el paladar en reiteradas oportunidades, no pudiendo soportar el intenso cosquilleo que me causaba, la retire de su cabida bucal, la cogí de la mano y la lleve al borde de la cama.

-Desnúdate, CARMEN. Quítate todo lo que pueda entorpecer nuestros movimientos.

Cumpliendo la orden. CARMEN se despojo de su ropa quedando tal como vino al mundo, sé hecho en medio de la cama.

Mientras me quitaba la ropa me quede atónito contemplando sus encantos la amplitud de sus caderas, el capullo de sus exquisitos y deliciosos senos, y su vientre con su adorable monte que cubría tímidamente esa hendidura rosada.

Me eche en la cama al costado de ella y abrí sus rollizas piernas separándolo lo mas que pude sus complacientes muslos. Por un instante contemple la deliciosa hendidura rosada totalmente excitada, avance mi rostro hacia el medio de ella introduciendo mi impúdica lengua tan dentro como pude en la húmeda vaina y comencé a succionarle y mamarle tan deliciosamente, luego de unos instantes la encantadora CARMEN, en medio de un gran éxtasis pasional que sacudió su cuerpo con espasmódicas contracciones de placer eyaculó abundante emisión que mojo todo el entorno de mi lengua y mis labios lo que engullí cual si fuera un yogur.

CARMEN, aun con el cuerpo tembloroso observaba mi miembro con sus ardientes ojos redondos y briosos por el intenso placer que había experimentado hace unos instantes.

-¡ Oh MANOLITO! ¡Que cosa tan maravillosa me has hecho sentir! – exclamó

Cogí mi miembro y introduje la cabeza del glande en medio de esa hendidura rosada, caliente y excitada de placer ella tratando de evitar su ingreso total me dijo.

-¡ Oh MANOLITO Por favor ya no! ¡ Dejemos para otro día!

Mi cerebro ya no pensaba, no era yo el que actuaba sino mi instinto animal, mientras la anchura, tumefacta cabeza de mi pene presiona los calientes y húmedos labios de su orificio vaginal, comencé a empujar mi miembro hacia el interior de la rendija de los calientes labios de CARMEN, hasta que su estrecha y resbalosa vaina recibieron con deleite el ingreso triunfal de mi miembro, sus piernas rodearon mi cintura y me comencé a menearme furiosamente de atrás hacia adelante, agasajándola en cada nueva embestida con todo el largo de mi miembro, que se hundía y desaparecía hasta los rizados pelos que cubrían mis testículos.

Entretanto, el rostro de CARMEN reflejaba el extraordinario deleite y placer que le provocaba cada embestida; mi respiración comenzaba ha aumentar de intensidad por el placer que sentía en ese instante; los quejidos de la encantadora CARMEN, expresaban excitantes emociones de placer y deleite que le provocaba mi vigorosa arma que entraba y salía.

-¡MANOLITO te siento dentro de mi! ¿ Hace 10 años que BENANCIO ya no me toca?

Empuja, Empuja aun puedo sopórtalo. Lo deseo. Me siento en las nubes. ¡Tu cosa tiene la cabeza ardiendo! ¡Oh mi amor! ¿Que es lo que me pasa?

Al cabo de unos instantes, CARMEN, no pudo soportar más, y comenzó a estremecerse por efecto de las exquisitas sensaciones que le estaba proporcionando, con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás derramo una cálida emisión que inundó todo el entorno de mi rígido miembro, expresando de esta manera su enorme deleite.

En ese momento la lujuria se apodero de CARMEN se aferro a mi cuerpo para impedir que la siguiera embistiendo, yo continua golpeando mi miembro viril hacia dentro de ella, hasta que en medio de mis suspiros y los gritos de placer de ella, esta abrió sus piernas todo lo que pudo para gozar de los encantos y recibir en su caliente vulva el chorro de leche que eyaculo mi vigoroso pene que lo hundí hasta la raíz, por el exquisito deleite que sentí en ese momento.

Es de esta manera. CARMEN la madre de mi enamorada MARTHA, recibió mi leche en su caliente vulva, en medio de mis suspiros y los gritos de placer de ella....

Desde esa fecha su mirada ya no era la misma, me miraba muy seria, hasta que pasaron largos meses y volvió la confianza nuevamente y yo la insinúe para repetir lo que había pasado en mi cuarto, ella me contestaba que nunca lo volvería hacer, y se retiraba diciéndome tal vez cuando este en mis cinco minutos de tonta, ¿Todas las mujeres tendrán sus cinco minutos de tonta?. Debo comentarles estimados amigos que estos hechos si sucedieron con la diferencia que los nombres han sido cambiados para poder contarles, asimismo debo indicarles que si hubo una segunda oportunidad, pero esa vez yo la seduje, la engañe, la que contare en la segunda parte de este relato.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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