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Categoría: Dominación

La dependienta me quiso chantajear I

Como en anteriores relatos os he contado, más de una vez iba con alguna amiga o sumisa al Corte Ingles a comprar lencería, y bueno, la mayoría de las veces siempre nos atendía una chica muy mona de unos veinte y pocos, se llamaba Mónica, 1.60 de alto, buenos pechos y un culo pequeño pero redondo y prieto, pelo castaño y recogido en una cola.



La verdad es que como siempre que íbamos se dejaban una pasta en lencería, siempre que nos veía aparecer se apresuraba a atendernos, siempre muy bien, por cierto.



A mí me miraba siempre con extrañeza, pues veía que no siempre era la misma, pero siempre compraban a mi gusto, y además como buena comercial ella siempre se acordaba, y si con la que iba era nueva, sabia la lencería que tenía que sacar.



El caso es que siempre que me veía aunque fuera solo, me saludaba y me preguntaba como estaba, pero siempre con educación y respeto.



Pero una noche de diario, que salí a cenar con Cristina y Raquel y sus respectivos cornudos, en plan tranquilo, después de la cena nos fuimos a una sala de fiestas muy conocida en Granada a tomar una copa, y cuando llevábamos un rato allí y como era día de entre semana, no había mucha gente, y estábamos muy tranquilos y el ambiente no estaba nada cargado, por lo que apetecía estar allí.



En un momento dado me levante de la mesa para subir a los servicios, y al ir por las escaleras me cruce con Mónica, esta iba con tres o cuatro amigas, yo la salude como siempre, pues al ver que me miraba di por hecho que me había reconocido.



Pero no me gusto la sonrisa irónica que me echo, aunque al principio no le di importancia.



Al salir del servicio estaba allí esperándome, llevaba unos leguis marrones muy pegados y finos, y una camiseta que le llegaba justo donde acaba el culo, por lo que se le marcaba perfectamente el culo y sobretodo el tanga, y unas botas negras de montar, y el pelo recogido en una cola, igual que en su trabajo, y un poco pasada de copas.



-Mónica.-Hola, que haces por aquí?, ya he visto abajo a tus “amiguitas”.



Cuando me hablo me di cuenta que estaba con una copa de más, pero no como para no saber lo que hacía.



-Hola Mónica, de fiesta?



-Mónica.-Si, estoy de vacaciones y tú?



-Pues con unos amigos de cena.



-Mónica.-Ya las he visto abajo, y también he visto que están con sus maridos.



-Y?



-Mónica.-Y?, pues que estamos tiesas y no tenemos para pagar lo que nos hemos bebido, y quiero que las pagues tú o tus amiguitas o les cuento a sus maridos lo que compras con ellas, y que las tratas como si fueran tuyas.



Al principio me quede descolocado e incluso pensé que era broma, pero al mirarla a la cara me di cuenta que iba en serio.



-Creo que te equivocas guapa, y no es la forma de entrarme, te hubiese sido más fácil pedírmelo que exigírmelo, y ahora vete y no metas la pata que te puede salir caro.



-Mónica.-Jajá jajá, no me crees?



Y dándose la vuelta bajo las escaleras y enfilo hacia la sala y en particular hacia la mesa en la que estaban sentados mis amigos.



Yo fui tras ella y al acercarme a la mesa me puse detrás de ella y como estábamos a oscuras, saque mi móvil y le di a grabar.



-Mónica.-Hola, perdonen que les moleste, me llamo Mónica y solo quería decirles que sus mujeres les están engañando con este tío.



-Manolo.-Si?, Y tú como lo sabes, como te voy a creer, solo con eso que me dices.



Manolo, el marido de Cristina, lo dijo con media sonrisa, pero con firmeza, y entrando en su juego para ver hasta donde llegaba.



-Mónica.-Trabajo en el Corte Ingles en la sección de lencería, y no veas la pasta que se deja su mujer con este, en ropa interior a gusto de este tío.



Yo ya tenía bastante grabado en mi smarphone, así que pare de grabar



-Manolo.-Bueno niña, lo mejor es que te vayas por dónde has venido y nos dejes a nosotros, eres muy joven para hacer lo que estás haciendo, además de que tienes más de una copa encima, no seas tonta y vete.



Esta se vio descolocada y sin saber que hacer se dio la vuelta y se fue hacia la barra donde estaban sus amigas.



Yo me senté tranquilamente, y mire hacia donde estaba Mónica y sus cuatro amigas, y vi como discutían con el encargado de la sala, y como cada vez se les veía más apuradas.



Así que le dije a Cristina que me acompañara que íbamos a sacarla del apuro y que ya veríamos como se lo cobrábamos, aunque los cinco sabíamos cómo lo íbamos a hacer, o intentar hacer claro.



-Cristina.-Hola Alfonso, que te pasa con estas señoritas



-Alfonso.-Hola Cristina, nada que se creen que somos una ONG.



-Cristina.-Bueno como yo conozco a Mónica dime cuanto es, que ya ajustaremos cuentas.



-Alfonso.-Pues es que son 96 euros



Cristina le fue a pagar con dinero



-No Cristina paga con tarjeta y que el resguardo te lo firme Mónica y ponga su D.N.I. y apellidos, y los de sus amigas también.



Mónica sonreía como pensando que se había salido con la suya, así que cuando llego el encargado con el resguardo no le importo firmar y poner sus datos, (datos que comprobamos pues les hicimos mostrar el carnet a todas).



La verdad que al ver la cara que tenia de satisfacción, me entraron ganas de mandarlo todo a la mierda y cruzarle la cara allí mismo, pero la venganza se sirve mejor fría, y ella y sus amigas estaban muy buenas.



Y sin decir nada se fueron, y bueno viéndolas como iban, la más serena era Mónica, las otras tres iban dando tumbos, y casi ni podían hablar.



Cristina y yo nos fuimos hacia la mesa y también nos dispusimos a irnos.



-Cristina.-Que tienes pensado hacerles?, porque te conozco y has estado a punto de pegarle.



-Jajajajaja, si, pero esto no le va a salir barato, según creo que me ha dicho está de vacaciones, así que por ahora lo dejaremos, ya iré o iremos cuando se reincorpore, y como Raquel esta cada dos por tres en el Corte Ingles, cuando la vea le diremos que nos avise.



Y dimos por terminada la velada, pues al día siguiente había que trabajar.



Al cabo de quince días recibí un whatsApp de Raquel, “Señor su amiguita de el Corte Ingles, está trabajando, en el turno de tarde”.



Por la noche al llegar a casa de trabajar, llame a Raquel y le pedí, que quedara con Cristina al día siguiente a las nueve y media de la noche en la puerta de el Corte Ingles, que íbamos a cobrarnos la deuda de la puta esa.



Al día siguiente a las nueve y media en punto estaban las dos esperándome en la puerta, como siempre impresionantes, las dos llevaban falda negra por encima de las rodillas con un poco de vuelo, Raquel con una camiseta de pico pegada, unas medias negras y un zapato de tacón de diez cm., y Cristina con una blusa lisa de color negro y una medias beige con costura atrás, y por supuesto unos tacones de doce cm.



-Vamos a compraros algo, y a cobrar la deuda.



-Raquel.- Y como lo vas hacer?



-Tengo la grabación con el intento de chantaje y además el tique firmado con su D.N.I:, así que ahora seremos nosotros los que le hagamos chantaje.



-Cristina.- Y no será peligroso Señor?



-Porque? No lo llevaría hasta el final, no soy tan cabron, aunque deberíamos, pero eso ella no tiene porque saberlo no? Por cierto quien hay en tu casa Cristina?



-Cristina.- Ahora mismo nadie, pero Manolo llegara sobre las diez, por?



-La vamos a citar allí, quiero tenerla en un sitio donde tengamos siempre la de ganar, algún problema perra?



-No Señor, solo es curiosidad.



Subimos hasta la planta donde está la sección de lencería, y conforme entramos en la sección y nos vio aparecer, le cambio la cara, y empezó a temblar de nerviosismo, tanto que lo que tenía en las manos se le cayó al suelo.



Se hizo la distraída y se acercó a hablar con otra compañera, que por cierto era otra de las que esa noche estaba allí, aunque al principio no la reconocí, pero Cristina si, y fue la que me lo indico.



Esperamos a que terminaran de hablar, y Cristina que es más lanzada que Raquel, llamo a Mónica.



-Cristina.- Hola Mónica, hemos venido a comprar unos conjuntos de ropa interior y a cobrar, te acuerdas de lo que me debes no?.



-Mónica.- Hola, si claro (muy nerviosa), estaba esperando a que se pasaran por aquí para quedar con Uds., para pagarles y darles las gracias.



-La gracias?, tú te crees que con eso se va a olvidar que me quisiste o nos quisiste hacer chantaje?, y a ahora nos tratas de Ud., el otro día me tuteaste.



-Mónica.- Lo siento de verdad, pero es que había bebido más de la cuenta y no era consciente de mis actos, por favor perdónenme.



-No, quiero cobrarme la ofensa y bueno te lo voy a poner claro, a las diez y media más o menos terminas de trabajar, así que a las once menos cuarto te quiero en casa de Cristina, ella ahora te dará la dirección, y si no estás allí a esa hora, mañana a primera hora conforme abran esto vendré y hablare con tus jefes.



Mónica.-Y?, que les vas a decir, que le debo dinero, solo tienes un tique de unas copas, y eso no afecta para nada a mi trabajo.



-Veo que ya vuelves a tutearme, te crees que te vas a escapar?, jajájajá, que ilusa eres, escucha esto...



Solo puse el principio, pero al oír su voz se le cambio la cara.



-Ahora vas a ir con Raquel y Cristina a uno de los probadores, coge un par de saltos de cama, que sean elegantes, para que se los prueben, y allí te van a poner la grabación entera, y luego decides, aunque me parece que tienes poco que decidir.



Temblando como un flan fue a coger lo que le había dicho y se fue con Raquel y Cristina a los probadores, yo en ese momento dirigí mi mirada hacia la otra compañera, que no sabía donde meterse y estaba roja como un tomate.



Esto que relato a continuación es lo que sucedió en los probadores, tal y como me lo contaron Raquel y Cristina.



Conforme entraron en los probadores, Raquel que por lo que se ve iba ya ardiendo, le dijo a Cristina.



-Raquel.-Perra, mientras hablo con esta, cómeme el coño, que lo tengo ardiendo.



-Cristina.-Ahora mismo Señora.



Y poniéndose de rodillas le levanto la falda a Raquel y corriendo la braga a un lado empezó a comerle el coño.



-Cristina.-Y tú escucha lo que nos dijiste el otro día



Y diciéndole esto le puso la grabación donde se identificaba perfectamente y decía donde trabaja y el chantaje que nos quiso hacer. Conforme oía la grabación su cara iba cambiando y hasta se le saltaron las lágrimas.



-Mónica.-Por favor, les pagare y haré lo que me pidáis, pero borren eso.



-Raquel.-Ufff, como estoy, aggggggg, que bien comes el coño perra, ufff, me voy a correr, pero para un poco que si no, no atino con esta, agggggg, pues ya sabes lo que te ha pedido nuestro Amo, si, lo que has oído PUTA, nuestro Amo, y si no te quieres ver mañana en la calle y además con una denuncia por chantaje, procura estar en esta dirección a la hora que te ha dicho mi Amo, y ahora dame tus bragas, se las vamos a dar a él.



-Mónica.-Qué?, no por favor eso no?



-Raquel.-No lo voy a repetir o me las das o conforme me vaya le digo a mi Amo que no colaboras, y tu perra (por Cristina), sigue que me quiero correr.



Mónica al ver que no pintaba nada bien, entre sollozos, se sacó los pantalones y se quitó un tanga blanco, dándoselo a Raquel, que lo cogió y se lo llevo a la nariz.



-Raquel.-Uhmmm, que bien huelen puta, y que arregladito tienes el coño, a nuestro Amo le va a gustar, agggggggg, ufff, sigue perra que me corro, aggggg, me corrooo, ufff, como lo necesitaba, bueno puta, no hace falta que nos probemos esto, no lo queremos, prepara dos pares de medias negras y dos beige, con costura atrás, para cada una, solo nos vamos a llevar eso.



Cristina se levantó del suelo, con la cara llena de jugos de Raquel y acercándose a Mónica le estampo un beso en la boca restregándole todos los jugos, ya que esta no abrió la boca, pero no se podía quitar, pues en el probador ya estaban un poco estrechas.



-Cristina.-Uhmmm, que bien sabes, ya abrirás la boca, jejejeje.



Y sacando una tarjeta de su bolso se la metió en el escote.



-Cristina.-Hay tienes mi móvil, cuando salgas me llamas y te doy mí dirección.



Salieron las tres de los probadores, Raquel y Cristina con la sonrisa en la boca y Mónica colorada como un tomate y casi con las lágrimas saltadas, esta última se metió en el almacén y a los cinco minutos salió más repuesta y con lo que le habían pedido Raquel y Cristina.



A todo esto, eran ya las diez pasadas, y la mayoría de las cajas ya estaban cerradas, y no quedaba casi ningún cliente.



-Mónica.-Aquí tienen, son 74 euros, tarjeta o efectivo.



-Raquel.-Toma cobra con tarjeta.



-Cristina.-Hasta dentro de un rato jejejejeje.



A Mónica se le volvieron casi a saltar las lágrimas, y solo bajo la cabeza.



-Bueno venga vámonos que casi va a llegar ella antes que nosotros.



Al salir por la puerta, Cristina me dijo que no le había dado la dirección pero si su móvil, para que la llamase cuando saliera.



-Cristina.-Espero que no le moleste Señor, pero es que aún no me fiaba.



-Me parece bien perra, en ningún momento quiero poner en peligro vuestra intimidad, y ha sido un error por mi parte, lo que vamos hacer es ir a tomar algo por aquí cerca y esperamos a ver si llama.



-Raquel.-Si va a llamar, sabe que no puede hacer otra cosa que obedecer, pues la verdad que lo que hizo le puede salir muy caro, a por cierto Señor aquí tiene un regalo de Mónica.



Y diciendo esto saco el tanga que le había entregado esta.



-Ufff, que feo, no me gustan los tangas y menos así tan simple y soso, jajáajá, quédatelo o tíralo.



Al pasar por la primera papelera lo tiro.



Dimos un paseo hasta un bar donde solemos ir y mientras me contaban lo que había pasado dentro de los probadores, picamos algo.



Y en eso estábamos cuando sobre las once y diez de la noche sonó el móvil de Cristina.



-Cristina.-Diga?



-Mónica.-Hola, soy Mónica, acabo de salir, por favor no me hagan ir, por favor



-Cristina.-Esto no es un juego niña, haberlo pensado antes de intentar chantajear a quien no debes.



-Mónica.-Donde tengo que ir.



-Dile que nos espere en la puerta de la Virgen de las Angustias, que la vamos a recoger.



-Cristina.-Espérate en la puerta de la Virgen de las Angustias y en quince minutos te recogemos.



-Mónica.-Esta bien, voy para allí.



Nosotros tras colgar el teléfono nos fuimos para el parking donde tiene Raquel su coche aparcado, pues Cristina se había venido en taxi.



-Conduce tú (Raquel), y tú Cristina súbete en el asiento del acompañante, para dejarle sitio a Mónica a mí lado.



Salimos del parking y tiramos para donde habíamos quedado con Mónica, con la duda de si estaba o no, aunque yo estaba seguro de que iba a estar.



Cuando estábamos llegando nos dimos cuenta que allí estaba, y que se había cambiado y no iba con el horroroso uniforme de trabajo, iba con unos leguis marrones claros, casi beige, pegados, y unas botas de media caña con un pequeño tacón, el resto no se le adivinaba, pues llevaba una cazadora negra. Paramos a su altura y bajando la ventanilla un poco le dije que se subiera.



-Mónica.-Hola (con voz temblorosa)



-Hola guapa, tranquila, que no vamos a hacerte nada que no quieras, puedes irte si quieres, pero nosotros somos libres de denunciarte por el chantaje, así que ahí está la puerta.



-Mónica.-Y que tengo que hacer?



-Obedecer, solo obedecer, y para empezar quítate la cazadora.



Con la cara aun temblorosa se incorporó un poco y se sacó la cazadora, quedándose con un vestido de punto beige, casi hasta la rodilla.



-Tienes novio?



-Mónica.-Si, pero como trabaja mañana hoy no sale.



-Pues que gilipollas, con una novia como tú, anda que iba a dejarte sola, con la cara de puta y viciosa que tienes, y sobre todo lo buena chantajista que eres, jajajajaja, por lo menos para nosotros.



-Mónica.-Yo no soy ninguna puta, y siento mucho de verdad lo que os hice, pero es que iba bebida y pierdo el control, y mi novio no es un gilipollas.



-Jajájajá, tú novio es un gilipollas y lo que yo desee que sea puta, y tú hoy te vas a convertir en PUTA con mayúsculas, y la perra de mis amigos, y si te portas bien, mañana olvidaremos todo lo que ha pasado y volverás a ser libre, pero esta noche eres Mía perra.



-Mónica.-Si lo haré, y espero que luego cumplan (esto lo dijo casi con las lágrimas saltadas).



-Bien perra, sácame la polla y empieza a chupar, que ya estamos llegando.



-Mónica.-Que?



-A que te crees que has venido perra? a que te aplaudamos.



-Mónica.-Se a lo que he venido cabrón, pero no aquí.



Al sentir la palabra cabron, le solté un bofetón y fuerte, tanto que se le quedo marcada mi mano.



-Amo o Señor, perra, el cabron y cornudo va a ser tu novio a partir de esta noche, aunque creo que ya lo es, pues me parece a mí que eres más puta que las gallinas, y ahora yo también te voy a convertir en perra. Chupa ya!!!!.



Con las lágrimas saltadas, me bajo la cremallera de los pantalones y sacándome la polla empezó a chupar.



-Cristina.-Me puedo tocar Señor, ufff, no puedo más estoy ardiendo.



-Si perra, pero no se te ocurra correrte hasta que te lo diga, y tu puta sigue chupando, ufffffffff, que bien lo haces, se nota que no es tu primera polla en la boca, ufffffffff, sigue perraaaaaaaaa.



-Raquel.-Ya estamos Señor.



Cristina saco el mando del bolso como pudo con una sola mano, pues la otra la tenía en si coño, y abrió la puerta del Carmen.



-Cristina.-Señor, me puedo correr, no aguanto más



-No, perra, espera a que lleguemos a la casa.



Una vez dentro con el coche vimos que Manolo estaba en la puerta de la casa mirando a ver quién venia, Raquel paro en la puerta y yo parando la mamada de Mónica le dije que saliera del coche, y Cristina a desgana se sacó la mano del coño y también bajo, y Raquel se fue a aparcar el coche.



Yo iba a punto de correrme, y por la cara de Cristina tres cuartas partes de lo mismo o aún más que yo.



Nada más entrar al comedor me di la vuelta hacia Mónica.



-Quítate el vestido perra, y tú Manolo tráeme unas tijeras.



-Manolo.-Si Amo, ahora mismo



Mónica alucinaba y miraba con cara rara el servilismo con que me atendían, y con la mirada al suelo, se sacó el vestido de lana, quedándose solo con los leguis, las botas y un sujetador blanco, pero deportivo, bastante horrible.



-Manolo.-Aquí tiene las tijeras.



Las cogí y me acerque a Mónica que continuaba con la mirada al suelo y temblando, a todo esto entro Cristina y ya se había despojado de su ropa, quedándose solo con la ropa interior, las medias y los zapatos, y detrás apareció Raquel y mientras iba entrando en el comedor se iba despojando también de la ropa.



Con la tijera rompí el sujetador, y poniéndome de rodillas ante ella, también le rompí los leguis, por el coño y el culo, dejándole la raja del coño y del culo libres, y soltando la tijera en el suelo, metí de golpe tres dedos en su coño, un coño húmedo y mojado.



-Que perra eres, tienes el coño húmedo, chorreando puta.



-Mónica.-No, Ufff, bueno si un poco, no soy de piedra y tú no paras de tocar.



Al decir tú, Cristina se le acercó y le propino otra bofetada.



-Cristina.-Como que tú, perra?, Amo o Señor, y es mejor que te esfuerces, porque si no te vas a ir caliente de hostias perra.



-Mónica.-Lo siento Señor, no volverá a suceder, ufffffffff, agggggggg, si sigue me voy a correr, agggggg.



En ningún momento había sacado los dedos de su coño, quería que se corriera, para así hacerla más participe.



Me levante y la tire en el sofá y echándome encima se la metí de golpe.



-Ufffffff, que bien entra perra, estas apunto, Cristina si te quieres correr súbete encima y que te coma el coño, y procura correrte primero o no lo harás.



A todo esto volví la cabeza y vi a Manolo de rodillas comiéndole el coño a Raquel.



Rápidamente Cristina se subió en el sofá y sentándose sobre su boca le puso el coño en la boca.



-Cristina.-Chupa puta, y no se te ocurra correrte antes que yo.



Esta se puso a comerle el coño a Cristina y no le desagradaba nada, no era el primero que se comía.



-Cristina.-Ufffffffff, Señor, me parece que hemos dado con una experta en el arte de comer coños, ufffffffff, aggggggg, que lengua Señor.



-Ufffffffff, si, pues el coño lo tiene muy estrecho y sobretodo confortable, ufffffffff, agggggggg, me voy a correr perra, me voy a correr dentro de ti puta.



Mónica fu a decir algo, pero Cristina, tú sigue lamiendo zorra, que Mi Señor se correrá donde él quiera.



-Cristina.-Él lo hará donde quiera zorra, agggggg, me corro Señor, ufffffff, aggggggg, como lo come ufffffff.



-Me corro, aggggggg, que ganas tenia de follarme a la perra esta.



-Mónica.-Aggggggg, no pare por favor yo también me quiero correr, agggggggg, me corro, ufffffff.



Y sin parar de follarmela empezó a correrse y a convulsionar, y a gritar como una perra.



Me quite de encima de ella y me quede mirándola, espatarrada en el sofá, con la boca llena de los jugos de Cristina, y del coño saliéndole mi leche, los leguis aún más rotos, y los pezones de punta, porque esos son su mayor atractivo.



Como pudo abrió los ojos y sentándote bien en el sofá.



-Mónica.-Jamás me había corrido así, ufff, ha sido



-Cristina.-Diferente, distinto y más placentero eh perra?



-Mónica.-Pues si.



Pero mientras decía esto su mirada se fue a Manolo, que se estaba follando a Raquel, y la cara que puso al ver lo descomunal de la polla de este.



Yo al ver como la miraba le dije que se levantara y se acercara, pero no reaccionaba, así que Cristina cogiéndola de la coleta del pelo, le pego un tirón que la tiro del sofá al suelo y la arrastro hasta donde estaban Raquel y Manolo.



-Cristina.-Vamos puta, no aprendes eh?, te ha dicho que te acerques.



-Mónica.-Lo siento (con las lágrimas otra vez saltadas), no volveré a errar.



Me acerque y le dije a Raquel que se apeara de Manolo para que esta viera su polla aún más de cerca.



-Raquel.-Ufffffff, Señor siiiiiii, ufffffff me corroooo, aggggggg que polla tiene el maricón este Señor.



Y conforme termino se salió y Manolo quedo en el suelo tumbado con su polla aun tiesa.



-Súbete encima perra, y follatelo, y solo os podéis correr uno de los dos, pues los dos sois igual de perros.



-Mónica.-Pero a mí no me va entrar eso, jamás me he metido nada así Señor, por favor no, haré lo que quieras pero me va a partir.



Pero Raquel y Cristina se acercaron y cogiéndola de los brazos y del pelo, la pusieron encima de Manolo y empujándole con fuerza la fueron bajando, hasta que la punta de la polla de Manolo toco con su coño.



-Dejadla, se la va a meter ella sola, o se va ahora mismo a la puta calle así y como esta.



Me acerque a ella y cogiéndola de la cola y la morreé, y cuando respondió al instante, lo que me dio a entender que estaba súper excitada, así que empujándola de los hombros se la metí de golpe.



-Mónica.-Agggggggg, me parte, no ufffffffff, como duele.



-Muévete perra o te va doler más.



Y empezó a subir y a bajar con mucho cuidado al principio, pero conforme lo hacía y su coño se iba amoldando a la polla de Manolo lo hacía con más rapidez.



-Mónica.-Agggggggg. Increíble, uffffff, que placer, que dolor, pero que gusto, aggggg, me voy a correr, uffffff, no te corras, voy hacerlo yo, agggggggg, me corro, agggggg, me corro.



-Manolo.-Me puedo correr Señor, por favor?



-Mónica.-Dentro nooooo, por favor.



Pero la muy puta no se salía y a pesar de la corrida aún seguía subiendo y bajando.



-Si correte maricón.



-Manolo.-Graciasssssss, ufffffffff, que coñito más estrecho, gracias Amo por este honor, ufffffffff, me corroooo



-Mónica.-Y yo aggggggg, es insoportable este placer, me corroooo otra vezzzzzz, uffffff.



Yo mire a Cristina y Raquel, y les hice señas de que la agarran, y pasando mis piernas entre el cuerpo de Manolo, y mientras esta se estaba corriendo, empecé a mearla, apuntando hacia arriba.



-Mónica.-Agggggggg, me corroooo, ufffffffff, aggggggg, que es esto?, ufffffffff, no importa, aggggggg, me corroooo.



Y mientras decía eso, gran parte de mi meada le entro en la boca, pero la muy perra con el placer que estaba sintiendo se lo trago, y se derrumbó contra el cuerpo de Manolo.



-Perras (Cristina y Raquel), bajadla de ahí, y dejadla en el suelo.



La quitaron de encima de Manolo y la dejaron tirada en el suelo, donde se quedó en posición fetal y temblando.



-Es vuestro turno perras, mearos en ella, que vea lo guarra que es y en lo que se va a convertir a partir de hoy.



Y Manolo, Cristina y Raquel se acercaron a ella, y estas dos pasando las piernas entre el cuerpo de Mónica, se abrieron de piernas y empezaron a mearse en ella, mientras se morreaban, y Manolo se puso justo delante de su cara y también hizo lo mismo.



Mónica ni hablaba ni nada, ni se movía, solo temblaba y convulsionaba, como si siguiera corriéndose.



-Tu maricón cógela y llévala a la ducha y vosotras subir a la habitación a por algo de ropa, bragas y medias, sujetador no le hace falta, además de que no le estará bien, y bueno, los zapatos, si no le están bien alguno de los de Cristina, que se ponga esas botas o descalza como ella quiera, y mientras Manolo la asea y la viste, vosotras preparad unas copas, vamos a ver que le ha parecido, aunque creo que ya tenéis o tenemos un nuevo juguete.



Yo me fui a sentar en Mi sillón, mientras ellos hacían todo lo que les había pedido.



A la media hora o así apareció Mónica por la puerta del comedor, bragas negras que le estaban pequeñas, medias claras con costura atrás, un poco justas, pues sus muslos están bastante más formados que los de Cristina, venia seria con la mirada baja.



-Ven y siéntate aquí a mis pies perra, vamos a hablar.



-Mónica.-Si Señor



Y…



Continuara



Este relato como he dicho es inventado, aunque sus personajes sean reales, los nombres no claro.



Soy Amo, y me encanta la dominación, sobretodo me gusta tener y someter a parejas, y a quien se quiera iniciar, o conocer este estilo de vida.



Ahora por diversos motivos me encuentro en Lisboa, así que si alguien se quiere poner en contacto conmigo que no dude en hacerlo.


Datos del Relato
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