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Categoría: Confesiones

LA CLIENTA DEL SAPITO

"Trabajé en una clínica de depilación femenina y les cuento como fue el conocer el sapito delicioso de una clienta maravillosa..."

 

Yo soy una chica de 26 años, cuando tenía 23 trabajé en una clínica de depilación que me ayudaba a pagar mi universidad. Soy de piel clara, mido 1.65 y peso 58 kg. Pero en esta ocasión el relato no trata sobre mí, así que hasta aquí con mi información.

 

Cuando yo entré a trabajar a esa clínica de depilación me hicieron firmar un contrato el cual me hicieron leer detenidamente y hablaba bastante sobre la privacidad de las actividades realizadas dentro del establecimiento y la confidencialidad de las mismas siendo o no trabajador, posibles cargos legales y cosas así. Me pidieron datos de mi domicilio de mis padres, mi identificación de la universidad entre otros datos de información personal, la verdad es que me asusté un poco pero cuando me hablaron sobre el sueldo creí que valía la pena. 

 

Inicié con la inducción por 1 mes, poco a poco fui conociendo lo que realmente se realizaba dentro de la clínica y lo que se hacía a las clientas a quienes se les hacía firmar un consentimiento de anestesia general, ya que, se les hablaba sobre lo dolorosa que era la depilación y el sufrimiento que se ahorraban por estar conscientes. Era una clínica muy completa.

 

Les contaré lo que en realidad pasó un día cuando conocimos a la clienta del sapito... 

 

Era una chica de piel muy blanca, medía 1.68 y pesaba 55 kg imagínenla muy delgada pero con cuerpo proporcionado, tenía pechos pequeños pero redonditos y sus areolas eran color rosita. Recuerdo la primera vez que la atendimos desprendía un olor muy dulce. La chica tenía 20 añosss!!!

 

Una vez que ya estaba dormida por la anestesia y con oxígeno. Yo iba a iniciar la depilación entonces mi jefa me dijo: espera! Ahora vas a conocer algo que hacemos aquí. Y entonces, le quito la tanga desechable que les dábamos y la descubrió toda cuando vimos su panochita las dos nos asombramos mucho por que estaba demasiado prominente como si estuviera muy hinchada, su monte de venus era muy elevado y sus labios muy gruesos y como ella era muy delgada se notaba bastante y bien rasuradita se le veía tan hermosa de color rosita igual que sus peones.

 

Mi jefa le acarició el sapito con toda la palma de su mano y le dio unas palmaditas y al ver su rostro estaba excitada y,

 

me dijo: tocala!

 

Yo le dije que no.

 

Me respondio: en tu contrato aceptaste todas las actividades, tócala y por negarte ahora se la vas a besar, mira que bonita la tiene, rosita y bien depiladita.

 

No me quedó otra opción y con mucho temor y asco en realidad le toque cerrando los ojos y al acercarme a su sapito me llegó el olor dulce y aspire todo ese aroma, acercando mis labios a los de su panochita hinchada le empecé a dar besitos y sin querer saque mi lengua y empecé a lamer sus labios. 

 

-eso no te lo pedí. Dijo mi jefa. Pero sigue por que solo esta vez la aprovecharemos nosotras.

 

Yo todavía con los ojos cerrados mojé mi lengua con saliva y la empuje entre sus labios para lamer su clitoris y seguía oliendo tan rico que no podía detenerme y empecé a sentir como mojaba mis calzones. 

 

-ya detente. Dijo mi jefa. Vamos a tomar las fotos.

 

-cuales fotos. Dije yo

 

-con las que la vamos a ofertar! Abrele ahora las piernas!

 

Le tomamos muchas fotos de todo su cuerpo excepto su cara. Se le realizó la depilación. Al finalizar paso a firmar unos papeles y a las instrucciones post. Yo solo la miraba y sonreía. Jamás había hecho algo así ni pensé hacerlo y se había despertado un morbo muy grande en mi.

 

Ya que la chica se fue mi jefa me dijo que lo había hecho muy bien, que sabía que no la defraudaría cuando me contrató, que las jóvenes somos muy atrevidas. 

 

-tenemos una página donde subímos sus fotos y viejos asquerosos pagan por venir a hacer lo que nosotras le hicimos en su sesión de muestra. De ahí sale gran parte del dinero. Dijo mi jefa

 

Empezó a subir las fotos y les puso: la chica del sapito

 

Inmediatamente empezaron a llegar ofertas de 10 mil 12 mil hasta 20 mil pesos. Lo que pagaban los hombres por media hora de tener a las clientas dormidas para hacerles casi de todo. Nos sorprendió cuando una oferta de 30 mil llegó.

 

-el es nuestro mejor cliente, siempre paga muy bien por las jovencitas y más como ella.

 

Al mes siguiente llegó el día de la cita. Por una cámara en la sala de espera vimos que llegó la chica del sapito y se sentó a su lado estaba un señor muy gordo, de aspecto sucio, sudoroso, piel morena. 

 

-vienes a la clínica?! Le dijo a la chica

 

-sii. Le contestó ella muy seria

 

Y él no dejaba de verla de arriba a abajo. Ya se la estaba saboreando

 

Mi jefa me dijo que hacían eso para que los clientes las vieran despiertas y tuvieran algún contacto con su mercancía antes de hacer lo otro. 

 

Pasamos a la chica, la durmieron. Entramos a quitarle todo lo que no necesitaría e hicimos pasar al viejo asqueroso. Nos puso en la mesa los 30 mil y entró a toda prisa al cuarto con la chica. Ellos no lo sabían pero había una cámara donde veíamos denteo del cuarto. 

 

El viejo entró se desvistió todo y empezó a lamer hincado los dedos de la mano de la chica, después fue a los dedos de los pies, salivaba como un perro y se masajeaba la verga. Se levantó y olio a la chica de todos lados, no la tocaba solo la lamia, fue hacia sus pezones y dejó caer mucha saliva en ellos y luego empezó a pasar su lengua por todas sus chichitas las devoraba como aprovechando cada segundo de la media hora. Tomó las piernas de la chica y las abrió levantandolas la dejó así y la empezó a oler, él viejo estaba sudando horriblemente y su verga estaba ya moqueando sus jugos y el seguía sobandola. Se lanzó a la cama y le escupió al sapito de la chica y empezó a darle de palmaditas.

 

-si estuvieras despierta apuesto que te gustaría todo lo que te estoy haciendo guerita. Me tienes bien caliente sudando como un puerco, si te resistieras me gustaría mas hacerte todo esto.

 

Siguió dándole de palmaditas en su panochita rosita que por las palmadas empezaba a ponersele rojita, empezó a darle de lengüetazos como un perro y a succionarle los jugos como si fuera un chupon de miel el se restregaba en la mesa para sobar su verga y se veía como le metía un dedo en su culito.

 

La verdad es que yo estaba demasiado caliente.

 

El viejo se bajó para jalarse la verga mientras le seguí chupando el sapito a la chica y con la otra mano le tenía un dedo en su culito y no descanso hasta que su verga reventó con tanta leche y de la que quedó en su dedo índice se lo metió en la boca a la chica para darle la prueba mientras ella estaba tumbada dormida. 

 

Yo estaba muy mojada ya. Mi jefa me dijo ahora hay que hacer rápido la depilación y se acabó. La realizamos, limpiamos el desastre y le comentamos a la chica al final que posiblemente hubiese dolor por el procedimiento y le dimos su cita dentro de 1 mes más. 

Datos del Relato
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