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Juliana de sumisa (Cap. 1): Problemas de dinero

Juliana esbozó un suspiro y una sonrisa al mismo tiempo cuando llegó a casa después de terminar la educación superior, por fin lo había logrado aunque con la desventura de haber tenido que repetir un semestre y eso había rezagado su graduación, sin embargo gracias a dios ya solo era cuestión de presentarse a los exámenes que definirían hacía que carrera inclinarse para en un futuro desempeñar. Juliana regresó sola a casa debido a que no tenía amigas y la única persona con la que tuvo una amistad era Ximena había partido hacia otra universidad siguiendo su vocación y por lo tanto ya no estaría tan unida a juliana como antes, ya que cada una se le venía una temporada ardua de mucho estudio.



Tenía que olvidar a sus compañeros, ya que al haber perdido el semestre, Juliana perdió la convivencia con ellos, sin embargo eso no le importaba en lo absoluto ya que por haber tenido que reducir los gastos familiares, su manera de vestir también bajo de categoría, motivo por el cual a Juliana la molestaban y le hacían sentir como una cucaracha. Juliana a veces no ajustaba el fin de mes. Su madre en casa esperaba la llegada de su hija para darle de comer lo que había preparado para ella y el resto de sus hermanas y por supuesto su papá.



Al llegar Juliana a casa, su mamá se abalanzó para darle un abrazo felicitándole por haber concluido ese semestre. Juliana cansada de ese día dijo:



Te agradezco mamá, pero vengo exhausta, así que déjame ir para que tome un baño de tina para descansar. Su mamá respondió “solo no te relajes mucho, acuérdate que aún falta el examen que definirá si pasas o no al otro semestre”, Juliana no hizo mucho caso a lo que su madre había dicho, ella lo que quería era un largo rato remojándose en la tina, de camino al baño se desnudó y pasó frente a lo que podría llamarse “el vanidoso”, un espejo de cuerpo entero en el que siempre le gustaba ver reflejada su figura, y aunque no era muy guapa no podía evitar verse.



De las bubis donde le faltaba un poco de forma, por detrás le sobraban kilos, después de mirar su cuerpo como cada día pasó a meterse a la tina, y ya estando dentro después de un rato se escuchó como se abría la puerta principal de la casa, Juliana al ver la hora supo que era su papá, así que se apresuró al salir de la tina para saludarlo, pero al salir del baño alcanzó a ver a su padre la mitad de la sala arrodillado delante de su mamá totalmente abatido, alcanzo escuchar como su padre decía a su mamá que le habían ofrecido en el trabajo su prejubilación y que si no aceptaba lo más seguro era que de todas formas sería despedido.



Su mujer preguntó ¿acaso no puedes apelar que no te fuercen a jubilarte o que te despidan? Su marido dijo lo que me viene afectando es mi edad, ya que por lo mismo me será difícil conseguir otro empleo. Juliana dijo “no te apures papá aquí apretaremos un agujerito más el cinturón y yo entraré a trabajar para ayudarte con los ingresos de la casa. Cuando su padre escucho a Juliana decir eso con lágrimas besó las manos de su hija agradeciéndole la ayuda. Juliana fue a vestirse para salir a un café internet y poder hacer su curriculum u hoja de vida y así poder repartirlo en varios sitios donde poder dejarlos para ver si conseguía empleo. Caminó muchas cuadras pero nadie daba empleo a una estudiante con apenas conocimientos básicos de informática.



Su mamá preocupada le dijo a Juliana que por lo menos esperara a presentar los últimos exámenes para ya poder darse de alta en la universidad, por fortuna los exámenes no fueron tan complejos como sus maestros le habían hecho pensar, sus calificaciones superiores a los demás alumnos por lo que fue ganadora de una beca, por lo que ayudaría a minimizar gastos. Decidió que la mañana siguiente iría en busca de su maestra que a pesar de ser una mujer joven, sabía mantener el orden con su alumnado poniendo toda atención a sus clases



Juliana preguntó a su maestra que clases podría recomendarle, desgraciadamente la maestra le comentó a Juliana tus notas son muy buenas pero lamentablemente la ayuda económica que se te pueda dar ser algo insuficiente dijo su maestra con tristeza ya que aunque tus calificaciones son muy buenas, no llegan a ser las mejores que hay hasta el momento. La maestra preguntó a Juliana que deseaba ser profesionalmente, Carmen respondió que periodismo. La maestra sacó de su bolso unas solicitudes que con gusto se las regaló a su alumna, Juliana preguntó cuál era el costo, su maestra dijo que esas eran de las carreras no tan caras, dijo con una sonrisa que solo costaría dos mil dólares, misma sonrisa que se le fue al ver la expresión de la muchacha.



Juliana empezaba a ver como empezaban a desaparecer de su vista toda posibilidad de entrar a la universidad, ya que por la pérdida de empleo de su papá no podrían llegar a juntar esos dos mil dólares para pagar el semestre. La maestra sacó un pañuelo facial al ver que los ojos de Juliana avisaban la próxima visita de algunas lágrimas, sin embargo Juliana se contuvo al darse cuenta de que alguien más estaba esperando turno con la maestra y con más razón no quería verse derrotada a darse cuenta que esas cuatro que estaban esperando turno eran precisamente cuatro chicas que en el semestre anterior se encargaron de hacerle insoportable todo el semestre. Una de las cuatro insoportables chicas se llamaba Vanesa que tenía bien distribuido du cuerpo pero con unos atributos descomunales los cuales desentonaban con la armonía del demás físico, dichos atributos hacían que los chicos la vieran como toda una diosa.



Juliana comenzó a retirarse en silencio pero al pasar delante de esas plagas humanas le dijeron a manera de burla “que te pasa lagrimitas acaso sus pobretones padres no te pueden pagar ya la colegiatura”. Juliana siempre ignorar sus comentarios hirientes pero esa vez les dedicó unas cuantas señas obscenas recordándoles a sus mamás.



La aparente fortaleza de Juliana ante esas desgraciadas se esfumó poco antes de llegar a casa donde se armó de valentía y logró contener su tristeza y así poder ocultar su decaimiento frente a su familia que ya tenían bastante con los problemas en casa como para que Juliana echara más limón a la herida. Decidió antes de llegar a su casa toda afligida pasar a tomarse un refresco y reponer su estado d ánimo. Entró a la cafetería y estaba muy concurrida lo que dejaba pocos logares en los que Juliana pudiera ocupara un lugar, sin embargo a ella eso poco le importó en ese momento, ella lo que deseaba era tranquilizarse y así poder regresar a su casa como si nada sucediera.



Juliana estaba absorta en sus pensamientos cuando sin previo aviso empezó a recibir una paliza de la que apenas alcanzo a ver quiénes eran sus atacantes, eran Vanesa y su grupo de chacalas que obedecían las órdenes de Vanesa. Juliana empezó a pedir ayuda gritando y al mismo tiempo cubriéndose la cara para evitar recibir la mayor cantidad de golpes, de pronto las atacantes tuvieron que salir de ahí teniendo que suspender la agresión, ya que gracias a los gritos de Juliana, la gente había llamado a la policía, por lo que tuvieron que correr antes de ser arrestadas acusadas de agresión física. Una de las clientas en la cafetería se acercó y le ofreció auxiliarle curándole las heridas.



Juliana estando adolorida aceptó la ayuda que la mujer tan desinteresadamente le ofreció, y Juliana sin darse cuenta empezó a contar sus problemas familiares a una completa extraña. La señora le preguntó a Juliana ¿entonces lo que quieres es tener trabajo y así poder apoyar económicamente en tu casa? Así es, necesito 2,000 dólares para cubrir el costo del semestre o no podré ni cursarlo, y como a mi padre le acaban de rebajar el sueldo pues estoy muy angustiada.



Sara miró el reloj y un poco exaltada dijo a Juliana, ya se me hace tarde, tengo una reunión en mi trabajo, pero ten te doy mi tarjeta y llámame, creo que puedo ayudarte con tu problema. Juliana se secó las lágrimas corrientes de sus mejillas y besó la mano de aquella mujer agradeciéndole su gentileza, Sara pasó a retirarse a su trabajo y Juliana ya totalmente tranquila se dirigió a su casa. Pocas horas después Juliana salió de su casa para dirigirse hacia la entrevista que Sara le había ofrecido. Iba muy bien arreglada con un vestido rojo un poco escotado, medio color natural y tacones más o menos de unos 10 centímetros en color negro que hacían juego con la bolsa y el labial, no quería dar una mala impresión en esta entrevista tan importante para Juliana.


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