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Categoría: Dominación

Jaime y yo

Con Jaime, mi amante, jugábamos un juego muy interesante, pues únicamente nos veíamos para follar, para coger, para tener sexo pues... solo para eso... yo lo usaba como un objeto de placer, como un juguete mas, y él se dejaba usar de ese modo pues le encantaba sentirse usado por una mujer...



Siempre le llamaba yo, porque en esta "relación" se hacía siempre lo que yo quería y cuando yo lo quería, nunca, su voluntad... Cabe aclarar que no era para nada una relación sado, no... sino que yo era quien dominaba, nada mas... muchas veces le ordenaba a mi esclavo follarme apasionadamente, otras le ordenaba ser tierno y dulce... y otras, como la que relataré, yo lo follaba a él...



Le ordené llegar a un hotel de mala muerte, donde le citaba cuando deseaba usarlo de un modo mas morboso, "guarro" por lo que él iba advertido a que podía pasar cualquier cosa... también debo decir que él era tan morboso que le fascinaba cuando le ordenaba ir a ese hotel... muchas veces lo llamaba a horas extrañas, solo por ponerlo en aprietos... porque en esos momentos, acabábamos follando con mas pasión que nunca...



Lo cité pues, y le ordené ponerse la ropa que encontrase en la cama de la habitación... sabía que eso lo tendría caliente el tiempo que tuviese que esperarme... además le había ordenado permanecer sentado en una silla frente a la puerta, y yo sabía que no se atrevería a desafiarme... esperaría sentado ahí sin moverse.



Él llevaba puesto un calzón de cuero negro de lo mas ajustado... su polla seguramente estaría a reventar solo de sentir el cuero y de esperarme... pero no se movería... también debía ponerse una mascara de cuero, negra también, la cual sólo dejaba su boca al descubierto... unos pequeños orificios para la nariz y los ojos le quedaban ocultos... es decir, estaba "ciego"... razón de más para no desobedecer la orden de quedarse sentado en la silla...



Yo me vestí también de cuero negro... una minifalda de lo mas pequeña, a ras de mis nalgas, sin nada debajo... un top que dejaba descubiertas mis tetas, sólo las levantaba y una blusa transparente sobre éste. Usé un abrigo largo y bien cerrado para llegar... en mi bolso llevaba una serie de juguetes que usaría esa tarde.



Al llegar a la habitación le vi sentado como ordené y al verle, pude notar como su polla se ponía tan grande que salía un poco por encima del borde de la cintura del calzoncito de cuero... y le dije: "mi zorra está caliente, y no le he ordenado que se excite... tendré que castigarte... putita" Inmediatamente vi como Jaime se ponía peor... pero seguía sin moverse ni hablar...



Le ordené ponerse de pie y pude ver como marcaba su polla el calzoncito que francamente parecía que reventaría pronto... y me acerqué para acariciarle la polla, no pudo evitar el gemido de placer y yo sonreí... lo agarré y lo llevé a la puerta del baño, donde estratégicamente hay a cada lado unos arneses... saqué de mi bolso un par de esposas y lo esposé al marco de la puerta... entonces me quité el abrigo... y saqué un pequeño fuete... era la primera vez que haría algo así... Comencé a rozarle la espalda con el fuete mientras le decía: "has sido una putita muy mala, has entregado tu culito a otra... y hoy te lo haré pagar... hoy serás, como escuchas, mi puta y te usaré, para que no vayas follando con alguien mas sin pedirme permiso, zorra barata"...



Y entonces di el primer golpe a sus nalgas... gimió fuerte, y no sé si de dolor o de placer o una mezcla de ambas cosas...antes de seguir, pasé el mango del fuete entre sus piernas, acariciándole los huevos y entre los huevos y el culo... cabe aclarar que los calzones eran de hilo dental, muy ajustados si, pero me dejaban libres las nalgas y el poder acariciarlo con mayor facilidad... por lo que el mando del fuete se perdía entre las nalgas y lo escuchaba gemir con fuerza... Retiré el fuete y volví a azotarle... las marcas eran muy notorias, pero no me importaba... deseaba azotarle, usarle, follarle y ya después vería si le dejaba follarme a mi...



Pasé junto a él y me metí al baño, le destapé los ojos a mi perrita y le dejé verme... gimió aunque trató de mitigar el gemido... por ese atrevimiento, le azoté de nueva cuenta, esta vez en la cadera, muy cerca de su polla... y le dije que no podía gemir si no era porque se lo ordenaba... le acaricié la polla un buen rato sobre el calzoncito y podía ver como sudaba y como se mordía los labios para no gemir...



Entonces le desabroché el tanga, y quedó su polla al aire... estaba tan dura que se notaban todas las venas... me acerqué y rocé todo mi cuerpo con el suyo... diciéndole, ordenándole que me dijera si le gustaba ser mi perrita... me encantaba ver a ese hombre totalmente dominado por mí, gozando de mis mas locas ideas... me respondió suavemente: "si, mi ama, me gusta ser tu perrita, tu golfa, tu zorrita, solo tuya..."



Le quité las esposas y jalándole de ellas lo llevé a una mesa... y, acostándolo boca abajo sobre ella, le esposé a las patas traseras de la mesa, por lo que quedaba acostado, con las manos mas bien tensas sobre la mesa de rodillas y sus nalgas y culo al aire a mi disposición... entonces me acerqué y comencé a azotarle ese bello culo una y otra vez... mientras le ordenaba repetir que no volvería a follar si no me pedía permiso...



"no follaré nunca mas sin preguntarte, mi ama" repetía cada vez que el fuete le azotaba las nalgas... y cómo gemía... yo estaba francamente muy caliente... por lo que caminé hasta colocarme frente a su cara... me tumbé en el piso... con mi coño muy cerca de su cara... y abriendo las piernas se lo mostré... y comencé a jugar con él... pasando el fuete a todo lo largo de mi coño, mojándolo todo con mis jugos... necesitaba una lengua caliente dentro de mí, así que me acerqué y, con un poco de contorsión, logré colocar mi coño en su boca, y le ordené no hacer nada hasta que yo quisiera... tallé mi ciño contra su nariz, contra su boca y mi zorrita no hizo nada... contra su nariz casi logré correrme, pero queria algo mas fuerte, así que la ordené mamar mi coño...



comenzó a chupar, a lamer y a comerse todo lo que salía de mi interior... movía mis caderas a mi gusto y en pocos minutos acabé estruendosamente en un orgasmo delicioso. Sin perder tiempo me levanté y fui a mi bolso... y saqué un vibrador grueso, sin ser exagerado... y me acerqué a ese culito mientras lubricaba el vibrador... y comencé encendiéndolo y rozando sus nalgas con él... mientras ponía una buena cantidad de gel lubricante entre esas nalgas... y tallaba el vibrador entre ellas...



Luego, cuando se me antojó, coloqué la punta del vibrador en la entrada de su culo y le di al máximo al vibrador... y... comencé a meterselo dentro... debo decir que sin ser demasiado grueso, jamás le había metido uno que fuera de tamaño real... así que me lo estaba follando por vez primera con un vibrador del tamaño de una polla real... por lo que sé que le dolía, por como se quejaba, aunque también sabia que no le dolía demasiado, por lo que seguí hasta estar totalmente dentro de ese culo... y entonces le ordené decirme lo que sentía... me dijo que era algo extraño que le dolía mas que darle placer... entonces saqué de golpe el juguete y lo volví a insertar hasta el fondo...



No me importa si te duele... le dije... estoy follandote como la puta que eres, y cuando follas a una puta no importa si ella goza... quien debe gozar es quien paga... o quien manda y yo soy tu ama y señora, zorrita... y comencé a meter y a sacar el vibrador... hasta que noté que los gemidos iban volviéndose de placer... entonces, me detuve y le quité las esposas y lo llevé a la cama... donde le ordené tumbarse boca arriba... y le volví a atar, solo que esta vez los pies también se los até a la cama... estaba en X sobre ella... acerqué el vibrador y volví a meterselo al culo... mientras observaba como su polla se ponía como loca... entonces, coloqué otro calzón de cuero... este dejaba descubierta su polla, pero me ayudaba a mantener dentro de su culo en vibrador, el cual puse a tope... y lo dejé dentro de él... lo cual lo puso como loco... entonces le puse un condón y sin más me monté en su polla, pero le ordené no moverse... y lo cabalgué un rato hasta correrme.. debo decir que no tardé demasiado porque estaba ya muy excitada... así que al correrme, me levanté y liberando el vibrador comencé a follarlo fuertemente, dentro y fuera, dentro y fuera hasta que salvajemente se corrió... gritando sin poder evitarlo...



Una vez que esto sucedió, me puse el abrigo, le quité las esposas de una mano y le dí las llaves... y me largué...



Al salir a la calle, subí a mi auto y me dirigí a casa, planeando ya la próxima aventura... con mi golfita...


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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