Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Incestos

Historia fraternal (II parte)

Claudia lucía un atuendo más que sensual al siguiente día, unas botas altas terminaban en tacones 10 centímetros, una minifalda azul oscuro daban la impresión que era una amozas guerrera, John no pudo resistir ante tal embestida, las miradas dieron paso a las sonrisas, los mensajes de texto a las llamadas hasta que finalmente esa tarde ninguno de los dos volvió después del almuerzo.



Con el transcurrir de los días, Claudia noto que su jefe se reunía con personas que ella identificaba como la empresa rival, muchos años de laborar para una empresa de equipos de seguridad le habían dado la experiencia para interpretar que algo extraño sucedía con el hombre que compartía sus cama, pero la empatía con tu pareja la mayoría de veces sirve para generar lealtad y esta hace pasar por alto pequeños detalles, lo que Claudia no sabía era que John no compartía los mismos ideales como lo descubriría de la peor forma posible.



La amistad entre dos hermanos se fortalece cuando son de la misma edad, o cuando uno mayor que el otro entiende y comparte la juventud del menor, en el caso de los hermanos Claudia y Aníbal Piati, la jovialidad y alegría de la hermana mayor era retribuida con sapiencia y docilidad de Aníbal, ayudaba a su hermana con todas las tareas del hogar que le fueran posibles, ya que su hermana proveía el sustento mientras él estudiaba, pero un hombre aunque escaso en edad siempre es un hombre, al pasar los meses el muchacho pidió permiso a su hermana para trabajar después de la escuela en una carpintería local, a su hermana no le agrado la idea, pero sin duda los jóvenes necesitan tener cierta independencia y ella misma había sido llevada por la necesidad a trabajar desde muy temprano, además su relación con John, la mantenía mucho tiempo fuera de casa, era bueno que su hermano encontrara como ocupar su tiempo libre.



Aníbal nunca vio con buenos ojos los amoríos de su hermana, sin embargo siendo ella una mujer madura no tenía que rendirle cuentas a nadie, lo único que podía hacer era controlar su celos aunque en la soledad de su habitación luchaba por comprender de dónde provenía esa molestia al solo pensar en su hermana con algún hombre, el ultimo novio de su hermana era especialmente desagradable para él, no podía olvidar esa sonrisa burlona del tipo cuando le revolvió el cabello como si fuera un niño, en otra ocasión le ofreció 20 dólares por lavar su deportivo , al ver a su hermana controlo su impulso por insultarlo -debo hacer muchas tareas- dijo el muchacho- .



Días después del bochornoso evento en la playa, Claudia aun notaba distante y evasivo a su hermanito, una noche entro en su pequeña habitación, para consultarle algo que le preocupaba, - Hola cabezota! Como estas?-



-Hola ¡ bien y a que se debe ese milagro, hoy no andas con tu novio?-



-vengo a platicar contigo-



-conmigo, que es lo que pasa-



-quiero saber si te gusta Treesha?-



-Es una chica muy linda, como no me va a gustar-



Aníbal sabia de que estaba hablando exactamente su hermana pero ambos encontraban evasivas al asunto, hasta que finalmente Claudia, teniendo más seguridad le pregunto directamente mostrando su hermosa sonrisa



-Me refiero a tu erección, el otro día, estás pensando en ligarte a mi amiga-



Aníbal cambiaba de colores y al principio no sabía que decir, pero finalmente encontró serenidad



-eso fue, bueno, no sé lo que fue, no pude controlarme…..qué vergüenza!



-vergüenza! Acaso no recuerdas que yo te cambie el pañal y te llevaba al baño, mocosito!-



-es diferente, ahora conozco el pudor, algo desconocido para ustedes dos!-



-un momento no nos trates de golfas!-



-acaso crees que no las vi burlándose de mí a la distancia!-



-Burlándonos? Nada que ver todo lo contrario!-



- A que te refieres?- Claudia se sonrojo y su mirada no pudo evitar dirigir bajo la cintura de su hermano quien tampoco pudo evitar sentir que una erección surgía, así que se sentó a un lado de su hermana para disimular el bulto en sus pantalones.



- le gustas mucho a mi amiga, yo sé que es una tonta pero me lo confeso, la verdad no me parecería en nada una posible relación entre ustedes, ella es mucho mayor!-



- así que la reprendías y por eso ella reía-



-No, ella me hizo un comentario, que la verdad me dejo pasmada y tuve una reacción nerviosa, ya sabes cuando estoy tensa tiendo a reírme-



-Aníbal en medio de su excitación sabía que lo más sano era cambiar de tema, pero sus hormonas lo obligaron a escuchar la voz de su hermana llenarse de esas palabras que siempre había deseado escucharla pronunciar, pero no quería parecer un pervertido así que preparo la pregunta lo más inocentemente posible para que Claudia no pudiera eludirla-



-seguro decían que soy un niño tonto, reconócelo-



- No! No para nada no te sientas mal!, ella dijo … que tienes un pene precioso!



-Wow eso dijo en serio!-



Claudia sintió una erupción de calor subir desde su estómago y llegar hasta su nariz, estaba hablando de cosas muy íntimas con su hermanito y sabía que no podría detenerse allí.



-Esa tu amiga sí que es una Tremenda!-



- vaya que lo es.-



-Que más te dijo?-



Claudia trato de aliviar el momento, pero la mirada de Aníbal la atrapo, sin duda su hermano estaba excitado y ella sentía un cosquilleo extraño en los sentidos, se cuestionada a si misma porque disfrutaba poner a su niño a mil, pero no le dio tiempo de razonar y la libido la llevo a ver hasta donde no creía haber llegado antes. Desviando la mirada no se dio cuenta cuando atravesó el umbral de la confianza y paso al erotismo, al percibirlo era demasiado tarde



- Imagínate, me pregunto si yo alguna vez te había hecho sexo oral! –



Aníbal no pudo resistir mas, imagino a su hermosa hermana de rodillas delante de él y tardo unos segundos en reaccionar para seguir consiguiendo más información de la bella mujer a su lado.



- Y tú te amilanaste? No me digas que te avergonzaste, debiste retarla, decirte que me la chupas todos los días ha!-



La táctica funciono Claudia se relajó completamente, después de una carcajada hablo ya sin ninguna inhibición.



- Como crees me habría molestados toda la vida preguntándome el largo de tu pene, el sabor de tu semen… imagínate!



Aníbal no sabía cuál debía ser su siguiente estrategia, podía convertirse en un pervertido a los ojos su hermana o viajar al paraíso así que por miedo no se lanzó de bruces



- Oye hermanita, es cierto que el sexo oral es muy desagradable para las mujeres?-



Claudia sonrió a más no poder, mostrando esos hermosos dientes que la hacían iluminar la habitación, la pregunta de su niño, la había dejado pensando unos segundos que tan bueno era desarrollar ese nivel de confianza con su hermanito, a donde podría conducirla continuar ese camino que de alguna manera disfrutaba recorrer, finalmente libero su tensión compartiendo sus experiencias de mujer madura y pensando que ella debía ser como una madre para Aníbal, él era solo un adolecente y necesitaba entender muchas cosas.



- La verdad te sé decir que para una mujer no es lo mismo que para los hombres, pero cuando amas a alguien especial, aprendes a disfrutar de su goce y excitación, sientes sus sabores cambiar al ritmo de tus movimientos, después el temblor de tu pareja pasa a ti y al final disfrutas verlo relajado y complacido, te llena de satisfacción. Bueno eso es cuando amas mucho, porque cuando no, es la experiencia más horrible que puede haber-



- Yo he escuchado que hay mujeres que son maniacas de chupar!-



- Esa es una invención de tipos machistas, una mujer solo lo hace por tres razones, amor, Dinero o miedo! –



- Me gustaría saber qué razones llevarían a Treesha para preguntarte lo que me has dicho?-



Claudia hizo una pausa para pensar cómo justificar todas las morbosidades que ella y su amiga habían estado hablando de su hermano y por algunos segundos sintió una gran vergüenza hacia él, pero ya había sido sincera y el chico lo había tomado muy bien “aparentemente”



- Creo que ella ve que somos muy unidos y nos tenemos mucha confianza, como pocos hermanos aunque sea recientemente-



- Asi que Cree que somos muy cercanos!



Aníbal trato de ser lo más irónico en su expresión y en el fondo Claudia sabia a donde quería llegar su hermanito, y no supo en qué momento decidió ayudarle al chico hacer la pregunta que tenía su corazón palpitando a mil por hora.



- Creo que el estar teniendo esta conversación lo confirma!-



El muchacho no pudo más y lanzo una moneda al aire, debía ser algo que no sonara vulgar pero directo, si su hermana se sentía ofendida seria el fin, así que disimulo una broma lo mejor que se le ocurrió



- Pues uno de estos días creo que voy a pedírtelo ha ha ha!-



Claudia sintió que ardía y en algún punto pensó que perdería el control , pensó en cómo reaccionar a esa insinuación que en realidad era una súplica, ella misma había conducido a su niño a esta charla desenfrenada, por un momento pensó en darle una bofetada pero recapacito, le mostro a su hermano una sonrisa benévola, vio a su niño tan enfocado, preso de sus hormonas y lleno de ansias por experimentar. No, no podía molestarse con él, este ser era el mismo niño que ella tanto había amado en su juventud, hoy era la única persona en el mundo con su sangre, su amigo, su confidente y finalmente la ayudaba a darle propósito a su vida, se dio cuenta que sin él llevaba una existencia sin rumbo fijo solo tratando de pasar el rato, cuantas veces había complacido a hombres que nunca la valoraron y la usaron como quien usa una camisa vieja para después cambiarla, de ninguna manera Aníbal merecería una reprimenda, al contrario por un momento pensó en lanzarse a complacer a su niño, hacerlo sentir sensaciones que ninguna mujer le haría sentir nunca más, experimentar el placer que jamás antes había sentido . Pero de nuevo entro en razón, se acercó y le dio las buenas noches con un sonoro beso en la mejilla. Aníbal, curiosamente tampoco se sintió afrentado, su bella hermana no le dijo sí, pero tampoco le dijo No! Asi que esa noche practico el onanismo más sublime de su adolescencia.



Claudia paso esa noche dando vueltas en la cama tratando de justificar como podía haber perdido el control de esa conversación, sin duda ella una mujer madura, no era ninguna jovencita inexperta como si lo era su hermano, se prometió a sí misma no perturbarlo mas, y llevar una vida de ejemplo, debería formalizar su relación con John y él debía entender que su hermano tenía un lugar importante en su vida, no podía seguir escondiéndose mas, su novio debía terminar con su esposa y formar un hogar si es que la valoraba.



La tarde siguiente después de la euforia usual, Claudia era especialmente dulce en los brazos de John, los besos y caricias dieron paso a las palabras dulces y las palabras a los requerimientos, John no era el tipo que le gustaran los rodeos, - Lo siento linda, pero tú sabes que lo nuestro funciona bien así, no hay razón para cambiar las cosas, no quiero complicarme la vida con un divorcio además mi esposa me dejaría en la calle, tenemos 3 hijos en común que necesitarían manutención. Vamos amor no te compliques! Claudia no insistió pero al final de la tarde volvió a casa sintiéndose utilizada, solía ser una mujer muy fuerte, pero de alguna manera ella sabía que lo de John no podía terminar bien, derramaba algunas lágrimas sintiéndose una mujerzuela, por primera vez notaba que deseaba convertirse en la esposa y dejar de ser la amante. Cuando su hermano abrió la puerta trato de disimular su tristeza y secar sus lágrimas pero al darle un beso en la mejilla la sal del sufrimiento fue percibida por aquel chico inexperto.



-qué te pasa hermanita?, por favor dímelo!-



_nada tan solo he tenido una rabieta con John pero todo se arreglara-



-estoy seguro que pronto te llamara para disculparse, ningún hombre en su sano juicio dejaría perder a una mujer como tú-



Claudia no pudo más que enternecerse ante las muestras de afecto de aquel que siempre estaba en casa para escucharla, sin duda no la conocía, Aníbal siempre vio una de las facetas de su personalidad, la mujer frívola y lujuriosa que rompía corazones era una parte que ajena a su hermanito, siempre fue ella la que dejo a sus enamorados después de un par de noches, pero con John era diferente, quizá el hecho de la edad, tal vez una existencia vacía o la reflexión habían provocado en ella el deseo de cambiar, solo los tontos escogen ser ovejas en vez de lobos.



-Voy a salir con Jennifer , iremos al parque de diversiones, porque no vienes con nosotros?-



-No, solo haría estorbo!-



-Claro que no, ven vamos!



-Bromeas una anciana como yo en la feria, además a tu noviecita no creo que le agrade que yo esté allí!-



-estoy más que seguro que le agradaras, además quiero que la conozcas!



Claudia valoro la intención de su hermano, pensó en que podría quedarse en casa llorando o ligarse a alguien en otro lugar así que decidió cuidar a los niños. Aníbal se equivocó sin dudas, ambas mujeres se detestaron desde el primer momento, fue la peor idea posible el reunirlas pero disimularon lo mejor posible. Viendo a su hermano caminar de la mano con la niña, Claudia no pudo evitar sentir celos, aunque al principio no pudo identificar que era lo que sentía lo atribuyo a la promesa hecha a su madre de protegerlo.



Jennifer era una chica muy linda, con esos ojos rasgados y delgada silueta sin duda entraba en el gusto de su hermano, pero el tigre conoce sus manchas y Claudia a la distancia la observaba desde una café mientras ellos paseaban por los juegos, Aníbal quiso besarla y ella solo le ofrecía su mejilla mientras miraba a su alrededor, de pronto la niña inocente noto algo entre la multitud y se despidió apresuradamente de su hermano.



-Jennifer se marchó parece que vio a un familiar y tiene miedo que le cuente a su padre es muy protector y celoso-



-En serio crees esa historia-



-No tengo motivos para dudar de ella-



-como se ve que eres inocente para algunas cosas, pero en fin vámonos-



-espera, aún es temprano, ven conmigo-



Claudia decidió poner a un lado su opinión de la novia de Aníbal y se dejó guiar por su hermano hasta la avenida principal del parque, recordaron que nunca antes habían tomado un tiempo para salir y disfrutar de su mutua compañía, comieron golosinas y alegraron su existencia con risas infantiles a la usanza de tiempos remotos, finalmente Claudia camino del brazo de su hermano todo el camino de regreso a casa, sintió como olvidaba la desilusión de esa tarde, Aníbal tenía algo especial que la reconfortaba, esa sensación que siente un viajero cuando llega a casa y encuentra a los suyos, aquellos que lo aman y lo has esperado con la esperanza de volverlo a ver para estrecharlo. La señorita Piati, se sintió de nuevo dichosa de no estar sola en el mundo, había alguien que la amaba de sinceramente.



Determinada a terminar con John, Claudia llego al trabajo con premura, pero el espectacular arreglo de flores en su escritorio desarmo sus intenciones, con el transcurrir del día comenzó a usar su hermosa sonrisa nuevamente, la actitud agresiva que portaba se diluyo en cuanto vio el regalo que le esperaba en el la oficina de su jefe, una llavero muy elegante solo pudo intensivar sus expectativas, esta vez su novio se portó más que generoso, no es que una camioneta último modelo pudiera arreglar la situación, pero vaya que aliviano el ambiente entre ambos, decidieron pasar ese fin de semana juntos, siempre un viaje en pareja suele limar asperezas entre cónyuges, aunque en este caso los amantes fueron a una convención de negocios según la explicaron.



Aníbal ayudo a su hermana a bajar sus maletas del auto nuevo, además de la increíble cantidad de recuerdos y ropa que compro, pero de alguna manera el muchacho percibía que la aparente alegría de su hermana no se debiera a su intervención destacada en la convención de seguridad electrónica. Temía el momento en que su querida Claudia le contara que iba a casarse, que para siempre la perdería en brazos del odioso de John Hoover, sin embargo no hay nada que pudiera hacer, se limitaba a observar a su bella hermana, suspirar por ese cuerpo y navegar en deseos pecaminosos, sabía que sus fantasías estaban fuera de lugar y que rayaban en la perversión, pero los meses habían pasado, Jennifer no le daba ni las buenas noches y no tenía el suficiente valor para buscar una prostituta así que sus hormonas estando a tope lo llevaban por el camino del onanismo desenfrenado. A los 16 años muchos jóvenes han perdido la virginidad pero Aníbal era diferente, desde niño se entregó a la literatura, las matemáticas y a su familia. Nunca tuvo un padre en quien ver un modelo masculino al cual imitar, su hermana al contrario despertó a la sexualidad mucho antes y continuo cultivándola hasta hacerla parte inseparable de su vida, no podía imaginar estar más de un par de meses sin el goce del erotismo, poseía la sensualidad de una ninfa, sabia embriagar y enloquecer a cualquiera con su físico. Sin duda sabia de los atributos que tenía, los cultivaba y utilizaba a su conveniencia, y hasta ahora su estilo de vida podía validar que hizo lo correcto.



-sabes creo que por fin podremos mudarnos a un apartamento más grande, ya no tendrás que vivir en esa habitación tan pequeña-



-me alegra que te esté yendo bien, eres una mujer exitosa!-



-exitosa lo que digamos muy bien, aun me hace falta, quiero conseguir muchas cosas más en mi vida!-



-pero mírate tienes un buen trabajo, un lindo auto y un millos de prendas de ropa que más quieres!-



-me gustaría vivir en un lujoso apartamento en el edificio más exclusivo de la ciudad-



- recuerda que solo estaré unos meses mas contigo , en realidad no necesitaras tanto espacio muy pronto-



Claudia había olvidado que su hermano consiguió una beca de medicina en una universidad muy distante, el chico que apenas tendría 17 años se marcharía muy pronto y con él la responsabilidad que hace tiempo temía cargar en su vida. Pero Aníbal no había sido una carga, al contrario había llenado su vida de alegría y cariño desde el principio, en realidad no sabría qué pasaría sin él. Esa noche se dio cuenta que se distraía con cosas superficiales, el auto, la ropa y los lujos que le daba John no llenaban el vacío que su corazón sentía, valoro la amistad que su hermanito le había dado y de nuevo creyó que debería intentar formalizar con John pero se detuvo en el último momento, sabia cuál sería su respuesta por lo que no volvió a tocar el tema nunca más.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1374
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.149.229.253

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.829
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.824
»Total Votos: 511.780
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.963.493