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Categoría: Parejas

Final Inesperado

CITA CALIENTE-Final Inesperado

Inés llegó como todos los días, dispuesta a un día de trabajo duro, y, mientras revisábamos la agenda, dejó sobre el escritorio una tarjetita y me dijo:

- Cuando te decidas por alegría y diversión, o por, aquella locura tuya.... llama. Naná, sabe bien lo que te puede gustar y seguro que te arma lo mejor para que disfrutes a full.
- Claro, como que en medio de todo esto, voy a tener tiempo para divertirme, Inés, en que cabeza cabe eso. Mira todo lo que hay que arreglar, la cantidad de clientes que tengo en la agenda hoy, piensa un poco quieres.....
Allí quedó la tarjeta, rodando por el escritorio, durante la semana.

Soy la gerente de comercio exterior de un importante banco mayorista, y toda mi osadía la empleo para mis negocios, no me arriesgaría a nada que pueda opacar mi carrera profesional. Desarrollarme en el ámbito de los negocios desde muy joven y ser absolutamente exitosa, me llevó a dejar algo de lado mi vida afectiva.
Salvo algunas parejas más o menos estables, mis relaciones han sido algo conflictivas, pero aún así, las palabritas de Inés volvían a mi memoria entre cita y cita de la agenda.

Hice el llamado el sábado, me atendió Naná y luego de mil preguntas me dijo, ven a verme hoy durante la tarde que hablaremos y veremos que es lo mejor para sentirte bien.
Piso extraordinario, con un lujo sobrio pero que delataba un gusto exquisito, ella misma me recibió y me aclaró que lo hacía, exclusivamente, porque conocía a Inés y sabía de mi necesidad de absoluta reserva.

Fantasía a cumplir: (así decía la ficha) mantener relaciones sexuales con un desconocido , - total y absolutamente desconocido -; que reúna ciertas pautas: alto, buen porte, absoluta y total reserva(no deseo saber ni su nombre) persona de buen nivel de educación y con mucha imaginación.
Le entregué la ficha y, mientras la leía, se rió, se sentía sumamente feliz. Fue hasta su pc en el escritorio y me dijo, acércate y mira esta ficha:
En la pantalla se leía: tener relaciones sexuales con una mujer, ejecutiva, con absoluta reserva de identidades, buen nivel de educación y que acepte cumplir una fantasía muy especial, sólo para mentes absolutamente refinadas: llegar ambos al orgasmo sin habernos acariciado.

Es un cambio total!, desconocido, fantasioso, necesitado de absoluta reserva de identidad, nena, lo hicieron para vos. Además, yo lo conozco, este hombre te va a gustar......
Dudé, pero mi imaginación pudo más, le dije que armara una cita de ser posible para el martes como a las 20.00 hs.

Quería saber mas de mi compañero, pero, sólo me permitió ver la foto de 4x4 que tenía en la ficha. Ese era todo mi conocimiento de él hasta el martes por la noche.

Martes:
Oficina y reuniones por la mañana. Inés me asistió mucho más de lo habitual, estaba en las nubes, pero por sobre todas las cosas, estaba nerviosa, contenta y distraída, el insólito paso que había dado me preocupaba un poco.
No tenía miedo a que un desconocido pudiera excederse, eso estaba controlado, sólo tenía esas cosquillas frente a una situación inesperada, esa sensación que es mezcla de prohibido y de osado.
Al mediodía, fui a comprar un conjunto de encaje bordeaux con una bikini preciosa que en mi piel blanca resaltaba divinamente, luego pasé una horita por el spa a darme un masaje relajante y un baño especial, con aguas perfumadas de rosas, que me dejan la piel aún mas suave de lo que habitualmente la tengo.

Antes de ir a mi cita, cambié la blusa por una de gasa negra bastante transparente que realzaba el conjunto que llevaba puesto .Retoqué mi maquillaje, reforcé el rimel en las pestañas y dos toques sabios de Paloma Picasso terminaron de convencerme que me veía bien.

Me dirigí al Roof-Garden del Kempinski-Plaza, uno de los mejores, por no decir el mejor, de los hoteles cinco estrellas de Buenos Aires, es un sitio selecto, discreto y de excelente servicio, mesas elegantes, copas y vasos de cristal tallado, servilletas y manteles de hilo, y unos piso de roble dignos de los reyes.
Disfrutando de todo ese lujo, veo entrar un hombre de unos 33/35 años, alto, aproximadamente 1,80mts. tez blanca, cabellos castaños claros prolijamente cortados y peinados con algunas canas que me sedujeron de inmediato, ojos con esa mezcla imprecisa entre el marrón claro y el verde oscuro, una sonrisa cautivante y vestido con un Armani beige que parecía pintado sobre su cuerpo. Todo él destilaba elegancia y buen gusto.

Era esa clase de hombre que pasa a nuestro lado y una lo devora con la mirada para guardarse esa fotografía por el resto del día.
Reconozco que se me iban los ojos por él, cuando me doy cuenta que se dirige directamente al lugar donde me encuentro.
Se acerca y me saluda como si fuese mi pareja de siempre:
- No bajé antes, porque sabía que me iba a ser mas fácil a mi ubicarte, que a la inversa. Que tomamos?
- Prefieres algún cóctel, alguna bebida en especial?
- Sólo un Gin tonic.-

Pidió sólo mi bebida, y cuando trajeron el servicio a la mesa, se hallaban en la bandeja: el Gin tonic y un whisky black &white con hielo.
Conversamos poco, solo para confirmar que era un empresario, dedicado al asesoramiento financiero de inversiones y que su mayor necesidad, era gozar de un noche de total y absoluto anonimato entregado a intentar cumplir una fantasía por demás insólita; que Naná lo había llamado el mismo sábado que yo la visité, nos sonreímos.

Su intriga era muy grande, porque ella no le brindaba mas información que decirle que había encontrado la partenaire justa para él , pero, no tan mayor como él imaginaba.
Sólo dije mi edad, se sonrió y dijo que así arreglada y vestida jamás hubiese pensado que podía tener 46 años.
En ese momento la que reacciona soy yo, la diferencia de años, me hace dudar de quedarme allí.. Es esa cosa tan de mujer, que si no me veo como una diosa del olimpo y me siento mejor que la más encumbrada modelo, presumo que no merezco estar ni disfrutar de ningún hombre. Hago mentalmente un examen de autovaloración y llego a la conclusión que no estoy tan avejentada y sigo adelante en este juego que recién comienza.

Terminamos nuestras bebidas y ambos, dejamos nuestras respectivas tarjetas doradas, nos llamó la atención que los dos utilizásemos la misma empresa. Hubo preguntas, respecto del porqué y llegamos a la misma conclusión: es práctica frente al hecho de poder saber al menos en que gastamos el dinero. Tienen un buen sistema de resumen de cuenta. Preguntó por mi trabajo, pregunto por el suyo, no hay quizás, demasiados puntos de contacto en nuestros negocios. Eso es algo que nos beneficia para mantener más aún nuestro anonimato.

Me siento sumamente a gusto con él, es un hombre seductor, educado y prolijo, constato una manía muy mía, tiene sus manos muy cuidadas y las uñas están cortas y no comidas, eso le anota en mi escala, puntos a favor.

Me siento extasiada con él y sólo deseo escuchar de su boca, dos palabras, que cuando las pronuncia suenan en mis oídos como las mas bellas del mundo: Nos Vamos?

Salimos, atravesamos el hall del hotel y nos dirigimos a la parte mas alejada del estar, a los ascensores que llevan a los departamentos privados.
Piso 18 del ala nueva, vista al río, el ascensor, tiene una pared absolutamente vidriada, que nos permite gozar de los últimos resplandores del sol sobre el río. Departamento de diseño muy especial con toques de refinamiento, dados con antigüedades de grandes firmas, todo hace juego perfecto con él.

Hay detalles que me permiten deducir que ese piso le pertenece, cosas insignificantes pero que demuestran habitualidad en las acciones.
Atmósfera tenue que brinda lugar a la intimidad y me permite recordar que de allí en más ambos cumpliremos nuestras fantasías.

Siento algo de calor, e instintivamente comienzo a desabrocharme el saco que llevo puesto sobre la blusa. Sin pensarlo , comienza allí nuestro privadísimo y caliente juego de seducción.
El, se acerca y me propone ayudarme a quitarlo, lo sostiene desde el cuello, a medida que voy aflojando de a uno los tres botones del frente.
Parece sencillo y nos sonreímos, estamos jugando sin darnos cuenta.
Una ráfaga de Tzar me invade y sentirme rodeada por sus brazos sin que me toquen, me hace experimentar una sensación de deseo más fuerte que la habitual. En ese momento quiero abrazarlo. Sé que no puedo, porque esa es la consigna, juegos de seducción, donde no podamos rozarnos.

Entonces, nada me impide olerlo y disfrutar de su perfume, la mezcla del perfume y la piel, cuando se va evaporando me encanta, lentamente giro mi cabeza hasta su cuello y continúo embriagándome con ese perfume. El se da cuenta que estoy disfrutando de su aroma y reconoce sentirse halagado de que me guste. Los perfumes masculinos me pueden, me seducen, o quizás el que me seduce en este momento es él.

Continúo girando lentamente y estamos de momento frente a frente, comienzo a desabrochar su traje, paso las manos por el interior del saco, no rozo su camisa, pero siento la calidez que su cuerpo deja en la ropa.
Cuantos pequeños detalles descubro al no poder acariciarlo. Mientras tanto, él me habla al oído. Su voz, la calidez de su aliento hacen que se me erice la piel. Podría no hablar, me doy cuenta que me siento como hipnotizada por él, su exterior logró hacerme entender que puedo cumplir todas mis fantasías.

Me dice que lo calienta ver a través de mi blusa ese corpiño y que me la va quitar de la misma forma que yo le saqué su saco.
Así a escasos centímetros, comenzamos un extraño strip-tease, donde nos atraemos por medio de la ropa y cuando logramos desprenderla, nuestros cuerpos se alejan. Cada botón de su camisa es una conquista, algo que internamente me produce cierto escozor,
cada uno de mi blusa es una exclamación, una palabra que podría en otro momento hacer que me sienta avergonzada, un huyyyyy, o un Uff, un suave gemido, un mmm que nada dice y tanto insinúa, o simplemente algo susurrado: “ quiero llegar ya a quitarte el corpiño, creo que me muero de las ganas”. “ tienes idea de lo ricas que se ven tus tetas” “Me llevas al delirio, me veo a mi mismo desvistiéndote y me excito muchísimo”.

Instintivamente ambos desabrochamos nuestros pantalones. Me siento demasiado bien a su lado y con hábiles movimientos, como en un juego de palitos chinos, consigue quitarlos, en un impulso ese trofeo pasa a ubicarse en el respaldo del sillón. Me quedo sólo vestida con el conjunto que compré al mediodía y se sienta en el sillón a contemplarme, me acerco a él, quedo a unos milímetros de su boca y lo miro de frente, quiero transmitirle lo muy a gusto que me siento y como me estoy calentando.

Soy alumna rápida y casi imitando los movimientos que él hizo cuando me quitó mis pantalones. le quito los suyos, aunque debo pedirle que se eleve un poco al estar sentado. Me mira, sonríe, y sus ojos, con ese brillo tan especial, me demuestran que está a gusto. Entiendo ahora aquella antigua frase, una mirada puede todo....

Me habla a un centímetro de mis labios, me cuesta escucharlo, muero de deseos por besarlo, se da cuenta que todo él me calienta. Logro entender lo que me dice:”me está costando mucho mantenerme en este juego, tus tetas se ven tan ricas, me muero por tocarlas”.

Me acerco y me acaricio las tetas y sigo sus instrucciones para eso, le gusta, lo disfruta y yo también, es algo que nunca había hecho y me siento a gusto.

Me propongo ir por mas, y saco una rosa del florero, con su tallo comienzo a recorrer su pecho y luego paso la flor, me gusta descubrir como manifiesta su cuerpo el gusto por ese acto, es más, me está empezando a gustar como puedo manejar los deseos de disfrutar de su piel y como encontrar esas sensaciones de deleite y que las provoque para mi gozo y mi más loco orgasmo . El tallo de la flor, se transforma en mi mente, en mis dedos, y me sirve para separar el elástico del boxer y así puedo quitárselo.

Claro puedo tomar ese elástico que está separado de su piel y de allí arreglármelas para bajarlos y quitarlos.
Sin pensar, afloran ideas a mi mente y cada espacio de piel que queda liberado voy soplándolo suavemente; alterno soplidos suaves, con bocanadas de aliento cada vez mas caliente y dadas cada vez mas cerca de su cuerpo. La satisfacción se dibuja en su rostro y junto a una risa irónica, brotan de su boca un “sos terrible, mira como logras delirarme”, que consigue incitarme a mas.

En un momento su mano se acerca a mi cuerpo, y siento algo frío, es hielo y con el me va recorriendo desde la boca en línea recta hasta el ombligo, me estremezco, me gusta, me caliento y tengo deseos de tocarme, porque me empiezo a sentir mojada.
Me siento en el sillón y comienzo a acariciarme, instintivamente, mis pezones comienzan a endurecerse con el roce y él les unta crema, acerca su boca y tengo ganas de sentirlo lamiéndome, pero, sólo toma con su lengua la crema, no me toca, me mira y disfruta mi mirada y ver mis manos rozando mi sexo, se sienta junto a mi y comienza él también a acariciarse, me muero de ganas de sentirlo, de lamerlo, pienso que puedo acercarme y olerlo, pero quiero sentirlo en mi boca, voy decidida y encuentro la forma de satisfacer ese deseo. Como él esta sosteniéndolo, aprovecho para arrodillarme y con mi boca rodeo su glande sin tocarlo, puedo entretenerme en darle bocanadas de aliento caliente, ahora totalmente intencionales, mientras en mi mente, mil ideas locas brotan donde mis manos son mariposas sobre su cuerpo.

Creo que los dos ya no podemos aguantar la calentura que nos hemos provocado, me acerco a su rostro, quedo a milímetros de su nariz y sólo le digo que deseo ser penetrada, que ya no aguanto mas y así me recuesto lentamente en el piso y comienzo a masturbarme, nos miramos mientras lo hacemos y cuando me ve meter dos dedos dentro de mi vagina y sacarlos, se acerca, sólo para olerlos y con gesto entre el éxtasis y la lujuria me dice “ ya no resisto más, tengo que tenerte o me muero”.

Juego imprevisible, porque al sentir sus manos en mi cuerpo brotaron en mi un montón de sensaciones , me ericé por completo, sentí cosquilleos dentro y una oleada de calor comienza a quemarme justo en el mismo momento en que busca mi boca y me toma de la nuca, un suave tirón del cabello echa mi cabeza hacia atrás; es un beso muy pasional, terriblemente fogoso. Juega en mis labios con su lengua, los dibuja y cuando por fin su lengua se instala en mi boca y decidimos degustarnos mutuamente, me siento absolutamente indefensa ante la succión que ejerce en mi lengua.

No me resisto a sus caricias, a sus besos. Le devuelvo los besos que él me da, mientras me acaricia todo el cuerpo.
Los besos, las caricias van ganando en intensidad, me relajo absolutamente a fin de disfrutarlos plenamente, él lo nota, acaricia mi sexo, mi clítoris, mis labios vaginales mientras me besa, chupa y rodea mis pezones con la lengua, luego con sus dedos juega con ellos ejerciendo suavemente presión. Sabe por intuición y por mis gemidos que me gustan esas caricias
Me estoy volviendo loca, siento su miembro frotándose sobre mi piel, tiene una magnífica erección, producto de la excitación que nos venimos provocando.

Ahora yo lo masturbo firmemente mientras él introduce en mi vagina primero un dedo, luego dos, tres dedos mientras el pulgar me acaricia el clítoris, no puedo evitar casi incorporarme y buscar sus brazos porque estoy teniendo un orgasmo intensísimo, como desde hace mucho no experimento.
Ya no hay nada que hacer, no me puedo resistir, necesito sus caricias, y que él y sólo él logre apagar todo el volcán que desató en mi. Lo deseo intensamente , se lo digo y sólo dice en mi oído, entonces vamos por más.

Nuestros cuerpos están cubiertos de sudor. Mi sexo está mojadísimo y deseoso de mas placer y es suavemente cubierto por sus intensas caricias, su pene recibe la mejor atención que puedo brindarle.
Nuestros gemidos son intensos. Saboreo su pija, erguida, caliente, dulce y suave mientras él gime fuerte, profundamente. A su vez, él recorre mi clítoris con su lengua, lo explora, hace lo mismo con mi vagina, introduce su lengua, juguetea dentro, fuera, más y más ... mientras con sus dedos, va masajeándome en derredor del ano, mojándolo con mis propios jugos mientras los dos jadeamos cada vez más.

Nos incorporamos, un beso nos hace saborear nuestro propio sexo, eso nos excita y nos obliga a buscarnos mas intensamente.
Me abraza mientras coloca su glande en la entrada de mi vagina. Encuentra la forma de jugar mas intensa que existe para mi y lo hace moviendo la cabeza de su pene arriba y abajo, tocándome desde el clítoris y continuando con su exasperante caricia hasta el ano, pero sin penetrarte todavía.

Ya no puedo mas y grito, lo mordisqueo y al mismo tiempo le suplico, todo el placer, la lujuria y el gozo se apoderan de mi,”¡ya!, ¡¡ métemela ya!!”. Como si esperara eso, me comienza a penetrar lenta pero firmemente, milímetro a milímetro, brindándome una escalada de placer que me tiene al borde del orgasmo nuevamente, de repente se retira, produciéndome una sensación aún mayor de deseo, brota dentro de mí un ¡no!! total y rotundo, escucho su risa suave y dulce y un ¡ si!!, lo vuelve a hacer, una y otra vez.
Nunca en mi vida me he sentido así, presa de esta excitación, de este deseo y de esta pasión tan alucinante Prácticamente cuando lo siento penetrarme completamente tengo un orgasmo, y luego éstos se suceden de forma continua y descontrolada.

Él empuja rítmicamente, acariciándome los senos, besándome el cuello, las manos, los brazos. Me levanta las piernas, las dobla mientras me penetra, mientras siento el roce continuo de sus testículos por todo mi sexo.

En un par de ocasiones noto que va a tener un orgasmo, y en ese mismo momento hace decrecer el ritmo, sin llegar a acabar.
No tengo idea ya del tiempo y estoy abandonada al placer mas absoluto y total que alguien ha logrado brindarme. En ese estado, noto un brusco cambio de ritmo.
Quiere volverme loca con esta aceleración, busca su orgasmo y con eso provoca que grite de placer porque me lleva a otro orgasmo más, aprieto con mis manos en su espalda y luego bajo mis manos a sus caderas y así firmemente lo atraigo hacia mí , nos mordemos mas que besarnos, saboreamos nuestra propia sangre en nuestros labios.
Por fin le llega el orgasmo y un sacudón profundo nos invade, ahogamos un grito delirante mientras somos prisioneros de unas convulsiones que hacen que casi me desmaye del gusto, y cuando siento su semen en mi interior nuevamente acabo, esta vez al mismo tiempo que él..

Nos abrazamos tiernamente mientras ambos estamos exhaustos, sudorosos y felices... no queremos separarnos.

Decidimos tomar un baño juntos, por mi parte, me doy cuenta que encontré el partenaire exacto para mí........

Le escucho decir, no puedo perderte, no quiero dejarte ir, nos damos cuenta que no podremos mantener mucho tiempo nuestro deseo de anonimato.
Datos del Relato
  • Autor: Andrea May
  • Código: 7019
  • Fecha: 06-02-2004
  • Categoría: Parejas
  • Media: 6.26
  • Votos: 86
  • Envios: 7
  • Lecturas: 2093
  • Valoración:
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Comentarios


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6 comentarios. Página 1 de 2
mariel
invitado-mariel 07-04-2004 00:00:00

Encontrar el hombre con el cual cumplir tus fantasias y encima que sea un excelente amante.... eso si que es tener suerte. Ajeno a esto la verdad da ganas de tener una cita de ese estilo....

rosa
invitado-rosa 06-04-2004 00:00:00

esta super es tremendo tipo yo tengo uno igual que me hace feliz

JUAN EDUARDO
invitado-JUAN EDUARDO 11-03-2004 00:00:00

Tiene estilo, erotismo, sensualidad, sexo y está super educadísimo. Me dejaste con esa idea dando vueltas y además demasiado caliente.

humberto
invitado-humberto 07-03-2004 00:00:00

Andrea: mil orgàsmicas gracias, tu relato està de rechupete, felicidades.

Jazmín
invitado-Jazmín 13-02-2004 00:00:00

Felicidades !! en realidad se siente uno bien al leer, algo tan sublime y perfecto, sin vulgaridades donde relatas cosas tan bellas a pesar de tener una experiencia con un extraño...que claro, yo ni siquiera me imagino poder hacerlo algun día, pero es bello

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