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Categoría: Infidelidad

FIESTA FAMILIAR

"Sin saber, como, sin saber de que manera, infidelidad doble."

 

Esto sucedió en un mes de mayo. Tenía que ir al pueblo porque se casaba un primo hermano mío y no valía ninguna excusa para no ir. La boda era un sábado a las 12,00 con su respectiva comida y como eso no parecía suficiente, se enlazaría con una cena. Todo en plan exagerado, algo normal en mi pueblo. El viernes me lo cogí como día especial y el jueves me fui al salir de trabajar al pueblo. Donde me encontré que esa misma noche había cena en casa de mis abuelos, para cenar solo la familia y sobre todo por los que veníamos de fuera.

Entre todos los comensales había algunos que no eran familia, pero que mis abuelos los trataban como si lo fuesen y entre ellos, estaban Pedro y Mª Ángeles que tenían sobre los 45 años. Ella de muy buen ver, siempre lo había estado, pero ahora lo estaba mucho más. Nos saludamos y llego su hija Angelines a saludarme, me quede estupefacto, llevaba menos de tres años sin verla y como había cambiado, era un poco más baja que su madre, que le faltaba poco para el 1,70, así que la hija estaría en el 1,65. La última vez que la vi, recuerdo que tenía un cuerpo bastante esmirriado y ahora estaba buenísima, menudas tetas, había salido a su madre, eran algo exageradas, pero el culo era espectacular, con muy buena forma, respingón y bien levantado.

Su madre se me enrollo junto a la hija, estaba acabando el último año de bachillerato y tenía las notas más altas de su curso. Luego salió la conversación de que los tíos babeaban por la hija, que había mucho salido, etc.… no me extrañaba y también me enteré que el padre hacía de guardián. La llevaba y recogida del colegio, controlando todo y en el pueblo poco se podía desmandar. La casa de mi abuela eras una casa de pueblo, con patio, dos plantas y la terraza que cubría todo el techado de la casa. A mí me gustaba desde pequeño subirme a la terraza y mientras llegaban los que faltaban, me cogí un par de cervezas bien frías y me subí.

Angelines me siguio y subió también. La avise de que su padre la echaría de menos y muy chula me dijo, “¿Es que tienes miedo a mi padre?” le conteste que no, porque me llevaba de siempre bien con él. No llevaba bolso ni nada, llevaba falda y blusa, y lo digo porque no se dé donde se sacó un cigarro y el mechero. Nos sentamos uno enfrente del otro y ella, que sabía de sobre lo buena que estaba, me provocaba de distintas maneras, enseñándome mas pierna de lo que era normal, echándome el humo y bebiendo de mi cerveza. Hasta que se oyó la puerta. Dejo el cigarro de forma veloz y era Pedro, que buscaba a su hija. Empezó echándole la bronca por fumar y ella con todo su papo, le dijo que no era suyo. Su padre se quedó mirándome y me dijo, “¿Desde cuándo fumas? Si tú siempre has dicho que tenían que prohibir el tabaco”, no me quedo otra que coger el cigarro y ante la mirada de Pedro esperando ver que hacía con el cigarro y la cara de Angelines angustiada, di una calada y poco me falto para toser, vomitar, etc.…

Que mal lo pase y le dije que no era habitual, que lo hacía solo en fiestas y momentos especiales. Le pego una charla a su hija, mezclando de todo un poco y luego a mí me dijo que se fiaba de mí, que echase un ojo a su hija, que la protegiera como a una hermana de los depravados. Sabía que me lo decía porque tenía fama de que me gustaban las maduras y no las jovencitas. Cuando nos quedamos solos, Angelines se precipito sobre mí, me dio varios besos en mi cara, dándome las gracias y me dijo.

-                 Te debo una muy grande, porque si me hubiera pillado con el cigarro o bebiendo cerveza, me quedo un mes sin salir, que es muy recto.

-                 No te preocupes, no me debes nada.

-                 Que si, que te la debo.

-                 No te comprometas a nada, que te pueden pedir algo que no te guste o que no puedas dar.

-                 Hombre si es lo que piensas, eso no, porque nunca lo he hecho, pero cualquier otra cosa sí.

-                 Jajaja, ¿Y qué es lo que pienso?

-                 Pues que va a ser, como hacerme “tras, tras” y eso no se puede, porque no lo he hecho con nadie, aunque eso no quiere decir que sea una beata.

-                 Además del “tras, tras” como dices, digamos que está el “tros, tros” jajaja.

-                 “¿Tros, tros?” ahora no te entiendo.

-                 Pensaba que eras mas espabilada, por detrás, que es otra forma.

-                 Que guarro.

-                 ¿Es que te escandaliza?

-                 Noooo, es que no lo tengo claro, porque amigas mías que lo hacen, o se lo pasan muy bien o muy mal, no hay término medio.

-                 Pues mira tienes un culo perfecto, por lo que he visto con la ropa. Me lo pensare y lo mismo te tomo la palabra y me “cobro” el favor.

-                 ¿Lo dices en serio? ¿Serias capaz de pedirme eso?

Me fui riéndome y me reuní con los demás, me las apañe para sentarme junto a Angelines y dos primas y una amiga de mis primas se sentaron también cerca y me di cuenta de que no se llevaban muy bien con Angelines, no sabía por qué ni pregunte. La cena estaba bastante ruidosa porque unos hablaban por encima de otros, el vino ya se hacía notar y cuando mis primas y su amiga trataban de llamar mi atención, con mi pierna empecé a “tontear” con la pierna de Angelines, que se dejaba hacer y viendo cómo iba todo, me acerque mas a ella y le dije, “Cuando yo me levante, a los cinco minutos ves al tendedero que me vas a pagar con tu culo el favor”

Seguí de risas con los demás y cuando vi que la cena estaba en su mejor momento, me levante y me fui, nadie notaria mi ausencia y tampoco la de Angelines si aceptaba mi oferta. Pase por el baño grande, donde hay de todo, desde el botiquín de mi abuela, hasta rollos de papel higiénico en cantidad, parecía un almacén. Eche un vistazo y cogí un tubo de crema suavizante para la piel. Llegue al tendedero, que era el lugar idóneo para hacer lo que quería. Podríamos ver si alguien venia.

Se oía perfectamente el jolgorio que había dentro. Se notaba que la gente estaba alegre, se oía mucha marcha y música alta. Angelines no aparecía, hasta que oí con más intensidad todo, porque alguien había abierto la puerta del tendedero. Era Angelines, que nada mas cerrar la puerta, lo primero que hizo fue encenderse un cigarro y mirarme con una sonrisa que era bastante provocadora. Cuando llego junto a mí me dijo, “Y ahora ¿Qué?”, me quede recostado sobre un poyete y solo la miraba, ella se acercó mas y me echo el humo en la cara.

No hice nada la deje, volvió a dar otra calada y repitió la escena, ahora sí, la cogí el cigarro y lo tire, la abrace con fuerza y nos morreamos. Empecé a meterle mano y ella quería hacer lo mismo, pero no la deje. Cuando toque su coño estaba chorreando, le di la vuelta de golpe, la poye en un recodo pequeño y desde esa posición le metía mano perfectamente. Ella se movía con mis avances y le metía mis dedos en su coño y Angelines me decía seria que no me pasara que era virgen y quería seguir siéndolo.

El tubo de crema que estaba abierto, porque así lo había dispuesto, aprete y cogí bastante crema entre mis dedos, luego me fui a su aculo, llenándole el ano de crema. Se le escapo una carcajada excitante y me dijo, “Que cerdo, si te lo has tomado en serio. No me digas que vas a ser capaz. No me lo puedo creer” pero mientras lo decía, ponía su culo en mejor posición. Mis dedos entraban con dificultad, pero no tanto como pensaba.

Me tenía muy burro, levante su falda, su culo era perfecto, dispuesto para mí. Angelines cada vez mas excitada me provocaba diciéndome cosas, hasta que ,e dijo, “Piénsatelo bien, que si mi padre te pilla te capa, lo sabes, ¿verdad?”, para picarla yo mas le respondí, “Cállate que te vas a enterar ahora y que tu padre se preocupe por sus cuernos, que tu madre tiene que ser tan puta como la hija y seguro que se los pone”, ella en vez de enfadarse se puso mas cachonda.

Me puse un condón, me unte bien de crema y ante la algarabía que oímos, empecé a follarme su culo. Cuando noto mi rabo se quejó un poco, “Joder, ten cuidado, que menudo ciruelo que debes de tener, madre mía”, totalmente cachondo le dije, “No me vengas con tonterías, que este culo ya se ha comido mas de un rabo”, sin cortarse me respondió, “Si, claro que sí, pero te aseguro que ninguno como el tuyo. Cabrón más despacio, pero sin parar”

Oírla me ponía mas cachondo y mucho mas me puso, cuando vi reflejado en la cristalera, a Mª Ángeles la madre. No sé cómo no oí abrirse la puerta. Era un momento en el que no sabía si salirme, si seguir o qué coño hacer. Angelines si se dio cuenta de que pasaba algo, porque me dijo que no me parara ahora y lo decía con mal genio. Seguí con mi movimiento y esta vez gire mi cabeza, mire a su madre que me miro y no dijo nada, agarre las caderas de Angelines y el metí el rabo sin miramientos, ella se quejó bastante, pero al notar los dos cuerpos juntos, exclamo, “Que buro pero que PASADA”

De pronto sin esperármelo Angelines me dijo, “Seguro que mi madre como tu decías, no aguantaba esto” y yo le decía que seguro que sí. Follándola con más fuerza, le decía que su madre aguantaría eso y más, que tenía que ser mas puta que la hija y Angelines me decía que ella la ganaba. Me incline y desabroche su parte de arriba, dejando dos buenas tetas libres. Mis embestidas eran fuertes y con esa misma fuerza agarraba sus tetas. Seguía diciéndole cosas de su madre y esta miraba con la boca un poco abierta, como queriendo decir algo, pero sin salirle las palabras.

Estaba como loco y cada vez mis impulsos eran más fuertes, Angelines ya no gemía gritaba y mire hacia donde estaba su madre, pero ya se había ido. Angelines se tocaba ella sola y estaba cachondísima, se había corrido por lo menos una vez, casi al principio aunque fue muy discreta, pero ahora ya no lo estaba siendo. Se corrió con mucho ruido, mucho movimiento y le saque el rabo. Me quite el condón y sin decirle nada, le pase el rabo por toda la raja y se le escapo una exclamación de placer.

No nos decíamos nada, solo podía notar la dureza de mi rabo y como se encajaba en la entrada de su coño. Seguía sin decir nada y fui avanzando hasta llegar al tope, me quedaba bastante rabo fuera. No quería forzar nada que ella no quisiera y viendo que no decía nada, empecé a sacar mi rabo y ella con voz suave me dijo que la metiera un poco más, pero no hasta el final. Me salí del todo y me coloque otro condón a toda velocidad y empecé a hacer lo mismo. Angelines era como si arrullara, mi rabo entraba y salía con suma suavidad, sin pasar ese límite.

Angelines cada vez se movía más y mejor. En una de mis suaves penetraciones, me pidió que me parara y mi rabo quedo en su tope. Ella movía sus caderas de ¡un lado para otro, aumentando su respiración, era un placer sentir ese movimiento, hasta que por sorpresa, ella dio un empujón hacia detrás, no muy fuerte, pero lo suficiente para saber y notar, que mi rabo penetro más de lo que ella hubiera querido al inicio de esa noche.

Ya no tuvo que decir nada mas, con suma suavidad fui penetrando, lo hacía a medida que percibía que ella quería. Al final mi cuerpo toco el suyo y oí un “¡PARA!” de forma muy seca. Me quede parado y paso un tiempo intenso hasta que empezó a moverse, muy lenta, poco a poco, hasta que sus movimientos se hicieron un poco violentos, entonces deje de estar parado y nos corrimos los dos a la vez, de forma accidentada y a punto de caernos. No saque mi rabo, fuimos recuperando el aliento los dos juntos. Cuando ya estábamos más centrados, saque mi rabo y mientras me quitaba el condón ella me dijo, “Eres un puto cabrón, te había dicho que eso no. Que tengo novio ¡JODER! Me tenías que haber respetado” y luego se echó a reír diciéndome “Te tenías que haber visto la cara. Si se entera mi novio, se lía y gorda”

Nos arreglamos la ropa, ella se fumó otro cigarro y volvió con lo mismo, “Espero que no se dé cuenta ni mi padre ni mi novio. Que además la familia de mi novio son íntimos de mis padres. ¿Se me nota algo?”, ahora el que se echó a reír fui yo por semejante pregunta. La tranquilice y ella me dijo que saliese yo antes. Al salir el primero que me paro casualmente fue Pedro el padre. Que me empezó a preguntar por unos asuntos profesionales. Poco después se nos acercó Mª Ángeles. Nos miramos con intensidad y solo ella y yo sabíamos el motivo.

Pedro le conto lo que hablábamos y lo que me había pedido. Mª Ángeles me soltó sin venir a cuento, “¿Te pasa algo? Que tienes mala cara” y sin cortarme le dije, “Si, que el postre me ha sabido a poco y me hubiera gustado comerme algo más consistente”, se puso un poco roja y Pedro sin saber a qué me refería dijo, “¿Cómo dices eso? Si tu abuela siempre pone de todo en cantidad” y con segundas y sin dejar de mirar descaradamente a Mª Ángeles le respondí, “Es que como lo que da una madre no lo da nadie”

Llego uno de la familia y se puso a hablar con Pedro, lo que aproveche para acercarme a Mª Ángeles y tratar de quedar como hice con la hija, pero antes de que pudiera decir nada, la muy cabrona, puso el tacón sobre mi pie y apretó, haciéndome un daño considerable, disculpándose como si hubiera sido accidental. Eso me enfado y ella no sabía de qué manera. Con mucho disimulo y aparentando que no pasaba nada, la cogí de su brazo y la lleve a un extremo del salón para hablar con tranquilidad. Empezamos a hablar y poníamos cada uno una sonrisa como si fuera muy gracioso lo que nos decíamos.

-                 Eres una autentica zorra, me has hecho mucho daño con tu tacón.

-                 Te jodes, eso te pasa por listillo.

-                 Pues no ponías esa cara cuando veías como me follaba a tu hija. Que por cierto tiene un culo riquísimo.

-                 Eres un autentico cerdo, hacerle eso a una chiquilla inocente.

-                 JA, JA, ¿Inocente? Pues no sabe nada tu hija. Aunque lo que oíste que decía era verdad, que seguro que la madre era más puta.

-                 No te pases.

-                 Y también que hace tiempo que no te follan bien, cuanto follas al mes, ¿2, 3 veces?

-                 A ti te lo voy a decir.

-                 Jajajajajaja, me da que menos por la cara que pones. Seguro que te hubiera gustado estar en el lugar de tu hija. Lo hubieras aprovechado mejor.

-                 Cómo se puede ser tan ordinario. Con lo educados que son todos en tu familia, parece mentira.

-                 Pues este ordinario tiene un rabo que bien mirabas antes, seguro que te mojaste pensando que lo tenías entre tus piernas.

-                 JA, que iluso. Que fantasma que eres.

-                 Si soy un ordinario, un fantasma, un cerdo y todo lo que se te ocurra, ¿Por qué no te has ido y me has dejado solo? ¿Quieres saber por qué?

-                 No me he ido y te he montado un follón por respeto  tu familia. Pero sorpréndeme diciéndome lo que habías pensado.

-                 (Me acerque a su oído) Porque quieres que te folle esta noche y no sabes como hacerlo. Te lo diré, si quieres vamos al mismo sitio o podemos ir a tu casa que esta a dos pasos. Si eres tan zorra y tan valiente como pienso tú me dirás como, porque igual que siempre he deseado follarte y me he hecho muchas pajas pensando en ti. Tu esta noche necesitas que te folle bien.

Esta vez si se fue sin decir nada, pero pude ver como apretaba de fuerte su copa y su mirada llena de confusión. Estuve hablando con unos y con otros, casi todo versaba en como me iba en Valencia, mi nueva vida, si tenia novia, etc. lo que me permitía responder casi con automatismo y poder estar pendiente de otras cosas. Como darme cuenta de que Pedro estaba pasado de copas, Angelines con cara mustia y Mª Ángeles con cara nerviosa y mas cuando se cruzaban nuestras miradas y la traición que le jugaban sus grandes tetas, que hacían que sus pezones se le marcaran de manera ostensible. Difícil de disimular, aunque colocara estratégicamente sus brazos.

Angelines se fue junto a su madre y la convenció para irse a casa de una de mis primas con otras chicas, al final cedió. Había varias personas no solo hombres que estaban mas que pasados. Uno de ellos era Pedro, que esta pasadísimo. Ya quedaba poca gente, los mas pasados y poco más. Mª Ángeles que estaba totalmente sobria, porque solo bebió un par de copas de vino, trataba de hacer callar a su marido, que empezaba a hablar mas de la cuenta. Un tío mío conto un chiste sobre esposas que no quieren follar y las disculpas que ponían y otro de los invitados y Pedro, le decían a sus mujeres, que como ellas.

Las dos mujeres aguantaban el tipo y el resto de las mujeres se metían con los hombres, se produjo una “lucha” entre ambos bandos y yo me mantuve callado. Durante el resto del tiempo estuvieron así y en concreto Pedro desvelo cosas intimas de su matrimonio. Llego la hora de irse y mi abuela me dijo que Mª Ángeles le había pedido el favor si podía ayudarla a llevar a su marido a casa. Me hice el remolón diciendo que había quedado con algunos amigos del pueblo y deje que mi abuela me “convenciese” pero quise ser un poco mas malo y le dije a mi abuela, “Pero que me lo diga ella, que no me fio de ti. Que te ofreces siempre para todo y luego la gente se ve forzada”, mi abuela me insistió en que era verdad y llamo a Mª Ángeles para que me lo pidiera ella.

Mi abuela le dijo que no la creía y ella nerviosa me dijo, “Es que mira como esta Pedro, de aquí a casa aunque está aquí al lado, este se me cae, se que es una molestia, ¿Pero me harías el favor?” mi abuela se quedo mas tranquila y yo le respondí, “Como no te iba a hacer un favor mujer” mi abuela justo en ese momento nos dejó y añadí, “Pero ya sabes que el nos haremos los dos un gran favor, ¿Verdad?” y ella muy seria me respondió, “No te confundas, es un favor solo para ayudarme con Pedro” le puse una sonrisa perversa y le dije en voz baja, por fin ese culo va a ser mío.

Ya se despedían todos y yo agarre a Pedro, que se ponía pesado diciendo que el solo podía. Pero según lo decía, había que agarrarle que se iba al suelo. En el camino seguía contando intimidades de su matrimonio y su mujer le regañaba para que se callara. Una vez que entramos en su casa, me decía que me iba a dar un consejo, “Si te casas, que lo mejor es no casarse. En la cama no seas blando con tu mujer, que todas son unas putas y les gustan que las traten duro, como a mi mujer. Que contra mas duro se es mas se excitan, no seas blando como yo, que ella me lo dice muchas veces” Mª Ángeles estaba muy congestionada y roja por lo que oía a su marido y con cara de furia le decía que se callara. Se lo decía de una forma no tan suave como en casa de mis abuelos.

Pedro se emperro en que le pusiéramos otra whiskey y después de una breve discusión, Mª Ángeles se lo puso y cuando se lo fue a dar, su marido ya está sin sentido. Mi siguiente paso era que mientras lo llevábamos a la cama, aprovecharía para meter mano a la mujer, pero al volver ella, traía una manta, se limito a quitarles los zapatos, a aflojarle el cinturón y el pantalón, para luego echarle la manta por encima, quedando tumbado a lo largo del sillón.

Estaba sentado en un sillón, ella en otro y el marido en el grande y balbuceando de vez en cuando cosas que no se entendían. Ella dio un sorbo al vaso de whiskey y luego me lo ofreció a mí, que acepte y moje un poco los labios. No decíamos nada y en verdad ella parecía enfadada, lo que tampoco me extrañaba por todo lo que había largado Pedro. Aunque ya debía de estar acostumbrada.

-                 Tampoco te enfades mujer, se ha pasado un poco bebiendo y ya está. Eso es porque estaba a gusto.

-                 Si no me preocupa que beber, que tampoco es todos los días. Es que se lo tengo advertido, que no sabe beber, que luego se le va la lengua y dice nada mas que tonterías. Que no son verdad pero la gente puede pensar que sí.

-                 Y yo que creo que si decía la verdad.  

-                 ¿En qué? (Pregunto preocupada)

-                 Pues que eres una mujer caliente. Que te va la marcha follando y que el mismo reconoce que no llega a tu nivel.

-                 Por favor no seas vulgar y no digas tonterías. No se en que te basas, aparte de en el comentario de una persona bebida.

-                 Me baso en que tienes un cuerpo lujurioso, en que estas muy buena. En como mirabas cuando estaba con tu hija y sobre todo en que no me hubieras pedido venir a tu casa.

-                 Sabia que eso te podía confundir, no había nadie mas que estuviera en buenas condiciones. Veo que te lo tienes muy creído.

-                 Vale pues será así. Me marchare y los dos perderemos esta oportunidad, salvo que te decidas y quieras que me quedes.  

Su mirada estaba llena de deseo, pero no dijo ni decía nada. Salvo que era hora de que me fuera. Me levante y fui hacia la puerta, ella venia detrás y me iba diciendo que muchas gracias por todo. Antes de abrir la puerta, me di la vuela para decirla adiós y justo en ese momento, la di un morreo. Puso sus manos sobre mis hombros empujando para quitarme. Cerraba con fuerza sus labios, para que mi lengua no pudiera entrar en su boca. Cuando ya estaba desistiendo de seguir, ella fue a decir algo, algún reproche y aproveche para meter bien mi lengua y en ese momento, ella se dejó.

Dejo de empujarme y suavemente me cogió por la cabeza, siendo ahora un morreo en condiciones. Cuando paramos trato de titubear, de arrepentirse y no la deje. En la entrada de su casa había una silla pegada a la pared. La empuje hasta que se sentó. Me agache, le quiete de “malas” maneras las bragas que llevaba. Metí mi cabeza en medio de sus piernas y cuando se quiso dar cuenta, mi lengua lamia su coño y su clítoris. Mientras ella de forma instintiva, puso sus piernas por mis hombros y me apretaba mi cabeza contra ella para que no parara. Solo se le oí un gemido contenido, como un murmullo, hasta que me pare un momento y rápido me dijo, “NO, NO, NO pares, ahora acaba, no seas así” lo decía con voz entrecortada y en tono bajo pero contundente.

Metí mis dedos en su mojado coño, sacándole otro potente gemido. Le dije que se desnudara y volví a lamer su coño. Mientras la miraba y veía como de forma acelerada se desabrochaba su blusa y su sujetador, saliendo dos inmensas tetas, que la colgaban y eran, muy bonitas, teniendo unos llamativos pezones, por lo oscuros que eran y el gran tamaño. Empezó a correrse y me apretó con sus piernas, se movió como si le hubiera dado algo, casi se cae de la silla. Mi intención no era que se corriera tan pronto, por miedo a que se acabara todo.

Ella se coloco bien en la silla, me pidió unos segundos de descanso, se coloco el pelo y se levantó, me dio la mano y estiro de mí. Abrió la puerta de una habitación, que evidentemente no era su habitación, porque había dos camas separadas. Empezamos a besarnos y nos terminamos de desnudar. Lo primero que hizo fue hacerme sentar en la cama y luego ella se puso entre mis piernas para comerme mi rabo. Lo lamio por todos los sitios y luego se lo metió en la boca. Qué manera de comerse el rabo y una de las veces que se lo saco me dijo, “Que preciosidad, como me pone, es mucho mayor que el de mi marido” y siguio mamándomelo.

Paro y me hizo tumbar boca arriba, luego se sentó sobre mi rabo, metiéndoselo despacio y viendo que su cara de vicio era tremenda. Puso sus manos sobre la almohada y sus tetas quedaron en el sitio justo, para que mi boca pudiera comer tranquilamente sus pezones. Que grandes que eran. Cuanto mas los apretaba con mis labios, mas cachonda se ponía. No me quise resistir y le di un par de azotes en cada nalga, eso provoco que se moviera más. También jugué con su ano, mis dedos entraban bien y ella no se quejaba.

Se incorporo mas quedando su cuerpo recto, se empezó a tocar con una mano su clítoris y con la otra se pellizcaba un pezón y se lo llevaba a su boca. Era una imagen muy cachonda. Como meneaba su cuerpo hasta que se empezó a mover a toda velocidad y se corrió de nuevo. Se tumbó sobre mi pecho, sin dejar de mover su cuerpo, pero mas suavemente. Aproveche para decirle, “Ahora me toca follarte el culo y correrme dentro de él” su respuesta fue muy sugestiva, “SIIIIIII, es todo tuyo, CAMPEÓN”, se quito de encima y se tumbo boca abajo diciéndome, “Pero no seas muy malo” lo dijo de tal modo que era como si me dijese lo que había dicho su marido, hazme de todo.

Me levante de la cama y le extraño, ahora fui yo quien le di la mano, ella me dio la suya e hice que se levantara. Mª Ángeles me miraba extrañada, tire suavemente de ella y me siguio. Cuando íbamos a entrar al salón, donde estaba Pedro durmiendo la borrachera, ella se freno de golpe. Me miraba interrogándome y ahora con un poco mas de fuerza la metí en el salón. Había solo una luz suave encendida. La apoye en la mesa de comer que había en el salón. Me puse detrás de ella y ella no se dejaba. En el “forcejeo” logre meterle mi rabo en el coño y eso la dulcifico. Me pedía en susurros que nos fuéramos, me llamo pervertido y otras cosas. Según la follaba su resistencia disminuía a pasos agigantados y la situación la ponía mas cachonda.

Una vez tenia el rabo bien empapado, lubricación natural, lo coloque en la entrada de su ano y fui empujando. Lo hacia despacio, metiendo y sacando, sin llegar al tope, me apoyaba sobre ella y le decía, “Mira al cornudo de tu marido, ahí durmiendo su borrachera y la puta de su mujer ensartada por el culo” ella se movía mas cuando oía eso y me decía, “Que le jodan, que no se hubiera emborrachado”, se movía mas provocadoramente y eso hizo que de un solo estoque terminara de reventar ese culo tan grande.

Ya no tan bajo le decía, “Vamos puta, mueve tu culazo, haz que mi rabo te llene de leche”, ella se movía con más fuerza y agarrándome bien a ella, empecé a empotrarla en todos los sentidos, porque hasta movíamos la mesa, se oía de tal manera, que Pedro entre balbuceos preguntaba que pasaba y ante la estupefacción de su mujer yo le decía, “Estoy reventando el culo de la puta de tu mujer”, el de forma inconsciente decía párteselo bien a esa hija de puta.  

Mª Ángeles con voz normal y muy cachonda me dijo, “ya has oído al cornudo, pártemelo bien”, la empotraba al máximo y ella ahora gemía bien a gusto y se había animado, porque le decía a su marido, “Que animal que es, me esta destrozando el culo Pedro” y así seguimos hasta que me empecé a correr y ella al sentirme se corrió también. Lo que mas me alucino fue que al sacar mi rabo de su culo, ella cogió parte de la corrida en sus dedos, se acerco a pedro y le dijo, “Toma cabrón, tu parte” Pedro lamio como un bebe y ella puso cara de satisfacción.

Nos fuimos a su baño, esta vez si vi su gran habitación, nos bañamos en una ducha amplia y quise seguir, pero ella me dijo que mejor no, que no fuera a ser que Pedro se levantara. Me vestí y me acompaño a la puerta, llevaba solo un albornoz. La tentación era muy grande y empecé a meterla mano de nuevo, ella con lujuria me dijo, que me quedara quieto que me haría una mamada y por ese día ya estaba bien. Se agacho, me desabrocho el pantalón y se puso a hacerme una mamada perfecta. El único problema que al haberme corrido, me costaba mucho poder correrme de nuevo. Por lo que ella me pidió que me hiciera la paja y cuando estuviera a punto la avisara.

Empecé a hacerme la paja, mientras ella se abría el albornoz, se sentaba en la silla de la entrada y estirando sus piernas, abriéndolas bien para mí, se pajeaba conmigo. Era cachondísimo verla de esa manera, ya no era tan recatada, era una mujer cachonda y disfrutando de su sexualidad. Me acerque a ella puse mi rabo junto a su boca y nos compenetramos también, que según me corría en su boca, ella se corría también. Me limpio el rabo perfectamente y me dijo que le había sabido muy bien.

Al día siguiente me la encontré por la calle, venia de comprar el pan y pensé que se cortaría, pero que va, estaba pletórica.

-                 Buenos días, campeón, como has dormido, porque yo he dormido como hacia mucho que no dormía. (Sonrisa pícara y provocadora)

-                 Pues a mi me ha pasado lo mismo. ¿Pedro qué tal?

-                 Jajajajaja, con una resaca considerable y que ha tenido sueños raros, según el que alguien me follaba en su cara.  

-                 ¿Pero eso le ha mosqueado?

-                 Que va si me ha dicho que se ha tenido que hacer una paja y todo de lo que le ha puesto. Si al final va a querer ser cornudo. Jajajaja.

-                 No te extrañe que no seria el primero. Que ya conozco a muchos.

-                 ¿SIII? ¿NO PUEDE SER? Te estas quedando conmigo.

-                 No me quedo contigo, que ya he estado con muchas parejas con esos gustos. Tu haz la prueba, sácale cuando puedas el tema a tu marido. Si se pone burro y quiere tema, es que le gusta. Tu hazlo varias veces.

-                 Que no, que Pedro no es así. Si es celoso hasta con los que se acercan a su hija. Con eso te digo todo.

-                 Pues tu hazlo y si es como dices, estaré equivocado y si no es así, se abren muchas posibilidades.

-                 Jajajaja, que pervertido y que peligroso que eres, jajajaja.

Ese fue el final de esa breve conversación y el final de mi estancia ese día en mi pueblo.

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